Elena la ex mujer de Jacinto IV

Llegamos por fin a casa de Lucia y me veo envuelto en uno de los momentos mas morbosos de mi vida. Espero que os guste.

Gracias a todos los que me escribís y me alentáis a seguir publicando. Os respondo a todos desde laocultacion@gmail.com y quiero aclarar que aquellos que me dicen que todas las mujeres son unas bellezas solo aclararos que la belleza reside en los ojos del que mira y que los enlaces solo son fotos de chicas parecidas a las protagonistas de las historias. Sin mas seguimos con la historia y espero que os guste.

Así que sin más nos metimos en el ascensor y cuando la puerta se cerró Elena se abalanzo sobre mi boca y empezó a besarme mientras cogiendo mis manos hacía que esta recorriese todo su cuerpo. – Voy a hacer que quedarte aquí sea la mejor decisión que hayas tomado – me susurro mientras el ascensor paraba en el séptimo piso y Elena abriendo la puerta salía al rellano como la señora que era de cara a todos.

Muy jovial abrió la puerta, y arrancando la maleta de mis manos, que había llevado de viaje detrás de la misma, soltó la maleta y volvió a cerrarla sin ni siquiera hacer por entrar en el piso. – Vamos – me susurro manteniendo su estoica imagen nos dirigimos a las escaleras que descendían hasta el piso inferior. Bajamos por las mismas mientras veía que Elena parecía una colegiala llena de ilusión y de vida. En ese momento fue cuando me empecé a percatar de lo que quería decirme que estaba dejando que “estaba perdiendo su vida a cambio de nada ”.

Llegamos a la puerta de la casa de su hermana y tras llamar al timbre me cogió de la mano suavemente sin que nadie se diese cuenta y con la misma suavidad me la estrecho cariñosamente. Al abrir la puerta Lucia por fin apareció a mis ojos en vivo y en directo. Aquella mujer al igual que su hermana era una belleza rubia, de ojos azules en torno al metro sesenta de altura con unos pechos de una talla 90D, unas piernas largas y estilizadas y un culito respingón que no debía pasar de los cincuenta y cuatro kilos. Toda una belleza.

La hermana al verme no pudo menos que en un primer momento sentirse avergonzada al tener conocimiento de que había oído toda la conversación que había mantenido ella con su hermana. – No te preocupes hermanita aparte de mi él se está follando a varias primas suyas y a su tía – le susurro Elena mientras se acercaba a darle dos besos y un abrazo. – Como me alegro de verte – dijo completamente alborozada Elena mientras me invitaba a pasar a la casa.

Pude observar por un segundo como Lucia se recomponía y detrás de nosotros andaba por el largo pasillo hasta llegar al salón en el que entramos para sentarnos en un sofá mientras ella lo hacía en otro justo en frente de nosotros separados por una mesa de café que debía medir en torno a un metro y medio.

Elena estaba plenamente resplandeciente. – Que buena cara tienes hermana – le dijo Lucia mientras la miraba de abajo a arriba. – Eso es por los … – no termino la frase ya que en ese momento la chica de servicio apareció en el salón para preguntarnos si queríamos tomar algo. Cada uno de nosotros pidió lo que le apetecía y en ese momento hasta que la señora de servicio trajo la bandeja en un par de minutos ninguno de los tres dijo nada.

  • Muchas gracias por todo Bertha – le dijo Lucia. – Si usted ha terminado sus tareas se puede retirar hasta mañana – le dijo amablemente Lucia dejando leer entre líneas que quería que aquella mujer desapareciese hasta mañana. – Muy bien si la señora así lo quiere estaré en mi habitación – le respondió amablemente está desapareciendo a continuación del salón tras cerrar la puerta. – Hermanita parece que luces con luz propia – le dijo de nuevo Lucia. – Como para no – susurro esta. – Has visto lo bien atendida que he estado este fin de semana – respondió ella pletórica. – Si, si, ya te digo que lo he visto – respondió con una risa nerviosa Lucia mientras de soslayo me miraba a mí. – Hija mía no sabes lo bien que me ha sentado, creo que me he quitado veinte años de encima – susurro Elena. – Por lo menos de telarañas en el coño – susurro Elena mientras se incorporaba susurrando hacia delante. La hermana por respuesta se sonrió y le dijo – No sabes cómo me alegro por ti –. – Si hermanita por nosotras – le respondió rápidamente Elena que mirando a ambos lados se aseguró que nadie la escuchaba. – A partir de hoy nuestra vida va a cambiar – le dijo Elena. – La de las dos – sentencio a continuación. – No sabes lo bien que me ha venido conocerlo – dijo mientras me miraba ahora a mí. – No solo ha sido como me ha follado – dijo Elena mientras su mano acariciaba el dorso de mi cara. – Me ha enseñado como se puede vivir plenamente feliz y ahora sé que tanto tu como yo vamos a hacerlo – le susurro Elena mientras se levantaba y caminaba hacia su hermana.

Elena bordeo la mesa y fue a sentarse al lado de su hermana mientras esta la mirada anonadada por ver el cambio de su hermana. – Pareces otra – le susurro Lucia al ver la fuerza de vida que ahora derrochaba Elena. – Aun no has visto nada – le susurro esta mientras acercándose a su hermana la besaba directamente en los labios. – A partir de hoy tu y yo vamos a amarnos como queramos – le susurro Elena mientras separaba sus labios de los de ella. – Se acabo tu luto por el putero y mi silencio por el estafador – le susurro Elena mientras ahora desplazaba los tirantes del vestido de su hermana. – Se acabo nuestro silencio, el bajar la cabeza y vivir en silencio la vergüenza – susurro Elena mientras besaba el pezón izquierdo de su hermana. – A partir de hoy el mundo nos va a conocer y tú y yo vamos a vivir plenamente – le susurro Elena mientras su cara iba en busca del otro pezón de su hermana y de igual manera lo besaba. – Se acabaron nuestras penas hermana, suficiente penitencia hemos hecho tu y yo por pecados que no hemos cometido – le dijo Elena dejando ahora de nuevo su cara en frente de la de su hermana. – ¿Caminaras a mi lado en este cambio de vida? – le susurro Elena a su hermana. – Si voy de tu mano, hasta el fin del mundo hermana – susurro Lucia mientras una lagrima de alegría caía por su mejilla.

