Elena y Sonia ya viven juntas capítulo 2
La convivencia sigue. Aparece Petra y conocemos a #21
Recomiendo leer los capítulos anteriores para entender este capítulo.
Próximamente iré elaborando y subiendo más capítulos.
Cuando colgué la llamada con Jaime, tuve algo de tiempo para seguir trabajando, pero a las 14:30 me fui preparando para ir a buscar a Sonia y a Tamara que salían de las clases a las 15:00.
Primero iríamos las 3 a comer a algún sitio de comida saludable y después, mientras que Sonia iba a dar clases de conducir, yo me llevaría a Tamara a la farmacia y de compras, para regresar más tarde a la casa para estudiar hasta que llegara la hora de la entrevista a #21.
Salí de casa, me subí al
Range
Rover y fui hasta el colegio, las dos tardaron un rato en salir, era ya un poco tarde cuando comenzamos a comer, por suerte encontramos un sitio con menú del día abierto aún y pudimos comer en condiciones, aunque Tamara se quejó un poco de la elección que yo le había hecho para su comida.
Cuando se acabó la comida, dejamos a Sonia cerca de donde tenía que dar las clases del coche, y Tamara y yo fuimos a un centro comercial, con la idea de ir en primer lugar a la farmacia que había allí y después, visitar las tiendas de ropa, sin preocuparnos del coche en ningún momento.
Dejamos el coche bien aparcado y fuimos a la farmacia, con las recetas que le había mandado Susana, nos dieron las medicinas que iba a necesitar Tamara y también compré unos vendajes que iba a tener que emplear con #21 según me dijo Jaime, cuando ella llegara, dejamos la compra en el coche y comenzamos la tarde de tiendas en sí.
Entramos en la primera tienda y Tamara de repente se puso nerviosa, le cambió la cara y se puso blanca, como si hubiera visto a una mujer con bigote, y algo de eso pasaba, pero a quien había visto era a Petra, una compañera suya de clase con quien no se llevaba nada bien, porque le hacía
bullying
.
Pude ver a Petra, que a sus 19 años (Había repetido durante la ESO), parecía una muñequita, una Barbie, toda maquillada, vestida como una putilla, y que estaba hablando con una amiga a la que Tamara no conocía.
Petra nos vio y se acercó a nosotras, para sorpresa de Tamara, nos saludó con afecto y educación, y le pidió a Tamara que nos presentara, porque Petra había oído hablar de mí (Lo que pasó con Sonia el día que la llevé en el Porsche a clase) pero no nos habíamos visto.
Estuvimos hablando un rato sobre el plan que teníamos de comprar ropa y Petra se despidió de su amiga (Poco menos que la mandó a la mierda), e insistió en acompañarnos en las compras.
Aunque Tamara no estaba muy convencida, yo acepté, porque tenía curiosidad en conocer a Petra, si realmente hacía
bullying
, me interesaba su personalidad.
Tamara se estuvo probando vestidos durante un buen rato, algunos sí que le quedaban bien y nos los llevamos, otros, no acababan de convencerme así que no le dejé que se los llevara.
La segunda tienda que visitamos, fue de lencería, allí nos estuvimos probando algún conjunto las tres, evidentemente al vernos las 3 en lencería, había claras diferencias, y eso hizo mella en Tamara, que se sintió un poco diferente, pero al verla, le prometí que, con un poco de esfuerzo y mi ayuda, muy pronto podría lucir tan bien como lo hacía Petra.
Por último, pasamos por una tienda donde había en el escaparate un abrigo largo de cuero, a pesar de que Tamara no estaba muy convencida, se lo compré.
Me llegó un mensaje de Sonia, ya estaba en la casa y se iba a poner a estudiar, porque tenía examen al día siguiente y tenía que repasar un poco (Al ser de Historia, es importante un buen repaso para las fechas).
Tamara y yo nos subimos en mi coche para regresar a la casa y Petra nos siguió en el suyo, un Porsche
Taycan
negro, pensé que Petra debía de estar podrida de pasta para permitirse semejante carro.
Llegamos a la casa, le dejé a Petra que aparcara su coche en el jardín, en el porche y entramos en casa.
Sonia estaba en una de las habitaciones de la casa, estudiando en silencio, así que solo la interrumpí para darle un beso en la boca y le dije
que,
si quería
algo, me
avisara; también le comenté que Petra estaba aquí, y puso mala cara.
Cuando regresé al salón, Petra estaba allí sola mirando el móvil, había mandado a Tamara a la cocina para que le trajera una copa, yo me alarmé un poco porque no me pareció buena idea dejar a Tamara sola en la cocina y fui para allí como si la bigotuda del ejemplo de antes se hubiera dirigido a mí para besarme.
Por suerte Tamara estaba preparando la copa para Petra y no había comido nada que no debía comer, así que nos serví a Tamara y a mí unos vasos con té helado y los llevé al salón.
Durante unos minutos estuve hablando con Petra a solas, mandé a Tamara a que se fuera desnudando y me esperase desnuda en el gimnasio de la casa, donde tenía previsto comenzar con un suave entrenamiento para mejorar su condición física.
Petra me dijo que era bisexual y tenía algo de experiencia en
BDSM,
pero solo como
Ama,
aunque no le importaría probar como sumisa, sus padres no sabían nada de sus gustos, como eran empresarios y se la pasaban trabajando, se limitaban a untar de pasta a Petra y apenas le prestaban atención, pasaban de ella.
Como no tenía hora de llegada porque sus padres nunca estaban en casa, Petra nos acompañó a Tamara y a mí en la hora escasa que hicimos de deporte.
