Elena la ex mujer de Jacinto
Después conocer a Elena en Marbella cambia la historia drásticamente y para celebrarlo nosotros nos vamos de fin de semana en el que nos encontramos una grata sorpresa al alojarnos. Para entender la historia desde el principio os invito a leer Trabajando con mi Tía Laura 10 y 11.
Antes de leer este relato os invito a leer la anterior saga de “ Trabajando con mi Tía Laura 10 y “ Trabajando con mi Tía Laura 11 ” que podéis ver en mi ficha.
Los primeros días de la semana pasaron y desde el lunes emplee todos los días algún momento para hablar con Elena y saber cómo estaba. Mas que nada al principio de las conversaciones las mismas se centraban en hablar de Jacinto que nada más llegar a Madrid su mujer le presento los papeles del divorcio.
Antes de ir a Marbella ya se lo había planteado según me comento y al llegar en la habitación que su marido había alquilado para poder estar con las prostitutas había puesto cámaras y lo había grabado todo amen de poner en conocimiento de mi tía y los otros socios que cosas era las que cargaba su marido a la cuenta de la empresa. Pero no solo eso es lo que había ocurrido.
A Jacinto, el socio de mi tía, le habían ofrecido antes que despedirlo en la empresa ocupando su puesto en Madrid de una manera amable trasladarlo a la oficina de Marbella y ya allí poco a poco en unas semanas y debido a su edad ir preparando una suave jubilación que desembocase en su salida de la empresa y la adquisición por parte de mi tía de las participaciones que él tenía. Jacinto al verse pillado por todos lados no le quedó más remedio que trasladarse el mismo miércoles a vivir a Marbella y agachando la cabeza aceptar lo que se le ofrecía. Sabia por mi tía que el mismo martes por la mañana los socios de Marbella habían subido a Madrid a reunirse con él y con mi tía y estando de igual manera Elena con su abogado de un plumazo dejaron todo resuelto.
Elena hablo conmigo por teléfono ese mismo martes por la noche y mientras tenía a mis primas entre mis piernas turnándose para chupar mi polla me conto como su marido muy civilizadamente como su futuro exmarido, en el momento que vio los videos, y le sacaron las facturas de las prostitutas la reserva de la habitación para estar con ellas y demás gastos que había pagado con la tarjeta de la empresa, pruebas que estaban en poder de Elena, él muy estoicamente, acepto tanto el despido amable que le ofrecían como los papeles del divorcio que el abogado de Elena le puso delante para que los firmase y hablando con mi tía decidió venderle por la pensión que tendría que darle a su futura exmujer su parte de la empresa a mi tía antes de que saltase todo, en un tremendo escándalo, y dejar su vida laboral por la puerta grande. Al fin y al cabo, también era la imagen de la empresa.
Después de aquellas conversaciones por teléfono Elena y yo teníamos conversaciones por WhatsApp recordando nuestro breve encuentro en Marbella y lo que lo habíamos disfrutado, aunque solo nos había dejado con ganas de más. Yo siempre aprovechaba estas conversaciones de WhatsApp con Elena para desfogarme mientras con cualquiera de “mis mujeres” que siempre estaban dispuestas para mí follaba.
Así que sin más paso la semana y llegamos al jueves por la noche. Elena estaba muy tranquila ya todo para ella estaba resulto y el dinero de la compra que había realizado mi Tía a Jacinto de sus acciones estaba ingresado en su cuenta bancaria. – Después de años aguantando putas y cuernos por fin he podido desquitarme – me escribió ella. – Y Ahora llega tu momento de disfrutar – le respondí yo. – SI y me encantaría este fin de semana hacer alguna de esas rutas de escalada que me dijiste – me contesto ella. – Si quieres nos hacemos una que nos vamos el sábado y podemos hacer noche en algún refugio en la montaña – le respondí. – Si, pero me gustaría poder irme mañana por la tarde si es posible – me respondió ella.
La verdad es que me moría de ganas de que llegasen las cinco de la tarde que era la hora que había quedado con Elena en la puerta de su casa y de hecho a las cuatro y media llegue.
Le mande un WhatsApp y ella apareció al lado de mi coche dos minutos después. – Disculpa que me haya adelantado – le dije cuando abriendo la puerta del copiloto se había sentado en el asiento del pasajero. – Me encanta que te hayas adelantado yo también tenía ganas de verte – me dijo cuando en ese momento girándose hacia mi sentí como la copa de su sujetador se rozaba completamente con mis nudillos por casualidad y detrás del mismo sentía la tierna carne de su pecho mientras tenía la mano apoyada en la guantera central del todo terreno nuevo que me había comprado nuevo.
Por un segundo los dos nos quedamos parados mientras ella me miraba y dejando que su pecho continuase haciendo contacto con mi mano ella me sonrió que aquella manera tan sensual. Luego mirando a ambos lados y asegurándose de que no había nadie mirando me dio dos besos mientras cambiando de lado de mi cara sentí como sus labios acariciaban los míos.
En ese momento me fije en aquella preciosa mujer y en cómo iba vestida, llevaba una mini falda azul claro de sport suelta, una camiseta de tirantes y unas chanclas. – Estás preciosa – le dije mientras pulsaba el botón de arranque del coche.
- Muchas gracias – me dijo mientras se abrochaba el cinturón- Estoy en tus manos – me susurro mientras me miraba sonriente. – ¿Para todo? – le pregunte. – Para ti si – me respondió ella mientras esa respuesta desembocaba en un calambre en mi polla.
Nos incorporamos a la autovía y pusimos dirección a un destino que yo había elegido. Elena me dijo la noche anterior hablando que haríamos lo que yo quisiese y que ella quería que fuese una sorpresa.
Mientras íbamos de camino Elena y yo nos imbuimos en otra de esas maravillosas charlas que habíamos tenido desde que nos conocimos y disfrutamos amen de la compañía de la charla del otro. La verdad es que era extraño como éramos capaces de amoldarnos entre nosotros.
Por fin llegamos a un pueblo perdido en la Sierra Norte de Madrid, en uno de los pueblos negros por fin cerca de las seis de la tarde llegamos a nuestro destino. El complejo rural en el que había hecho mi reserva constaba del cien por cien de las casas del pueblo.
Llegamos a la casa principal del pueblo, lo que en sus tiempos debió ser el ayuntamiento ahora era tanto la recepción como el restaurante y el supermercado del pueblo convertido en alojamiento rural. Hicimos el check-in y después de firmar un compromiso en el que no usaríamos ni nuestros teléfonos móviles ni cámaras digitales nos fuimos hasta la casa que había reservado. La recepcionista en una bicicleta fue pedaleando delante del coche hasta que llegamos a la casa que nos habían dado. La chica entro delante de nosotros en la casa y nos explicó como estaba distribuido todo. En una casa de una sola planta se encontraba un salón principal con una chimenea y a su lado una pequeña biblioteca y un amplio sofá. En un lateral del salón se daba acceso a un baño en el que no faltaba detalle abierto que constaba de ducha, jacuzzi y ducha y luego el wáter era lo único que estaba cerrado. De igual manera al lado separado por una pared de cristal estaba la habitación abierta al salón.
