Elena la ex mujer de Jacinto III
Ultimo día en el complejo rural de la sierra hacemos algunas actividades y María y Mireia nos invitan a comer para despedirnos. Nos ponemos en marcha para volver a Madrid. La despedida con Elena para el siguiente capítulo
Gracias a todos los que me escribís a mi mail laocultacion@gmail.com es un placer hablar con vosotros e ir respondiendo vuestras preguntas. ¡¡¡Gracias!!!
El dia siguiente empezamos temprano la noche había acaba cerca de las dos de la mañana y Elena me dijo al despertar a las ocho y media de la mañana que quería aprovechar el dia antes de irnos.
Nos levantamos y al entrar en la ducha Elena me recibió apoyada en la pared de la ducha con las pernas separadas. – ¿Quieres tomar posesión de lo que es tuyo por derecho? – me pregunto mientras veía como acariciaba su vagina. – Por supuesto que si – le respondí. – Pero antes tengo que mear – le respondí mientras me dirigía al aseo. – Uuuum hazlo sobre mí y me luego me follas – me susurro ella.
En ese momento me coloqué detrás de Elena y atendiendo su petición con mi polla dura empecé a orinarme sobre su espalda para ir bajando mi chorro y continuar orinándome sobre el ano y la vagina de Elena mientras veía como mi micción escurría por sus piernas hasta perderse en el plato de la ducha.
Elena cimbreo su culo delante de mí. – Ahora toda meadita estoy preparada para recibirte – me susurro mientras manteniendo un perfecto ángulo de noventa grados esperaba a que me clavase en ella. Me acerqué y recogiendo algunas gotas de orina me dispuse a clavarme dentro de su vagina. Desde luego el tratamiento de choque de pollas estaba haciendo meya en ella ya que esta vez a la tercera estocada mi polla se clavo por completo de la vagina de Elena. – Uuuum que gustazo – gimió cuando sintió como mi cadera se apoyaba en sus nalgas. En ese momento Elena empezó ella a llevar el ritmo de la follada acercándose y alejándose de mí. Fui tomando nota de los movimientos de Elena y en ese momento yo también mientras ella se movía empecé a clavarme en ella al mismo tiempo. – Uuuum que gustazo me susurro ella mientras sentía como ambos nos dábamos suaves embates.
Tras la correspondiente corrida de ella y la mía nos terminamos de duchar y salimos al edificio principal para poder desayunar y mientras estábamos desayunando la encargada nos dijo que si queríamos podíamos quedarnos hasta las seis de la tarde. Le dijimos que nuestra idea era hacer algo de escalada y nos indicó una pared para escalar que había al fondo del complejo.
Justo cuando salíamos nos cruzamos con Maria que nos preguntó si queríamos desayunar y Elena le respondió que no, que solo habíamos tomado un café ya que ella venia “desayunada” le dijo entre risas. – Calla – le dijo Maria – que anoche cene, desayune y comí casi para una semana – nos susurró Maria dándonos a entender que Mireia no la había dejado descansar en toda la noche. Nos despedimos de ella y caminando al bungalow nos pusimos cómodos para poder escalar.
El resto de la mañana la pasamos entre una ruta de senderismo, la de escalada y una pequeña ruta de Kayak que tanto Elena como yo disfrutamos muchísimo.
Cerca de las dos de la tarde llegamos al bungalow con la idea de recoger e irnos. Al llegar vimos en la puerta una nota que decía lo siguiente. “Nos ha encantado vuestra visita, ha sido maravillosa y si nos lo permitís nos gustaría invitaros a comer a las dos y media de la tarde en nuestro bungalow ” firmado Maria y Mireia.
Evidentemente a ambos nos supo mal declinar la invitación y tras recoger nuestras cosas pusimos las maletas en el coche y dando un paseo llegamos al bungalow de ambas mujeres.
Sin llamar Elena entro en el mismo y se dio cuenta del toque hogareño que le habían dado ambas ya que durante todo el año vivan allí. Nada mas entrar Elena y yo saludamos y acercándonos a ambas les dimos dos besos a cada una.
Muy amablemente ambas nos invitaron a sentarnos en la mesa mientras Maria nos hacía compañía y nos daba charla Mireia terminaba de preparar la comida. Poco rato después Mireia apareció con medio cochinillo frito al horno para que degustásemos.
