Elena y la sobrina de mi socia capítulo 2
Elena le lame el culo a su hermana. Tamara aparece en escena. La revelación de Mercedes.
Recomiendo la lectura del primer capítulo para entender la historia.
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Rápidamente al ver que la llamada era de mi hermana Beatriz con la que llevaba casi un mes y medio sin ni siquiera hablar por teléfono porque en la última ocasión en la que comimos juntas me dijo que le había surgido un asunto importante y que sería ella la que me avisaría cuando volviera a estar libre, les hice una seña tanto a Sonia como a Silvia para que se estuvieran calladas, y tomé la llamada.
Beatriz me dijo que quería quedar conmigo para desayunar a media mañana así que quedamos en torno a las 11:00 en un bar en el que ya habíamos quedado varias veces antes y que nos gustaba a las dos, sin embargo, me dejó algo preocupada el hecho de que tuviera algo importante que contarme, a pesar de que me dijo que se trataba de algo positivo para ella, para sus intereses.
Tras colgar la llamada, regresamos ya al juego de nuevo, Silvia y Sonia se estaban besando apasionadamente mientras yo hablaba con Beatriz por teléfono, así que me uní de nuevo a la fiesta, empezando a lamer el cuerpo de Silvia, que comenzó a gemir de placer, porque Sonia empezó también a lamerla, aunque ella se centró más en la zona genital, en el coño con piercings de Silvia y yo empecé por arriba, por el cuello de Silvia y fui bajando mientras Sonia iba subiendo.
Sonia y yo nos cruzamos en las tetas de Silvia, así que nos quedamos una cada una de nosotras dos y lamimos y mordisqueamos sus pezones a dúo, para después intercambiarnos sus tetas y repetir la operación de mordiscos, que supuso oír los gritos de dolor de Silvia.
Cuando acabamos de lamer, chupar y mordisquear cada rincón del cuerpo de Silvia, le metimos los dedos por su coño que estaba ya chorreando y acto seguido le metimos cada una nuestro
strap-on
, al ser la primera vez, decidimos que era mejor que no fueran muy grandes, así que eran los más pequeños que tenía a mano, entraron sin ninguna dificultad, pero Silvia tardó muy poco en correrse por la excitación que llevaba, en esta ocasión, sí que pidió permiso a ambas para correrse, y decidimos dejar que lo hiciera, logrando que Silvia disfrutara de un
gran
orgasmo.
Como eran ya las 02:15 cuando acabamos de follarnos a Silvia entre Sonia y yo, y al día siguiente había muchas cosas que hacer, era ya la hora de dormir, nos quedamos las 3 durmiendo en mi cama y completamente desnudas, aunque antes de dar por terminado el día, a Silvia le tapamos los ojos con un antifaz, que usaría a partir de ahora para dormir.
Apenas unas 3 horas después, y como cada mañana entre semana, sonó mi despertador, a las 05:00, para arrancar un nuevo día.
Para mantener mi cuerpo fitness hago dos horas diarias de gimnasia, de 5 a 7 de la mañana los días entre semana, para también encarar el resto del día con energía.
Sonia se despertó, le di un beso en la boca y le ordené que siguiera durmiendo un rato más, que yo más tarde la despertaría para ir a las clases, y a Silvia, que seguía durmiendo y sin inmutarse, le dije:
-” Silvia, pedazo de puta, despierta que hay que hacer algo de ejercicio para mantener ese bonito cuerpo que tienes”.
Silvia hizo como si no me hubiera escuchado, así que cuando acabé de mirar el móvil, me levanté ya de la cama y tuve que tirar de Silvia para que se levantara, le quité de un tirón el antifaz de los ojos, haciendo que Silvia se despertara con mayor rapidez, le di un beso en la boca de buenos días y tras ponernos ambas sendas zapatillas deportivas únicamente (Porque acostumbramos a hacer deporte desnudas por el tema de la calefacción) tomándola de la mano, bajamos al gimnasio para comenzar a hacer algo de deporte.
