Elisa, Mi Amor (3)

Se como Elisa aprendió de la vida y del sexo de la manera mas infortunada, para luego tornarse en algo placentero en las manos de su familia

Elisa, Mi Amor

Se como Elisa aprendió de la vida y del sexo de la manera mas infortunada, para luego tornarse en algo placentero en las manos de su familia

Tercera Parte

"Memo me celebra mis 15 años…"

Guillermo se instaló en mi habitación, que desde aquel momento pasó a ser "nuestra". Él alegó que yo necesitaba cuidados constantes y que mejor que el estuviese la pendiente, así pues nadie objetó nada, aunque mi padre me miraba de manera extraña, desde que ocurrió la violación. El abuelo no opinó nada, como seguía molesto, pues terminó por mudarse a la casita que tenia en el pueblo vecino y aprovechaba para ver algunos negocios. La casa quedó prácticamente para Guillermo y para mí. El tiempo transcurrió y nosotros estábamos más juntos que nunca.

Las caricias de mi hermano me enloquecían, mis pechos habían crecido y sospechábamos que pudiese estar embarazada, cosa que resultó ser cierta. Cuando se lo dije a mi padre, no pudo evitar llorar y abrazándome, me dijo que lo sentía mucho y que no me preocupara pues a mi hijo no le faltaría nada, pero eso yo ya lo sabía, pues con Guillermo habíamos hablado sobre el tema, acordando que cuando el bebé naciese, iríamos a la capital para que le practicaran la prueba de paternidad y que, fuera hijo del que fuera, el lo amaría igual.

Mi abuelo no regresó del pueblito y mi padre cada vez estaba mas ausente, parecía que no quería ver como me crecía el vientre, cosa que no sucedía con Memo. Le encantaba acariciarme la panza y sobre todo abrirme las piernas y meterme la polla mientras acariciaba el vientre y chupaba mis tetas… sería hipócrita decir que a mi no me gustaba, es mas me trastornaba sentir como succionaba mis pezones y como los mordía estirándolos… era una deliciosa tortura… Mi hermano y yo teníamos todo el tiempo del mundo; salía en la mañana – ya habíamos cogido tanto que el podía marcharse a sus quehaceres mas tranquilo, aunque siempre me daba una que otra sorpresa- y regresaba al caer la tarde y entonces no nos separábamos mas. La mujer que hacia la limpieza, se marchaba no bien el llegaba, dejando todo listo, lo demás bueno ya lo leerán.

Estando embarazada cumplí mis 15 años, que hubiesen pasado sin pena ni gloria, a no ser por Guillermo; lo celebramos de una manera muy particular que de solo recordarla hoy en día y años después, siento como mi conchita se llena de jugos y me dan ganas de repetirlo todo de nuevo. Yo era la mujer de mi hermano, lo amaba y lo que mas feliz me hacía y a él, era complacerlo en todo. Mi pancita apenas se comenzaba a notar, pues iba a cumplir los 5 meses en dos semanas.

Mi sorpresa fue ver aparecer a Memo con un gran paquete en las manos, envuelto en papel regalo y con un gran moño de color rojo. Me lo entregó, con el respectivo "Feliz Cumpleaños, mi amor" y yo le agradecí colgándome de su cuello y metiendo mi lengua en su boca, mientras frotaba mis tetas contra su pecho. Me dijo que lo había encargado a la capital y que justo había llegado hoy. Cuando lo abrí, saque un juego de camisa y bata de dormir, transparente delicado y de un color blanco con cintas azules y Memo me dijo:

Es para cuando des a luz, Eli

Gracias Memo, esta precioso

Pero no es todo, tengo otra cosa para ti, pequeña

Si? Que es? Déjame ver, por favor – lo miré emocionada

Me dio otra caja, era mas pequeña, pero igual envuelta y adornada con otro moño, cuando la abrí, exclamé por la sorpresa: era un hermosísimo "negligé" de color rojo, transparente que se sujetaba con cintas; venia un calzoncito estilo bikini con cintas para amarrarlos a ambos lados de la cadera y unas pantuflas de esas que tienen la punta y el talón descubierto, adornadas con una piel suave y peludita de color rojo igual:

Esta precioso Guillermo, gracias

Preciosa eres tu, Eli… ¿póntelo si? Quiero verte

Si, Memo, en seguida

Me desnudé allí mismo, delante de él y lentamente, el no dejaba de mirarme y sus ojos brillaban, yo estaba excitada pues presentía que ese seria el mejor cumpleaños que hubiera celebrado jamás, cuando ya estaba vestida con aquella prenda tan erótica, me di cuenta que no tapaba nada. Se veían mis pezones, que ya estaban duros y muy parados, se veía mi conchita, prolijamente acicalada al gusto de Memo; es mas, el mismo cuidaba de ella, recortando los pelitos y rasurando por los bordes hasta que quedaba como a él le gustaba. ¿Qué como lo se? Porque después buscaba mi botoncito con avidez y se pegaba allí horas chupando, mordiendo, estirándolo hasta que me hacia gritar pues ya no podía con un orgasmo mas.