- Podréis disfrutar de la visión del cuerpo del otro – nos dijo la recepcionista mientras se percataba perfectamente a lo que íbamos allí. – De igual manera si deseáis caminar aquí tenéis un guía con los senderos del entorno y si queréis hacer alguna ruta nocturna aquí podéis consultarla – nos dijo la chica guiñándome un ojo.
Por fin nos quedamos solos en la casa y la recepcionista desapareció de la casa tras darle yo una propina. – Me encanta – me dijo Elena abrazándome en cuanto este cerró la puerta por fuera. Sentir como el cuerpo de aquella hermosa mujer descansaba sobre el mío dándome a conocer de nuevo toda su anatomía mentiría si decía que no me excitó.
Debido al calor que hacía decidimos que lo mejor que podíamos hacer era ir a la piscina comunitaria para todo el pueblo y bañarnos hasta que se pusiese el sol. Cogiendo las toallas y la llave de la casa nos encaminamos a la piscina después de cambiarnos de ropa. Fue realmente erótico ver como Elena delante de mí al otro lado de la cama se despojaba tanto de la falda como del top y bajo el mismo apareciendo su ropa interior de igual manera se deshizo de está quedando completamente desnuda delante de mí. – Todo esto ya lo conoces – me dijo refiriéndose a nuestro encuentro en Marbella. – Y después de este fin de semana mejor que lo voy a conocer – le respondí. – ¿Sabes que es la primera vez que desnudo delante de un hombre que no es mi marido? – me pregunto ella mientras pudorosamente en un primer momento hacía por taparse. – Pues que sepas que el mundo está triste por haberse perdido la visión de un cuerpo tan hermoso como el tuyo – le respondí. - ¿Te imaginas que salga a la calle desnuda? – me pregunto mientras se reía. – Seria precioso por qué harías del mundo un lugar más hermoso – le respondí. – Por el momento prefiero, si no te importa embellecer solo lo que tú ves – me respondió ella. – Por mi encantado el camino se empieza con un paso detrás de otro – le respondí. Y sin más dilación nos lanzamos vereda abajo hacia la piscina.
Al llegar nos quedamos maravillados ya que nos esperábamos la típica piscina municipal y sin embargo lo que nos encontramos fueron unas maravillosas piscinas naturales. Nada más llegar buscamos un hueco en uno de los laterales de las pozas donde aún daba el sol y debido a las horas que eran apenas había más de ocho parejas en las pozas.
Acomodamos las toallas y mientras nos tumbábamos sobre la lengua de césped disfrutamos de las vistas. Veíamos una cascada que había creado el rio en el que había justo debajo una poza que debía cubrir entorno a un metro cuarenta de profundidad en el que había un par de parejas. Elena me dijo que por qué no nos bañábamos antes de que el sol desapareciese por completo. En ese momento vi el cartel de poder bañarse desnudo a partir de las siete de la tarde y yo me despojé del bañador mientras Elena solo se despojaba de la parte de arrida del bikini que llevaba puesto.
La seguí al agua y mientras una pareja de chicas que salía Elena le pregunto a una de ellas si el suelo era resbaladizo, o algo que obligase a entrar con calzado. La chica por un momento miro a Elena y le respondió – Lo mejor es que entres montada sobre el joven semental que te acompaña así no solo no sufrirás ningún posible daño si no que disfrutaras como ni te imaginas – le respondió la chica mientras Elena la miraba boquiabierta. – Seguro que el disfruta follándote mientras se come tus pezones – dijo en este momento la chica llevando la mano y pellizcando suavemente el pezón de Elena que en este momento mientras la chica seguía su camino dejo a Elena clavada en el sitio.
Elena por unos cinco segundos se quedó clavada en el sitio sin moverse. Al tomar de nuevo consciencia en su cuerpo se giró hacia mí y me mostro su pezón completamente duro y excitado a mas no poder. Esta se acercó a mí y tomándome de la mano entramos los dos en el agua. Nadando los dos juntos a pesar de que podíamos ir andando nos acercamos a la cascada y lo que los dos vimos en ese momento nos dejó anonadados.
A cada lado de la cascada había una pareja que indudablemente estaban follando como conejos. Yo pensé que ella me pediría que nos alejásemos, pero Elena a mi lado se quedó mirando a mi lado como la pareja de la derecha era ella, una mujer madura, la que subida a horcajadas sobre él un chaval joven la follaba sin parar mientras la pareja de la izquierda un hombre maduro y una chica joven de unos veinte años, él detrás de ella, le clavaba su polla hasta el fondo. Elena se quedó mirando como aquel conjunto de parejas se daba placer mientras mirándonos nos sonreían.
Elena me invito a que me colocase detrás de ella y mientras pegaba su culo a mi cadera sentía como ella sin perder detalle de la follada me invitaba a pasar mis manos sobre su cadera. – ¿Te gustan las vistas? – le pregunte. – Me encantan – me susurro ella mientras sentía como mi mano derecha descendía en busca de su entre pierna. Ella detuvo mi mano con la suya y recorriendo con su culo mi polla estrecho el nudo que habían hecho mis manos en su cadera con las suyas.
Elena echando la cabeza hacia un lado me invito a besar su cuello y yo así lo hice en un primer momento empezando a cambiar poco a poco los besos por pequeños mordiscos que recorrían desde su cuello a su lóbulo. – Me encanta – susurro Elena en mi oído mientras veíamos como el hombre maduro se salía de la chica a la que estaba follando y sobre su cara lanzaba una hermosa corrida que la dejaba por completo pringada por toda su cara.
En ese momento cuando pensábamos que la pareja había terminado vimos como el mismo hombre empezaba a lamer la cara de su amante y con su lengua recogiendo todos los restos de su corrida los compartía con su amante mientras se besaban apasionadamente. – Me encanta lo que estoy viendo – me susurro Elena. En ese momento mi mano bajo por su bajo vientre y la mano de Elena me acompaño hasta llegar a hacer contacto con su clítoris por debajo de la braguita del bikini. – Uuuuffff – gimió ella cuando noto con mis dedos hacían contacto.
La pareja que había terminado paso a nuestro lado arreglando sus bañadores mientras salían del agua, el hombre maduro nos miró y quedando parado a un lado de Elena se inclinó y saboreo sus pezones mientras mi tía empezaba a gemir dejándose llevar por las caricias de aquel desconocido.
La chica por un momento se convirtió en espectadora como yo de la comida de tetas que su amante le estaba dando a Elena y antes de acercarse a ella le dijo – Espero que haya disfrutado con las vistas – susurro esta mientras acercando su cara a la de mi tía la besaba. – Espero que le guste el sabor a semen de mi boca – susurro esta. En ese momento me di cuenta de que la chica se percató de que yo estaba detrás de Elena pajeándola. La chica por un segundo más miro a Elena y sumergiéndose debajo del agua note como la chica apartaba suavemente tanto mi mano del clítoris de Elena como su braguita que cubría su coño y a partir de ahí mientras notaba como su mano acariciaba suavemente mi polla debajo del agua con su mano izquierda su lengua y su mano derecha se centraban en darle placer a mi tía. – Siento como su mano aprieta tu polla contra mi perineo – susurro Elena mientras aquellos dos desconocidos se centraban en su placer. Yo sentía como delicadamente aquella chica pasaba los dedos de su mano por el tallo de mi polla mientras su boca daba placer a Elena mientras sus dedos la follaban lentamente a la vez que era espectadora del espectacular polvo que ocurría a menos de dos metros de nosotros.