En ese momento aquel plato tenía una pintaza y debido a la suave brisa que había Maria nos dijo que comeríamos en el jardín trasero.
Salimos fuera, al jardín y Maria apareció cargada con el mantel y las demás cosas para vestir la mesa mientras no sabia cuando esta se había librado de toda la ropa que tenía. Mientras Maria ponía la mesa yo como ella me desnude y Mireia viendo como mi polla empezaba a ponerse dura mientras a Maria inclinada sobre la mesa distribuyendo platos, vasos y cubiertos me cedió un preservativo leyendo mi mente.
Yo me lo puse y sin resistirme lo más mínimo me coloque detrás de Maria y suavemente note como mi polla empezaba a enterrarse en su vagina. – Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaah – gimió ella cuando me sintió clavándose la mitad de mi polla en su canal uterino. – Mireia que tenemos – dijo quedándose callada cuando dándose la vuelta me vio a mí. – Discúlpame cariño – me dijo mientras de nuevo se giraba hacia delante y me dejaba clavarme dentro de ella. – No sabes el gustazo que es follarte – le dije mientras veía como Mireia invitaba a Elena a sentarse sobre la mesa y esta separando las piernas invitaba a Mireia a que se la follase. – Espero que no te importe que me folle tu novia – le susurro Elena a Maria. – Para nada – le respondió ella. – De igual manera espero que a ti tampoco te importe – le gimió Maria que ya sentía como me clavaba en los mas profundo de ella. – Me encanta – le susurro entre gemidos Elena que ya notaba como la mitad del miembro de Mireia entraba dentro de ella. – Me encanta como me folla tu noviaaaaaaaa – gimió Elena de placer. – Querrás decir – dijo Maria mientras sentía mis embates en su coño – que te encanta como mi novia se folla al clon de su mami mientras el clon de su polla me folla a miiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii – chillo Maria mientras se corría por primera vez. – Que gran verdad acabas de decir cariño – susurro Mireia.
Maria me hizo sentarme en la mesa al igual que Elena y en ese momento dio unas cuantas mamadas a mi polla mientras veía como a nuestro lado su pareja empotraba a Elena. – Que visión más bonita – susurro mientras abandonando mi polla besaba a Mireia. – Esto si que es bonito – le dije yo mientras veía como sin parar de bombear a Elena, Mireia besaba a Maria. – Eres preciosa – le susurro Maria mientras separándose de su pareja venia hacia y sentándose a horcajadas notaba como mientras Maria se clavaba mi polla algo mas por encima de mi ombligo esta dejaba que su clítoris se frotase por todo mi abdomen y la llevaba de nuevo al cielo. Sentí como Maria dejaba bien pegado su coño a mi piel y como mientras subía y bajaba a todo lo largo de mi falo no dejaba de friccionar su clítoris conmigo para conseguir así en poco más de diez minutos un segundo y maravilloso orgasmo.
Cuando Maria se recuperó del orgasmo dijo – Mireia cariño me ha hecho correrme dos veces y ahora le voy a dar mi culo – susurro. – Me parece perfecto – le respondió esta. – Quieres dárselo a pelo supongo, ¿no? – le pregunto Mireia mientras no apartaba su mirada de Elena. – Si – susurro ella. – Esta bien – le dijo Mireia mientras quitándome el preservativo esta me la volvía a chupar y después de dejármela bien lubricada de saliva de nuevo se subió a horcajadas sobe mí. – Nunca follamos a pelo, pero tienes algo que te hace único y me muero de ganas de sentirte sin condón de por medio – me susurro Maria mientras notaba como mi glande se había alojado ya en su recto. Este resbalo perfectamente en su interior. Y de nuevo Maria susurro – apenas dejo entrar a nadie, pero es que tu polla es, es, es – en ese momento Maria fue incapaz de terminar la frase y alcanzando su orgasmo anal y vaginal ya que había continuado frotando su clítoris contra mi Maria se quedo con las piernas flexionadas sobre mi polla sin ni siquiera haberla esta profanado por completo. – Me vas a dar los entrantes – me pregunto Maria mientras ahora ya si sentía como mi polla entraba por completo dentro de ella. – ¿Lo quieres? – le pregunte. – Dos raciones de leche del mejor amante que he tenido después de mi pareja – gimió. – Desde luego que lo quiero – berreo mientras sentía como por segunda vez Maria alcanzaba un orgasmo anal.
