Elba
Como empezó todo con mi prima.
La llamada me sorprendió un poco, yo habla con mi prima Elba con frecuencia, incluso nos reuníamos algunos fines de semana, nos visitaba en casa...
Mejor aclaramos un poco... Elba es la esposa de un primo de mi esposa. Así que soy algo así como su primo político.
Los hemos visto discutir algunas veces y realmente nuestro primo hay día que no la trata del todo bien. Ella es algo sumisa de más, mantiene la casa ultra limpia y prolija, siempre dispuesta a colaborar. Es alta y bastante gordita. Sus nalgas son algo que no pasa desapercibido para nadie, ni siquiera el más distraído no las puede no ver... Pero a mí me encantan sus pechos generosos, abundantes y algo caídos. A pesar que ella los oculta poniéndose ropa holgada y casi evitando usar escote... mi gran oportunidad es en el verano y sobretodo en la playa.
Necesito hablar contigo, estoy muy mal, hoy volví a discutir con tu primo... no entiendo porque es así, yo me preocupo mucho por sus cosas...
Bueno, tiene esos altibajos, pero tampoco debería estar tan encima de él. Deberías dejarle algo de espacio. Si anda mal o algo deprimido, déjalo que solo se le irá...
Pero me preocupa que este mal... yo quiero verlo...
Elba él es así, ya lo hablamos... igualmente cuando quieres que nos veamos
Podrías venir ahora a casa, Jorge (mi primo) fue al interior a llevar unos trabajos y volverá tarde en la noche.
Ok... voy, déjame ver como arreglo en el trabajo.
Antes de una hora estaba en su casa. Elba es de maquillarse y cuidar su apariencia, es una profesional exitosa y siempre está pulcramente arreglada. Incluso en verano, si tiene que salir se pinta y arregla.
Esta vez le noté que, a pesar de los labios, ojos pintados y algo de maquillaje estaba un poco tensa, triste.
Apenas entre me abrazó y me besó. Yo sentí esos abundantes senos contra mi pecho... ella no tenía idea el placer que me daba sentir su exuberante cuerpo contra el mío...
Gracias, por venir tan rápido, te complique con el trabajo?
No yo en realidad tenía unas entrevistas programadas con algunos clientes y las trasladé para otros días... como iba a salir nadie me extrañará. Qué pasó?
No sabes, te cuento...
Unos minutos después estabamos sentados ambos en un sillón casi de frente y yo tratando de convencerla que ella merecía ser feliz, que si no obtenía todo lo que quería o necesitaba en casa... pues debería comenzar a mirar afuera...
Pero, mírame, quien me prestará atención... estoy gorda...
Bueno eso no lo puedo negar, pero tú sabes arreglarte y habemos hombres que nos gustan las mujeres abundantes...
Habemos??
Este... si... es una manera de decir... este si... a mí... je, je... a mí también me gustan.
Sin embargo estás con Ana
Bueno cuando jóvenes Ana tenía unas curvas impresionantes y... bueno eran otras épocas...
Si... entiendo
...
Y tú crees que yo podría conquistar a alguien
Y... los hombres tenemos el sí fácil...
Pero con mi culo... quien va a mirarlo con ese tamaño... descomunal...???
Tienes otras cualidades... eres una persona inteligente, con agradable conversación, dispuesta a escuchar y a mantener diálogos amables...
Y eso atrae a los hombres?? Me estas mintiendo primito... además a mi me gustaría otra cosa... si es que me entiendes...
Bueno... esteee... tienes unos hermosos senos quizás debas mostrarlos un poco más
Te parece?
Si, yo creo...
Elba comenzó a mover el cuerpo como buscando el ángulo perfecto desde el cual mostrar sus senos...
Cómo te parece que debo mostrarlos?
Bueno... quizás, las mujeres saben...
Dale primito dime...
Bien con una camisa como la que traes, algún botón desprendido
Así? Y se desprendió un botón
Eh... uno más?