En el gimnasio, aparte de hacer algo de deporte en sí mismo, corriendo por ejemplo en la cinta de correr, también hubo tiempo para que Silvia me demostrara cómo se le daba comer coños; nada más llegar al gimnasio, fue ella misma la que se ofreció a comerme todo el coño, porque ya se había levantado cachonda y era algo que estaba deseando hacerme, así que le di luz verde a que lo intentara.
No lo hizo nada mal, se notaba que había algo de experiencia, quizás más de la que en un primer momento podía parecer, preferí no adelantarme y esperar algo de tiempo para preguntarle si había tenido más experiencias lésbicas anteriormente.
En torno a las 6 llegó Sonia al gimnasio, se había desvelado al despertarla tan pronto por lo que había decidido bajar al gimnasio a hacer algo de deporte con nosotras dos; nos saludamos con besos en la boca, con total normalidad, y estuvimos haciendo deporte una hora más.
Al acabar de hacer deporte, tocaba darnos una ducha así que nos metimos las 3 en la ducha del baño de mi habitación y nos acicalamos, aunque hubo tiempo también para alguna caricia y para que Silvia recibiera nuestra lluvia dorada, pues ambas la usamos como WC directamente en su boca, para aliviar las ganas de mear, que eran ya bastante importantes.
Silvia se puso de rodillas en el baño y se tragó nuestro pis, sin oponer resistencia y agradeciendo al término de nuestras meadas, que la hubiéramos usado como váter.
Ya duchadas, pasamos a mi habitación, como ni Silvia ni Sonia tenían ropa e íbamos con el tiempo justo para que Sonia no llegara tarde a sus clases, les tuve que prestar algo de ropa.
Sonia se puso una falda de cuero y un jersey, ambos en negro, una chupa de cuero
rockera
, medias negras y unas botas de no mucho tacón, normal a pesar de todo; dejé que se pusiera un tanga como única lencería.
Silvia se puso una minifalda de tubo y un top que apenas tapaba sus tetas y mostraba muchos de sus tatuajes al llevar los brazos al descubierto y por supuesto unas botas de bastante tacón. No le dejé ninguna prenda de abrigo a pesar de que era un día frío, aunque sí le permití que se pusiera medias de
red
pero no lencería de ninguna clase así que se le vería todo a nada que se le levantara un poco la diminuta falda que llevaba.
Yo me puse un vestido de cuero algo escotado y de color marrón, medias transparentes y un conjunto de lencería de color negro y unas botas negras con algo de plataforma, agarré un abrigo largo de cuero para protegerme del día frío.
Ya vestidas, fuimos al garaje, yo quedé con Sonia en que la llevaría en uno de mis coches a su colegio, Silvia iría en su coche directamente a la oficina y allí nos veríamos; antes de salir, tomamos un rápido café en la cocina y estuvimos planificando el día, calculé que sobre las 19:00 nos veríamos para ir de compras las 3 y renovar el vestuario (Para hacerlo más de putilla), de Silvia.
Sonia y yo nos montamos en mi Porsche 911 de los nuevos, con la idea de impresionar a las compañeras de su colegio al vernos llegar, y pusimos rumbo a las clases.
Apenas tardamos unos pocos minutos en llegar, pero causamos sensación, sobre todo al besarnos en la boca casi a la puerta del colegio, hubo varias miradas de envidia.
Aproveché también para saludar y besar a Paloma, que ya estaba allí cuando llegamos nosotras, ella ya tiene su coche y suele ser de las primeras en llegar a las clases por las mañanas.
No os lo dije antes, pero para que os hagáis una idea, Paloma es la típica niña buena que va repeinada a las clases y que nunca ha roto un plato en su vida, quizás el hecho de que sea pecosa ayuda a pensar que es una chica aparentemente inocente (Aunque, en realidad, sea 1 de las más guarras y la que menos límites tiene a nivel sexual).