Petra estaba muy en forma, pero Tamara no, por poco se asfixia a nada que hicimos, pero bueno, fue un comienzo, había que ser constantes así que quedamos en que cada día de la semana laboral, por la tarde, Tamara se pasaría por mi casa y yo me encargaría personalmente de que se moviera un poco.
Mandé a Tamara a la ducha ella sola y yo me quedé a solas y desnudas las dos y sudadas, con Petra, que comenzó a besarme en cuando que ya Tamara no nos veía.
Yo preferí dejarme hacer y pude observar que Petra debía de tener bastante experiencia con las mujeres, porque comía el coño de manera extraordinaria pese a sus 19 años.
Le pregunté si Mercedes había tenido algo que ver, pero no, simplemente el hecho de estar con sus amigas y con algún ex novio que le hizo participar en orgías, le había dado la experiencia.
Íbamos ya para la ducha cuando me llamó Alexandra, al final no había habido cirugía, pero la habían preparado para el día siguiente por la mañana, así que nos citamos a las 09:00, para que yo fuera una espectadora más en el quirófano de la clínica.
Petra y yo nos duchamos y nos fuimos a vestir, Petra se puso uno de los vestidos nuevos que se había comprado, junto con las botas que ya traía y fuimos al salón donde pillamos a Tamara hurgándose la nariz; Petra le dio una bofetada, y la llamó cochina, yo me descojonaba al ver la escena.
Petra se ofreció a llevar a Tamara a su casa y yo me quedé trabajando unos minutos mientras esperaba la llegada de #21.
Recibí una llamada de Jaime en la que me indicaba que #21 estaba ya a punto de llegar con el conductor a mi casa para realizar la entrevista.
Jaime me pidió que acogiera en mi casa a #21 y que la tratara como a una esclava, la idea era que #21 estuviera disponible para Sonia y para mí las 24 horas del día los 7 días de la semana, de ahí lo de vivir en mi casa.
Nada más colgar la llamada con Jaime, llamaron al timbre, aunque Lizzette hizo ademán de ir a abrir porque estábamos charlando de las cosas de intendencia de la casa cuando sonó el timbre, yo me levanté y fui a abrir la puerta.
#21 estaba ahí, con una pequeña maleta con ruedas y me pidió permiso para entrar en mi casa, usando “Ama Elena” al final de la frase.
Tenía delante de mí a una mujer de unos 50 años bastante bien llevados, con pelo rubio muy corto, diría que rapado al 1 en una especie de cresta en el centro y al 0 y afeitado a los laterales, un cuerpo lleno de tatuajes en el que destacaba un
gran
número 21, tetas claramente operadas por el gran tamaño que tenían, cuerpo muy machacado en el gimnasio y el ojo derecho tapado por un parche/vendaje que le cruzaba la cara hasta casi la boca; llevaba solo un bikini negro que apenas tapaba nada y unas botas con mucho tacón y algo de plataforma.
Hice pasar a #21 al salón, le presenté a Lizzette, que se fue a la cocina tras el saludo para prepararnos algo de cena y dejarnos hablar tranquilas a Ama y esclava.
Primero estuvimos hablando de cosas de trabajo, le expliqué cuál iba a ser su función como sustituta de #111 y no hubo problema, #21 lo entendía todo a la primera, se notaba que controlaba el tema de los negocios.
Noté que #21 hablaba un poco raro, pero cuando le pregunté ella me respondió que era debido al aparato dental que llevaba, una dentadura postiza porque los dientes originales se los habían sacado uno a uno.
Pasamos ya a terreno personal, #21 me aseguró que su lugar en la casa iba a estar por debajo incluso de Lizzette y que podría contar con ella para todo lo que necesitara, a cualquier hora del día o de la noche.
#21 me contó un poco su historia personal, era una de las putas/sumisas/esclavas de José, y la madre de Irina, de Esther y de #36, aunque no estaba casada con José, lo conoció hacía ya muchos años, José la dejó embarazada de Esther por lo que tuvo que estudiar casi siempre a distancia, pero, poco a poco, fue logrando ir sacando títulos (Matemáticas, Derecho y ADE) y ayudar a José en sus negocios.
Le pregunté a #21 por el aparatoso vendaje del ojo y ella, muy contenta y con una sonrisa de oreja a oreja me contestó que era cosa de Esther, hace unos años, haciendo prácticas de médico, ella tuvo que hacer de paciente y acabó perdiendo el ojo.
Finalmente le indiqué a #21 cuál iba a ser su habitación, seguí las indicaciones de Jaime y habilité un pequeño cuarto en el que dejaba mis trastos, con una cama de apenas 80cm de un colchón viejo, y le di indicaciones a #21 de que solo iba a poder usar el baño de invitados, el más pequeño de la casa que apenas sí disponía de una pequeña ducha.
No dejé qué #21 deshiciera la maleta porque Lizzette ya había hecho la cena y Sonia estaba ya bajando para cenar, así que hice la presentación protocolaria entre #21 y Sonia y comenzamos a cenar las 4 (Invité a Lizzette a cenar para que no se sintiera sola).
Cuando acabamos de cenar, entre #21 y Lizzette recogieron la cocina y al terminar, #21 regresó al salón, donde estábamos Sonia y yo viendo una serie en la TV.
#21 se puso de rodillas donde estábamos nosotras y con mucha educación me pidió que le pusiera uno de los vendajes que había comprado en el ojo que aún llevaba libre y que no se lo quitara hasta el día siguiente...