Por un segundo Lucia se quedó delante de su hermana a unos centímetros observando la fuerza que desprendía la mirada de Elena. – No sé lo que te ha hecho cambiar así, pero me encanta verlo reflejado en tu mirada – le respondió Lucia a su hermana.

Las dos clavaron su mirada en mí y en ese momento la voz de Elena empezó a oírse mientras de nuevo volvía mirar a su hermana. – Llamar la atención de él, que me escuchase, que viese en su mirada el deseo por mi cuerpo, su ansia por poseerme, que me tomase por todos los agujeros de mi cuerpo y que fuese tan cariñoso, tan cuidadoso, tan paciente mientras estimulaba cien veces más de lo necesario cada poro de mi piel para penetrarlo, lamerlo, follarlo, lubricarlo, profanarlo y sodomizarlo con el único fin de conseguir mi placer fue lo que me hizo cambiar y pensar que si había alguien tan sumamente paciente para estimularme a fin de conseguir mi placer fue lo que me hizo ver que yo lo valía – le susurro Elena mientras sus manos se anudaban con las de su hermana . – Y si lo valía para él también lo valía para cambiar mi vid a y la tuya también – sentencio Elena mientras bajaba la mirada y se fijaba en los pezones empitonados de su hermana.

Esta tras unos segundos en los que su cabeza iba a mil por hora pareció percatarse de que estaba con los pechos al aire delante de mí y por un segundo su pudor la venció y sus manos fueron a levantar de nuevo el escote del vestido para tapar sus pechos a mi vista. Las manos de Elena en ese momento la detuvieron y le dijo – ¿Qué te crees que no ha visto tus tetas ya? – le dijo Elena. – Tiene las fotos de Menorca en su móvil – le confeso Elena. – Se las mande después de una de las mejores folladas que me ha dado este fin de semana – le dijo Elena.

En ese momento las dos me miraron – Aunque ahora que lo pienso – dijo pensativa Elena. –  Estáis en desigualdad de condiciones – susurro Elena. – Tu – dijo refiriéndose a mi mientras se levantaba de al lado de su hermana. – has visto los pechos de mi hermana tanto en las fotos como en directo – susurro Elena en ese momento arrastrando a su hermana con ella mientras no soltaba sus manos en dirección a mi rodeando la mesa. – Pero ella solo ha visto tu polla en video – susurro Elena mientras sentando a su hermana al borde la mesa enfrente de mi Elena se sentaba de nuevo a mi lado. – Pues habrá que equilibrar la balanza ¿no? – le respondí yo.

En ese momento vi una sombra que agazapada tras una puerta corredera a nuestro lado en el salón tras Elena nos observaba. Supuse que era Suso el sobrino de Elena. Me fijé con algo más de detalle y en efecto vi a un chico rubio, desgarbado que encorvado a través del hueco que quedaba entre las dos puertas correderas nos observaba.

  • Pues vamos a equilibrar la balanza – me susurro Elena en el oído mientras no se había percatado aun de mi descubrimiento a su espalda. – Lo primero es que saludes a mi hermana como se debe hacer – me dijo Elena viendo en su mirada como se dibujaba su calentura.

Yo en ese momento me incorpore en el sofá y dije – Tienes toda la razón, que mal educado por mi parte no saludar a la anfitriona – le susurre mientras besaba con pasión a Elena. – Lucia, todo un placer conocerte, tu hermana me ha hablado mucho de ti – le susurre mientras en ese momento mientras me acercaba a ella dejando caer mis rodillas al suelo y quedando incorporado al lado derecho de Lucia me acercaba a su boca y hundiendo mi lengua en ella la besaba con pasión mientras mi mano derecha entre sus piernas llegaba a su clítoris y la empezaba a masturbar. – Siempre hay que ser educado como me han enseñado, ruego disculpes mi despiste – le susurre mientras ella separando sutilmente las piernas me invitaba a entrar en ella mientras veía la mirada de sorpresa en ella clavada en su hermana.

En ese momento mi mano de canto entre sus piernas hacía que mi dedo pulgar friccionase su clítoris mientras mi dedo índice y corazón entraba dentro de un mar de flujos en el interior de su vagina a la vez que volvía a besarla y mi mano izquierda hacia contacto con su pecho izquierdo.

Lucia se dejaba querer y en ese momento sentí como su mano derecha se apoderaba de mi muñeca invitándome a seguir dando placer a su entre pierna hasta que Lucia estalló en un maravilloso orgasmo que un silencioso gemido nos indicó a Elena y a mí que se había corrido viendo una gran mancha de flujo que quedo depositada en la mesa entre sus piernas mientras veíamos como el pecho de Lucia luchaba por llenarse aire por el esfuerzo llevado. – Espero que mi manera de saludarte haya resarcido el despiste de no saludarte – dije mientras llevaba a mi boca mis dedos índice y corazón e introduciéndolos en mi boca probaba el sabor de Lucia que alucinada, me miraba sin pestañear. – Si, si claro, estas disculpado – tartamudeo Lucia mientras no apartaba su mirada ojiplática de la mía.

De nuevo me deje caer al lado de Elena que encantada conmigo miraba a su hermana que aún me miraba ojiplática a mí. – Esa es la manera perfecta se saludar – me susurro Elena. – Pero aún tenemos que igualar la balanza – susurro mientras su mano iba a los botones de mis vaqueros cortos y empezaba a desabrocharlos. – Igual que tú has visto a mi hermana ha llegado el momento de que ella te vea a ti – me dijo Elena mientras tiraba suavemente de mis pantalones hacia abajo y por mis rodillas los dejaba resbalar hasta mis pies. – Casi estáis igualados – susurro Elena mientras sus manos hábilmente desabrochaban los botones de mi camisa y haciendo que me incorporase levemente me ayudaba a quitármela. – Casi, casi pero aún no – susurro Elena en ese momento besándome y llevando mi mano a sus pechos delante de su hermana que empezando a excitarse de nuevo mientras clavaba su mirada en mi torso y en mis abdominales dejo que el vestido resbalase por su cuerpo, desabrochando sus tirantes y poniéndose de pie dejo que este cayese arrugándose grácilmente en sus pies mientras dejaba que yo me recrease en la belleza de su cuerpo desnudo.