Tras dejar a Sonia y despedirme de Paloma también, puse rumbo a mi oficina, donde me esperaba Silvia para hablar de temas de trabajo, así que nos pasamos hora y media aproximadamente hablando de cosas poco importantes en este relato, aunque sí que hubo alguna mirada y algún beso entre nosotras, aparte de alguna caricia.
A las 10:30 me despedí de Silvia con 1 beso en la boca apasionado y les dije tanto a Silvia como a Irene, mi secretaria, que no sabía lo que me iba a demorar, pero que avisaría si tardaba mucho, salí a la calle, tomé un taxi a la puerta de la oficina y me dirigí al bar donde había quedado con Beatriz.
En cuanto a Irene os tengo que decir que no ha habido forma de conquistarla, pues tiene novio con el que se va a casar, así que por ahora no lo he intentado; físicamente no está mal, aunque no es que sea especialmente llamativa, pero tiene su morbo.
Había algo de tráfico, así que tardé un buen rato en llegar pese a que no había demasiada distancia entre mi oficina y el bar.
Cuando llegué, Beatriz ya estaba allí, no estaba sola y me costó reconocerla, pues había pegado un cambio enorme desde la última vez que la había visto, en especial y lo que más llamaba la atención era su cambio de color de pelo, pasando de castaña a rubia platino con melena y extensiones y las tetas, que le habían crecido un montón.
Además, rápidamente reconocí al hombre que acompañaba a mi hermana, para mi sorpresa, se trataba de Jaime, el padre de Paloma, el cirujano plástico.
Cuando ya me senté en la silla del bar, vi que el cambio de Beatriz también era evidente en su cara, en su nariz, en la que llevaba varios piercings y lo que parecía ser una sonda nasogástrica.
En cuanto a la ropa, Beatriz parecía salida de algún polígono donde hay putas, pues iba muy escotada luciendo sus tetas con un corsé de cuero negro que se las apretaba mucho y un nuevo tatuaje con un número de esclavitud, con una micro falda de cuero negro y unas botas al muslo con fácilmente 20 cm de tacón, que yo reconocí porque también las tengo, pero para ocasiones especiales, porque son muy de puta o de stripper.
En el cuello, Beatriz llevaba algo que también reconocí, un collar de esclavitud.
Hubo algo más que no me gustó nada y es que Beatriz fumaba a pesar de que yo nunca le había visto, hasta ese momento, hacerlo; yo que intento cuidarme, soy poco partidaria del
tabaco,
aunque soy tolerante a pesar del pestazo que deja.
Beatriz sonrió, dejando ver un aparato dental en su boca, le dio otra calada a su cigarrillo para acabarlo y se encendió otro con la colilla del que se acababa de terminar (Algo que me pareció ya de nota, Matrícula de Honor en tabaquismo) y comenzó a hablar, para contarme lo que había sucedido en estos casi 2 meses en los que no nos habíamos visto. (Yo me tomé un café y un bollo de chocolate, Jaime se estaba tomando una cerveza y pidió otra y Beatriz solo tomó agua durante todo el tiempo)
Beatriz: -” Hace tres meses, mientras estaba dando una vuelta por el centro de Madrid, me encontré casualmente con tu socia Silvia (Se conocen porque en varias ocasiones nos hemos visto las 3 a la vez como es lógico), estuvimos tomando un café y Silvia me pidió que la acompañara a la clínica de Jaime porque iba a ir a pedir información para el regalo de la cirugía de las tetas de Sonia, así que fuimos las dos y allí conocí a Jaime (Miró a Jaime y sonrió de oreja a oreja).
Beatriz continuó tras darle un beso en la boca a Jaime, que se sintió un poco incómodo.
Beatriz: -” Fue un flechazo, Jaime me propuso quedar a cenar esa misma noche, estuvimos follando y hablando y me propuso convertirme en una Barbie, en
una bimbo
, algo que ni siquiera me pensé, porque te tengo que confesar que era uno de los sueños de mi vida, así que acepté y hemos ido comenzando el proceso”.
Jaime prosiguió, contando los términos médicos de lo que había hecho y lo que quedaba por hacer.
