Ella 20 años mayor... mi primera vez
Mi primera experiencia con una mayor y con el sadomaso.
-¿Qué está pasando aquí?
Exclamé viendome abrumado ante tal mujer.
Me sentía nervioso, no sabía como reaccionar, era una situación nueva para mí, estaba intrigado.
-¿Quieres una cerveza mientras te voy a buscar el juego que mi hijo te dejó? Dijo la mujer.
-Vale gracias, hace calor y tengo un poco sed. Respondí.
-Marcos me dijo que está con su padre en Girona, ¿Cuando vuelve?. Le pregunté.
-Seguramente mañana, para que el lunes vaya a clases contigo. Aunque no se sabe, los chico de vuestra edad tienen las hormononas disparadas.
Noté un tono extraño, como si estuviera envuelto en una trama, la mujer encontró el juego que se encontraba en la habitación de Marcos y me lo trajo. De mientras yo me estaba bebiendo la cerveza en el sofá y ella se sentó a mi lado.
-¿Te molesta que fume? Preguntó.
-No, no te preocupes.
-¿Tu también fumas como hijo? Me preguntó con tono picaresco.
Bueno si, de vez en cuando, sobre todo cuando bebo. contesté
Pues si quieres fumar adelante.
Cojí un cigarrillo, ella encendió el mechero mientras me miraba fijamente, en ese momento supe lo que estaba buscando, me entró un cosquilleo en el estomago de todas las cosas que se me pasaban por la cabeza. Noté que se había preparado para la ocasión, llevaba un vestido de cuero de color verde, se había perfumado y puesto musica ambiente, había encerrado al perro en una habitación, y tenía un pack de cervezas frias listas y la caja de cigarrillos.
-Debes tener muchas admiradoras, un chico alto, moreno y guapo es muy... apetecible. Dijo con tono erotico.
- Bueno, no me puedo quejar y gracias por el cumplido. No me considero muy apetecible aunque alguna admiradora me lo diga. Respondí con mi habitual tono sarcastico y con la seguridad verbal que me caracteriza.
Ella sonrió al ver que le acaba de decir sutilmente que era mi admiradora, se acercó más con la excusa de apagar su cigarrillo y cuando se giró yo me encargué que estuviera lo suficientemente cerca para que ella me besase. Si lo sé, era la madre de mi compañero pero siempre he sido de experimentar aventuras. Me empezó a besar, se le notaba el aliento a cigarrillo y la lengua rasgada. 5 segundos después se sentó encima mio y siguió besandome. Se bajó el cierre frontal y sacó sus enormes tetas, flacidas pero no era algo que me importara, estaba muy exitado, se me había olvidado por completo lo que fui a hacer. Cuando se movió hacia la derecha a bajarme el pantalón. Empezó a hacerme una mamada nueva para mí, se notaban los años de experiencia. Con 19 años nunca había experiementado algo así, ella con el doble, tampoco.
- La voy a reventar. Pensé confiado.
Mientras me la estaba chupando iba jugando con su lengua en mi testiculos, noté que buscaba algo más. Estaba intentando lamerme el ano, algo que nunca había permitido.
-Esto es una verdadera MILF. Pensé.
Dejé que me lamiera el ano y fue una experiencia grata que no he vuelto a repetir 5 años despues.
Me estaba deborando, sentía demasiado su boca en mi pene y su manera de sucsionarme. Le cogía del pelo y disfrutaba hasta que de repente se sentó encima mio, esta vez sin ropa. Se la metió ella sola, yo estaba en la misma posición en la que me estaba bebiendo la cerveza pero esta vez dentro de ella.
-Wow, me estoy follando a un mamá.
Solo me fijé en como se sentía, estaba un poco menos lubricado que las jovenes a las que estaba acostumbrado, pero se sentía bien. El el mismo momento en el que se sentó empezó a moverse de una forma inimaginable para mí. Sentados en el sofá sintiendo ese culo rebotar en mis cuadriceps y sintiendo como se metía el pene hasta adentro y volvia a subir, tenía un movimiento... como decirlo... compacto.
Pasarón unos 3 minutos en la misma posición.
- Mierda tengo ganas de correrme. ¿¡Tan rápido!?. Pensé preocupado.
Así que tomé las riendas de la situación, paré su movimiento con mi brazo y la puse contra el sofá para ser yo quién controlase. Era muy duro, tenía muchas ganas de correrme, así que aguanté como pude otros 3 minutos más y paré.
- ¿Me puedo dar una ducha?, estoy demasiado sofocado. Le dije con tono exausto.
Menos mal era un mujer madura y me entendió, sé que eso no se debe hacer. Salí de la ducha y me estaba esperando en la habitación. Seguimos (esta vez mejor), le empecé a dar en 4 y me sentía listo para hacerla disfrutar, pero mi ego seguía engañandome, en realidad ella me dominaba.
-¡Tirame del pelo!. Exclamó mientras gemía.
No estaba acostumbrado a hacer eso, mi tipo de sexo era dominante pero no hasta el punto de hacer daño.
-¡Más fuerte, tirame más fuerte!. Seguía insistiendo.
Yo le hice caso y en ese momento, entendí que el dolor para ella, era parte del placer. Cuando la azotaba me pedía que la azotara más fuerte, ella misma se ponia mis dedos en su boca.
- ¡Tratame mal Jorgito!. Dijo con voz muy sumisa.
A partir de ahí empecé a golpearla más fuerte, incluso la abofeteaba en la cara, la hacía chupar mientras la tenía agarra muy fuerte del cabello. Me pidió que terminara adentro de ella, que no me preocupara que ella se cuidara, yo como buen joven inconciente y cachondo lo hice.
- Que bueno, me ha gustado mucho. Dijo con voz tranquila.
¡En ese momento me dí cuenta que la había decepcionado! Lo dijo como para consolarme, cuando para mí había sido uno de mis mejores polvos sino el mejor. Que frustración.
- Si lo que le he hecho no le ha gustado, ¿A qué clase de cosas estará acostumbrada esta señora?
Me quedé a dormir en su casa, me hizo un masaje y al día siguiente me despertó con una mamada. Volvimos a follar y se fue a trabajar.
Ese mismo día cuando regresé a mi casa ya con el juego, empecé a buscar sobre sadomasoquismo y me di cuenta de el por qué no había quedado del todo satisfecha.
- Así que el sado es lo que les gusta a las mujeres mayores. Pensé.
Y desde ese momento empecé a experimentar el sadomasoquismo con las mujeres que me acostaba, tanto mayores como jovenes, ¡dependiendo la personalidad les gusta muchísimo!. 5 años después lo veo desde otra perspectiva, con más experiencia y aún con mucho qué probar, puedo decir que en cualquier mujer, siempre hay un sentido, aunque sea una miníma parte de su ser que busca ser dominada. Ese morbo, ese juego es mi parte favorita del sexo.
A Marcos, no le he devuelto el juego a su madre me la he encontrado un par de veces por la calle y nos hemos saludado como si nada, Lo que no sabe es que con ella fue mi primera vez.