Y desprendió otro, ahora se podía apreciar el nacimiento de sus pechos... mis ojos no daban crédito a lo que veían, a la situación, ni a que Elba me hiciera caso en esto...
Algo más?
Yo diría... bueno si te parece... diría que el sosten tendría que ser más ajustado, apretarlos y elevarlos más...
Así está mejor??? Preguntó mientras sus manos juntaban y elevaban los rotundos pechos.
Si... mejor
Te parecen atractivos?
Si... como que dan ganas de zambullirse en ellos
Y... no te animas a tirarte a la piscina?
Elevé mi vista que estaba anclada en sus senos, la miré fijo, como preguntando si había dicho lo que yo sentí...
Su mirada era algo indescifrable, pícara, juguetona, pero temerosa quizás del rechazo o por la situación. Tenía una risa nerviosa.
Por qué no los pones tú en la posición correcta. Me dijo mientras soltaba los senos e impulsaba su torso hacia mí.
Yo elevé lentamente mis manos... y tomé con firmeza sus senos. Mis dedos pulgar se apoyaron con dulzura sobre los erectos pezones. Elevé y junté sus pechos. Tenía mi mirada perdida en el valle entre las dos hermosas tetas.
Sus manos me tomaron de la cabeza y con suavidad y firmeza me fue obligando a hundir mi cara en tan exquisito lugar. Cabe decir que no necesito poner "mucha firmeza".
Mis dedos pulgar e índice comenzaron a jugar con sus pezones, y mi lengua saltaba de un pecho a otro captando la suavidad de la piel, la firmeza del pecho femenino y el sabor de Elba.
Ella reía, estaba inquieta, me apretaba contra su pecho...
Iosy, no estaremos haciendo algo malo? No sé, yo quiero mucho a Ana ...
Quieres que me detenga?
No, no... es que... ay que lindo, seguí, seguí... te gustan mi pechos, qué placer!!
Yo continué con mi tarea, pellizcando suavemente los pezones, lamiendo los voluptuosos pechos... Pero comenzaba a sentir hambre, como un bebé, comencé a sentir deseos de mamar estas cálidas tetas buscando el alimento que quizás escondían.
Elba debió adivinar mi pensamiento, porque con suave maniobra y sin sacarse la camisa, desabrochó su sostén. Los senos liberados de la pequeña prisión se mostraron más manejables y sin dudar intenté sacarlos a la luz. Ella estaba más que dispuesta a mostrarlos y yo a devorarlos. Desprendió más botones de su camisa, llevo sus brazos hacia atrás, apoyándolos en el respaldo del sillón y me ofreció en su plenitud dos tetas capaces de calmar el hambre a muchos bebes.
Uno de los pezones se perdió en el interior de mi boca, mi lengua jugaba con tan durito apéndice. Mientras mi mano sobaba y acariciaba el otro pecho, observé el tono oscuro de la aureola y el pezón.
Los suspiros fueron aumentando en intensidad, Elba estaba entrando en el camino de no retorno. Mi mano dejó el pecho y se dirigió a la entrepierna de la robusta mujer cubierta por un pantalón joggin y quien sabe que más...
No, no ahí no... qué estamos haciendo?
Tú aprendiendo que el mundo no es Jorge y yo gozando de una caliente hembra... que se está descubriendo a si misma.
Pero no... que locura!! Yo soy culpable te provoqué... ay Iosy donde vamos...
Mi mano no le hacía caso a sus palabras, y a pesar que cerro y apretó con fuerza sus piernas intentaba vencer la resistencia.
Mordí con suavidad el pezón que no había abandonado mi boca, tironeé de él con los dientes, succioné el pecho con fuerza. Elba gritó de placer y el grito se fue apagando en un fuerte suspiro, sus piernas se abrieron igual que una flor en primavera... y mi mano llegó a su destino por encima de la ropa. Ella desprendió con dificultad mi corbata y mi camisa, me las quitó tirándolas a un costado. Se desprendió de su camisa que también fue a parar al mismo lugar.