En el momento que Elena y yo dejamos de besarnos me percate de que a cada momento la hermana de Elena estaba más caliente. En el momento que Elena me dejo apoyar de nuevo la espalda en el respaldo del sofá Lucia fue testigo de la magnitud de mi polla. – Madre del amor hermoso – susurro Lucia. – Hermoso y divino es cuando la sientes clavada en lo más profundo de tu ser hermanita – le susurro Elena mientras se inclinaba y empezaba a chupármela.

Elena alojo todo lo que pudo en el interior de su boca mientras su hermana regalaba mi vista con su desnudez y las ganas de saber que más pronto que tarde cuando Elena me dijese, tomaría posesión de su cuerpo. – Sabes que a mi hermana se le ha retirado ya el periodo y la puedes follar a pelo – me susurro – No te imaginas lo deseosa que esta de una buena polla ya que nunca en su vida la han follado como tu me has follado a mi este fin de semana – me susurro Elena mientras de nuevo volvía a hundir mi polla en su boca. – Nunca tuve un orgasmo con mi marido – susurro Lucia mientras no apartaba la mirada de mi miembro. – Aunque no se ni por dónde empezar con algo tan grande – me dijo la hermana que apenas ni pestañeaba. – Tu por eso no te preocupes hermana que él sabe muy bien cómo hacer que todo esto – dijo mientras hacía cimbrear mi polla desde la base – entre dentro de ti – le gimió Elena que ahora empezaba a sentir como mis dedos penetraban su vagina. – ¿Lo ves? – gimió Elena mientras sentía como dos de mis dedos entraban dentro de ella.

Yo por un momento más mientras observaba la desnudez de Lucia me centraba en darle placer a Elena que recostada sobre mi disfrutaba separando las piernas para disfrutar del dedo que yo le estaba haciendo y de mostrarse a su hermana mientras era masturbada. – Hermana no sabes el placer que sabe dar – gimió Elena mientras entre mis dedos se corría.

Elena disfruto de su orgasmo cerrando los ojos y gimiendo como una gata en celo. Cuando Elena termino de correrse de nuevo abrió los ojos y observando a su hermana susurro – bueno creo que ha llegado el momento, de dejaros que os conozcáis mejor, mientras yo voy a darle un beso a mi sobrino – gimió Elena mientras dejando que su vestido suelto de gasa cayese por su cadera mientras tapaba de nuevo sus piernas, se levantaba y besando a su hermana salía del salón. – Disfrutadlo – nos dijo a ambos mientras girada ya al otro lado de las puertas correderas del salón cerraba las mismas dejando unos veinte centímetros separadas las hojas.

Por un segundo oímos como los pasos de Elena se alejaban por el pasillo y en ese momento Lucia de nuevo al oír como perdía la audición de los pasos de su hermana clavo de nuevo su mirada en la mía para al instante volver esta al suelo. Yo por respuesta de nuevo clave mis rodillas en el suelo y llevando mis manos al mentón de Lucia hice que esta elevase su mirada y de nuevo se cruzase con la mía. Cuando esto sucedió los labios de Lucia dibujaron una tímida sonrisa. – Eres preciosa – le dije mientras me recreaba en la armonía de sus facciones. – Cualquier hombre se sentiría privilegiado de poder observarte durante un dia entero – le susurre. – Soy una vieja – me dijo ella mientras volvía a bajar la mirada y esta se encontraba con mi polla que se encontraba completamente empalmada. – Seguro que aun estas excitado por la felación que te ha hecho mi hermana – susurro ella. – Tu hermana la chupa muy bien – le respondí – pero ahora mismo mi polla esta dura por la hermosa mujer desnuda que tengo delante de mí – le susurre.

En ese momento me puse de pie delante de ella y tendiéndole la mano la llevé al espejo más grande que vi en el salón. – Dime lo que ves – le dije mientras la posicionaba de pie delante del mismo y yo me ocultaba a su espalda. – Me veo a mi – susurro ella. – ¿Quieres saber lo que yo veo? – le pregunte.  Ella por respuesta solo asintió con la cabeza.  – Yo veo a la responsable de esto – le dije asomando mi polla entre sus piernas que dura se empezó a frotar con su clítoris. Ella al notar como mi glande había rozado por si clítoris para continuarlo friccionando con el tronco de mi polla se empezó a estremecer mientras notaba como sus labios vaginales se abrían y rozaban también por el tronco de mi polla.

En ese momento ella llevo su mano por detrás de mi cabeza a mi nuca y comenzó a gemir mientras movía a lo largo de mi polla su cadera. – Que delicia – susurro ella mientras sentía como su ano se apoyaba en la base de mi polla. – Sigue moviendo tu cadera – le dije. – Me encanta sentirte – le susurre mientras encorvaba suavemente mi cadera a fin de hacer mayor impacto con la suya.

En ese momento suavemente agarrando su codo hice que su mano bajase de mi nuca hasta mi polla y ella hizo el amago de empezar a sobarme la polla. – Para eso aún falta – le susurre mientras la invitaba a poner la mano plana y desde abajo ponerla a lo largo del tronco de mi polla rozando la yema de sus dedos desde mi escroto, mientras mi glande quedaba fuera de su mano a la altura de la mitad de su antebrazo para apoyarla contra su entre pierna y crear así mayor fricción de su vagina contra el tronco de mi polla.  En el momento en el que Lucia sintió como aumentaba mi intensidad sobre ella tuvo que alargar el otro brazo para apoyarse en la pared y no caerse por la intensidad del placer que sentía. – Dios de mi vida que gustooooooooooooooooooooo – gimió entre dientes Lucia mientras apoyada en mi polla de puntillas se corría para mí por segunda vez. – Me encanta la intensidad de los orgasmos que me provocas – me susurro ella mientras girándose me besaba.

En ese momento sentí lo excitada que estaba Lucia y descendiendo para probar su deseo por tenerme en su interior la lleve de nuevo al sofá donde la ayude a colocarse con las manos sobre el respaldo y las piernas apoyadas en el suelo para empezar a penetrarla.