En ese momento la deje recuperarse y mientras se sacaba mi polla de su ano fue a por una toallita y limpiando mi miembro empezó a limpiarlo a la vez que ya dejando limpio mi glande empezó a dejarlo entrar en su boca. – Fóllame la boca – me pidió ella. Yo así lo hice y mientras veía como Elena era follada por Mireia yo a mis pies tenia a Maria que recibía estoicamente mis pollazos en su boca. – Llénala – me susurro Mireia – No hay nada que ansíe mas que tener su estomago lleno de tu leche – me gimió mientras ahora era Elena la que se corría y veía como Mireia en un rápido movimiento cambiaba del coño de Elena a empezar a sodomizarla.
Esta sin dejar que Elena terminase su orgasmo clavo la mitad de su miembro de una estocada en el culo de Elena que al sentir la intromisión sin previo aviso de Mireia empezó a replicar el orgasmo que no había terminado aún.
En ese momento yo empecé a correrme en la boca de Maria. – Dios que placer como la chupas – le dije a ella mientras dejaba que lefazo a lefazo me fuese vaciando en su boca y ella se tragaba cada eyaculación mía haciéndome sentir un gran placer.
Maria y yo nos fuimos a duchar mientras Mireia y Elena terminaban. Ver desde la ducha como ellas dos se amaban mientras tenia a la preciosa Maria a mi lado con esos pezones como garbanzos enjabonaba todo mi cuerpo hizo que mi erección no bajase y Maria percatándose de ello supo retomar una placentera paja bajo el agua de la ducha haciendo que por segunda vez a los veinte minutos justo cuando Mireia y Elena entraban al baño me corriese en la boca de Maria. – Vaya parece que todos habéis visto como me encanta tragar leche – susurro esta cuando termino de tragarse por segunda vez en menos de media hora mi corrida.
Tras terminar Maria y yo de ducharnos de igual manera entraron a asearse Mireia y Elena y estos repitieron el mismo acto que nosotros para después sentarse a comer el riquísimo plato que nos había preparado Mireia. – Menos mal que lo has dejado sobre una base caliente – le dijo Maria.
Nos sentamos a comer mientras tanto Maria como Elena decían que ellas estaban bastante saciadas no tanto como Mireia y yo que si que nos dimos un buen festín mientras disfrutábamos de una agradable charla. Ambas nos estuvieron contando que este año las dos empezaban la universidad y Elena pasándole sus señas les dijo que para ella sería un placer que se alojasen en su casa si querían. Y así fue como sin nada mas reseñable Elena y yo pusimos dirección a Madrid.
Como cualquier fin de semana de verano, en Madrid, la vuelta nos supuso que al acercarnos a la cuidad nos cogiese atasco. En ese momento el navegador del coche me informo que por lo menos nos quedaba para llegar a casa de Elena cerca de dos horas debido al intenso trafico y ella desde luego no pensaba desaprovechar esas dos horas.
Elena lo primero que hizo fue conectar su teléfono móvil, al manos libres del coche y llamo a su hermana. – Elena me oyes – dijo esta nada más oyó que su hermana descolgaba el teléfono. Esta le respondió que si y Elena le sugirió que por qué no se subía a su casa a cenar con ella mientras me miraba a mí y me pedía silencio. Esta le dijo que por supuesto que en cuanto estuviese cerca que la avisase para que le diese tiempo a ponerse decente. – No, no hace falta que pongas decente solo quiero que te prepares como en Menorca – le susurro Elena que mirándome ya había empezado a masturbarse. - ¿Puedes hablar? – le pregunto de nuevo Elena. – Si claro – respondió esta con cierto temblor en la voz. – Se que te estas pajeando – le dijo sonriendo Elena. – Yo también susurro esta – mientras sentía como temblaba por la confesión que le hacia a su hermana. – Y eso que no sabes los tres polvos que me han dado hoy – gimió Elena. – Si que lo sé, te recuerdo que no has parado de mandarme videos – le susurro esta al otro lado del teléfono. – Que par de pollas bonitas te has calzado para estrenar tu divorcio hermanita – gimió esta al otro lado del teléfono. – ¿Crees que Suso habrá visto los videos? – le pregunto Elena refiriéndose a su sobrino. – No lo sé lleva desde el medio dia encerrado en su habitación – le dijo ella al otro lado. – Por favor levántate y dile que ahora pase por casa que quiero que me dé un beso – gimió Elena que en ese momento empezaba a correrse. – Cariño menos mal que he puesto una toalla en el asiento por que no sabes como acabo de correrme – gimió Elena a mi lado. – Y ahora mi amante esta llevando mis dedos pringados de mi corrida a mí, a mi culooooooooooo – gimió Elena cuando notaba como empujando sus dedos hacia que tanto su dedo anular como su dedo corazón empezasen a abrir su culito. – Pero mira que eres putaaaaaaaaaaaaaa – gimió al otro lado del teléfono la hermana mientras se corría.