Al ver como mi hermano me miraba, mi conchita se humedeció de forma inmediata, cuando me dijo que esa noche celebraríamos de manera "especial" yo ya sentía mis jugos bajando por mis piernas y solo veía el momento de tenerlo sin ropa y sobre mi.

Preparó una cena deliciosa, con los platillos que más me gustaban y para terminar trajo un pastel de crema. Me pidió que pidiera un deseo y yo lo hice:

"Deseo ser la mujer de Guillermo por siempre y complacerlo en todo lo que él desee"

Lo miré y sonreí y él me besó en los labios, un beso hondo en el que nuestras lenguas pelearon por acariciar más, por hundirse más profundamente. Memo saboreó la crema del pastel que había en mi boca. Tomó un poco de esa crema con su dedo y la puso sobre cada uno de mis pezones para luego chuparlos así, sobre la tela y doblándome hacia atrás mientras el me sostenía. Otra vez mi coñito estaba encharcado y palpitando, pidiendo en su lenguaje la verga de Guillermo.

Me abrazó y sentí sus manos en mis nalgas, apretándolas posesivo; el sudor de su cuerpo, humedecía mi cuerpo y eso me gustaba; me encantaba el olor de Guillermo, olía a macho y eso me ponía mas cachonda aun. Me atrajo hacia su cuerpo y apretó mi cadera contra su zona púbica y sentí su gloriosa polla, que estaba ya lista para meterse dentro de mí. Amenazaba con reventar el pantalón y viendo aquel martirio, me arrodillé frente a él, abrí el pantalón y su verga salio disparada, apuntando al techo. La tomé con mi mano y la acaricié, bajando el cuerito para luego besarle su ojito, que ya rezumaba el líquido transparente que me encantaba recoger con mi lengua. Memo gimió y hundió su verga en mi boca y yo empecé a mamársela; me encantaba su olor, su sabor, su textura.. se notaban las venas que parecían iban a reventar. Después de un rato, él me levanto y besándome de nuevo, me dijo:

Ven, me vas a hacer correr y aun no quiero… tenemos toda la noche.

Asentí y su mano de nuevo fue a mi culo, esta vez para meter la parte de atrás de la bikini entre mis nalgas y tirar de ella hacia arriba, con eso me rozaba mi agujerito y la sensación me encantó:

Vamos… Memo… me pones mal, mira como me tienes.

Tomé su mano y la llevé a mi concha para que sintiera mi humedad, el gimió y cargándome, me llevó a la recámara; me tendió suavemente en la cama y se arrodillo, mientras separaba mis piernas. Yo lo miraba y acariciaba mis tetas, pellizcando mis pezones para que él lo viera, volvió a gemir y enterró su cara entre mis piernas para lamer mi cuquita frenéticamente. Lo hacía por encima de la tela y la sensación de la tela y lengua sobre mi clítoris era bestial… me enloquecía… Jugó con mi clítoris durante largo rato, acariciando mis nalgas, metiéndome un dedo en mi cueva e incluso hubo momentos en que masajéo mi culito, que sensación divina, me encantó que hiciese eso… Los jugos de mi cuquita salían y Memo los recogía para no perder ni gota, me encanta su respiración caliente en mi coño y así se lo hacia saber, gimiendo como una perrita.

Se incorporó y sin dejar de mirar como me masturbaba, apretando mis tetas y pellizcando mis pezones que parecían que iban a estallar, el se quito su ropa, quedando desnudo. Se acostó a mi lado y comenzó a toquetearme las chichis… le encantaban, me lo decía y al verlas mas grandes eso lo ponía peor, succionaba mis pezones y me acariciaba el culo, metiendo un dedo para tocar mi agujerito, eso me descolocaba y le pedía entre jadeos que lo hiciera

Ven, Eli… súbete

Si, Memo, lo que tu quieras… eres mi dueño, eres mi hombre y eres mi amor

Súbete, pero mirando mis pies, Eli

Quieres que te la chupe?

Tu quieres, Eli?

Si, Memo… quiero y además hacerte feliz.