Jaime: -” Primero le operé las tetas, aunque el objetivo es que las tenga mucho más grandes, para que llame la atención en todo momento, además, con ayuda de un colega cirujano y de otro que es ginecólogo le hemos realizado a esta esclava una cirugía llamada “total
pelvic
exenteration
”, de manera que ahora tiene que cagar y mear en bolsas y ya solo puede follar por su culo, porque no tiene zona genital; cuando acabe la recuperación le voy a hacer un BBL y le voy a dejar un culazo espectacular y además, la dieta a partir de ahora, será solo por sonda como puedes ver y en cuanto a los tatuajes, la idea es tatuar todo su cuerpo, por ejemplo ya lleva el número de registro como esclava, y también toda su cara, aparte de llenarla de piercings, en las tetas y en la lengua, ya los lleva y por supuesto hacer que se convierta en dependiente de la cocaína, la heroína y el alcohol”.
Beatriz sacó la lengua y me mostró un piercing.
Yo me quedé durante unos segundos sin saber muy bien qué decir, pero solo me salieron dos preguntas, si nuestros padres lo sabían, y si Beatriz sabía que Jaime estaba casado.
A la primera pregunta, Beatriz, con algo de pena, me confesó que ya no vivía con nuestros padres, estaba en un apartamento propiedad de Jaime, y sí, ella sabía del matrimonio de Jaime, pero no le importaba ser una de “Las otras”.
Jaime me invitó al apartamento donde vivía Beatriz, para que pudiera comprobar de primera mano que estaba viviendo lo mejor posible, que no le faltaba ningún lujo, yo acepté, por lo que Jaime llamó al camarero, pidió la cuenta y pagó y nos fuimos en el coche de Jaime, un Audi A8, hasta el apartamento, situado por la zona de El Viso, con vistas a un mal lugar, el Bernabéu. (Porque soy del Barça)
Llegamos al apartamento, Jaime aparcó el coche en el garaje y subimos en el ascensor hasta el ático, la verdad es que el piso no estaba nada mal, muy amplio, cálido con buena calefacción, y decorado de diseño con mucho cuero, así que me gustó, salvo por el pestazo evidente a tabaco que había por toda la casa.
Mientras íbamos en el coche, Jaime me propuso ser espectadora de cómo él usaba el culo de Beatriz, y yo acepté, pues tenía curiosidad de verlos follando y, con suerte, yo podría también participar, o, al menos, masturbarme mientras.
Beatriz se estaba empezando a desnudar, cambió su corsé por otro más pequeño y también de cuero negro que ya no tapaba sus ahora ya más grandes tetas y Jaime le
había
colocado una botella de vodka que parecía de mala calidad y un vaso de chupito para que Beatriz se fuera bebiendo la botella chupito a chupito cuando me sonó el móvil, eran varios mensajes de Sonia, una foto de sus tetas, otra de su coño, y también la petición de quedar para comer porque me quería presentar a alguien de su colegio que, movida por la curiosidad al habernos visto esa misma mañana, pues quería conocerme.
Quedé con Sonia a las 14:00 para recogerla del colegio e ir a comer y volví al lío con Beatriz y Jaime.
Beatriz ya estaba desnuda por completo, Jaime le ofreció lo que parecía una dosis de heroína y se la inyectó a Beatriz, que le dio las gracias por drogarla.
Pude ya ver los resultados de su cirugía, que eran impactantes, Jaime le quitó el
plug
anal que llevaba, y le empezó a meter directamente y a saco la polla, bastante grande, por cierto, lo que provocó un grito de placer de Beatriz.
