Ella

De como es ahora la relación con mi ex compañera de trabajo.

Unos meses atrás quizás, volví a incorporarme a mis actividades laborales después de unas largas y bien merecidas vacaciones. Como bienvenida a los nuevos empleados y pretexto de festejo, nos llevaron los jefes a comer a un restaurante de buen nivel en la ciudad donde vivo. Fue en aquel entonces que la vi por primera vez. Comíamos en la misma mesa, y en la misma mesa participamos en las actividades que servían para romper el hielo.

Algunas semanas después, en una de las juntas que la empresa organiza con todo el personal volvimos a encontrarnos. Fue un momento agradable encontrarme con ella esa mañana. Continuamos platicando como si nos conociéramos de tiempo atrás. Pero para mi desgracia ella trabajaba en un área ajena a la mía y me era sumamente difícil encontrarla y mirar sus ojos. Unos ojos hermosos que de verlos me llevaban al cielo.

Por un compromiso me perdí una de las juntas mensuales y por lo tanto de su presencia. Al cabo del tiempo nuestra relación de amistad mejoró y no pude sino pensar que de ahí no pasaría.

A mis jefes se les ocurrió hacer un evento en un teatro y nosotros organizar todo eso, por lo que al preparar la escenografía volvimos a encontrarnos. Y no fue sino hasta este último momento en que todo comenzó a tomar la forma actual.

¿A qué me refiero con actual? A muchas cosas, pero entre ellas a una situación un tanto difícil y demasiado interesante como para dejarla. Difícil e interesante no solo en el sentido emocional sino también por supuesto en el físico.

Lo que sucede actualmente solo deriva de lo anterior, y a no tan grandes rasgos ha sucedido y sigue sucediendo de la siguiente manera.

Mientras chateaba con ella me dio la dirección del portal de su comunidad en línea y estuve mirando muchas fotos suyas, y desgraciadamente me encontré con una de ellas que mostraba la foto del día de su boda. Si, en efecto, algún defecto habría de tener. Con el transcurrir de la plática le comenté que si no estuviera casada podríamos vernos y tener algo. Probablemente eso la excitó porque me dijo que le interesaba y quería probar, lo que en mi causó una excitación sumamente extraña. Entonces acordé en enseñarle unas pinturas que yo tenía hechas y que debía ir a mi casa para tal motivo. Cosa que sucedió al día siguiente. Saliendo del trabajo, ella pasó por mí en una esquina cercana y la invité a comer. La comida se quedó porque apenas la probamos nos levantamos.

Una vez en casa comenzó todo, comencé a mostrarle mis trabajos colgados en la pared de forma muy rápida y casi de forma inmediata le pedí que me acompañara a mi habitación porque allá tenia algunas otras cosas, pero ella ya sabía a lo que íbamos. Comenzamos a besarnos por vez primera y nos recostamos por unos momentos. Las caricias afloraron y poco a poco la ropa se fue marchitando. Entre besos, abrazos y caricias sus senos asomaron y sus pezones me mostraban su tremenda excitación. Así pasamos momentos sumamente interesantes y el tiempo, que pareció detenerse, nos ayudó en demasía. Cuando la excitación aumentó no pudimos sino continuar lo que habíamos comenzado, y su cuerpo y el mío se conocieron por vez primera.

Debió irse pronto en aquella ocasión, pero nuestros encuentros no se limitaron a esa vez. Ahora sucede que nos llamamos más frecuentemente de lo que originalmente pensé, e incluso las pláticas que tenemos llegan a ser tan excitantes que hemos quedado de vernos durante las madrugadas y las noches en que su marido no está para saciarnos de nosotros.

Su piel es tan suave y sus senos tan turgentes que el solo verlos y sentirla cuando está sobre mí me llevan a un estado excelso. No se diga cuando nos fusionamos y giramos y subimos y bajamos. Es simplemente perfecta hasta en los sonidos que emite cuando pide más. Sus senos brincan, ella sube y baja, yo entro y salgo, y entramos en dinámicas que nos hacen sentir una excitación enorme que de lo grande que es nos hace querer hacerlo en el momento y cuando vamos en trayecto ya no aguantamos el llegar al sitio donde liberamos todas nuestras pasiones.

Desde que nos conocemos y nos salimos hemos ido conociendo juntos todo tipo de sensaciones y emociones, al grado que nuestros cuerpos se reconocen al primer contacto y es increíble la forma en que responden juntos. Esas noches, y tardes o mañanas, es increíble el sexo que tenemos juntos.