Entonces hazlo, mi princesa

Me subí sobre el poniendo mi concha cerca de su boca, mientras que con la mía buscaba la polla maravillosa que comencé a chupar de inmediato, quería sacarle la leche y sentirla bajar por mi garganta. Recogí el liquido transparente con mi lengua y chupé, mientras Memo, había metido un dedo entre la bikini y mi piel y corriéndola a un lado, se dedicaba a succionarme el clítoris de una manera tal, que hasta mi culito se estremecía y él lo podía ver, entones lo acariciaba con un dedo y pasaba su lengua sobre él. Yo bajaba y subía a todo lo largo de aquella polla que me enamoraba, aquel tronco grueso y venoso al tiempo que acariciaba sus huevos con mi mano, apretándolos suavemente y pasando mi lengua por su piel para succionarlos con ternura, Memo gemía con eso y yo lo volvía a hacer, sintiendo como su verga palpitaba de lo caliente que estaba.

Memo me quitó la bikini, lamiendo otra vez todos mis huequitos y metió dos dedos dentro de mi coñito chorreante, mientras hacia eso, su lengua se pasaba por mi ano, haciendo redonditos en el y chupándolo, cosa que me enloquecía aun mas. Sentí como ponía un dedo dentro de mi culito y empujaba un poco, metiéndolo suavemente:

Te gusta esto Eli?

Si, gustar es poco, me encanta lo que me haces sentir. Soy tuya, Memo, hazme lo que quieras, que así me haces feliz.

Si Eli, te quiero coger por tu culito… quiero hacerte disfrutar

Si, Memo – gemía yo – mientras mi mano lo pajeaba – méteme esta preciosa polla en mi culito… métemela toda, que mi culito es tuyo, mi amor

Con cuidado me puso a un lado y me indicó que me pusiera en cuatro patitas, como una perrita, cerca del borde de la cama – no les he dicho que Guillermo es mucho mas alto que yo, debe medir como 1,90 y yo apenas 1,70 – separó mis piernas y se que podía ver mi conchita y mis tetas colgantes y mi vientre abultadito desde donde le estaba. Se chupó un dedo y acarició mi hoyito, que ya palpitaba. Sacó un potecito de no se que y se untó aquello en la cabeza roja y grande de su verga (un día se la mediré pensaba yo, pero a ojo de pájaro le calculaba unos 23 cms fáciles) y luego me puso a mi un poco en mi culito – luego supe que era vaselina - acarició mi culito con su polla brillante, yo miraba todo desde abajo y entre mis piernas: podía ver como sus hermosos huevos colgaban algo contraídos y llenos de leche, como sus piernas estaba separadas y como su mano se masturbaba y la otra se enterraba en mi coñito, aprovechando para acariciar mi clítoris y darme placer.

Puso por fin, su polla en la entrada de mi ojete y empujó y nada pasó

Eli, esto te va a doler, pero solo es un momento. Te prometo no lastimarte pero aguanta, preciosa, veras que después disfrutaras mucho

Si, Memo, lo que tu digas

Relájate Eli, quédate tranquila y no aprietes tu culito, para que pueda meterte la cabeza de mi verga

Si… hazlo… métemela ya, Memo… métemela

Si, a eso voy

Se afianzó y tomándome por las caderas, puso la cabeza de su verga magnifica en mi culo y empujó, metiéndome la mitad. Gemí y luego mordí mi labio, para no gritar pero las lágrimas salieron solas. Mi hermano se inclino un poco, alcanzando con su mano una de mis tetas y pellizcaba suavemente los pezones y con la otra me acariciaba el clítoris, hizo esto hasta que empecé a gemir y a mover mi cadera buscando meterme toda aquella polla que estaba aun la mitad fuera. Metió el resto de un solo golpe y yo me sentí en la gloria, con dolor incluido, que luego se volvió placer. Comencé a moverme haciendo que el también lo hiciera y sentía como metía y sacaba su verga de mi culo, que sentía dilatado. Yo jadeaba como una perra y me revolvía, para sentirlo mas y mas, sus huevos ya pegaban contra mi clítoris y eso me terminaba de enloquecer mas aun

Cógeme Memo, métemela toda… si… ahhhhh… encúlame… que rico, hermanito

Si Eli, que culito tan divino.. apretadito… virgen para mi, Eli

Si, Guillermo mi culito virgen todo y solo para ti, dame duro… métemela mas… hasta el fondo, quiero sentirte todo dentro de mi

Si, Eli, te la meto… te la meto toda… los huevos te los meto también… uhff!! que rica estas… me encanta tu culito

Sentir el placer de tener la verga de Memo dentro de mi culo, había sido una sorpresa insuperable (o eso pensaba yo en aquel momento) Empecé a mover mi cadera haciendo círculos, para que su polla me rozara mas y eso lo hizo bramar y metérmela hasta el fondo; sentí como me llenaba y eso me gustó; Memo me sujetó por la cintura, poniéndome de rodillas y sin sacarme la polla, me arrastró con él, hasta que quedó sentado en la cama y yo sobre el, mirando hacia sus pies, entonces él me dijo:

Cabálgame Eli, mete mi polla en tu culo, tu solita mientras yo miro ¿si?