Jaime se estuvo follando a Beatriz hasta que se corrió Jaime, llenando todo su culo con su semen; al acabar, Jaime me sugirió que limpiara el culo de mi hermana y yo acepté, pues tenía curiosidad, así que me fui hasta donde estaba ella, y comencé a lamer su culo hasta dejarlo bien limpio de los restos del semen de Jaime, por suerte no me topé con nada de la caca de mi hermana, aunque no me hubiera importado (Pero esa ya es otra historia)
Jaime me sugirió que le limpiara a él también su polla, pero me negué, pues tenía claros mis gustos y no lo iba a hacer, algo que Jaime se tomó bien, a pesar de todo; también vio mi problema dermatológico y se ofreció a solucionarlo con láser, pero también me negué, porque ya me había acostumbrado y no lo quería solucionar.
Miré el reloj, vi que eran las 13:30 y yo tenía algo de prisa, me despedí con una excusa de Beatriz y de Jaime, y quedé con ellos en que nos veríamos en la finca de caza en Extremadura que era propiedad de Jaime a lo largo del finde porque nos iba a invitar para celebrar el cumpleaños de Sonia (Era una sorpresa de parte de Paloma así que quedamos en que no le diríamos nada a Sonia hasta que llegáramos a la finca).
Salí de nuevo a la calle, fui en otro taxi hasta la oficina, pasé brevemente al baño a mear porque llevaba ya varias horas sin ir y tenía muchas ganas y a saludar a Silvia y le hablé del plan con Sonia y sus amigas, recogí mi coche del garaje donde lo había dejado aparcado al llegar a la oficina por la mañana y regresé al colegio de Sonia, para recogerla e ir a comer con ella y con las otras chicas a las que ella hubiera invitado.
Llegaba ya tarde, Sonia me estaba esperando algo cabreada porque ya las chicas a las que quería dar envidia se habían ido a su casa, pero me estuvo explicando en el trayecto en coche hasta el restaurante chino donde había quedado con Paloma y con Tamara (La amiga de Sonia que se había quedado sorprendida al verme y me quería conocer), para comer todas juntas y conocerme.
En el restaurante, conocí a Tamara, físicamente no me llamó la atención, pues parecía que no se cuidaba demasiado, pero vi que tenía potencial si mejoraba un poco su femineidad.
A sus 18 años, al igual que sus amigas, llevaba unos vaqueros con deportivas y una camiseta, junto con un abrigo bastante feo. Tetas normalitas y buen culo, pero se notaba que solo hacía deporte cuando no había más remedio, y de la última vez hacía ya tiempo; sin embargo, me sorprendió su carácter, pues sabía hablar de muchos temas, en especial de Física, así que pasamos un buen rato.
Algo que también me sorprendió y no para bien precisamente fue la velocidad y la ansiedad con la que Tamara engullía la comida que fue llegando a la mesa, pedimos varios platos para compartir en la mesa y Tamara iba comiendo como si se fuera a acabar la comida y ya no hubiera más.
Sonia me comentó que Tamara tenía el mejor expediente, se pasaba las horas estudiando y solo le preocupaban los estudios, no se le conocía ninguna relación con nadie ni tampoco demasiadas amistades, era casi una ratita de biblioteca.
Le pregunté a Tamara si tenía alguna experiencia sexual, y me respondió que no, apenas algún beso, pero nada importante, aunque sí me confesó que le gustaba ver porno y que tenía dudas de si era o no lesbiana, porque últimamente era el tipo de porno que más consumía, de ahí que al vernos esa mañana a Sonia y a mí, besándonos apasionadamente, pues se hubiera decidido a hablar con Sonia y a pedirle que nos conociéramos.
Entonces se me ocurrió que podría invitar a Tamara al finde en la finca de Jaime, con la idea de que sirviera de inicio para ella en sus actividades sexuales, con suerte podría probar a follar con ambos sexos (Con Jaime y con cualquiera de las chicas allí presentes) y quizás aclarar sus ideas; Tamara me dijo que sí, porque vivía solo con su madre, que era muy permisiva con ella, de hecho, era quien le animaba a salir para que no se quedara siempre en casa estudiando.
Cuando acabamos de comer, Tamara le pidió a Paloma que le diera un aventón hasta su casa en Boadilla del Monte para no perder ya más tiempo y ponerse con una larga sesión de estudio, y yo me encargué de llevar a Sonia a su casa, para que estudiara también un rato antes de que llegara la hora de ir de compras con ella y con su tía Silvia.
