Elena y Sonia ya viven juntas capítulo 3

Elena acude a una cirugía invitada por Alexandra

Recomiendo la lectura de los capítulos anteriores para entender este capítulo.


Con ayuda de Sonia le coloqué a #21 el vendaje en el ojo que aún le quedaba libre y ya con ella a ciegas, entre Sonia y yo le ordenamos que se tumbara en el suelo boca abajo y usamos a #21 como si fuera una alfombra, poniendo en su espalda nuestros pies con los tacones de las botas, mientras veíamos la TV tranquilamente.

Como al día siguiente había que ir a clase, era martes, Sonia y yo nos fuimos a la cama pronto y nos quedamos dormidas pronto, #21 por su parte se fue a su espacio, aunque antes le ordenamos que a las 05:00 estuviera en nuestra habitación con 2 cafés preparados para Sonia y para mí, para iniciar así el día.


A las 05:00 en punto, nos despertó a Sonia y a mí el ruido de los toques en la puerta de #21 con las tazas de café, sin duda #21 parecía eficiente pues no se había quitado los vendajes de los ojos y había conseguido subir la escalera sin ver y sin derramar nada de

café

de las tazas.

Nos tomamos el café y bajamos las 3 a entrenar al gimnasio de la casa, #21 también tenía que estar en forma como nosotras, casi de hecho más que nosotras si se iba a ocupar de mimarnos y de atendernos.

Sonia y yo nos duchamos al acabar, follamos en la ducha porque acabamos muy calientes porque durante el entrenamiento nos encargamos de putear a #21, la usamos como si fuera un saco de boxeo, #21 no se quejó, es más, nos lo agradeció.

Cuando bajamos al salón ya vestidas para salir y con la idea de tomar un café rápido e irnos primero al colegio a dejar allí a Sonia para sus clases y después a la oficina, a trabajar, nos encontramos con que #21 nos había preparado un rico desayuno, ella sola, porque Lizzette

aún

estaba durmiendo.

Desayunamos y salimos las 3 en el Audi A8 hasta el colegio de Sonia, nos despedimos con un beso y quedamos en que nos veríamos en la casa, junto con Petra, que se encargaría de hacer de chofer y llevaría a Tamara, Paloma (Que había pasado el lunes en la finca con su padre, de ahí que no haya hablado de ella en el último capítulo antes de este) y Sonia a mi casa a pasar allí la tarde.


La mañana de martes tuvo dos partes bien diferenciadas:

La primera parte de la mañana fue en la oficina, le pedí a Inés que pusiera al día a #21, a la que ya le había vuelto a dejar solo con el ojo faltante tapado, y que le enseñara la oficina.

Iba a empezar a trabajar cuando me llamó José, me quería preguntar por las primeras horas de #21 en mi casa, y me informó de que por la tarde #87 regresaría para darme en mi casa la jaula donde dormiría #21 a partir de ahora, y también la tendría que acoger en mi casa (A #87) porque haría de conductora de #21

ya que,

al no poder ver bien, #21 no conducía ya salvo por la finca.

José me dijo que #87 y #21 compartirían cuarto para que no tuviera que pasarlo mal o con problemas de espacio, y que también conduciría por mí cuando fuera necesario (Comida/cena de alcohol, por ejemplo).

Logré trabajar un poquito, hasta que me llamó Alexandra y ya tuve que ir a verla a su clínica, con la idea de ver alguna cirugía en directo como espectadora de lujo.

Así que me fui en el coche, aparqué en el parking de la clínica y fui a buscar a Alexandra, que estaba en la cafetería, tomamos un rápido café y nos fuimos a cambiar para ir al quirófano.

Ya cambiadas (Ambas parecíamos médicos de verdad pese a que solo ella lo era en realidad), en el quirófano vimos a Jaime y a José, porque la operación que iban a realizar era especial y había querido estar también presente, aunque al acabar se iba a regresar a la finca de Extremadura.

