Elena versus David (5)

¿ Seré de verdad una sumisa?

ELENA VERSUS DAVID 5.

" David, necesito ir al baño."-

Me miró como bajando de una nube, la sumisa mujer , dulce, cagaba como un ser humano.

" Tenés mucha leche, y me ha movido el cuerpo"

Sonrió poderoso, yo aproveché para acercarme al aseo, y sentarme tras cerrar la puerta.

Vivía una mezcla de sentimientos y sensaciones. No tenía remordimientos por engañar a mi marido, si a mi amante le daba placer, a mi pareja también. Hasta me esforzaba en ser más sexual con él, para compensar el engaño. Me veía como una mujer que podía satisfacerles a ambos, gozadora de mi feminidad.

Nunca me habían nalgueado, y los azotes en mi cola, me habían encantado pese al dolor, era una asignatura pendiente en mis lecturas eróticas. Sobre él, sintiendo la dureza de su miembro contra mí, totalmente excitado, pero teniendo siempre el control de su pasión, había vivido las fantasías de niña, de alumna , de pupila castigada y caliente por el poder del macho.

Sabía que me iba a sodomizar, no es mi práctica sexual favorita, pero me gusta cuando es en una relación de sometimiento, en la que entrego al hombre mi más oscura puerta, el contra natura que decían los viejos clérigos. Y David lo había hecho bien, con cuidado, con mimo al principio hasta que la pasión lo había enloquecido de lujuria.

Estaba en una nirvana, en la que sólo me preocupaba que David se estaba enamorando de mí, y yo no quería amor, sólo quería vivir una aventura de mujer casada, con niño, argentina en un país que no era el suyo. Romper reglas , pero volviendo siempre al redil.

El día anterior, cuando no me llamó, decidí acercarme a los grandes almacenes donde le había conocido. Quería hablar con la muchacha que nos atendió en la sección de lencería. Ana era una belleza rubia, escultural, que me recibió con cierto resquemor, sólo cuando esperé a su descanso y la invité a un café, pude hablar con ella. Me contó lo que había ocurrido , como la había tratado, como David me estaba poniendo en un pedestal, y su problema, que ella , una mujer abierta, libre se había colado totalmente por él.

A mí, ella me ponía, era algo que noté en cuanto la vi, mi componente lesbiana se disparaba con ella, y la situación daba para montar una historia divertida. Tras un rato de conversación , quedamos en aprovechar mi próxima cita con David, ella tenía festivos acumulados y podía dejar el trabajo si yo la avisaba. Y lo había hecho al entrar en el hotel, mandándola un SMS.

Me lavé en el bidet al acabar, y salí con mis andares más sensuales, mi mirada mas perversa, me pegué a él, bajé la mano para acariciar su miembro grueso, pero todavía no duro, y le musité:

"Déjame que lo chupe"

No le di tiempo a la respuesta, me arrodillé y lo tomé en la boca sujetándolo con las manos.

Se puso rígido como un mástil de barco.

Desde abajo, suplicante le dije al dejar mi boca libre.

" No me castigues, por favor, pero me he atrevido a avisar a Ana, para que hagas con nosotras lo que desees"