Elena continúo insistiendo y oímos como esta se levantaba e iba a la habitación del hijo y llamando a la puerta del tirón la abría. – ¿Pero se puede saber que es lo que haces? – le pregunto Lucia a su hijo mientras lo pillaba pajeándose. – Es tu tía que viene en media hora y quiere que luego subas a darle un beso – le dijo ella. – Esta bien – se oyó la voz de él casi sin fuerza entre gemidos mientras oíamos como Lucia volvía a cerrar la puerta. – Sera cabrón – se oyó que decía esta.
Elena estaba expectante y le pregunto a su hermana que, que era lo que había visto. Esta le respondió que había pillado a su hijo con la tablet viendo los mismos videos que ella y que por lo menos había contado cinco kleenex arrugados mientras el sexto abierto esperaba su corrida extendido sobre su abdomen. – No te preocupes que esta noche yo arreglo a tu pajillero – le susurro Elena.
Seguimos el camino mientras ahora la hermana de Elena le preguntaba por mí. – Pues nada aquí va a mi lado conduciendo y oyéndote por que vamos en manos libres – dijo Elena mientras daba una risotada. – ¿Qué dices? – tartajeo la hermana. – ¿Me lo estas diciendo en serio? – le dijo esta. – Por dios que vergüenza – susurraba está muerta de timidez. – Mira guapa – le susurro Elena. – El hombre que me acompaña no se va a escandalizar por nada – le respondió Elena. – Este es el hombre que el fin de semana pasado me follo en la terraza de un restaurante en la playa – dijo Elena mientras de nuevo volvía a castigar su clítoris. – Y bueno que te voy a decir de este fin de semana que no hayas visto – le gimió Elena. – ¿Este es el que te ayudo a decidirte? – le pregunto la hermana. – El mismo que me hizo saber que tenia que vivir, siiiiiiiiiiiii- gimió Elena.
Saliendo ya de la autovía de la M-30 Elena le dijo a su hermana que como en veinte minutos estábamos en su casa y se despidió de ella hasta dentro de un rato colgando la llamada.
Le dije a Elena que no sabía que yo era el que la había ayudado a decidirse. Elena me dijo – Aparte de que te portaste genial conmigo y fuiste de las pocas personas que no perdió el culo por hablar con mi marido y alabarle como si fuese un Dios la charla contigo tanto en el Beach club cenando como el paseo me mostraron todas las cosas que me estaba perdiendo a cambio de nada – me dijo Elena – Y digamos que ese fue el empujón necesario para poner “pie en pared” y empezar a vivir mi vida – me conto Elena. – Te convertiste en un ángel para mí – sentencio. – Pues, si ha sido para bien me alegro por ti – le respondí yo mientras aparcaba el coche en la puerta de la lujosa finca en la que vivía.
En ese momento aviso Elena al potero para decirle que dejaba allí el coche aparcado y que iba a subir a su casa a cenar con ella. – Esta bien señora – dijo muy amablemente el portero.
Me prepare para subir a casa de Elena dejar la maleta y largarme a casa eran las ocho de la tarde y tenia ganas de llegar a casa. Sabía que “mis mujeres” estaban de excursión y así podría descansar un poco antes de que llegasen. Elena me pidió en ese momento que me quedase que quería presentarme a su hermana. Y yo sin mas remedio acepte ante la insistencia de ella.