Yo no dude y metí mi mano por su pantalón. No puedo decir que su ropa interior era sexy. Fui bajando mi mano por encima de su trusa, sentí el leve colchón que formaba su tupida pelambre y llegué a una zona de mucha humedad.
Elba gozaba de las caricias con intensidad y a pesar que su mente, su moral iba en sentido contrario, hoy, su cuerpo estaba ganando la batalla. Comencé a frotar con fuerza sobre la zona del clítoris.
No, no... ay... me vas a hacer gritar de nuevo... que divino... quiero acabar, quiero tener un orgasmo, Iosy no me dejes con las ganas lo necesito.
Goza, goza, mi pe... cuando iba a decirlo me corté, sabía que Elba no era de decir "malas palabras"
Si, siiii, dilo sin miedo, llámame puta, tú puta, si insultarme... no sabes como me calienta... mírame, mírame...
Solté el pezón y clave mi mirada en la suya...
Así, soy tu puta, soy tu hembra, tu yegua caliente, y me estas haciendo acaballerar.....
Los ojos se le cerraban, un grito ahogado, contenido se amontonaba en su garganta. Si lo dejaba salir todo el edificio se enteraría de que había llegado a un orgasmo. Con un puño golpeaba en mi desnuda espalda. Con la otra mano sostenía la mía sobre su concha y la apretaba contra ella. Yo la observaba complacido...
Por favor, que divino!! No puedo más... que fuerte, como me hiciste acabar
Te gustó? Pregunté, aunque ante mi estaba la inequívoca prueba y en mi empapada mano sus jugos confirmaban lo que mis ojos veían.
Luego de unos minutos en que Elba comenzó a recuperarse, tirada sobre el sillón, abandonada a mis caricias en la entrepierna y en sus pechos, habló
Pero y tú? Me hiciste gozar y no pensé en ti..
Lo importante era que te sintieras bien, liberada y satisfecha.
Y vaya si lo lograste.
Entonces yo estoy bien cumplido.
En serio?
En serio.
Yo podría, yo podría... bueno tú sabes te la acaricio un poco y quizás tú te sientas mejor, mira como estás! Dijo señalando la carpa que se levantaba en mi pantalón.
Quieres acariciarla?
Bueno Jorge me pide que se la chupe de ves en cuando.
Te animas?
Quieres?
Solo si tú quieres.
Trato de desprenderme los pantalones, pero se le dificultó. Rápidamente yo los desprendí y me quité toda la ropa de un golpe. Mi verga dura y palpitante apuntaba amenazadora a Elba.
Pero solo te la voy a chupar, que esto que estamos haciendo no está bien.
OK, solo me la vas a chupar. Pero espera... porque no te quitas el pantalón ya que hemos llegado hasta aquí por lo menos déjame verte totalmente desnuda.
Ella me miró evaluando mi petición y por fin opto por quitarse los pantalones.
Así está bien?
Y la trusa?
Solo te la voy a chupar!!
Es que me calienta verte...
Está bien, dijo mientras se quitaba la última prenda que tenía puesta.
Me acomodé en el sillón de modo de quedar frente a un gran espejo, así con Elba chupándome podría verle el culo al mismo tiempo en toda su dimensión.
Ella se arrodilló frente a mi, mojó abundantemente su mano con saliva y comenzó a practicare una deliciosa paja.
Luego su boca se abrió y vi como el glande, primero, y el cuerpo de la verga, después desaparecían en su boca. Debo confirmar que lo hacía muy bien y el placer que me estaba dando me estaba haciendo acelerar mis tiempos muy a mi pesar.
Ella dejó de succionar y me miró. qué estas mirando con tanta atención?
