El whatsapp lo carga el diablo 1

Un mensaje de felicitación acaba provocando una enorme excitación

Relato basado en hechos reales

Todos sabemos cómo se despiertan los chavales por la mañana, no? Pues Rafael se despertó y al instante vio un mensaje en su móvil, era su cumpleaños, por lo que habría muchos, pero vio que le escribía Gloria, una antigua compañera del trabajo con la cual hacía mucho tiempo que no tenían contacto. Tenía 14 años más que él y se alegró porque la recordaba con su pelo cortito, sus labios carnosos, su cuerpo delgado y con las uñas, tanto de las manos como de los pies, perfectas, siempre se las miraba cuando pasaba cerca de su mesa.

“Felicidades guapo! Que tengas un buen día” le escribía ella, con un par de emoticonos con un beso

“Gracias!” contestó y rápido escribió “si aún no me he despertado, ¡has sido la primera!”

“Qué honor” tardó un instante a contestar Gloria “perdona, despiértate y ya hablaremos”

“Ah, no no, si estoy la mar de cómodo, estoy tumbado en la cama” y bajo su mano, y la pasó por su rabo duro. La culpa la tenía la mañana, pero le apetecía mantenerla así.

“Uff que calor he pasado esta noche yo, me costó dormir”

“Yo es que duermo desnudo, y debo tener las sábanas por el suelo” contestó Rafael, pensando si se había pasado.

Gloria leyó el mensaje, y pensó “¿estoy hablando con Rafael y está desnudo en la cama?” y unas cosquillitas le recorrieron el cuerpo. Recordaba perfectamente la cara ruda de Rafael, el dibujo de sus cejas acompañando una nariz de las que dicen que dan personalidad, recordaba su voz, y un buen rollo que tuvieron siempre, pero bueno, él era muy joven, ahora debía tener ya 30 años, ya lo hubiera pillado por banda si tuvieran la misma edad.

“Ah mira que bien, así iras más fresquito y libre, buena idea” le dejó ella sintiendo un calorcito al saber que estaban hablando de su rabo “¿has descansado bien?”

“Sí, bien, voy a mear” dijo Rafael, y se levantó de la cama, todavía con el rabo tieso. Fue andando hacía el baño y se colocó de forma que pudiera mear. Aun así tardó un buen rato en salir el chorro.

“Ya estoy” le escribió él. Empezó a recibir más mensajes de felicitaciones, pero estaba interesado en la conversación con Gloria y no les dio importancia.

“Sí que has tardado, debes llevar una semana sin mear” comentó ella jocosamente.

“Sí, bueno, ya sabes, a veces uno al despertarse, pues…”  escribiendo esto, Rafael sintió como su corazón le latía con más fuerza.

“¿Cómo?” preguntó ella, pensando si tenía que pensar mal o no, le dio hasta vergüenza.

“Nada, nada, cosa de hombres” respondió Rafael.

“Ok, no pregunto más, creo que puedo saber por dónde vas” le dijo ella, y pensó, “ volvemos a hablar de su rabo,¿no?

“Voy por el pasillo, volviendo a la cama” le dijo Rafael enviándole un emoticono con una sonrisa.

“Vigila no te vayas a constipar, eh, te has limpiado las manos jejeje”

“Sí, todo en orden i en su sitio, por lo que veo” comentó Rafael, jugando un poco con las palabras. Su rabo no acababa de bajar.

“Asegúrate bien, no hayas perdido algo, eh, que hay mucha ladrona” escribió ella dándole juego.

“Tengo legañas aún, no he visto a nadie jajaja, espera que me palpo” y se acarició un poco más su rabo, que volvía a estar en posición de ataque, y escribió “Sí, todo en su sitio”

“No te toques demasiado, eh”

“No, mujer, que si no me lío” y sintió que su corazón palpitaba con más fuerza.

Gloria se estaba poniendo cachonda, pero le entró la duda, ¿seguro que Rafael no se había confundido de Gloria? En su foto de perfil del whatsapp había una pintura de una mujer, que, evidentemente no era ella.

“Escucha sabes quién soy, no?” preguntó ella

“Sí, claro que lo sé, eres Gloria, por?”