Aquella situación era super morbosa. Elena la estaba disfrutando enormemente. La chica delante de ella emergió un par de veces a tomar aire y hasta que no consiguió que Elena se corriese para ella no cejo en su intención.
Una vez que Elena se corrió la chica se puso de pie delante de ella y apartando al hombre que estaba amorrado a sus pezones le dijo a mi tía. – No hay nada más bonito que una mujer madura disfrutando y si es tan bella como tu aún más –. – El ya hasta mañana no puede funcionar si me necesitáis me avisáis estoy en la casa **** – nos dijo ella mientras tomando la mano de él salían ambos del agua.
Note como Elena se quedaba con la braga del bikini a un lado mientras sentía como su coño abierto por el orgasmo recién disfrutado hacía que sus labios vaginales se quedasen abiertos y estos se convertían en esclavos del placer que les provocaba la libertad de estar bajo el agua. En ese momento Elena se inclinó y quitándose la braguita del bikini se lo anudo en la muñeca.
Me encanta sentirte detrás de mí – me dijo mientras sentía como mi polla que estaba morcillona a la mitad de la misma quedaba atrapada entre los cachetes de su culo mientras mi glande mecido por el agua daba pequeños topes entre sus labios vaginales.
– Mira la belleza que tenemos como espectadora – le susurro el chico joven a la madura que encima de él lo cabalgaba sin parar. – ¿Serán madre e hijo como tú y yo? – le pregunto el chico a la madura que cabalgaba al joven sin piedad. – Ves como tú no eres la única mami puta que se folla a su hijo – le susurro este mientras nos percatábamos que a aquella mujer aquellas palabras no hacían más que espolearla a clavarse aún más sobre aquel joven. En ese momento asistimos al demoledor orgasmo que se apodero de aquella mujer y como está sufriendo temblores y espasmos se dejaba vencer sobre su joven amante que lejos de detenerse se empezó a clavar sobre la madura mujer mientras esta encadenaba sus orgasmos sobre él hasta que este finalmente se corrió dentro de ella. – Mira cómo te lleno mami – gimió él. – Me corro dentro de ti mientras otra madre y su hijo nos miraaaaaaaaaaaaaaaan – berreo este mientras terminaba de vaciarse dentro de ella.
Elena observaba atónita la escena mientras sentía como sin tocarla ella se corría en un demoledor orgasmo haciéndose un ovillo delante de mí y metiendo la cabeza bajo el agua lanzaba un grito de placer que debió oírse en el Atlántico. A la vez que dejaba toda mi extensión apresada entre sus piernas. En ese momento Elena se giró una vez que se incorporó y se abrazó a mi mientras pasando por detrás de nosotros la pareja que habíamos estado observando salía de la poza. – Eres una belleza – le susurro él al oído a Elena mientras pasaba a su lado.
En ese momento Elena y yo nos quedamos solos en la poza mientras veíamos como las pocas parejas que quedaban en la piscina la mayoría abandonaban la misma. En ese momento puse a Elena en la posición de hacer el muerto y yo colándome entre sus piernas le empecé a comer el coño. Ella en varias ocasiones intento llegar hasta mi polla, pero se hundía. – Quiero que desees tanto como respirar para poder clavarte mi polla – le susurre mientras hacía que su deseo solo se incrementase. – En el momento que te claves mi polla quiero que chorrees de placer – le susurre mientras no paraba darle placer. Ella suspiraba y gemía mientras me percate que una pareja que estaba él sentado en la orilla con ella a cuatro patas a su lado comiéndole la polla nos observaban. – Quiero que te conviertas en la inspiración de la tercera corrida – le dije mientras con la cabeza señalaba a la pareja que se encontraban en la orilla. – Y en la cuarta también – me susurro ella a la vez que señalaba a otra pareja de mujeres que desde encima de la cascada nos observaban mientras entre ellas se masturbaban mutuamente.
- Quieres que siga – le susurre. – Por nada del mundo quiero que pares – me gimió ella mientras empezaba a correrse. Tras terminar aquel maravilloso orgasmo mientras Elena observaba como tanto las chicas que estaban por encima de nosotros como la pareja de enfrente que estaba en la orilla disfrutaban de sus orgasmos Elena me pidió salir del agua ya que el sol se estaba empezando a poner y después de algo más de dos horas y media disfrutando del sexo necesitaba descansar.
Cuando salimos del agua desnudos como estábamos nos cubrimos con las toallas y Elena me abrazo abriendo su toalla para que, tanto su cuerpo como el mío, se uniesen. – No sabes cómo me gusta sentirte – me susurro mientras me besaba. – Aunque me parece que en lo referente a dar placer sabes mucho más de lo que yo creo – me dijo mientras su mirada escrutaba la mía. – Deja que todo vaya fluyendo y según vaya surgiendo iras sabiendo todo – le susurre mientras ahora era yo el que apoyaba mi frente en la suya y la escrutaba con la mirada. – Esta bien, esta vieja de cincuenta y cinco años, se dejará llevar por tus diecinueve años porque creo que a tu corta edad ya has vivido mucho más que yo en toda mi vida – me susurro ella mientras bajando su mirada recorría con esta toda la extensión de mi polla. – Es enorme, la de, ya sabes, no llegaba ni a la mitad de eso – me susurro Elena. – No te preocupes no tengo prisa por enterrarte toda mi polla en tu precioso coño ahora mismo – le dije. – Ya me encargare de que lo desees y te aseguro que antes de irnos a dormir esta noche te entrara por completo en tu “coñito” – le susurre. Ella por respuesta tuvo una risa nerviosa y mirándome me dijo. – A veces me parece mentira la seguridad y la madurez con la que me hablas – me respondió mientras se abrazaba a mí.
Por un momento deje que su mentón se apoyase en mi hombro y le susurre en su odio – Me pareces una mujer increíble y encantadora que aparte es preciosa – le susurre. – Por eso quiero que sepas que no tengo ninguna prisa por hacer nada, aunque de igual manera quiero que sepas que quiero tomar posesión de todos los agujeros de tu cuerpo y quiero disfrutar de cada poro de tu piel – gemí en su oído mientras la abrazaba y anudaba mis manos en su espalda.
Ella de nuevo tuvo por respuesta aquella risa nerviosa. – Oséa que quieres enterrar este pedazo de polla no solo en mi coño si no también en mi boca – dijo mientras su mano se apoderaba de mi glande. – Y supongo que también en mi culo – me dijo mientras levantando la mirada la clavaba en la mía. – Y todo lo demás que surja, ¿no? – me pregunto ella incrédula. – Si por ejemplo quiero que me hagas una paja con tus hermosas tetas – le dije mientras mis manos ascendían desde sus caderas hasta ellas. – y ver cómo te clavas mi polla mientras te colocas encima de mi – le confesé. – Y lo mejor es que no seré yo el que te lo haga, si no, que quiero que seas tú en función al placer que recibas quien me lo suplique – le dije. – No sabes lo cachonda que me pone la seguridad que tienes – me susurro ella mientras me besaba y sentía como su mano recorría mi polla. – ¿Qué te parece si empezamos con una mamada? – me susurro mientras dejaba caer su toalla y mostrándome su desnudez Elena delante de mí se colocaba de rodillas y empezaba a chupármela. – Y además quiero que sepas que pienso tragarme lo que salga de ti – me dijo justo antes de empezar a introducir su polla en la boca mientras su mirada se clavaba en la mía. En ese momento su mano sutilmente bajo arañando desde mi hombro hasta mi cadera mientras a continuación colocando sus manos a los lados de mi cadera Elena se disponía a mamar.