Me incline en la posición en la que me dejo ponerla Lucia y de cuclillas detrás de ella deje que mi lengua lo más plana posible recorriese desde su clítoris a su ano mientras repetí el mismo movimiento diez veces. –Sigue por favor estoy a punto de correrme de nuevo – me pidió ella. – Pídemelo bien – le susurre. – Por favor sigue chupándome – gimió ella. – Pídemelo bien – le volví a responder. – Por favor te lo imploro, cómeme el coño que estoy a punto de correrme – gimió y yo en ese momento volví a chupar su coño friccionando lo máximo posible desde su clítoris hasta su ano para hacer que después de quince lamidas más Lucia se volviese a correr para mi esta vez depositando sus flujos en mi boca.

Almacene todo lo que pude recoger de ella en mi boca y dejándome caer en el cojín deje que ella lo viese en mi boca para a continuación cerrarla y tragarme toda su esencia. – Tu sabor como el de tu hermana es exquisito – le susurre mientras ella me miraba encendida.

En ese momento Lucia paso su pierna hacia mi costado derecho y dejando su cadera en medio y a menos de quince centímetros de mi cara no me puede resistir a darle un par de nuevos lametazos. – Joder – gimió mientras sentía como de nuevo se estremecía. – Me regalas otra “corridita” por favor – le pedí mientras nuevamente volvía a amorrarme a su coño y lo lamia desesperado buscando que de nuevo volviese a correrse en mi boca. – Dime una cosa – gimió ella entre espasmo y espasmo que le provocaba. – ¿Te lo volverás a tragar cuando me corra? – me pregunto. Yo asentí con la cabeza ya que noté que estaba cerca de correrse de nuevo. – Me pone cachonda saberlooooooooooooooooooooooo – gimió cuando de nuevo se volvía a correr en mi boca y mientras ella lo hacía sintió como yo me amorraba por completo a ella sin dejar escapar nada para de nuevo volver a tragarme toda su esencia. – Tienes mejor sabor a cada orgasmo – le dije cuando ella termino de ver como me tragaba su corrida.

En ese momento ella fue flexionando sus piernas hasta que por fin con sus piernas dobladas casi en su recorrido completo el coño de Lucia quedo apoyado en mi glande ya que yo había posicionado mi polla para quedar a la entrada de ella. – Tu glande es enorme – susurro ella cuando sintió como ella al descender dejaba que este abriese la entrada de su vagina dejando a ambos lados sus labios vaginales.

– Todo tu miembro es enormeeee – gimió Lucia cuando por fin consiguió que todo mi glande se alojase por completo dentro de ella. Poco a poco Lucia que estaba perfectamente lubricada dejo que mi polla abriese milímetro a milímetro su vagina. Y cuando ya se hubo introducido dentro de ella diez centímetros me susurro – Así era mi marido completo – musito mientras mirando hacia abajo veía como aún faltaban más del doble de mi polla por introducirse dentro de ella.  – No sé cómo mi hermana ha conseguido meterse todo esto me gimió ella. – Por cierto, ¿dónde está? – me pregunto ella mientras se percataba de que ya había pasado más de media hora desde que su hermana se había ido.

En ese momento tuve una idea. – Vamos en silencio a la habitación de tu hijo – le susurre a Lucia que ahora descubriendo que su hermana se había ido y que ella estaba desnuda se sintió cohibida. – Creo que te vas a sorprender gratamente – le susurre mientras la invitaba a levantarse. En ese momento Lucia se decidió a dejarse llevar y levantándose de mi me extendió la mano a fin de llevarme a la habitación de su hijo.

Abrimos lo más silenciosamente que nos fue posible las puertas correderas del salón para poder pasar y caminando por un pasillo oscuro seguí a Lucia que caminaba con la certeza de conocerlo de sobra mientras yo detrás de ella me dejaba llevar. Aquella casa debía ser enorme porque al andar bastantes pasos el pasillo giraba y por fin al fondo vimos como una puerta entreabierta dejaba que la luz del interior de la habitación iluminase el pasillo.

Nos acercamos al marco de la puerta y Lucia se asomó por delante de mí dejándome que pegado a ella por encima de su coronilla yo pudiese ver también el interior de la habitación. Lo que vi en ese momento me dejo alucinado. En la cama en diagonal a nosotros Elena estaba a cuatro patas en la cama mientras detrás de ella el que suponía que debía ser Suso el hijo de Lucia clavaba sin piedad su polla en el coño de Elena. – Tita como me gusta joderte – gemía él. – Tía por tercera vez me voy a correr dentro de tu coño, pero no te preocupes que voy a seguir follándote – gruñía él.

Justo en el momento en el que veíamos tanto Lucia como yo, como su hijo sentía en su cadera los espasmos propios de la corrida y sin sacar su polla del interior de su tía de nuevo volvía a reanudar la cabalgada que le estaba dando a su tía. Esta lucho con él y girándose se sacó la polla de su sobrino que llena de los flujos de ella y del semen de él. Su tía se lanzó a chupar para limpiarla. – Deja que te la limpie y me sigues follando sobrino – le gimió Elena que en ese momento nos vio a los dos en la puerta. – Tía tu coño está chorreando todo mi semen que más te da – le pregunto este dando a conocer a su tía las ganas que tenia de poder volver a poseerla de nuevo. – Porque me encanta tu sabor sobrino – le respondió Elena mientras se sacaba la polla de la boca y dejaba que su sobrino viese como ella se lo tragaba dejando a nuestra vista una polla de unos dieciséis centímetros que estaba dura como el acero.

A este ver como su tía se tragaba la mezcla de semen y flujos de su tía lo encendió aún más y en ese momento Suso haciendo quedar a su tía boca arriba completamente en paralelo a nuestra vista empezó a perforarla sin piedad de nuevo. – Jooooooooder que gusto sentir como me envuelve tu coño – dijo este mientras de nuevo se volvía a clavar en Elena. – No voy a parar de follarte en toda la noche tita – decía este mientras se clavaba sin piedad en su tía.