“Sí, Gloria de Tranacse, que fuimos compañeros de trabajo”

“Ah, hostias Gloria!” bromeó Rafael “claro que sé que eres tú”

“Ah, ok, vale vale, y qué harás hoy?” le preguntó ella, mientras pensaba “qué rabia que vivamos tan lejos, ¿habrá dos horas de camino?”

“Pues por la tarde saldré, supongo, la mañana de relax”

“Bien hecho, relajarse está muy bien” escribió Gloria con toda la intención “yo también lo tendría que hacer”

“Pues en la cama se está muy bien” las pulsaciones iban en incremento. Pensó “ estoy jugando con Gloria, ufff qué manos, qué labios, y esa mirada de ojos negros ” mientras, se la imaginaba delante, mirándole, y él desnudo en la cama, mostrando su erección sin pudor alguno. Se agarró el rabo y se empezó a acariciar suavemente.

“No es mal plan, tumbarme ahora en la cama, de momento me he dejado caer en el sofá”, y no se lo pensó un segundo cuando bajó su mano y la metió dentro de sus braguitas, estaba mojada, ya llevaba un buen rato así, hablando con Rafael y se iba alterando cada vez más.

“¿En el sofá? ¿Se puede estirar tu sofá?” le preguntó Rafael, mientras se la imaginaba con las piernas abiertas, un dedo en sus labios, y el otro bajando de las rodillas hacia sus otros labios, coronados por una suave mata de pelo oscuro.

“Sí claro que se puede estirar, es más, ya lo tenía desplegado, ayer me quedé dormida aquí”

“Pues vengo!” contestó Rafael, enviándole un emoticono con un guiño.

“Te hago sitio, Rafael, apartaré unos cojines que están amontonados” jugó Gloria. “¿Estás cómodo?”

“Sí. Sí, qué cómodo es tu sofá” escribía Rafael con una mano, la otra subía y bajaba por su rabo hinchado de acariciarlo.

“Oye, ¿aún vas desnudo? ¡Delante de una señorita!” envió ella con una carita que se tapaba la boca riendo. Se había bajado las braguitas hasta por debajo de la rodilla, y tenía las piernas flexionadas, mientras el dedo corazón entraba hasta el fondo de su húmeda vulva. Hoy había paja, y de las buenas, eso lo tenía claro. Estaba mirando la pantalla, viendo como aparecía el mensaje de escribiendo… y confiaba en que iría a más. ¿En serio estaba jugando sexualmente con Rafael? Imaginó su cuerpo tumbado a su lado, con el rabo señalándola, y una sonrisa pícara en sus labios. Imaginó que estaría masturbándose, con la boca medio abierta, y la mano apretando fuerte ese rabo que tendría un capullo rosado y un tronco lleno de venas hinchadas por la presión de la mano. Ella introducía rítmicamente su dedo y haciendo gancho buscaba su núcleo de placer, notaba, también, en la palma de su mano, cerca del dedo corazón su clítoris hinchado y palpitante.

“Mmmm, pues sí, ¿te molesta?” contestó juguetonamente él.

“No, no tranquilo, no creo que me asuste, jejeje, es más, hace calor, más que antes, ¿no? No sé si quitarme la ropa”.

Rafael se agarraba los huevos con una mano y con la otra se masturbaba, cada vez con más intensidad, le iba recorriendo la energía por todo el cuerpo y sentía un placer enorme, hablar con Gloria, o mejor dicho, jugar con Gloria lo tenía muy caliente. Miraba la pantalla, y la imaginaba quitándose la ropa, lentamente, mostrando como caen los tirantes de su sujetador,  negros con unas costuras lilas, que aguantaban unos pechos redondos, con un pezón duro. Y se le apagó la pantalla, por un momento dudo si acabar o seguir con la conversación. Cogió de nuevo el móvil lo puso en marcha cuando entró un mensaje de Gloria.

“Bueno, quizás me quedo así vestida”

“No, bueno, como quieras, pero tendrás calor, así estamos en igualdad de condiciones, ¿no?” contestó Rafael mientras volvía a agarrarse fuerte el rabo.

