Elena y Sonia ya viven juntas
Es la continuación del relato "Elena y la sobrina de mi socia", que se encuentra en la categoría de amor filial.
A partir de este relato, es la continuación de la serie de “Elena y la sobrina de mi socia” que se encuentra publicada en mi perfil; recomiendo su lectura para poder entender bien esta parte de la historia
La historia comienza donde acabó la anterior parte, cuando Elena y Sonia regresan del fin de semana en las fincas de Jaime y de José y ya van a empezar a vivir ellas dos solas porque Silvia, ahora #111 se regresa a la finca de José para empezar a ser su esclava sin casi límites.
Sigue hablando Elena
Entramos en mi casa al acabar de despedirnos de Zacarías y de #111 (Silvia), y nos encontramos a Lizzette que estaba hablando animadamente con Bibiana, que se había adelantado a la hora prevista para nuestra conversación.
Bibiana llevaba un top muy escotado que mostraba casi la totalidad de sus tetas y una falda tan corta que se le veía medio culo, apenas estaba ahí, se podría decir.
Primero fui al baño porque me estaba meando y ya no podía aguantar más y antes de regresar al salón y empezar a hablar con Bibiana, pasé por la cocina y me serví una cerveza y otra a Sonia, que me la había pedido.
Me senté en el sofá del salón y Bibiana nos empezó a preguntar por cómo había ido el finde y lo que había pasado allí, en la finca de Jaime.
Tamara confesó que ya había follado por primera vez y que Jaime había sido el encargado de quitarle la virginidad, pero le había gustado la experiencia y quería seguir siendo follada por hombres,
porque,
aunque prefería las mujeres, se sentía humillada siendo follada por un hombre.
Bibiana no se sorprendió y sin inmutarse, le dijo a Tamara que Jaime era su padre y que entonces, había sido su propio padre quien se la había follado por primera vez.
Tamara se puso un poco triste al principio, pero no dijo nada, creo que por dentro se sentía a la vez humillada y enormemente excitada al conocer la noticia.
Yo tampoco me sorprendí demasiado ni de la noticia ni de la reacción de Tamara, ya sabía que Jaime tenía
hij@s
secretos por ahí (Alexandra), así que no era de extrañar que con lo que follaba, hubiera más.
Bibiana nos contó que cuando comenzó a ser puta en un bar de mala muerte de esos de carretera donde paran algunos camioneros, el primer cliente fue el amigo de uno de los dueños del tugurio, Jaime, y que en esa primera follada ya la dejó embarazada de Tamara.
Estuvimos charlando un rato más (Mientras cenamos algo), hasta casi las 23:00 cuando Tamara y Bibiana se disculparon porque ya era un poco tarde, al día siguiente ya era lunes otra vez y había clases y trabajo, además Bibiana tenía un cliente que atender.
Nos despedimos de
Tamara,
pero quedamos con ella en que nos veríamos para comer con la idea de llevarla de compras y a la farmacia.
Sonia y yo nos desnudamos y nos fuimos un rato a la piscina, a darnos un baño nocturno para quitarnos el cansancio del viaje, y tuvimos una maravillosa sesión de sexo lésbico, disfruté mucho, aunque pensaba en Alexandra, a la que iba a poder ver al día siguiente.
Nos fuimos a la cama y caímos rendidas, aunque apenas sí dormimos 5 horas, pero yo logré descansar bien y cargar pilas.
Al día siguiente, a las 05:00, me desperté, arrancaba la semana y de un empujón, desperté a Sonia para que se viniera conmigo al gimnasio de mi casa a hacer un par de horas de gimnasia, de deporte conmigo.
Me costó un poco que Sonia arrancara, pero, poco a poco, y con muchos besos y caricias, fui logrando que Sonia entrase en calor y fuera arrancando el día.
Estuvimos haciendo deporte en sí, pero antes de finalizar, follamos de nuevo porque se lo había prometido como recompensa si Sonia se esforzaba en el gimnasio.
Luego de alcanzar un par de orgasmos cada una, nos fuimos a la ducha, donde volvimos a follar, aunque fue Sonia en esta ocasión la que lo inició al meterme sus dedos por mi coño con la excusa de ayudar a ducharme.
Por supuesto, Sonia se bebió mi pis esa mañana en la ducha, porque durante el viaje de vuelta a Madrid, acordamos que así lo haría cada mañana cuando nos ducháramos juntas.