En ese momento las chicas que habían estado en las piedras encima de nosotros observándonos se vinieron a sentar a nuestro lado y colocándose una delante de la otra se dedicaron a observar cómo Elena de los veinte cuatro centímetros de mi polla se tragaba casi dieciocho. Mientras observaban vi como la chica que estaba más cerca de nosotros se desabrochaba el pantalón que llevaba puesto y separando el botón hacía que la cremallera se desplazase hasta la mitad para cogiendo la mano de la chica que tenía detrás la llevo hasta la tira de sus braguitas e invitándola a sumergirse debajo de la tela esta empezó a masturbarla.
Aquellas dos chicas eran preciosas, las dos, ambas de pelo moreno con poco pecho y muy blancas de piel. Las dos iban vestidas iguales y a pesar de que de cara se veía que eran diferentes de cuerpo parecían gemelas. Ambas vestían pantaloncitos cortos blancos y una camiseta rosa mientras vi que las dos andaban descalzas y con las uñas pintadas de rosa.
Elena me la chupaba lentamente dejando que su boca se hiciese cargo de la mayor parte posible de mi polla mientras me percataba como ninguna de las dos apartaba la mirada de mi miembro y de cómo este desaparecía en la boca de Elena. – Ya estoy encharcada oí que le decía la primera chica a la segunda. – ¿Estás, segura de que puedes recibirme? – le pregunto la que estaba detrás. – Si por completo – respondió la primera sin apartar su mirada de la de Elena. – Ella es preciosa y la tranca de él me han dado toda la inspiración que me faltaba – susurro la segunda mientras sus manos desplazaban por la cadera de la primera sus pantalones por sus piernas hasta dejarlos a la altura de sus rodillas. – Hazme tuya – susurro la primera mientras veíamos como su piel y su cuerpo reflejaban su juventud. – Voy – se limitó a susurrar la que estaba detrás mientras arqueando su cadera desabrochaba sus pantalones y tanto a la vista de mi tía como de la mía dejaba a nuestra vista una polla muy similar en dimensiones a la mía.
Nos dimos cuenta en ese momento tanto Elena como yo que la chica que estaba detrás era transexual y dejando a la vista tanto de mi como de Elena como aquella enorme polla emergía entre aquellos pequeños pantalones. Elena me dijo – Mira como tu polla gemela se va a enterrar en esta hermosa chica – mientras esta poco a poco se clavaba de igual manera que como habían empezado dentro de ella.
Elena dejaba salir casi toda mi polla de su boca y de nuevo se la volvía a tragar mientras ellas dos nos observaban y de igual manera la chica que estaba detrás seguía el mismo ritmo que Elena.
- Es lo más bonito que he visto en mi vida – dijo elena mientras veía como aquella chica clavaba todo su miembro dentro de aquella delicada e inocente joven que yacía a nuestro lado empalada por aquel miembro. – Tu también te vas a clavar la polla de tu hermoso amante para nosotros – le pregunto la segunda chica mientras se salía de su chica y de nuevo se volvía a clavar dentro de ella. – Creo que aún no – le respondió Elena. – Acabamos de llegar para pasar el fin de semana y por el momento solo me clave el fin de semana pasado un poco su polla en una terraza en la playa – le conto Elena. – Es enorme para mí ya que la que había tenido hasta ahora no era ni la cuarta parte – le respondió Elena. – Ella antes era mi compañera de piso y al principio le costó mucho tanto entender que quisiera ser mujer con pechos y pene como entender que me quería, pero con el tiempo nos hemos enamorado y mira cómo me disfruta ahora con dieciocho años – le respondió.
Elena mientras la escuchaba hablar me la había seguido chupando. – Él, me ha prometido que en este fin de semana será capaz de hacerme sentirme tan excitada que le pediré que me folle por todos los agujeros de mi cuerpo y si te digo la verdad estoy deseando que ocurra – le dijo de nuevo Elena mientras su mano seguía masturbando mi polla. – De hecho, estar aquí con vosotras ahora no lo hubiese imaginado hace un par de horas – sentencio Elena mientras de nuevo volvía a chupármela. – A nosotras también nos costó al principio hacer algunas cosas, pero fue ella la que descubrió este complejo rural y aquí viene gente que nos salimos de las normas y podréis dar rienda suelta a todos vuestros más bajos instintos – nos confesó a ambos la segunda chica mientras no paraba de clavarse dentro de la primera chica. – Entiendo que, si es vuestra primera vez, estéis a lo mejor, algo descolocados – nos dijo la primera chica. – Es la recepcionista la que si ve que la pareja se sale de los cánones establecidos en vez de colocaros en el primer recinto os coloca en este para que podáis disfrutar plenamente de vuestras fantasías – nos susurró. – Aquí podréis ver amantes, parejas de madres e hijos, profesoras con alumnos y cosas por el estilo – nos confesó. – Siempre mayores de edad, claro – susurro ella. – Con vuestro permiso yo me voy a correr ya dentro de mi chica – nos susurró la segunda chica mientras la oscuridad de la noche nos cubría ya. – Esperamos que disfrutéis vuestra estancia – nos dijo mientras la primera chica se giraba y de espalda a nosotros se la empezaba a chupar.
Yo en ese momento sentí como aquella escena unida a la capacidad bucal de Elena estaban consiguiendo que alcanzase mi orgasmo y en cuanto la segunda chica mostrándome sus preciosas tetas operadas se subió la camiseta y se empezó a follar la boca de su pareja me sentí al borde del orgasmo y de perfil como estábamos sacando lo justo mi polla de la boca de Elena esta quedo de rodillas delante de mí con la boca abierta y sin tocarme me corrí sobre su cara mientras la segunda chica al ver cómo me corría yo ella reventó sobre la cara de su amante de manera similar a la mía.
Por un momento más los cuatro nos quedamos disfrutando de aquel momento que habíamos compartido. Y mientras la primera chica perdía su vista en mi polla mirando a su amante le dijo – Jamás pensé que pudiese ver una igual que la tuya – mientras metiéndose la polla en la boca la limpiaba para dejarla sin rastro de semen. Elena de igual manera la imito y lamiendo mi glande y todo el tronco de mi polla disfrutamos los dos de los últimos extractores de mi orgasmo.
- Aquí sois plenamente libres, esperamos que disfrutéis de vuestra estancia, aunque si por lo que sea no estáis cómodos siempre le podéis pedir a la recepcionista que os ponga en el complejo rural que tiene en el otro lado de la ladera – nos informaron. – Nosotras trabajamos aquí y estamos para lo que necesitéis – nos informó a continuación la otra chica – la recepcionista es mi madre nos dijo la primera chica. – Creo que nos quedamos – le dije yo mirando a Elena. – Desde luego que sí, yo estoy aquí para que él abra mis piernas y ahora entre todos abráis mi mente – sentencio Elena. – Sera un placer – respondieron ambas al unísono.