En ese momento vi que Lucia delante de mí estaba paralizada viendo como su hijo se jodía a su hermana. Y así se lo susurre en el oído para que no nos oyesen, aunque realmente pensaba que aquellos dos sobre todo él, estaba ahora mismo a mil kilómetros de nosotros. – Te gusta ver como la polla de tu hijo taladra el coño de tu hermana ¿a que sí? – le susurre a Lucia mientras empezaba a sentir como mi miembro entraba dentro de ella. Ella por respuesta solo apretó mi brazo y dejando caer su cuerpo hacia atrás dejo que mi polla se enterrase por completo dentro de ella mientras sentía como sus fluidos corrían por su pierna abajo.  En ese momento me erguí un poco más para dejar que Lucia se diese la ración de mí que considerase en ese momento.

Lucia pego su culo a mi cadera y sentí como empezaba a pedirme que fuese yo el que me clavase en ella y esta al sentir como mi polla sin entrar por completo dentro de ella pugnaba por abrir su cuello uterino. Sentí en ese momento como Lucia apretando los dientes se corría y su vagina estrangulaba en su orgasmo mi polla que estaba clavada a la mitad dentro de ella mientras sus fluidos empezaban a correr pierna abajo.

Lucia apoyada sobre el marco de la puerta por fuera para que los dos amantes incestuosos no la descubrieran me invito sin sacar mi polla a que de nuevo retomase la follada que le estaba dando y que de igual manera la tomase como su hijo estaba haciendo con su hermana. Yo retomé suavemente la follada y comencé a penetrar a Lucia que gustosamente me recibía notando que no llegaba a enterrarme por completo dentro de ella.

Lucia observaba la impresionante follada que su hijo le estaba dando a su hermana y como a este no le afectaba lo más mínimo el regar de nuevo con su simiente el interior de su hermana de nuevo y como el coño de esta rezumaba el semen de su hijo que resbalaba por y entre las nalgas de su hermana. – Joder lo necesitado que estaba el pobre – oí como susurraba Lucia mientras pensaba en que si lo hubiese sabido ella no hubiese tenido problema en ayudarle.

Lucia mientras veía como su hijo se vaciaba de nuevo dentro de su hermana por cuarta vez y de nuevo esta lo sacaba de su interior para saborear su esencia y lamer la cadera de su sobrino que estaba llena tanto de los restos de los orgasmos de su hermana como de los de hijo sorprendida veía como de nuevo su hijo se abalanzaba sobre su tía para continuar martilleándola con su rabo. Lucia pensaba que aquella polla no era tan grande como la que en ese momento la estaba follando pero pensaba que era la que más a mano tenía y además era la de su hijo…. Su hijito por el que daría la vida y que tan necesitado estaba sin ella saberlo.

En ese momento una idea paso por la cabeza de Lucia y por primera vez en toda su vida pensó que mejor que cohibirse la llevaría a cabo….

En ese momento tras el orgasmo de Lucia y retomar la follada esta me hizo parar y saliéndose de mi me dio la mano para llevarme por el pasillo hasta una habitación. Descubrí al entrar en la misma y encender Lucia la luz que se trataba de su habitación ya que la misma estaba decorada con una cama grande y un pequeño salón que constaba de dos sillas y una pequeña mesita delante de la cama.

Lucia me arrastro hasta la cama y arrancando la colcha y las sabanas se subió a la cama y colocándose en la misma posición que habíamos visto a su hermana Lucia me pidió que la tomase de nuevo. – Te quiero tan cachondo como a mi hijo – me susurro Lucia mientras esperaba a sentir de nuevo mi polla dentro de ella. De rodillas me subí a la cama y llegué hasta la grupa de ella para empezar a penetrarla. Suavemente, pero con la mano hueca palmee su culo para que sonase y le exonere a empezar a follarse mi polla hasta que sintiese como mi cadera hacía tope con su culo. En ese momento Lucia empezó a moverse y tras un par de estocadas empezó a sentir como mi glande dentro de ella empezaba a abrir su útero tímidamente. – Quieres que te folle como te follaría tu hijo – le susurre. Ella asintió y en ese momento cuando ella tenia insertado la mitad de mi polla dentro de ella le hice sentir como yo me hundía dentro de ella hasta los huevos y mi glande abría por completo su útero.

En ese momento Lucia sintió un espasmo que recorrió toda su espalda y poco después tras cuatro nuevas penetraciones Lucia se corrió y en ese momento sentí como su cuerpo me pedía que no parase y sin darle tiempo a recuperarse seguí clavándome dentro de ella sin parar a la vez que provocaba que cada espasmo de Lucia se convirtiese en una replica de su orgasmo hasta que después de un par de minutos en un continuo orgasmo Lucia se desplomo delante de mi y fui testigo de como aquella hermosa mujer presa del placer olvidado del sexo directamente se meaba de gusto derramada delante de mí en posición fetal.

Bea la hija de Elena en ese momento se descubrió a si misma delante de la puerta de la habitación de su tía. Su mirada estaba fija en su tía que delante de mi se recuperaba del orgasmo que acababa de tener. Vi como aquella hermosa chica en el marco de la puerta había sido testigo de cómo había llevado a su tía al extremo del placer y ahora sin darse cuenta impactada por el desenlace se había quedado al descubierto. Yo en ese momento me deje llevar por mi instinto de cazador y acercándome a aquella muchacha con mi polla en su máximo esplendor me quede de pie delante de ella sin decir palabra. – Ya sabia yo que no eras maricón – farfullo ella entre dientes. – Menudo pedazo de polla me perdí en Marbella – me dijo a continuación. Ella camino los dos pasos que nos separaban y arrodillándose delante de mí me susurro – Si me dejas me encantaría chupártela – me susurro mientras sus ojos azul claro se clavaban en los míos. – Sera un placer – le susurre. En ese momento ella demostrándome lo que podía hacer se presento ante mi como la primera mujer que en aquella casa era capaz de tragarse mi polla por completo hasta llegar a tocar con la punta de la nariz en mi pubis. – Como puedes ver aquí la mejor puta soy yo – me dijo cuando se saco por completo mi polla de la boca. – Ya lo veo – le susurre.