Como tenía que ir a ver a Mercedes a El Retiro, no pude pasar a la casa de Sonia, me hubiera encantado follármela allí mismo, pero ya tenía el compromiso con Mercedes, así que Sonia y yo nos besamos en el coche un rato antes de dejarla ya en su casa, y puse rumbo al parque.
Llegué a las inmediaciones del parque, dejé el coche en un parking porque al ser de gran valor, evito dejarlo en la calle cuando se puede, y fui caminando hacia mi encuentro con Mercedes.
Mercedes ya estaba allí cuando llegué yo, llevaba unos 5 minutos de espera solo, pero me disculpé por la tardanza y nos saludamos con un beso en la boca para no olvidar viejos recuerdos; ella llevaba un abrigo de visón y debajo un vestido muy escotado y corto, como siempre, además de unas botas de tacón fino muy excitantes; nada más verla, le dije que sabía cómo excitarme, que no había perdido la costumbre en estos años.
Mercedes me respondió, riéndose, que era justamente lo que buscaba, pero, en cualquier caso, su semblante se tornó algo más serio, cuando, tras hablar mientras paseábamos por el parque durante un rato de lo bien que le iba en la vida, nos sentamos en un banco del parque y comenzamos ya a entrar en harina y me contó lo que me había querido contar desde que el día anterior estuvo en mi casa en la fiesta de cumpleaños de Sonia.
Mercedes: -” Verás, Elena, hace 19 años, cuando fui a una revisión de Ginecología a una clínica privada, mi ginecólogo con quien inmediatamente hubo una gran conexión, me habló de un amigo suyo llamado Jaime, que era cirujano plástico y que quería tener como fuera un
hij
@ ya que aunque estaba casado, su mujer no podía follar, de hecho, ni siquiera habían follado en la noche de bodas, porque la boda había sido impuesta por el padre de Jaime, un cirujano de prestigio y la madre de la mujer de Jaime, que no quería que Micaela, su única hija, se metiera a monja, así que el matrimonio fue más un montaje, un acuerdo de cara a la galería que un matrimonio de verdad; el caso es que, de algún modo y para resumir la historia, Paloma es mi hija biológica, Jaime es su padre biológico pero en los papeles yo no aparezco en ningún lado.”
Mercedes me pidió que eso lo mantuviera en secreto, que ella misma ya vería el momento de contárselo con calma a Paloma cuando viera que ambas estaban preparadas para ello.
Elena: -” Entiendo que ese ginecólogo es Paco, tu marido actual, y que sabe por tanto todos tus gustos y todo este tema. ¿Qué opina él de que te gusten las chicas jovencitas?, (Pregunté con curiosidad)”
Mercedes: -” En efecto, así es, Paco está de acuerdo, siempre y cuando no meta a nuestras dos hijas en este tema, ellas no saben que yo tuve a Paloma antes de tenerlas a ellas dos”.
Elena: -” Hay otro tema del que me gustaría hablarte, básicamente la pregunta es: ¿Cómo te llevas con Silvia, la tía de Sonia?”
Mercedes: -” Regular la verdad, ella me pone muy cachonda, siempre me ha puesto, bueno ella y su hermana gemela que ya no está por desgracia; cuando yo acabé la carrera de Matemáticas y pude ya empezar a ser profesora, tenía 25 años y Silvia y Sonia (La hermana fallecida, madre de Sonia), fueron alumnas de las primeras clases que tuve, ambas destacaban en Matemáticas como tú, Elena, por lo que les ofrecí también mis clases de refuerzo, avanzadas y pasó lo mismo que contigo, sin embargo en su casa se enteraron y las cambiaron de colegio, hasta hace poco que me encontré con Silvia porque teníamos que hablar del buen rendimiento de Sonia, no supe más de ellas dos, pero sí pudimos hablar de lo que pasó y decidimos que haríamos lo posible para que no pasara nada más entre nosotras dos, con todo el dolor de mi corazón”.