La cirugía consistía en un cambio de prótesis a una de las esclavas de José, le iban a poner unas tetas que luego se rellenaban para alcanzar un máximo de 4000 CC de silicona, una pasada.

La sumisa de José, #5, debía de tener apenas 20 años, era bajita, poco más de 1.5m y delgadita, menos de 50 kg, pelo castaño corto, cuerpo normalito tirando a poco gimnasio, y destacaba ya por las tetas, así que ahora iba a hacerlo aún más; José me explicó que el objetivo de #5 era tener unas tetas enormes, era lo único que había pedido y José se lo iba a conceder a cambio de que se dejara someter al gusto de José.

Pasamos las dos siguientes horas en el quirófano, Alexandra estaba pendiente de mí en todo

momento,

aunque sin descuidar la cirugía; ver como las tetas de #5 aumentaban fue apasionante, pero la simulación por ordenador del futuro de esas tetas, lo fue aún más.

Eran las 14:30 cuando acabó la cirugía, nos volvimos a vestir de personas normales y Alexandra me invitó a ir a comer por ahí para celebrar mi primera cirugía como espectadora.

A mí me apetecía más llevarme a Alexandra a mi casa y follármela allí mismo, así que logré convencerla para que fuéramos a mi casa, encargar comida y dejarnos llevar.


Llegamos a mi casa, Lizzette había salido con unas amigas por descansar un poco, ya había hecho las cosas de la casa, además teníamos a #21 que le echaría una mano a partir de ahora, así que estábamos las dos solas, para poder follar, o eso creía.

A los pocos minutos de llegar a mi casa, mientras nos estábamos desnudando para estar más cómodas, llamaron al timbre, era #87 con una maleta pequeña, que ya había llegado desde la finca de José con la jaula de #21 y con sus cosas para instalarse en mi casa y hacernos de conductora a #21, a Sonia y a mí.

Alexandra se quedó en el salón pendiente del reparto de comida y yo me llevé a #87 a su espacio para que se instalara.

La comida ya estaba lista cuando regresé, Alexandra y yo comimos un poco y nos tomamos el postre antes del segundo plato, ya me entendéis (Follamos allí mismo mientras comíamos de las ganas que nos teníamos).

#87 regresó al salón una vez que ya se había instalado, estaba desnuda por completo y pidió permiso para sentarse con nosotras, nos pilló follando por lo que tuvimos que parar, con el consiguiente cabreo de Alexandra.

A mí se me ocurrió que Alexandra podría empezar a experimentar con más chicas, así que le sugerí a Alexandra la posibilidad de que #87 le lamiera el coño y se lo comiera, para ver si ella disfrutaba.

Apenas había accedido Alexandra a ello cuando #87 ya estaba de rodillas haciéndole una comida de coño a Alexandra, que

disfrutaba,

aunque no tanto como cuando estaba follando conmigo, todo hay que decirlo y reconocerlo.

Cuando Alexandra se corrió, yo le limpié bien el coño, sin embargo, cuando pensaba que íbamos a volver a follar, a Alexandra le sonó el móvil con una llamada de su madre, y se tuvo que ir porque no se acordó de que había quedado con ella para atender una consulta a domicilio, así que se despidió de nosotras dos y se fue.

Con Alexandra quedé en que nos veríamos al día siguiente para cenar en su casa y poder acabar la follada que había quedado pendiente entre nosotras dos y que se había visto interrumpida por la llegada de #87.

#87 y yo fuimos al coche de #87 para recoger la jaula de #21 y la montamos en el salón para estar más cómodas y luego fue solo #87 quien se la llevó mientras yo dirigía la operación, la jaula de #21 ya montada a su ubicación final.

Al acabar de montar la jaula, era ya la hora en la que iban a llegar Sonia y el resto de las chicas, cuando llegaron nos saludamos y pasamos un par de horas estudiando (Ellas) y

trabajando (

Yo), hasta que sobre las 20:00, llegó el momento de hacer un par de horas de deporte...