En ese momento ella me llevo a la cama de su tía y viendo a esta hecha un ovillo en la cama le susurro – anda que no te hacia falta una follada como la que te acaban de dar ¿eh? – le dijo esta mientras apartaba el pelo de la cara de su tía. Suavemente se acerco a ella y después de besar sus labios le susurro. – Mientras descansas me lo voy a follar yo un rato que ya el fin de semana pasado me dejo con todas las ganas – mientras en ese momento Bea me invitaba a sentarme en el colchón delante de su tía y mientras esta nos miraba Bea dejándose ver como la más experta guio mi polla hasta su vagina y de un empellón se la clavo hasta el fondo alojando todo mi glande por completo enterrado en su útero. – Joder ya sabia yo que me perdía algo enormeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee – gimió aquella ninfa cuando notando como profanaba su interior se corría de gusto sobre mí.

Bea se quedo con mi polla clavada dentro de ella un par de minutos mientras sentía como moviendo sus caderas adelante y atrás sus nalgas se separaban mientras ella quedaba de espaldas al marco de la puerta y ahora tanto Elena como su sobrino nos observaban. De igual manera veía la cabeza de Elena moverse adelante y atrás clara muestra de que estaba siendo follada por su sobrino que a su espalda no cejaba en su afán de darle polla a su tía.

Elena me guiño el ojo mientras Bea sobre mi no paraba de hacer círculos y notaba como su coño estaba bien abierto. – ¿Te has hecho muchas pajitas mirando como me follaba a tu tía? -Le pregunte. – Siiiiiiiiiiii os he visto en el salón – me respondió ella besándome. – Luego he visto como mirabais en la habitación de mi primo – gimió ella. – Y mirando como mi madre es follada sin parar por mi primo me he hecho tres deditos – aulló mientras de nuevo se volvía a correr. – Sabia que fue un error no impedir que te fueses de mi habitación en Marbella – me susurro de nuevo. – Te tendría que haber follado allí mismo – gimió. – Y no dejar que te follases a mi madre el Beach Club – me gruño mientras notaba que de nuevo se aproximaba al orgasmo. – Puta, ¿viste cómo me follaba a tu madre? – le pregunte. – Si vi el “polvito” que le echaste, pero sabía que tú, eras un follador nato – me gruño mientras clavándose de nuevo mi polla en lo mas hondo de ella su vagina sufría unos enormes espasmos muestra del orgasmo que estaba teniendo.  – Esto es la hostia en verso, Jodeeeeeeeeeeeeeeeeeeer – me dijo mientras a horcajadas quedaba derramada sobre ti.

Mientras veía a Elena que continuaba siendo follada por su sobrino en el marco de la puerta llevé mi mano al culo de Bea y poniendo la yema de mis dedos entre nuestros cuerpos recogí el flujo suficiente de ella para empezar a sodomizar su culo con dos dedos mientras ella empezaba a recuperarse del orgasmo.

Bea en ese momento me miro y me susurro – mi culo es tuyo si quieres tomarlo –. – Si que quiero follarme tu culo – le dije mientras ella en ese momento desempalándose se ponía a cuatro patas delante de mi y por primera vez sentía como mientras dejaba su cara apoyada en el colchón mientras miraba a su tía que aún seguía hecha un ovillo mi polla presionaba directamente su ano. Vi que aun faltaba el ultimo empuje y de nuevo metiendo mi polla en la vagina de ella la llene de flujo para sacándola lubricada de nuevo presionar mi polla en el ano de Bea para empezar a penetrarla.

Ver como estaba a punto de sodomizar a la hija mientras su madre en la puerta era ensartada sin piedad por el sobrino cuya madre estaba a mi lado derrotada por los orgasmos que le había provocado fue muy morboso para mi y para Elena que en ese momento éramos los únicos conscientes de la escena en su pleno conjunto.

Decidí en ese momento alargar lo máximo posible la situación y después de enterrar mi glande dentro del recto de Bea de nuevo le saque mi polla y susurrándole al oído – Aun me parece que no estas preparada para que te joda el culo – guie mi polla de nuevo a su vagina y me volví a clavar en ella hasta lo más profundo mientras apoyándome entre mis piernas flexionadas y mis brazos extendidos el cuerpo de Bea recibía toda la fuerza de las clavadas de mi polla en su coño mientras empezaba a gemir completamente fuera de sí.

En ese momento la mirada de Elena y mía se cruzaban de una punta a otra de la habitación y veía como Elena encendida estaba encantada con una situación que ni siquiera había pasado por su cabeza. – Te estás muy follada putita – le gemí mientras como un martillo percutor me clavaba en ella.  – Estoy muy mal follada por muchos musculitos y metro sexuales de mierda que no aguantan ni follándome cinco minutos – me gruño. – Por eso estoy disfrutando tanto tu pollaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – gruño mientras notaba como estaba corriéndose de nuevo para mí. – Que para disfrutar lo más mínimo la follada tengo que follármelos de tres en tres para conseguir por lo menos correrme una vez – me confeso.

Ella ya completamente salida de si misma en ese momento me hizo girar y de nuevo a  horcajadas sobre mi ahora fue ella ya la que saltando sobre mi polla a la vez que frotaba sin parar su clítoris me follaba como un martillo percutor. – Me encanta que seas tan golfa – le dije mientras disfrutaba de su cuerpo saltando sobre mí. – Y yo quiero ser tu puta, me da igual que te folles a mi madre o a quien sea quiero poder disfrutar de esta pollaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – gimió desde lo más hondo de su ser mientras esta vez el orgasmo de aquella muñeca desencadenaba en una meada como la de su tía y aquella muñequita se quedaba clavada en lo mas profundo de mi mientras su liquido se derrama entre nuestras piernas.

Bea en ese momento se incorporó – maltrátame, escúpeme, denígrame, haz lo que quieras conmigo, pero quiero poder disponer de la polla que tengo ahora mismo entre piernas mas veces en mi vida – me susurro aquella diosa que ahora mismo estaba abierta de piernas sobre mi con mi polla clavada en lo mas profundo de su coño mientras sus brazos ahora permanecían anudados a mi cuello. – No quiero perder veinte años de mi vida como mi tía y mi madre – me susurro justo antes de unir sus labios con los míos en un pasional beso. – Tómame como quieras y por donde quieras, pero no dejes de disponer de mi – me susurro de nuevo.

En ese momento Elena asomo aun mas por la puerta y casi podía ver a Suso que detrás de ella la follaba sin piedad mientras veía como el semen que había depositado corrida tras corrida dentro del coño de su tía resbalaba por sus piernas.

