Elecciones.

Allí estaba ella, pidiéndome después de tanto años juntas, tiempo para pensar, para saber, si me seguía queriendo, tiempo porque ya los años de relación le pesaban o al menos eso pensaba, y yo la escuchaba a lo lejos.

Allí estaba ella, pidiéndome después de tanto años juntas, tiempo para pensar, para saber, si me seguía queriendo, tiempo porque ya los años de relación le pesaban o al menos eso pensaba, y yo la escuchaba a lo lejos. Empezaba a preguntarme en que había fallado, en que me había equivocado, rutina, nuestra vida no era rutinaria, nuestras profesiones eran distintas y hablar de nuestros trabajos era realmente fascinante porque eran diametralmente opuestos, así que no entendía por qué ella me pedía tiempo.

Empecé a pensar que tenía a otra, que me había dejado de querer, así que le pregunte:

Sofía: ¿Tienes otra relación? ¿Ya no me amas?

Natalia: No nunca te he engañado y si te amo.

Sofía: ¿Entonces?

Natalia: Sofía – agarrándome de las manos - ni yo misma sé que es lo que me pasa, por eso te pido tiempo.

Sofía: Natalia no te entiendo, pero quiero hacerlo ¿Por qué te quieres ir si me amas?

Natalia: No lo sé, sabes que siempre me ha gustado la aventura, y siento que me asfixio, que nuestra relación me encierra aunque tú nunca has sido posesiva, que no invades mi espacio, no sé qué me pasa, no sé cómo explicarlo.

Sofía: Yo no puedo hacer nada para remediarlo ¿cierto? parece que nuestra vida juntas te tiene aburrida- dije triste-

Natalia: Quizás.

Sofía: ¿Quieres tiempo? lo tienes, no te voy a retener, no quiero que estés a mi lado obligada, no quiero que te amargues la vida, te amo demasiado como para dejar que tu sonrisa y la alegría de tu rostro se apagué.

La ayude a recoger sus cosas, a empacarle la maleta como cada vez que ella salía de viaje, me dirán tonta, pero era verdad, no quería obligarla a permanecer a mi lado aunque la amara. No llore para no hacerle más difícil su partida.

Sofía: ¿A dónde iras?

Natalia: Pedí vacaciones, me iré a una isla del Pacífico. Yo te llamo para que no te preocupes.

Sofía: No lo hagas, sería más difícil si lo haces. Vete ya!

Natalia: Perdóname.

Sofía: No tengo nada que perdonarte, al menos fuiste sincera y no te fuiste sin decirme nada.

Natalia: No me odies.

Sofía: Jamás lo haría, pero sé que tú me dejaras de amar estando lejos, Con otra gente y tendré que aprender a vivir sin ti, a seguir mi vida cuando salgas por esa puerta.

Y se marchó, después de eso llore a mares toda la noche. No podía creerlo, ella se había ido, ya no estaban sus cosas, pero si su aroma, todo en nuestra casa me recuerda a ella, se que volverá, no me pregunten cómo pero volverá la conozco bien, pero debe aprender a darse cuenta por si sola de que es lo que tiene.

Sofía: Ya han pasado 6 meses desde que se fue, me ha mandado una carta diaria, pero no le he respondido ninguna. Por un amigo, sé que está saliendo con otra persona, al menos eso parece, no quiero pensar en ello para no lastimarme.

Natalia: Hace seis meses que me fui, no responde mis cartas, no contesta mis llamadas, estoy volviéndome loca, por qué cometí la estu

pidez de dejarla, ¿cómo no me di cuenta antes que lo mejor que he tenido en mi vida ha sido ella? ¡Todo lo bueno lo tuve con ella!, un hogar, tranquilidad. He sido una tonta, intente salir con otras, pero en la primera cita, no podía evitar hacer comparaciones y me pasaba hablando de ella. Intente tener sexo con otra, tampoco pude, su rostro aparecía como un fantasma. No debí irme, ni dejarla. Ahora regreso a nuestra casa, espero que no sea tarde para recuperarla.

Continuará...