Elena y Vanesa
Elena y Vanesa conocen su lado lesbico por casulidad y lo rematan juntas y acaban folando con un chico.
ELENA Y VANESA, FUEGO Y AGUA
Vanesa tenía 20 años, cursaba tercero en la Universidad y la verdad es que a pesar de su bonito cuerpo siempre vestía de un modo casi inocente. Era tímida hasta que entraba en acción o hasta que se excitaba entonces era tremendamente directa. Había descubierto hacía poco que aparte de los chicos sentía una cierta atracción por las mujeres y quería probarlo para ver si era un simple calentón o era verdad.
Un día estaba aburrida en casa y entró en un chat muy popular y buscó una sala de mujeres que entendían. Charló en el general hasta que empezó a coger confianza con una mujer que según su nick era de su misma ciudad y tenía 39 años. Fue a un privado con ella y empezaron a conocerse mejor. La mujer le dijo que era funcionaria y ella que era estudiante. La mujer se dio cuenta que la chica podía ser una de sus alumnas de la Universidad y estuvo a punto de revelar su puesto pero por morbo prefirió guardárselo.
Después de mucho rato Elena le planteó una cita. Ella se desplazaría a su campus o quedarían en la ciudad en la boca de metro que Vanesa dijera. Vanesa prefirió en el metro pero ir luego a la Universidad. Elena fue un paso más allá y la pidió una foto. Vanesa coqueteó y le planteó la disyuntiva de si de cara o de cuerpo. Las dos bromeaban pero Elena le dijo que ella no tenía foto que solo tenía una foto de cuerpo desnuda con la cara difuminada pero que si se la mandaba ella tendría que hacer lo mismo.
Estaban jugando y Vanesa le puso la webcam para que la viera el cuerpo y asegurarse que era chica. En un giro involuntario Elena le vió la cara y comprobó que si que no solo estaban en el mismo edificio del campus sino que era una de sus alumnas y encima una de las más guapas aunque a veces ella pensaba que era una chica muy inocente pero por como la charla iba subiendo de tono de inocente tenía solo la fachada.
Elena le dijo que ella la llamaría por el móvil y así Vanesa podría comprobar por su voz que era mujer. Elena la llamó susurrándola palabras picaras. Imitaba una voz más femenina que la suya propia con lo que Vanesa no sospechó nada. Elena supo incluso que metro cogería la chica para acudir a la cita. Elena montó en el mismo metro y se situó en uno de los extremos. Desde allí podía ver la cara de la chica sin ser vista y la mandó algún sms picante.
Vió que la chica se ponía colorada como la grana y se bajaron las dos en la misma estación pero ella disimuladamente cogió otra de las salidas para luego volver sobre sus pasos e ir a la boca a la que había citado a su alumna. Se hizo la encontradiza con ella a la salida y cuando estaban las dos solas le dijo al oído.
Ayer me masturbé pensando en ti después de chatear y le conté todo a mi marido
A Vanesa le pareció que le daba un infarto de la vergüenza. La miró a su profesora a la cara y pensó en decirle que no estaba bien que no le hubiera dicho quien era antes aunque si le había dicho que estaba casada y la verdad desde que había descubierto su atracción a veces por las mujeres Elena era una de sus fuentes de inspiración. Elena le planteó ir a su casa o a la Universidad al despacho.
Vanesa eligió el despacho, le daba morbo. Fueron en autobús, juntas. En un momento Elena le susurró al oído si en clase se había fijado en ella y Vanesa le respondía que si que en su culo, le volvía loca. Llegaron a la Universidad. Caminaban a grandes zancadas como si el resto del mundo no existiera. Era auténtica lujuria lo que sentían. Elena se movía mucho en el ambiente liberal y aunque casada la relación que mantenía con su marido era una relación abierta en el sexo.
Le fue diciendo a Vanesa alguna de las alumnas, alumnos y profesores y profesoras que habían pasado por su cama. Mas exactamente que había follado con
ell@s
pero también la indicó que si follaba con ella no iba a conseguir mejorar su nota. Que nunca lo había hecho con ninguno ni ninguna a cambio de eso y que no iba a cambiar ahora. Vanesa no había pensado en eso en ningún momento.