Si, mi amor… lo que tu quieras… si si si

Yo misma me impulsaba contra aquella verga maravillosa, que me hacia sentir cosas extraordinarias que nunca pensé llegar a sentir, me la metía profundamente y echaba la pelvis hacia delante para rozarla con mi huesito al sacarla y eso parecía enloquecer a Memo; no soportó estar quieto y sentándose, con lo que hundió la verga mucho mas en mi, comenzó a pellizcar mis pezones, estirándolos, acariciando mis tetas y bajando a mi concha para acariciar mi clítoris y masturbarme, mientras se impulsaba dentro de mi:

Eli… ya… casi me… corro

No, Memo, aun no… por favor- le dije jadeando

No? – sonrió- ¿Qué mas quieres?

Mas… quiero mas, quiero abrazarte, sentirte pegado a mi pecho, que mames mis tetas mientras me culeas, Memo

Guillermo puso sus manos en mis nalgas levantándome, hasta que su polla quedó fuera. Se veía brillante y palpitaba, como si protestara porque la sacaron de un lugar tan acogedor; las venas estaban hinchadas y su "ojito" lloraba liquido que recogí con un dedo y chupé, lo que me supo a gloria. Guillermo me acostó de espaldas en la cama, abrió mis piernas y las colocó sobre sus antebrazos, luego puso una almohada bajo mi cadera para que quedara mas alta y así, con mi cuquita expuesta y mi hoyito palpitando, teniéndome bien abierta, puso de nueva su polla en la entrada de mi culito y la metió lentamente, hasta que los vellos que rodeaban su verga rozaron mi pubis y mi clítoris, cosa que me hizo brincar, con lo que la polla terminó de entrar. Memo buscó mi boca, metiéndome la lengua en ella, los dedos en el coño y la verga en el culo… ¿Que mas podía pedir? Lo sentía ahora… si perfecto, su peso, ayudaba a empujar y la polla se iba completa, llenándome ahora toda, comenzó a moverse mientras su boca buscó mis tetas y comenzó a succionar, mientras aceleraba el mete y saca.

Eli… ah!!!! Estas divina… eres mía… que rico tu culito… mmmm te lo cojo todo….

Memo… ahhhh… siiii que rico me coges… me encanta tener tu verga en mi culito… sigue… mas rápido…no pares, mi amor… tengo ganas de correrme… y tu… hazlo conmigo, Guillermo, córrete conmigo… anda… córrete….

Si… si… Eli… me corro… ahhhh mi leche te llenará el culito… siii ahhhhh

Cógeme… Memo, méteme toda tu verga… métemela toda hasta el fondo….

Si… te la meto… toda,… toda para ti… ahhhhh….. me corro…..

Y yo, Memo… me corro contigo… siii ahhh que rico… no pares ahhhhhhhhhh

Sentí los chorros de leche golpeando las paredes de mis tripitas y mi ano palpitando chupándolo todo, parecía que tenia vida propia y a cada palpitación, succionaba la polla de Memo, enterrándola de nuevo dentro del mismo. Sentía sus pelos frotando mi clítoris y estalle, mientras gritaba como una loca, sintiendo la polla palpitar, mi culo vibrar y la leche llenándome toda… las paredes de mi cueva se estremecían y el orgasmo que tuvimos fue grandioso… Bajó el ritmo y los espasmos de fueron distanciando, pero yo quería sentirlo así, dentro de mi siempre, por donde fuera, no importaba todos mis huequitos eran de Guillermo y el placer que él me daba era infinito

Me tendió sobre él, acariciándome el vientre y mis tetas, me daba cuenta que le gustaban y que no podía dejar de tocarlas, besarlas, chuparlas, mamarlas… Bajaba su mano y acariciaba mi clítoris, dándole pequeños tirones, que hacían que los espasmos se repitieran y yo apretara su polla con mis músculos y hacía que él también gimiera… Yo sabía que eso le gustaba y lo dejaba hacer, me daba tanto placer como el que él sentía.

Me acostó a su lado, girando él sobre su costado, sin sacarme la verga que apenas comenzaba a bajarse. Se acomodó muy pegado a mi espalda y tomando una de mis tetas con su mano, apretaba el pezón de manera intermitente hasta que nos quedamos dormidos… unidos, el saciado y yo felizmente cogida

Ya casi dormida, me dije a mi misma: " Felices 15 cogidaños " y me dormí con la verga de mi hermano dentro de mi pero muy, muy satisfecha, amada y feliz

Continuará