Elena y yo nos dirigimos a nuestra casa y nos preparamos para ducharnos e ir a cenar a la casa principal del complejo. Nada más entrar en la casa Elena me dijo que si yo sabía algo de lo del complejo y yo le confesé que no, que desde luego había sido una grata sorpresa. – Ha sido una locura – me dijo Elena. – Pero la mayor locura, es que me ha encantado – me susurro ella. – Nunca había tenido un orgasmo sin tocarme – me confeso ella. – ¿Te he gustado? – le pregunte. – Me ha encantado – me susurro mientras se acercaba a mí y besándome me llevaba con ella a la ducha.
– Todo esto es una locura – me susurro mientras debajo del agua se abrazaba a mí. – Me acabo de divorciar, tengo una hija de tu edad, tu solo tienes diecinueve años y yo cincuenta y cinco años – susurro. – Que tengas la edad que tengas y que sea cual sea tu situación no quiere decir que no puedas disfrutar de lo quieres hacer – le respondí mientras había visto como ella desnuda recorría avergonzada con su mirada mi cuerpo. – Siempre sabes que decir – me dijo mientras me escrutaba con la mirada. – No, te digo, solo que creo que debe ser la vida – le respondí. – Bésame que quiero dejar de pensar – me susurro ella. Mientras la atraía debajo del agua de la ducha la bese y me concentre en estimular su cuerpo. – Si este fin de semana no entras en mí, ¿me seguirás llamando? – me pregunto ella. – Pase lo que pase seguiré teniendo relación contigo – le respondí. – Ya te he dicho lo que quiero hacer este fin de semana contigo, pero eso no quiere decir que vaya a hacerlo, ya sabes que te he dicho que lo dejo en tus manos – le susurre.
Fuimos a cenar después de ducharnos al salón principal del complejo íbamos andando. Elena llevaba una falda entubada, unos zapatos planos y una camisa blanca de gasa sin sujetador. A la vez que se protegía del fresco típico de la sierra madrileña con un chal. Me di cuenta en su andar que Elena siempre había sido una señora lo cual conllevaba una seria de marcadas limitaciones de mente y de posibilidades y ahora todas ellas iban cayendo poco a poco. Note cuando la miraba como en breve estaría dispuesta a todo, pero ahora incluso dudaba si podríamos llegar ni siquiera echar un simple polvo. – Me siento muy a gusto contigo – me susurro ella cuando llegamos al restaurante. Nos sentamos a cenar y en seguida reconocí algunas de las parejas que nos acompañaban en el salón había reconocido a las parejas de la poza y sirviendo pude ver a las chicas que nos habían acompañado cuando nos salimos del agua. La primera chica se nos acercó y dándonos las buenas noches nos acompañó a nuestra mesa. Al llegar vimos como su pareja estaba en la mesa que estaba justo en frente de nosotros y como la señora a la que estaba atendiendo tenía su mano por debajo de la falda de la chica trans pajeándola. Ella mientras la señora la masturbaba permanecía con las piernas separadas y poco a poco mientras la primera chica nos traía las bebidas disfrutamos del espectáculo que se nos ofrecía delante. La señora que estaba sentada delante de la chica empezó a pajear a la chica que estaba de pie delante de ella y cuando esta se empezó a empalmar inevitablemente la falda de ella se empezó a entrampar y la tela callo entre el tallo de su enorme polla y su pubis dejando a la vista de las ocho mesas del comedor su enorme polla. – Mírala bien es igual que la tuya – me susurro Elena mientras no apartaba la mirada del espectáculo que sucedía delante de ella.
En ese momento la mujer que pajeaba a la camarera se levantó y besando a su acompañante se colocó sobre la mesa separando las piernas e invitando a la chica trans a que se clavase dentro de ella. En ese momento me percate de como la pareja a mi izquierda el chico girándose a su acompañante le decía – Profe chúpamela que mira lo dura que se me ha puesto – le susurro este. En ese momento ella sin decir palabra dejando la servilleta sobre la mesa se inclinó y mientras el chico se sacaba la polla ella empezaba a chupársela. El hombre maduro que estaba con nosotros en la charca se volvió a la chica que había a su lado y le dijo – súbete en la mesa que voy a comerme de postre tu chochito de secretaria ya – le susurro dejando que nosotros lo oyésemos.
En ese momento sentí como la mano de Elena se apoyaba sobre mi pantalón directamente por encima de mi polla. Sentí como la mano de Elena desabrochaba mi pantalón y como tirando del ojal hacía que la cremallera se desabrochase y mi polla quedase a la vista de todos. Elena se pasó la mano por su larga melena y dejándola caer por el lado contrario se agacho para empezar a comerse mi polla.
En ese momento la camarera llego y nos sirvió las bebidas quedándose a nuestro lado viendo como su pareja se clavaba dentro de la madura que sentada sobre la mesa recibía los embates de la joven chica trans a la vez observaba como la boca de Elena alojaba casi tres cuartas partes de mi polla. En ese momento la madura que estaba delante de nosotros se corrió en un maravilloso orgasmo y bajándose de la mesa se puso de espaldas a su amante separando los cachetes de su culo momento en el que esta vio como detrás de la joven camarera se posicionaba su acompañante. – Vaya parece que vamos a ver un trenecito – farfullo la chica que estaba a nuestro lado. En ese momento Elena dejo de chupármela y miro la escena viendo como la camarera introducía su pene en el recto de la madura alojando la mitad de su miembro y de igual manera el chico detrás de ella a la chica trans le insertaba su polla en el culo. Este ahora se clavó por completo con su polla de unos quince centímetros dentro de la camarera y empujando a su vez hizo que la polla de ella sodomizase el recto de la madura que aullando dejo que este se alojase por completo dentro de ella. – jefa, dime, sientes como los dos nos clavamos dentro de ti – susurro este. – Ahora en los consejos de administración tendrás algo más en lo que pensar – le susurro mientras empezaba a clavarse en la camarera y está llevando el ritmo mientras salía de ella se clavaba en el él y al revés. – Que cosa más bonita – me susurro Elena al iodo mientras veía como yo el espectáculo que se nos ofrecía. Y tras algo más de diez minutos asistimos a las corridas de todos los presentes mientras Elena no me dejaba tocarla ni me permitía correrme.
Después del maravilloso espectáculo ofrecido hicimos cuenta de una ligera cena y la camarera al apuntárnoslo en la cuenta nos sugirió dar un paseo por uno de los senderos que serpenteaban por el complejo.
Fuimos a la casa y nos cambiamos antes de salir Elena sentándose en el sofá me pidió que si le podía comer el coño y yo arrodillándome delante de ella le di el placer que me pedía. Ver a aquella madura mujer y como desde su entrepierna le daba placer para mí por el momento era suficiente. Cuando por fin Elena se corrió en mi boca se irguió y me beso.
Cuando salimos de la casa Elena me agradeció que fuese tan paciente con ella. Yo le dije que no había prisa ninguna. – Te juro que te lo compensare – me susurro ella mientras andando se agarraba de mi brazo. – No tengo ninguna prisa – le susurre sabiendo que la espera solo haría incrementar el deseo.
Tal y como nos indicó la camarera empezamos a andar por el sendero y vimos como este que estaba perfectamente señalizado nos llevaba por el entorno del complejo rural y con pequeñas luces solares estaba lo suficientemente iluminado como para poder seguirlo.