Yo me quedé algo sorprendida por lo que me acababa de contar
Mercedes,
pero no dije nada, nos quedamos unos segundos en silencio hasta que Mercedes empezó a recordar alguna anécdota graciosa de nuestra época en el colegio, para romper un poco el hielo, la tensión del ambiente.
Nos levantamos del banco y fuimos ya hasta una de las salidas del parque, la más próxima a mi coche, Mercedes se tenía que ir ya a dar alguna clase particular y yo tenía que ir de compras, pero quedamos en que nos veríamos más adelante para cenar alguna noche en su casa, situada en Villaviciosa de Odón y que volveríamos a follar como hacíamos casi 20 años atrás.
Nos despedimos, Mercedes y yo con un beso, y me dirigí caminando hacia mi coche, le ofrecí a Mercedes llevarla en mi coche donde fuera
necesario,
pero ella prefirió ir caminando porque no estaba demasiado lejos la casa donde tenía que dar la clase particular a una de sus alumnas.
Silvia me llamó justó cuando estaba a punto de arrancar el coche para decirme que ya salía en dirección a la zona de tiendas donde habíamos quedado, y que iba ya con Sonia en el coche, me mandó foto de cómo iban vestidas, muy
sexies
las dos. (Ambas enteras de cuero, con medias negras, nada de lencería ni de ropa interior y sin abrigo a pesar del frío).
Me dirigí en el coche hasta un parking próximo a las tiendas que íbamos a visitar, aparqué y mientras esperaba, entré en un bar y pedí un chocolate caliente, para entrar un poco en calor por el frío.
Aproveché mientras me servían la taza de chocolate para sacar la
tablet
que siempre llevo en el bolso para poder avanzar un poco en temas de trabajo, y a los pocos minutos, Silvia me estaba llamando de nuevo al ver que no me localizaba en la puerta de la tienda, pero enseguida nos vimos en el bar; tras saludarnos con besos en la boca sin importarnos las miradas de los presentes en el bar, Sonia se pidió una cerveza y yo pedí un zumo para Silvia.
Sonia me dijo
que,
en el trayecto hasta las tiendas desde su casa, Tamara la había llamado y le había pedido hacer una videollamada conmigo con urgencia, porque no se podía concentrar en el estudio porque tenía la mente en lo que habíamos hablado en la comida en el restaurante de comida china.
Hicimos la videollamada con Tamara, que, algo azorada y desnuda (Porque no se cortó en mostrarnos que se había quitado toda la ropa para estar más cómoda), confesó que había pasado la tarde casi más masturbándose y viendo porno que haciendo las tareas de estudio que tenía pendientes, pues no se acababa de concentrar en las fórmulas de Matemáticas y en las cosas que tenía que hacer.
Por suerte Tamara iba a estar sola en casa toda la noche porque su madre tenía un viaje de trabajo e iba a estar fuera toda la semana laboral, así que le propusimos a Tamara ir a su casa en cuanto que hiciéramos las compras, y hablaríamos con la intención de calmar los ánimos, bajar el calentón de alguna forma.
Silvia pagó las consumiciones y salimos del bar, fuimos a la primera de las tiendas, un sex-shop, la dependienta se sorprendió un poco al vernos, aunque no dijo nada; yo ya tenía en mente lo que quería comprar, así que la dependienta fue sacando los productos, primero varios
dildos
y aparatos sexuales, y, después, algo de ropa de látex, principalmente vestidos cortos e incluso alguna máscara tanto de las que tienen agujeros para los ojos como de las que solo los tienen para boca y nariz, de la talla de Silvia, para que se los fuera poniendo y formaran parte de su indumentaria habitual, para parecer una puta.
Añadí también un
strap-on
y un pene de plástico no muy grande, con la idea de usarlo esa misma noche en la casa de Tamara y con ella, con Tamara, pues suponía que me iba a acabar suplicando que me la follase, debido al calentón que llevaba.
