Elena versus David (2)

En la sección de lencería, David me hace gozar como una gata en celo. Conviene leer Elena 1 y 2 de peterpan y Elena versus David 1, son las dos caras de una historia de sexo y morbo

ELENA VERSUS DAVID 2

Cuando llegamos a la planta de lencería, me dio un vuelco el corazón, soy fanática de lo sexy y una ropa interior adecuada me excita con sólo verla.

David me ordenó que buscara una dependienta para que nos atendiera, a mí, que me encanta vivir mi lado lésbico, me pareció un aliciente más en la locura que estaba viviendo.

Vi una chica preciosa, le pedí ayuda , le dije que mi marido y yo estábamos jugando a los desconocidos y que me hiciera pata.

David se quedó impresionado con la belleza de la dependienta, me hice la pudorosa y la asustada, pero estaba hirviendo, la situación me había puesto supercaliente, y mi único problema era que no se me mojara el pantalón con tanto flujo.

Cuando Ana nos trajo las prendas entramos en el probador.

Me ordenó que me desnudara, lo hice sin titubeos, quedé desnuda ante él. Normalmente estoy totalmente depilada, pero mi marido me había pedido que no lo hiciera durante una temporada, le apetecía ver un conejo peludito.

Fue un movimiento estúpido , quería excitarle y en vez de lucir mi cuerpo desnudo, me tapé el sexo con las manos.

Me dio una torta, floja, estuve a punto de gritar y montarle el número, pero me di cuenta que le excitaba sentirse un macho posesivo, y no había sido una bofetada, apenas un seco golpe cariñoso.

Y me dejé llevar.

Sabía besar, y acariciar, mi cuerpo vibraba como una guitarra ante unas manos expertas.

Cuando empezó a masturbarme, decidí dejarme ir. Su verga parecía querer romper el pantalón, pensé en que la iba a sacar para que se la chupara. Pero sólo se ocupaba de mi placer.

Acabé.

Me limpié a fondo , para borrar las huellas del orgasmo y me puse lo que David había comprado.

Al salir, Ana me hizo un guiño de complicidad, pensé que se había puesto cachonda imaginando lo que sucedía en el probador. Me di cuenta que le había dado el teléfono a David, quería participar en un trío con nosotros.

Al llegar al parking , creí que íbamos a continuar, pero sólo me pidió el número de celular.

Yo estaba necesitando un buena polla dentro, así que enfilé hacia la oficina de mi marido.

Subí , estaba solo en el despacho, es pequeño, separado por tabiques de cristal opaco que no llegan al techo. Cerré la puerta para evitar vistas inoportunas.

"Cógeme"- le dije al oído.

Me desnudé. Se quedó asombrado al verme con el corsé , apoyé el tronco en la mesa, con los pies en el suelo y mi grupa como obscena presa.

Al penetrarme , llenándome con su hombría, sentía la cremallera de su bragueta contra mis nalgas. Sus embestidas eran rápidas y fuertes. El no poder hacer ruido me excitaba aún más.

Nos fuimos a la vez.

Con las toallitas le limpié y me limpié.

"¡Qué delicia de sorpresa me has dado!. Es una maravilla tener una esposa tan putita como tú"

No sabes bien lo puta que es tu mujer, pensé para mis adentros.