Elena me pidió que le contase historias mías de sexo mientras caminaba a mi lado enganchada a mi brazo. – Cuéntame historias tuyas follando en el monte como estamos ahora – me pidió Elena y así le empecé a contar el polvo con una amiga mía que era azafata y como en mitad de un camino mientras nos habíamos parado a descansar ella se apoyó contra un árbol y yo clavándome sobre ella la follé hasta que me corrí en su interior. En ese momento oímos gemidos…
Sin darnos cuenta habíamos dado ya gran parte de la vuelta del circuito que recorría el complejo y ahora nos encontrábamos por la espalda de las casas que ocupaban el resto de huéspedes. El hombre maduro que habíamos visto en la poza ahora estaba en el sofá de su bungalow y detrás de su secretaria que estaba a cuatro patas en el sofá esta recibía la polla de él mientras gemía como una descosida.
Elena y yo nos paramos y nos percatamos de que el camino en este momento tenía como una pequeña balconada que invitaba a mirar. Era impresionante ver los pollazos que este le daba a su pequeña secretaria mientras se clavaba en ella y está muy placenteramente recibía los embates de este hombre. Vi como la mirada de Elena se encendía mientras como yo observaba la escena. Suavemente Elena se apoyó en la barandilla y se acercó a mí. Sentía como observar aquella escena la estaba encendiendo por momentos y como poco a poco se friccionaba más conmigo. Poco a poco sentí como su mano pasaba de mi codo a mi cadera y de ahí como su mano se colaba por debajo del talle de mi pantalón hasta que su mano llego a tocar mi polla. Tan solo la dejo allí tocando mi polla sin masturbarme, pero a mí me encendió sentir su mano. Durante algo más de un cuarto de hora seguimos viendo como aquel maduro colmaba a pollazos a aquella joven muchacha y como al final se corría sobre su espalda dejando una blanca y espesa corrida sobre los riñones de esta para quedar después rendido a su lado.
Nuevamente seguimos caminando mientras Elena había sacado la mano de mi pantalón. Sentir como su mano abandonaba mi polla me dejo decepcionado, pero pensé que habría más oportunidades. Seguimos caminando y de nuevo por el camino que recorría la parte trasera de las casas y en la siguiente nos encontramos con una mujer madura que era atendida por una chica joven entre las dos rodaban por el colchón. Nuevamente nos percatamos de que había un mirador y sobre este y sin decir palabra nos asomamos. Ver como aquellas dos mujeres desnudas anudaban sus piernas y friccionaban sus caderas fue un placer. La única lastima fue que llegamos al final del espectáculo y cuando no llevábamos allí ni dos minutos vimos como ambas llegaban a conseguir su placer y se desmadejaban en la cama ambas. – Una pena haber llegado tarde – me susurro Elena mientras continuábamos nuestro camino.
Seguimos caminando y en la siguiente casa por la que pasamos vimos las luces apagadas por lo que continuamos el camino. Elena se abrazaba a mi o apoyaba su cabeza en mi hombro o paraba para besarme hasta que descubrió que en la siguiente casa había luz camino de nuevo hasta la balconada que daba una perfecta vista a este y apoyándose en la barandilla me invito a ponerme a su lado mientras veíamos la escena. Elena me sonrió con picardía, aquello me invitaba a saber que estaba excitada y pude ver a través de la camiseta que llevaba como sus pezones se marcaban en la misma. En ese momento vimos a la camarera, la primera y a una pareja que entre ellos se besaban y al mismo tiempo se desnudaban mientras las manos de todos se perdían en los cuerpos de los otros dos. Elena disfrutaba a mi lado de la escena mientras veíamos como las dos chicas sentaban al chico en el sofá y mientras una de ellas devoraba su polla la que parecía ser su pareja se sentaba de rodillas a su lado y besaba al chico mientras este gemía de placer y tocaba la vagina de su pareja.
Elena mientras observábamos la escena, me cogió mi brazo y se hizo hueco, se puso delante de mí y guiando mis manos se las anudo a su cadera mientras con su otra mano se levantaba la parte trasera de la faldita de sport que llevaba y sentía como su cadera desnuda se apoyaba en mi pubis. En este momento sentí como su mano con gran maestría desabrochaba mi pantalón y mientras sus manos pasando por detrás de su cadera tiraban de mis pantalones y mis gayumbos deslizándolos por mis caderas aflojo temporalmente la presión de sus nalgas sobre mi cacera para permitir que la tela de mis prendas cayera hasta mis rodillas.
Elena en el momento que sintió como mis pantalones habían caído de nuevo volvió a apoyar sus nalgas atrapando mi erección de nuevo. En ese momento yo ya solo tenía ojos para Elena. Deslice mis manos hasta su cadera y colándome por debajo de la tela de su falda me percate de que Elena no llevaba ropa interior y mientras provocaba que Elena sintiese como la yema de mis dedos bajaba por su vientre sentí como ella como respuesta se presionaba más contra mí. – No sabes cómo lo estoy disfrutando – me susurro. – Eso es lo que quiero – le respondí mientras mis manos continuaban bajando y sentía la fina línea de bello que coronaba su coñito. – Uuuum – gimió ella delante de mí mientras suavemente movía su cadera delante de mí.
Sentir como el culo de Elena tenía atrapado mi polla entre sus nalgas y como suavemente lo movía me hacía sentir en la gloria. – Creo que en breve voy a estar preparada para recibirte – me susurro ella mientras sentía como la yema de mi dedo corazón empezaba a hacer contacto con su clítoris. – Hace más de diez años que nadie entra así que por favor te pido que seas cuidadoso – me susurro ella. – No te preocupes si hace falta estaré aquí hasta el domingo clavándote mi polla – susurre mientras apoyaba mis labios en su oído – pero lo que si te aseguro es que te entrara entera – le susurre mientras ahora mordía su lóbulo. En ese momento sentí como ella se corría entre mis manos a la vez que toda la palma de mi mano agarraba su coño. – Vaya, vaya me acabas de empapar la mano con tus juguitos – le susurre. – A cada momento estoy más preparada – me respondió ella. – A cada momento estoy más cachonda – me gimió mientras me ayudaba a masturbarla de nuevo cuando aún no había casi ni terminado de correrse. De nuevo con su ayuda comencé a castigar su clítoris mientras los dedos de mi otra mano separaban sus labios. – Eres un demonio – me susurro ella que mientras veía como el trio que estábamos observando avanzaba ella de igual manera sentía el placer que yo le estaba provocando. – Sigue, sigue no pares – gimió ella.
Su mirada se perdía en el trio del bungalow en el que ahora él sentado en el sofá recibía la cabalgada de la camarera mientras la otra chica se hacía un dedo mientras los miraba. En ese momento sentí como la mano izquierda de Elena agarraba la sisa de su camiseta y la arrastraba hacia arriba dejando sus preciosos pechos al aire.
De igual manera ahora Elena se giró y quedando frente a mi dejo su cuerpo desnudo a mi vista mientras era bañado por la luz de la luna. – Eres preciosa le dije mientras mi mano volvía a masturbarla y mi boca iba directa a la suya mientras mi otra mano comenzaba a friccionar su pezón derecho. – Me encanta sentir como estimulas todo mi cuerpo – gimió mientras su mano derecha se apoderaba de nuevo de mi miembro y muy suavemente me pajeaba.