Elena puso a Vanesa contra la pared. La cara contra la pared, abrió sus piernas ligeramente. Pasó su mano desde su coño hasta su culo por encima de la ropa, por encima de los jeans. Luego sobó los pechos sobre la tela de la blusa comprobando la dureza de los pezones de la chica. Lamió su cara como una perra en celo. La chica se giró y cogiendola de la cabeza la besó con pasión. Casi la estaba violando la boca con su lengua. La quitó el top y la soltó los pantalones y se los bajó. Elena a duras penas lograba mantener el ritmo a pesar de ser mas experimentada. Estaban las dos casi desnudas solo les quedaba los tangas sobre su piel.
Elena embistió a Vanesa contra la mesa. Vanesa tenía apoyado el culo contra la madera y con las manos amasaba las nalgas de su profesora lamiendo los pezones y los pechos como si de una perra se tratase. Elena comenzaba a gemir cuando casi le arrancó a Vanesa el tanga. Se retiró un poco a admirarla. Una chica alta, rozaba el metro ochenta. Pechos no muy grandes con pezones rosados sobre una piel lechosa. El pubis recortado y no muy velludo y un culo pequeño pero muy proporcionado a la altura de la chica.
Elena la hizo arrodillarse y morder la goma del tanga e ir bajándoselo hasta que se lo quitó. Vanesa pudo ver que la profesora era un autentico bombón. Estatura menor que la de ella pelo largo cobrizo, ojos almendrados marrones. Labios finos pero sensuales. Pechos pequeños de pezones color marrón oscuro. El pubis casi entero rasurado y el culo rotundo, duro y respingón..
Ahora estaban las dos a escasos centímetros, las dos completamente calientes, pezones duros y con los muslos brillantes por los flujos que ellas se habían extendido al desnudarse y acariciarse. Elena la puso contra la mesa y se puso a lamer su culito y a bajar a su coño. Babeaba mientras disfrutaba comiéndola el coño, la vulva el clítoris. No podía parar. La levantó y la hizo tumbarse en el suelo boca arriba con las piernas completamente abiertas.
Se colocó sobre ella con las piernas abiertas y el coño en la boca de su joven alumna. La dijo que iba disfrutar y se lanzó a comerla el coño. Empezó con unos movimientos circulares en torno al clítoris para después poner la lengua como una pequeña o penetrarla rozando el clítoris y haciendo que Vanesa estallase en un gran orgasmo que la hizo temblar de placer. Elena también estaba recibiendo lo suyo. La chica a la vez que lamía el clítoris, lo hacía de forma torpe como si fuera una perra pasando toda la lengua por él pero eso hacía que ella se pusiera todavía más a mil.
Cogió el bolso y sacó un vibrador que había llevado para la ocasión y penetró a la joven con él en el coño haciendo que los fluidos cayeran lentamente escurriéndose por la taja del culo y mojando la entrada trasera de Vanesa. La penetraba con mucha suavidad haciendo que la libido de Vane subiera de nuevo. De repente la puerta se abrió.
Hombre Fernando, te has adelantado a la sorpresa que tenía para el viernes, pasa, pasa.
Vanesa se quería morir. Allí estaba completamente abierta de piernas delante de un desconocido que resultó ser el marido de su profesora. Elena había cerrado con llave cuando entraron pero su marido tenía llave así que las pilló pero en lugar de enfadarse pidió permiso para unirse a la fiesta. Elena se lo dio sin dudarlo y Vanesa estaba tan salida esa tarde que accedió sin dudarlo. Fernando se desnudó con rapidez y penetró la boca de su mujer hasta que la polla que ya estaba a media asta subió por completo.
Ahora la puso a la entrada del culo de la chica y empujó suavemente hasta que la penetró entera. La embestía primero con fuerza pero suavemente. Elena por su parte se entretenía con el clítoris de su amante y Fernando estaba disfrutando tanto de ese culo que viendo que las chicas estaban al borde de otro gran orgasmo la sacó y baño de semen las caras y las tetas de las dos chicas que se habían tumbado abrazadas la una junto a la otra.
Este es un relato imaginario, si queréis podéis escribirme(por favor, escribirme mejor) a
Picante100@hotmail.com
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