Al acabar de ducharnos, elegí la ropa para Sonia (Otra de las normas que le había puesto a partir de cuando viviéramos juntas), le elegí un vestido bastante corto y unas botas con mucho tacón, no le permití que se pusiera sujetador y solo le dejé un minúsculo tanga. Nada de medias ni prenda de abrigo
Yo me puse lo mismo y también un abrigo de cuero y bajamos a desayunar, apenas tomamos un café cada una a toda prisa porque ya Sonia llegaba casi tarde a las clases.
Dejé a Sonia en el colegio, sin bajarme del coche porno perder más tiempo y me fui al trabajo, pues me esperaba una mañana ajetreada al tener que buscar a alguien que sustituyera a Silvia.
Mientras iba en el coche me llamó la chica de la grúa que me iba a devolver el coche, mi
Range
Rover, así que tuve que dar media vuelta cuando ya casi estaba en el garaje de la oficina y volver a casa a recoger el coche y atender a la de la grúa.
Al llegar a mi casa, la de la grúa ya estaba, con su Nissan
Cabstar
y mi
Range
Rover encima de la grúa, tuve que firmar un recibo y cuando ya pensaba que me iba a bajar el coche y se iba a volver a Extremadura, la de la grúa, me dijo que ella venía de Jaime y de José y que tenía la orden de tener que ser follada por mí antes de regresarse a la finca de la que venía.
Discretamente se subió el pantalón corto que llevaba y me enseñó su tatuaje con un número (#87), lo que significaba que me la tendría que follar porno tener problemas con Jaime y con José y ella tampoco no los tuviera con ellos dos.
#87 parecía ser de algún país latino, tal vez de Argentina por como hablaba, las tetas no estaban nada mal, pelo castaño largo y rizado, algo de sobrepeso, labios que me habría gustado reventar y bastantes curvas, sin
embargo,
no era muy femenina, yo sospecho que era lesbiana y que lo pasaba mal al follar con José y con Jaime.
Hice pasar a #87 al salón de mi casa, Lizzette nos ofreció tomar algo y estuvimos hablando un rato sobre lo que le gustaba a #87 para saber si tenía algún límite y para poder cumplir el encargo de los dos Amos.
#87 traía consigo un par de dosis de heroína que le tuve que inyectar como paso previo a empezar a follar.
Pasamos a mi habitación, y nos comenzamos a desnudar, agarré unas esposas y unas tobilleras y até con ellas a #87 a la cama, también le coloqué una mordaza abierta y me coloqué un
strap-on
con la polla más grande que tenía a mano y empecé directamente a follarme a #87 por el culo, porque así me lo había pedido José
explícitamente
.
Cuando #87 estaba a punto de correrse, me pidió permiso para hacerlo (No podía hablar por la mordaza, pero levantó la pierna izquierda, la señal acordada), yo paré inmediatamente de follarme el culo de #87, y comencé a desatarla, negando por tanto el orgasmo a #87 tal y como me habían pedido sus Amos.
#87 se vistió, bajó mi coche de la grúa, le di una bofetada a modo de despedida y se marchó en su grúa.
Yo fui a ver mi coche, me di una vuelta en él hasta un bar cercano para comprobar que todo estuviera OK con el coche, me tomé un café y regresé a mi casa con la idea de teletrabajar hasta la hora de la comida y ya me pasaría por la oficina si acaso por la tarde, o ya al día siguiente.
Apenas había comenzado a concentrarme en mi trabajo cuando me hizo una videollamada José, para preguntarme por #87 y si ya me la había follado y, de ser así, cómo había ido la mañana de sexo.
Le expliqué lo sucedido y él disfrutó mucho; estuvimos hablando del tema de la sustituta de Silvia, de #111 y José me dijo que no me preocupara por eso, porque esa misma tarde se pasaría por mi casa alguien que me ayudaría en ese aspecto.
José me envió un email con el CV de su propuesta de nueva ayudante/socia.
#21 tendría unos 50 años, pero no solo destacaba por su físico, bastante cuidado en el gimnasio, sus habilidades técnicas eran impresionantes, disponía de mucha experiencia en la alta dirección de empresas y había estudiado también Matemáticas como yo, entre otras cosas, así que ya estaba deseando conocerla en persona...