Elena continuo con la suave paja mientras disfrutaba de mi cuerpo y al rato tras un nuevo orgasmo por su parte se volvió a girar. Ahora mientras observaba la escena la pareja estaba con la camarera de pie a los pies del sofá mientras guiaba la polla de él al culo de ella. Elena se inclinó hacia delante mientras ahora si me invitaba a entrar dentro de ella. – Fóllame – me pidió. En ese momento restregué mi glande desde su vagina hasta su ano sintiendo como se estremecía al llegar a este. – Ya luego probaremos esta entrada – le susurre mientras sentía todo mi glande apoyado en su ano. – Si sigues así no habrá problema – me susurro ella. De nuevo coloque mi glande a la entrada de su vagina y en el primer embate coloque dentro de ella la mitad de mi glande.
Me salí de ella y girándola hacia mí, la ayude a quitarse la camiseta de deporte que llevaba, mientras saboreaba sus dos pechos y lamia sus pezones a la vez que dedeaba su vagina haciendo que esta se abriese para mi clavando todo lo que pude mis dedos dentro de ella. De igual manera me incline y llevando mis manos a sus caderas hice que su faldita se deslizase por sus piernas hasta sacarla por sus pies mientras de nuevo volvía a comerme su coño. En ese momento Elena echando su cadera hacia delante puso a mi entera disposición su coño que me esmere en comer, chupar y absorber al tiempo que continuaba hundiendo mis dedos dentro de ella hasta que hice que de nuevo se corriese en mí boca. La hice girar para que mientras yo le daba placer de igual manera pudiese ver la escena y aquello me demostró que le daba muchísimo morbo ver como aquel trio se daba placer.
Mientras continuamos observando yo desde atrás lamia tanto el ano como la vagina de Elena la escena era de lo más morbosa, mientras Elena sentía como chupaba su coño sentía como la punta de mi nariz se clavaba en su ano. Ella al verse por completo desnuda delante de mí pude sentir como se excitaba de nuevo por la situación. Y mientras sentía como me comía su coño una réplica de su orgasmo se sucedió delante de mí. – Necesito sentirte de nuevo – me susurro mientras hacía que me levantase y que todo mi cuerpo cubriese su cuerpo por detrás. Apoye de nuevo mi erección entre sus nalgas y ella al sentirme detrás de ella penduleó su cadera y elevándola encajo mi polla entre sus piernas. Ahora con su mano la guio y sentí como su vagina empapada me recibía hasta llegar a clavarle la mitad de mi miembro dentro de ella.
Ella en ese momento me recibió con un placentero gemido mientras yo moviéndome a ambos lados frotaba dentro de ella su punto “g” mientras veíamos como ahora a la escena se unía la segunda camarera. Esta al entrar en escena se desabrocho la falda mientras veía como la que era su pareja recibía en su ano el miembro del novio de la otra pareja. Ella se quedó observando al igual que nosotros y en ese momento vimos como la novia se acercaba a ella gateando y como mientras veía como su novio se follaba por el culo a la camarera que era su novia esta empezó a mamar la enorme polla a la camarera trans. Poco a poco se fueron acercando a la primera chica que era sodomizada y la camarera trans se colocó junto delante de ella para que ambas mujeres pudiesen chuparle la enorme polla al mismo tiempo. – Mira como esa pequeña muchacha recibe polla en su boca y en su culo a la vez – mu susurro Elena. – ¿Te gustaría ocupar su lugar? – le pregunte yo. – Debe ser gratificante recibir dos pollas al mismo tiempo – me susurro ella. – Pero primero quiero la tuya y luego ya veremos – me susurro ella. – Eso es porque ya tienes un candidato en la cabeza para que te comparta – le susurre. – Dime quien es – le dije mientras volvía a clavarme dentro de ella. – Si es verdad que hay alguien que me daría mucho morbo follarme contigo – me susurro ella. – Dímelo – le susurre mientras me salía de ella y de nuevo volvía a clavarme dentro de ella. – Te estas mojando mas solo de pensarlo – le susurre mientras algo más de mi polla entraba esta vez dentro de ella. – Es que está mal – me susurro ella. – Lo que está mal es a veces lo mejor – le susurre mientras de nuevo me salía de ella y me volvía a clavar algo más en su interior. – Esta bien – me susurro ella. – El hijo de mi hermana me mira de una manera – susurro mientras sentía como su coño empezaba a chorrear aún más. – Oséa que tu sobrino te mira – le susurre mientras de nuevo clavaba más aun mi polla dentro de ella y ya empezaba a sentir como sus nalgas se empezaban a friccionar con mis caderas. – Cada vez que viene a casa mi sobrino se queda embobado mirando mis piernas y mis tetas – me susurro ella. – Me arreglo para él para que pueda alegrarse la vista – me susurro ella. – Tiene tu edad – gimió. – Y en quien piensas ahora mientras tengo mi polla clavada en ti, ¿en él o en mí? – le pregunte. – Me encanta tu polla, pero me encantaría tenerle delante de mí y que me follase ahora mismo la boca – gimió mientras sentía como Elena se corría con un maravilloso squirt delante de mí.
En ese preciso momento conseguí clavarme por completo dentro de Elena y esta al sentir toda mi polla alojada dentro de su vagina se tuvo que agarrar a la baranda del paseo para no caerse. – Si tú quieres te ayudare a follarte a tu sobrino – le susurre mientras empezaba a sodomizar con mi dedo corazón su culo. – Bufff teneros a los dos seria – susurro ella no pudiendo terminar la frase al sentirse inundada de placer. – Pues lo haremos a la vuelta – le susurre mientras ahora al centrarme yo en perforar su culo era ella la que se lanzaba a clavarse mi polla en su interior. – Te imaginas que lo que se está introduciendo en tu culo es la polla de tu sobrino mientras la mía la tienes alojada en tu coñito – le susurre mientras mis dos dedos se clavaban al mismo tiempo que mi polla en lo más hondo de su ser. – Me estas leyendo el pensamiento – me susurro ella. – Pues disfruta que en breve ocupo su sitio – le susurre.
Elena estaba encendida a mas no poder y en plena excitación había conseguido arrancarle su más oscuro objeto de deseo. En poco más conseguí introducir mi tercer dedo dentro del ano de Elena mientras observábamos con la camarera trans junto con las otras dos chicas de rodillas delante del chico lamian su pene y este coronaba para coronar su corrida se derramaba sobre la camarera trans. Las dos chicas mientras veían como este regaba con su corrida a la segunda camarera dejaron que este se vaciase por completo y una vez que hubo terminado y la primera camarera le limpiaba la polla clavándosela en su boca hasta legar a hacer contacto su nariz con el pubis del muchacho su novia se ponía encima de la camarera trans con las piernas abiertas y mientras lamia la corrida de su novio de las tetas de la camarera empezaba a cabalgar sobre su polla mientras besándolo compartían la simiente de este.
