Ella

Segunda parte de Él. (Queda una tercera, llamada Ambos.)

Subí mis manos hacia él, y acaricié su espalda, enredé mis dedos en su cabello, deseando no acabar ese beso nunca. Después, lentamente, me separé, y sonriente, bajé mis manos, hasta introducirlas por debajo de su camisa, rozando por un instante el creciente bulto de su pantalón, dio un respingo, a lo que contesté con una sonrisa de niña traviesa, entrelacé mis piernas con las suyas, no iba a dejarlo escapar, era mi turno.

Comencé a desabrochar lentamente su blanca camisa, mientras volvía a besarlo, más calmadamente ésta vez. Al terminar, lo despojé de la pieza de ropa, y acaricié su torso, mientras seguía besándolo, subía a su cuello y bajaba lentamente por su pecho, para luego subir por la espalda hasta la nuca. Y volvía a repetir el proceso inverso, desde su nuca bajaba por la espalda, bordeaba su cintura, descendía acariciando su sexo por encima del pantalón, y volvía a subir por su vientre y su pecho hasta llegar al cuello, provocando pequeñas cosquillas, que me encantaban. Escapé de su abrazo, y lo dejé recostado en la hierba, sentada a horcajadas sobre él, hacía rozar mi sexo con el suyo, mientras lamía su cuello. Bajé por su pecho, lamiendo sus pezones, bajando por su vientre, y llegando al pantalón. Jugaba por encima de su pantalón, mientras con la mano derecha, desabrochaba su correa. Luego quité el botón, y fui desabrochando lentamente la cremallera. Al terminar, bajé sus pantalones y seguí jugando con su miembro, sobre los calzones. No llegaba a rozarle la piel, sólo la tela. Acerqué mi boca y di pequeños mordisquitos, acariciando sobre la tela con mis dientes, y volvía a subir, por uno u otro costado, hasta besarlo y volver a bajar.

Luego, bajé con cuidado la tela que ya empezaba a estorbar, y lo dejé libre, lo acaricié con una mano, mientras dejaba un pequeño beso en la punta de su miembro, que saltaba en mi mano.

Lamí la punta, mientras una de mis manos lo recorría entero. Mi otra mano jugaba un poco más abajo, jugando con sus testículos, y a veces, uno de mis dedos, se acercaba a su ano, y lo rozaba.

Seguí lamiendo tan sólo la punta, mientras acariciaba con mis manos el resto, subiendo también por sus caderas, y bajando hasta su miembro, luego lo lamía entero, y volvía a la punta. Lamí mi mano derecha, mientras la izquierda sujetaba su miembro, y luego la posé abierta sobre la punta de su miembro, y comencé a hacer círculos, apretando la base del miembro con la izquierda, para no permitirle terminar, para, tan sólo, dejarlo a las puertas, una y otra vez. De vez en cuando, me apiadaba un poco, e introducía su miembro palpitante en mi boca, lamiéndolo por completo, y succionándolo, como si de un dulce caramelo se tratara, pero luego volvía a repetir la acción, para mantenerlo en tensión.

Al final me apiadé más de mí que de él, pues sabía que habrían represalias, así que volví a introducirlo en mi boca, a lamerlo una última vez, y dándole un último beso en la punta, subí, para encontrarme de nuevo con sus labios.