Tu culo, respondí
Giró su cabeza y pudo ver en el reflejo del espejo sus voluminosas nalgas. Sonrió, las movió un poco y volvió a su quehacer, introduciendo toda mi verga nuevamente en su boca. No soy un superdotado ni nada que se le parezca, pero me asombraba con la facilidad con que deborama mi duro cipote.
Me encantaba lo que me hacía, pero yo quería cogerla. Clavarle la verga hasta lo más profundo de su ser.
Se la saqué de la boca quise acomodarla en el sillón en 4 patas para clavársela toda. Ella se resistió.
Así no, así no... espera, espera.
Rápidamente acomodó otro sillón frente al espejo. Me miró con cara de hembra caliente, con fuego en los ojos, parecía una puta desesperada. No había dudas ella también quería ser cogida.
Tu me miraste el culo mientras te la chupaba. Ahora yo quiero vernos las caras mientras... mientras me ensartas tu rija...
Vaya con la prima, no esperaba una frase así.
Se puso de rodillas en el sillón, apoyó sus manos en el respaldo, dio vuelta su cabeza y me miró por unos segundos la pasión la inundaba. Miró al espejo con ojos bien abiertos. Quería recibir toda la pija y todas las imágenes posibles de ese momento.
Me pare detrás de ella, acomodé la verga y embuje en su vagina. Entre sus jugos y su saliva, la verga se deslizo en su interior con absoluta facilidad. Dio un largo suspiro de placer. Mi cadera golpeó en sus nalgas. Ella bajó una mano y comenzó a frotarse con desesperación el clítoris y los labios vaginales. Yo fui dándole ritmo al metesaca. Elba daba gritos y suspiros, quería más y lo pedía. Movía su cadera para ayudarme y ayudarse a recibirme más adentro. Antes de lo esperado aceleró su ritmo, más, más gritaba, iba y venía clavándose la verga más profundamente, yo intente separar sus nalgas para profundizar aún más. Su mano se agitaba en el clítoris con frenética desesperación.
Acabo, acabo, nooo, acabo, noooo que lindo que lindo
No lo podía creer, ella estaba teniendo su tercer orgasmo en apenas unos segundos de penetración. Yo disminuí el ritmo.
Ah no, no me la saques, yo te dije de no coger y ahora que me lo estás haciendo hazlo con todas tus fuerzas, lléname con tu esperma caliente.
Ya no podía más, incrementé el ritmo, golpeaba sus nalgas con mis caderas cada vez más fuerte. Ella grita, provocaba y me pedía más verga. Su boca era una metralleta de todas esas palabras que nunca decía.
Yo golpeaba y golpeaba, el roce era intenso, placentero. Ella me mostraba en el espejo como se tocaba el pecho, pellizcaba sus pezones, incluso trataba de llevarlos a su boca y lamerlos.
Sentía que mis huevos estaban elevándose, sabía que pronto le daría lo que tanto pedía.
La quieres, la quieres puta!
Siii , damé tu leche, lléname, préñame, hazme tu hembra...
Y comencé la descarga de un abundante y caliente esperma, una contracción y otra, y al intensidad, y más leche en el interior de la caliente hembra. Las piernas me flaqueaban y me dejé caer sobre su espalda tratando de dejarle la verga dentro. Pero sus enormes nalgas y la flacidez de mi verga hicieron que ésta saliera de su interior. Algo de leche corrió por sus piernas. Apoye mi mojada verga entre sus nalgas, ella contrajo los músculos y me la apretó con las nalgas. Alguna de las últimas gotas de leche que aún quedaban en mi bañaron la raja de su culo... Estábamos ambos exhaustos.
Me senté en otro sillón, ella se paró, pasó su mano por el interior de sus piernas, cerca de la vagina...
Qué locura hemos hecho!!
Estás arrepentida?
NO, eso es lo peor...
Nuestros encuentros se sucedieron en el tiempo y casi siempre con tanta intensidad. Ella para ahorrarnos tiempo y complicaciones me regaló un auto. Pero yo tenía con ella una materia pendiente... y pronto sería el momento del examen.
iosy