Hice que Bea se irguiese y permitiese salir mi polla de ella mientras esta tomando la iniciativa se lanzo de nuevo a chupar mi miembro. En ese momento la imagen de Elena era la de su hija con el culo abierto y sus piernas flexionadas a ambos lados de sus caderas mientras irguiendo su espalda suavemente su cuello hacia que su cabeza se moviese arriba y abajo haciendo que su boca engullese por completo mi polla.

Le guiñe un ojo a Elena y ella entendió que había decidido que había llegado el momento y mirándome llena de lujuria asintió con la cabeza. – A ver Bea – le dije mientras apartaba un mechón de pelo de su cara – creo que ha llegado el momento de enterrar toda mi polla en tu culo – le susurre lo suficientemente alto como para que Elena me escuchase. – Yo también – gimió ella que en ese momento excitada se dio la vuelta para que me clavase en su retaguardia. Justo en cuanto ella se coloco a cuatro patas para permitirme profanar su ano descubrió en el marco de la puerta como su madre estaba siendo empotrada por su primo.

Por un momento Bea solo vio a su madre, pero en cuanto descubrió que esta estaba siendo follada sin piedad por su primo que entre sus piernas se clavaba sin ver nada mas que la cadera de su tía la respuesta de Bea fue únicamente una sonrisa llena de lujuria desbocada. – Mami, ¿estas disfrutando de la follada que te está dando Suso? – le pregunto esta. – Se he corrido seis veces en mi coño y su polla no pierde nada de dureza – le respondió Elena haciendo que en ese momento Suso se percatase de la presencia de su prima y de la mía.

– Hola prima – dijo este sin descender el ritmo de los empujones que le estaba dando a su tía. – Estoy disfrutando de tu madre mucho – le dijo este mientras en ese momento me descubría a mi empezando a clavarme en el culo de su prima. – Prima te va a reventar el culo – susurro Suso mientras miraba sin creerse lo que estaba a punto de suceder. – ¿Qué te crees que no se lo ha hecho ya a mi madre? – le contesto Bea. – Tía puedo – susurro este mientras por primera vez paraba de bombear el coño de su tía. – Vamos a acercarnos y me lo follas – le respondió en ese momento Elena que se acerco a la cama y pasando por encima de su hermana quedo en posición invertida sobre esta. – Vamos sobrino fóllame el culo mientras me como el coño de tu madre – le dijo Elena mientras se ponía en paralelo a nosotros y quedaba a la altura justa de ver como yo profanaba el culo de su hija mientras yo quedaba a la altura perfecta para poder ver como su lengua se follaba el coño de su hermana.

En ese momento Suso sobre excitado introdujo de un empellón la mitad de su polla dentro del ano de Elena que menos mal que hacia solo unas horas había sido follado y sin problema se abrió para este. – La próxima vez tendrás que dilatarlo – le susurro Elena dándole a entender que habría mas veces. Él en ese momento lo miro lleno de jubilo y celebrando que habría mas veces poco a poco se empezó a introducir dentro de su tía gracias a que su polla estaba enteramente lubricada mezcla de los jugos de Elena y semen de él.

Yo ya me había enterrado por completo dentro de Bea y sin perder el ritmo empecé a entrar y a salir dentro de ella. Bea a su vez había tomado posesión de su clítoris y dejando su cabeza apoyada sobre el colchón se perdía entre las sensaciones que le daba mi polla enterrándose en su recto y la visión de su primo que sin piedad se clavaba entrando y saliendo del culo de su madre mientras su tía empezaba a lengüetear el coño de su madre.

Mientras estaba apoyado en la cadera de Bea para satisfacer nuestro placer esta me pregunto – ¿En esta posición es como te has follado a mi madre este fin de semana? –. – En esa, y en otras muchas más, hija – respondió la madre. – Espera siempre ha habido una que he querido probar me dijo Bea poniéndose de costado mirando haca su madre. – Mira mis años de ballet – me dijo Bea que ahora estiraba su pierna a lo largo del colchón y en un ángulo de noventa grados perfecto dejaba tanto su coño como mi culo a su disposición.

En ese instante me lance a follar de nuevo a Bea por el culo. – Joder siento como me entra hasta el fondo – me dijo Bea a la que ahora me agarraba a su pierna. – Joder que pedazo de polla, me está moviendo el estómago – gimió Bea a la que en efecto ahora empotraba mi polla en su interior por completo. – Joder siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii – dijo Bea en el momento en el que sentía como apretando mi polla Bea tenia un orgasmo anal.

Bea me ayudo a tumbarme en la cama y en ese momento se lanzo a mamar mi polla de nuevo. – No sabes la boca que tiene tu hija – dije clavando mi mirada en la de Elena mientras ella no apartaba la mirada de la cabeza de su hija que no paraba de subir y bajar en una fantástica mamada. – Supongo que sabrás de quien lo ha sacado – gimió ella mientras seguía disfrutando de los embates de su sobrino en su ano y de nuevo abrazaba la polla de este con un fantástico orgasmo. – Vuelve a mi coño Suso – le gimió Elena que ya tenia el culo dolorido de tanta follada. En ese mismo momento mientras Elena disfrutaba de su orgasmo anal sintió como su sobrino de nuevo se volvía a clavar en su coño y de nuevo volvía a retomar la follada. – Desde luego tienes aguante primo – le dijo Bea mientras veía como Suso introducía su polla en la boca de su madre mientras se abrazaba a la cadera de su tía. – Es que tu madre me pone cachondo desde hace mucho y antes de que se arrepienta quiere saciarme – le respondió este. – Sobrino nunca me cansare de ti – le susurro Elena.  – Llevas más de tres horas follándome sin descanso y corriéndote en todos los agujeros de mi cuerpo. Creo que ya me has satisfecho por esta noche como para quedarme a dormir contigo – le susurro Elena mientras en ese momento de nuevo Suso se corría dentro de su tía sin ya expulsar nada de semen.

En ese momento Suso decidió que tras el dolor de aquella eyaculación vacía en la boca de su madre había llegado el momento de terminar su follada y cogiendo a Suso de la mano lo llevo a la ducha. – Disfrutadlo tortolitos – dijo Elena mientras antes de salir de la cama le daba un pico a su hija y otro a mí.