Silvia se encargó de nuevo de pagar la ropa y salimos cargadas de bolsas que, evidentemente, se encargó Silvia de llevar, casi como si fuera una burrita de carga.
Pasamos también por una zapatería, donde nos compramos varios pares de botas, las mías y las de Sonia, no demasiado llamativas, pero las de Silvia sí que lo eran, para estar acorde a su nueva condición de sumisa, de putilla. Por supuesto, Silvia volvió a pagar, aunque Sonia y yo ayudamos con las bolsas, llevando eso sí, solo las que eran de nuestras botas.
Los coches los teníamos ambas aparcadas en el mismo parking, Tamara nos había pasado la ubicación de su casa en Boadilla, así que fuimos hacia allí, yo en mi Porsche 911 y Silvia y Sonia en el Volvo XC90 de Silvia.
Metí en el GPS del móvil la ubicación de la casa de Tamara y comencé el trayecto hasta el adosado de Boadilla del Monte, fui siguiendo al coche de Silvia, aunque nos tuvimos que detener en un supermercado para que Silvia comprara unas pizzas (Durante la videollamada quedamos en eso con Tamara) y pudiéramos cenar algo.
Aparcamos los coches en las inmediaciones de la casa de Tamara y le ordené a Silvia que llamara al timbre, Tamara salió a abrir la puerta, desnuda y descalza como estaba y pasamos al interior de su casa.
La casa estaba algo antigua, pero estaba bastante bien, no hacía frío, antes de subir a la habitación de Tamara le pedí que me indicara la ubicación del baño porque nuevamente me estaba meando porque ya llevaba varias horas sin ir a mear ya que no había dispuesto del tiempo suficiente (Mientras Silvia se quedó en la cocina pendiente del horno y las pizzas y la cena), que me sorprendió al ver que estaba decorada con temática
gaming
y había un buen ordenador para pasarse horas enganchada a cualquier videojuego. (Cuando le pregunté a Tamara me dijo que tenía pensado estudiar para llegar a ser algo relacionado con la Informática, quizás una ingeniería), por si fuera poco, en la TV estaba jugando a algún videojuego con una videoconsola conectada.
Tamara estaba bastante excitada, su coño que estaba sin depilar se encontraba bastante enrojecido al haber pasado la tarde masturbándose a tope, y ahora que ya la estaba viendo desnuda por completo pude confirmar lo que sospechaba acerca de la falta de ejercicio y la dieta poco adecuada porque vi envoltorios por toda su habitación de snacks poco o nada saludables y que suelo tratar de evitar comer por muy ricos que estén; así que tomé nota mentalmente de la situación y empecé a pensar en una dieta para Tamara y en cómo hacer para que entrenara y se pusiera en forma a nivel deportivo, como lo estábamos Sonia, Silvia y yo misma.
En el ordenador Tamara tenía las páginas abiertas con los vídeos de porno lésbico y BDSM que había estado viendo y con los que se había masturbado, le pedí que me dejara ver el historial y pude comprobar que algunos eran realmente brutales pero otros yo ya los conocía y me gustaban porque eran excitantes.
Le pregunté a Tamara si se veía ya preparada como para ser follada, ya fuera por mí misma o por Sonia o Silvia; ella me respondió que no, pero que quería ver como Sonia se follaba a Silvia, porque era lo que le daba más morbo, en ese momento me confesó también que, en realidad, quien más cachonda le ponía, era su madre, pero le daba apuro decírselo, por si pensaba mal de ella.
Le pedí a Tamara que me enseñara una foto de su madre, para tratar de adivinar qué tipo de persona era su madre y ver
cómo
abordar la situación para que Tamara pudiera cumplir su sueño de follar con su madre, si la madre lo aceptaba.
Tamara abrió una página que tenía en las pestañas de favoritos y me enseñó la foto de una web de
escorts
, para mi sorpresa, su madre era una de las
escorts
a la que yo ya conocía porque había utilizado sus servicios para follar cuando había ganas y no tenía con quien hacerlo...