El whisky
Aventura con mi concuñada.
El whisky
Mi esposa tiene un hermano, el cual está casado con una mujer bonita, de buen cuerpo, y una cola inmensa. Tiene ojos levemente claros, igual que su cabello, y le encanta escuchar mis bromas sucias, cuando hay alguna reunión familiar.
Le encanta el whisky, asi que en esas reuniones yo a veces la acompaño con un vaso. Se que esa noche, mi buen cuñado cogerá como loco, porque esa bebida convierte a su esposa en una leona enjaulada, según sus propias palabras.
Pero un día,...un dia me llamó mi esposa de su trabajo, diciéndome que pase por la casa de mi cuñado a retirar unos sobres, pero que debería hacerlo al mediodía, ya que luego su esposa saldría. mi esposa no podría retirarlos, ya que estaba sobrecargada de trabajo y regresaría tarde.
Mi cuñado suele trabajar hasta las diez de la noche, de modo que ese día pasé por su casa al mediodía y me sorprendió sobremanera que al golpear no me atendiera nadie en su casa. Empujé la puerta y esta estaba sin llave, asi que entré. La esposa de mi cuñado no estaba en ningún lado. Buscaría en las habitaciones y si no estaba me retiraría de allí sin mis sobres.
Pero al entrar al dormitorio de ellos, casi me da un paro cardíaco. Allí estaba mi concuñada. Estaba profundamente dormida con una botella de whisky vacía en su mano derecha, pero además totalmente desnuda y una toalla en su mano izquierda, como si fuera a darse un baño.
La llame varias veces, a ver si se despertaba, pero fue inútil. Me acerqué más para ver si moviéndola con las manos se despertaba, pero no pasó nada. Estaba totalmente dormida por la borrachera que se había levantado. En ese momento, al ver que no se despertaba, el instinto felino subió a 10.000 y comencé a recorrerla tranquilamente con la vista.
Sus pechos eran grandes, pero lo que mas me llamó la atención fue la vagina afeitada, rojiza. Me incliné hacia allí y un agradable aroma a sexo me volvió loco, asi que comencé a lamer la enorme bulba. Luego de unos minutos, en los que ella ni se movió, comencé a tocarle la vagina como masturbándola. Ella solo emitió un gemido y movió levemente la cabeza, pero nada más. Volví a olerle y lamerle la vagina, ahora con mas pasión, pero ella ni se movía. Note, eso sí, que estaba un poco mas húmeda, como si en su borrachera, estuviera excitándose.
Mi pene ya habia pasado el límite asi que lo saque fuera no se para que. Allí fue cuando me acordé de su enorme culo, así que lentamente la puse boca abajo, sin que ella se enterara siquiera. Comencé a lamerle el ano, y no pude más. Me puse sobre ella y la penetré primero lentamente y luego como loco.
La chica tenía su ano bastante abierto, porque se lo metí sin problemas. Ella seguía durmiendo. Yo como un animal loco, volví a darla vuelta, metí mi nariz en su vagina, y me heché encima para cogerla. Ella subconscientemente estaba gozando por la gran cantidad de lubricante que mojaba esos labios maravillosos.
Asi que le metí mi pene hasta el tronco. La cogí varios minutos, observando siempre como reaccionaba. Antes de eyacular, me puse sobre su cabeza y metí la cabeza de mi pene en su boca entreabierta. Esa imagen me asalta por las noches. Ver su boca sosteniendo mi pene húmedo. Luego, totalmente mareado por el deseo, me masturbé sobre ella y gran cantidad de semen se esparció por su pancita.
Sequé el semen con mi slip, y traté de ponerla en la misma posición en la que la encontré. Una vez vestido, le dí palmaditas suaves sobre sus mejillas rojizas, pero solo reaccionó con un eructo. Lentamente borré mis huellas y decidí no llevarme los sobres que habia venido a buscar, por si acaso, y hacerme como que nunca estuve allí. Pasaron los dias, y no ocurrió nada especial.
Todo transcurrió como de costumbre, pero el subconsciente de la esposa de mi cuñado me ama y me desea. En las reuniones familiares, siempre hay un roce, o una mirada, o una sonrisa, o algo que hace que sus ojos brillen de manera felina. Tal vez un día se lo confiese. Pero mientras tanto, las imágenes de su cuerpo desnudo y penetrado me asaltan permanentemente. Se que algun dia voy a terminar en la cama con ella como corresponde: bien despierta y caliente.