Elena desapareció de la habitación mientras Lucia aun nos miraba sin poder moverse. – Te vamos a dejar descansar tía – le dijo Bea viendo que su tía era incapaz de unirse a nosotros.

Esta vez saliendo de la habitación Bea encendió la luz del pasillo y de nuevo volvimos al salón donde sentándome en el sofá Bea se subió sobre mi a horcajadas y continuo la follada esta vez calvándose mi polla en el coño mientras yo me deleitaba comiéndome sus tetas. – Uuuum – gimió ella cuando de nuevo se volvió a correr para mí.

Bea en ese momento me susurro que ya estaba planamente satisfecha y que su coño estaba pleno de orgasmos. De nuevo volví a hacerla elevar su cadera y ella entendiéndome a la perfección sobre mi se clavo mi polla en su culo. Yo a en ese momento lo que necesitaba era una follada rápida para correrme, pero Bea estaba ya agotada y en ese momento decidí que había llegado de buscar mi corrida.

Ayude a Bea a tumbarse boca arriba en el sofá y ella antes de tumbarse chupo mi polla hasta dejarla llena de saliva. En ese momento yo la tumbe boca arriba en el sofá y poniendo mi polla sobre su vagina la invite a frotar su clítoris mientras yo de rodillas delante de ella me masturbaba. Ver a aquella belleza delante de mi mientras me pajeaba me encantaba y mas me encanto cuando ella apartando mi mano la sustituyo por sus dos gráciles manos y mientras estampaba mi polla contra su vagina  Bea me regalaba una fantástica paja cuando sentí que ya estaba en el punto de no retorno se lo hice saber a ella que aumentando el ritmo de la paja me invito a correrme sobre ella.

Estalle en una maravillosa corrida que me llevo a lanzar el primer chorro de leche a la cara de Bea dejando que los demás fuesen a parar a sus tetas que quedaron bien pringadas con mi corrida.

En ese momento sentí como Bea por los espasmos de mi polla que estaba presionada contra su clítoris gracias a los mismos hacia que esta se corriese por última vez para mí.

Tras esto Bea se dedicó a mirarme y no se cortó lo más mínimo en recoger los restos de mi corrida de sus pechos operados y llevarlos a su boca para después inclinarse sobre mi regazo y limpiar mi polla hasta dejarla limpia. – Ten cuidado que si sigues así me acabare empalmando de nuevo – le susurre. – No me importaría chupártela hasta que te corras en mi boca de nuevo – me dijo ella mientras cogía el mando de la televisión y encendiendo la misma ponía un canal porno. – Aquí me vas a tener chupando hasta que te descargues de nuevo sobre mi – me susurro justo antes de inclinarse de nuevo y empezar a engullir mi polla.

Elena apareció en ese momento por la puerta del salón acompañada de Lucia que venía desnuda y por señas me indico que Suso estaba acostado. Ella estaba vestida con una camiseta que supuse que era de él y delante de mí al lado de la televisión Elena empezó a hacerme un striptease al que poco rato después se unió Lucia iniciando entre ambas un maravilloso espectáculo lésbico de besos y lamidas de pezón maravillosos. Esto unido a la peli porno y a la maravillosa mamada que me estaba haciendo Bea provoco que dejándome llevar sabiendo que ella lo que buscaba era mi orgasmo que en poco mas de veinte minutos de mamada me derramase por completo dentro de la boca de Bea que hábilmente se trago toda mi corrida.

Bea al levantar su cara de mi regazo descubrió que su madre y su tía estaban con nosotros. – Las madres siempre estaremos para ayudar – le susurro Elena mientras acercándose a ella la hacia abrir la boca para ver mi corrida dentro de ella. – Trágatela y disfrútala – le dijo Elena mientras clavaba su mirada en la mía. – Omo u e digas ama – dijo ella con la boca llena de mi esencia antes de cerrarla y al volver a abrirla mostrármela completamente vacía.

Menos mal que tomas la píldora hija – le susurro la madre mientras la ayudaba a levantarse. Lucia en ese momento nos trajo un juego de toallas y nos indicó donde estaba el baño para que juntos nos diésemos una ducha.

Juntos de la mano acompañados de Elena Bea y yo fuimos directos a la ducha. No se que es lo que me paso pero estar allí con la madre y con la hija al mismo tiempo mientras tomaba consciencia de como ese fin de semana había tomado posesión completa de la madre y esta noche lo había hecho de la hija me hizo excitarme de nuevo y cuando en ese momento saliendo de la ducha vi como Lucia entraba en el baño al ver su cara, sus gráciles pechos botando mientras andaba y esa preciosa cadera no pude resistirme y tomándola de la cintura la gire antes de que abandonase el baño para colocando sus manos en el lavabo mientras guiaba mi polla a su coño justo antes de introducírsela por completo le susurrase jugándome el todo por el todo – ¿Me puedo correr en tu coño antes de marcharme? –  le dije mientras la miraba a través del reflejo que nos devolvía el espejo. Ella al sentir como mi polla estaba apoyada en la entrada de su vagina miro en el mismo reflejo a su hermana y a su sobrina para volver a mirarme a mi mientras asentía con la cabeza.

Comencé a penetrar a aquella hermosa mujer de aire británico y mientras me deleitaba con el tono de su piel y sus pezones solo un poco mas oscuros que el resto de su piel mientras veía como estos se movían al ritmo de mis embates tarde poco más de diez minutos en correrme en el momento en el que sentí que ella se corría para mí. Clavándome en el fondo de su vagina me vacíe por completo mientras Bea quedando detrás de nosotros decía – Tía ya estamos recién regadas las dos – mientras veía como Bea anudaba su mano con la de su madre.

Había llegado el momento de despedirnos ya que eran cerca de la una de la mañana y en unas horas me tenía que levantar para ir a trabajar. – Ahora te mando todos los videos que he grabado – me susurro Elena mientras me había quedado duchándome de nuevo en el baño con Bea. – Si no te importa mañana me paso a verte por la oficina – me dijo Bea mientras en la entrada del noble edificio de aquel céntrico barrio de Madrid me había acompañado para despedirse de mí. – Mi padre me ha pedido que recoja algunas cosas que han quedado en su despacho –. – Me parece perfecto – le dije mientras besándonos nos despedíamos.