“Vale, ¿qué prefieres que me saque primero? Tampoco llevo mucha ropa” le escribía con dificultad, con una mano y con el cosquilleo enorme que recorría su cuerpo.

“ehmmmmm” apenas pudo escribir más, Rafael, estaba cardíaco, no sabía ni qué decirle, el juego estaba llegando muy lejos, y le encantaba.

“Pero no mires, eh, que solo lo hago por comodidad, me quitaré la blusa, luego, si eso, bajaré mi falda”

“¿Qué no mire?, ¿me has mirado tú?” la pinchó Rafael mientras movía su mano más lentamente, si seguía así se correría en breve.

“¿De verdad quieres que te lo diga?” preguntó Gloria imaginándose al chaval acercando su rabo a su vulva mojadísima. Su dedo entraba y salía mientras el pulgar daba golpecitos a su clítoris. Se acercaba un orgasmo feroz, no había marcha atrás. Su mente sintió como las paredes de su vagina se expandían por la entrada de ese rabo duro y palpitante. Y gritó.

“Me costará no mirarte, quizás lo hago de hurtadillas” confesó Rafael.

Gloria tardó unos instantes en mirar de nuevo la pantalla, le vibraba todo el cuerpo, seguía estremeciéndose cada vez que pasaba la yema de su dedo por el clítoris. Suspiró y miró el móvil que ya se había apagado la pantalla.

“Bueno, quizás sí te he mirado, para ver si estás cómodo, ¿te molesta que te mire? Me voy quitando el resto de ropa, ¿no? El sujetador me aprieta, ¿me ayudas?” le espetó.

“Sí, sí” contestó Rafael con una mano. Le costaba mantener la compostura y no masturbarse compulsivamente.

“Gracias, eres un sol, me quitaré las braguitas, y así estaré más fresca, ¿vale?” le dijo Gloria.

“Mmmmm. Ok” contestó Rafael

“¿Te gustan? Son negras” provocó un poco más Gloria

“Sí si” respondió él. Gloria sabía que tenía que provocarlo más, ahora le escribía unas pocas palabras, “ con una mano cuesta” , pensó.

“Se está muy bien así de relax, notando el aire por mi cuerpo” y prosiguió “la verdad que me apetecía estar así desnuda en el sofá con los pechos al aire, tienes buen cuerpo, ¿eh?”

“Gracias, tú también” tardó un poco en contestarle.

Gloria masajeaba su clítoris, imaginándose a Rafael masturbándose a su lado, mirándole los pechos, mirándole su mano moverse en su vulva y se ponía aún más caliente. Rafael, por su lado, agarraba su rabo y lo movía sin descanso, de arriba abajo, pasando la punta de los dados por la punta del capullo, sensible, y se imaginaba a esa compañera de tantos años atrás montándole y agarrándose los pechos. Sentía como ella movía sus caderas y su vagina acariciaba su rabo. Cerraba los ojos, fuerte, se mordía el labio, inconscientemente.

Ninguno de los dos escribía nada, cada uno en su casa, tumbados estaban cerca de sentir una explosión en sus sexos. Gemían, y aumentaban el ritmo en sus ejecuciones. Rafael sintió desde la base de su rabo como subía la energía, pasando por su espalda, hasta su coronilla, e instantes después manchó su barriga se leche caliente.

Prácticamente al instante Gloria se puso a gritar fuerte, a gemir al repetir el orgasmo, este mucho más intenso, frunció el ceño y se puso de lado, en posición fetal mientras jadeaba y respiraba entrecortada.

Estuvieron un rato tumbados en la comodidad de su casa, hasta que Rafael miró la pantalla de nuevo, y vio que Gloria le decía:

“Guapo, voy a activarme a hacer cosillas, vamos hablando si te parece”

“Claro que sí, Gloria, ha sido un placer hablar contigo” ambos sonrieron, Rafael se quedó un buen rato tumbado y Gloria se metió en la ducha, su cuerpo ardía, y le gustaba mucho, tanto que volvía a tener un dedo acariciando su sensible clítoris, paró, ya era hora de activarse.