Ella al ver esta escena tan erótica me pidió que de una vez tomase posesión de ella e hiciese su culo mío. – Esta bien – le susurre. – Toma mi culo – me susurro Elena. – Se cuidadoso que por ahí nunca ha entrado nadie – me dijo mientras su ano se tragó de una embestida mi glande por completo. – Diooooooooos susurro cuando sentía como mi polla era engullida por completo centímetro a centímetro por su ano hasta mi cadera impacto suavemente con la suya. – Tu culo estaba deseoso de polla – le susurre cuando ella se percató de que me había clavado por completo dentro de ella. En ese momento sentí como Elena se corría de nuevo. – Nunca había sentido nada así – me gruño ella mientras debajo de mi Elena alcanzaba por primera vez en su vida un orgasmo anal. – Dioooooooooooooos santo de mi vida esto eeeeeeeeeeeeesssssssssssss – gimió Elena mientras casi desfallecía en mis brazos. La sujete por la cadera mientras seguía clavado por completo dentro de ella. – Gracias por enseñarme lo que es el placer – me susurro ella mientras sentía como toda mi polla estaba clavada por completo dentro de ella.
Yo continúe follando su culito mientras ella de nuevo separando las piernas me invitaba a clavarme dentro de ella. – Me encantaría follarme a mi sobrino mientras veo como a nuestro lado tú te follas a mi hermana – me susurro ella mientras haciéndose un dedo ella se volvía a correr.
Lo que hizo Elena a continuación me dejo alucinado. – Vamos al bungalow – me dijo cogiéndome la mano y arrastrándome camino abajo para ir al mismo. – Hay algo que quiero hacer cuando te corras – me dijo mientras apenas lograba seguir su acelerado paso.
Llegamos al bungalow en dos minutos y abriendo la puerta directamente nos fuimos a la cama en la que Elena se subió colocándose a cuatro patas. – Sigue follándome – me gimió mientras su mano volvía directa su vagina. – Espera – me pidió mientras se colocaba en frente del espejo de pie que había al lado de la cama. – Quiero ver tu cara cuando te corras en mi culo – me susurro mientras su mano izquierda se adueñaba del móvil y abría la aplicación de fotos. – Mira esta es mi hermana – me dijo mostrándome una foto de su hermana en topless en la playa. – ¿Has visto que tetas más bonitas tiene para que te corras sobre ella? – me pregunto ella mientras su mano depositaba el móvil con la foto de su hermana justo encima de su rabadilla. Gracias a la funda antideslizante del móvil hacía que a pesar de los embates que yo le daba a esta el móvil no se moviese lo más mínimo. – Vamos fóllame para correrte en el culo de mi hermana mientras yo se la chupo a mi sobrino – gimió ella que sacando una foto de su sobrino de la cartera la deposito en la colcha delante de ella. – Pero mira que eres puta – le susurre mientras me seguía follando su culo y sentía como por segunda vez Elena disfrutaba de un orgasmo anal. – Me encanta la polla de mi sobrino – susurro ella mientras a su orgasmo anal se unía su orgasmo vaginal.
Yo en ese momento cogiendo el móvil de la cadera de Elena observaba las preciosas tetas de la hermana mientras la hacía girar y quedando de pie al borde de la cama introduje mi polla dentro de la boca de Elena a la vez que estallaba en su boca y mientras mi polla escupía el semen de mi corrida, este, saturaba la boca de Elena y hacía que mi corrida se derramase por la comisura de sus labios y se derramaba por sus pechos dejándola cubierta por una buena cantidad de mi corrida.
Cuando termine de correrme Elena se introdujo mi polla dentro de su boca todo lo que le fue posible incluyendo mi glande y unos cinco centímetros de mi polla dentro de su boca – Me vas a desencajar la mandíbula – me dijo al sacársela de la boca.
Sentí como la lengua de Elena recorría mi glande y como pasando la punta de su lengua por mi uretra recogía los últimos restos de mi corrida.
Estaba tan cachondo por el morbo de la follada que le acababa de dar a Elena que la dureza de mi polla no bajaba. – Quiero follarte el coño y correrme dentro de ti – le susurre a Elena mientras la invitaba a meterse más dentro de la cama de nuevo. – ¿Estas tan cachondo como yo? – me susurro Elena mientras se tumbaba en la cama para recibirme en posición de misionero. – Creo que tanto o más que tu – le respondí mientras ya la mitad de mi polla se alojaba dentro de ella de nuevo. – Quiero ser yo la que te folle – me dijo ella haciéndome girar y quedando sentada a horcajadas sobre mí. – Te voy a cabalgar – me dijo mientras empezaba a clavarse mi polla dentro de ella. – La tienes muy gorda además de enorme – Susurro ella dejándome entrever que estaba esforzándose por clavársela de nuevo. – Después de esta polla cualquiera será enana – susurro ella mientras subiendo y bajando sobre mí me susurraba – Mira está lloviendo tu corrida sobre tu cuerpo – me susurro ella mientras ambos veíamos como los restos de mi corrida que habían ido a parar a sus tetas desde sus pezones caían sobre mi abdomen.
Elena sobre mi subía y bajaba con mi polla clavada dentro de ella mientras sentía como mi polla estaba a punto de estallar de nuevo. – Sigue, sigue que estoy a punto de correrme de nuevo – gemí mientras veía como ella no paraba de moverse sobre mí. En ese momento sentí como mi polla dentro del coño de Elena lanzaba potentes chorros de semen dentro de su coño y como Elena al notar los fuertes espasmos de mi polla dentro de ella se igual manera reventaba en un maravilloso y demoledor orgasmo que la derrumbo encima de mí.
Elena se quedó recuperando el resuello sobre mí y al incorporarse esta vez sí, con mi polla ya satisfecha del sexo recibido se quedó flácida sobre mi cadera. – Menuda maravilla tienes entre las piernas – me susurro Elena mientras acercando sus labios a mi glande besaba mi polla. – Creo que es momento de limpiarla ¿no? – le dije mientras cariñosamente acariciaba su cabello. – Pídemelo bien – me susurro ella mientras su mirada ahora brillante se cruzaba con la mía. – Chúpamela hasta dejarla limpia. ¡ya! – le dije. En ese momento ella obedientemente se tragó mi flácida polla y la dejo limpia mientras de igual manera lamio mi abdomen hasta dejarlo sin rastro de mi semen. – Vamos que ahora te voy a lavar yo – le dije tendiéndole la mano y llevándola a la ducha. Con gran mimo me dedique a lavar a Elena recreándome en todo su cuerpo y al acabar agotados nos fuimos a la cama.
Al tumbarnos en la cama le dije – parece que tu hermana tiene tan buenas tetas como tu –. Ella por un segundo me miro y me dijo – La verdad es que es uno de mis sueños eróticos mas ocultos, follarme a mi sobrino mientras alguien con una enorme polla se folla a mi hermana a mi lado – me susurro ella. – Me mojo de nuevo solo de pensarlo – me susurro. – ¿Me ayudarías a hacerlo realidad? – me pregunto. - ¿No te parece aberrante querer follarme a mi sobrino? – me pregunto. – Si yo te contara – le susurre. – Cuéntamelo – me susurro. – Mañana con más calma – le dije mientras notaba como el sueño empezaba a vencerme. – Creo que lo mejor será que yo seduzca a mi sobrino primero y luego tu seduzcas a mi hermana que lleva cinco años en dique seco y una vez que lo consigamos los dos podremos juntarlos – me susurro ella antes de caer los dos vencidos por el sueño. – Me parece una buena idea – le susurre. – El lunes por la tarde mi hermana viene a mi casa – me susurro ella. – ¿Te gustaría intentarlo? – me pregunto. – Me encantaría seducir a tu hermana el lunes – le dije. – Esta bien mañana lo planeamos – me dijo ya con los ojos cerrados….