El Whatsapp de Martha

Estaba con el cabello suelto, maquillada; se había puesto una blusa de manga larga blanca que se transparentaba poco su brassier blanco de esos sencillos de esponja, unos jeans azules ajustados y unos zapatillas de tacón largo, con un mensaje que decía:

El Whatsapp de Martha

No podía creer lo que había pasado el día anterior con Martha, pensé que solamente era un juego de un solo día; dormí pensando en ella, en el sabor de sus labios y en su suave voz diciéndome amo.

Me desperté normal a las 6am, y me fui al gym; olvidando mi móvil sobre el buró izquierdo, al regresar no me percate que tenía un mensaje de whatsapp, me vestí y baje a desayunar.

Tome el móvil y decidí irme a los juzgados, al revisar el móvil había varios mensajes de mis clientes, pero me llamo en especial el de Martha:

Martha: Buenos días mi amo, que desea que haga por usted mi señor; usted manda y ordena.

No me lo creía, realmente ella era mi esclava o solamente seguía jugando conmigo; por lo cual decidí seguir jugando con ella:

Guido: Buenos días mi putita, que has hecho sin mí.

Dentro de mí, pensé que iba a tardarme en contestar; los segundos los sentí como su fueran horas, pero no fue así.

M: Mi amo, fui a dejar a mi hijo a la escuela; acabo de regresar a la casa. Estaba preocupada por mi amo, ya que no me mando ordenes desde temprano.

G: Muy bien, y que planes tienes para el día de hoy.

M: Me alistare e iré al banco y comprare un poco de despensa, en la tarde iré por mi hijo Mickel y después al gym.

Realmente, no sabía que pensar o que hacer; era algo que nunca había hecho, solamente había leído relatos de amos y de dominación; así que comencé a experimentar.

G: Mándame una selfie.

M: Pero no estoy arreglada.

G: Es una orden mi putita, no te estoy pidiendo favor.

Volvió a tardar en contestarme, por lo que dije, esto ya bailo con Bertha; reprochándome, que ya la había regado y que no sabía las reglas de ese ambiente de la dominación.

En eso me llega la selfie de Martha; su tez blanca sin maquillaje, blanca como la leche, sus ojos cafés y su cabello castaño agarrado, una playera holgada, donde se podía apreciar que no traía brassier.

M: Así estoy ahorita mi amor.

G: Muy bien, ahora cada vez que te pida una foto me la vas a enviar, sin vacilar mi putita o si no te voy a castigar.

M: Si mi amo, amo me tengo que alistar para ir al banco.

G: O.k. mi putita; pero quiero que te arregles muy sexy; ponte ropa que me permita meterte la mano fácilmente.

M: Si mi amo, algo más.

G: Sorprende, cuando estés lista me mandas una foto.

Me fui rápido a juzgados, ya que tenía una audiencia; llegue al Juzgado en Materia Familiar, llego mi clienta Lupita, ella es una mujer muy delgada, cabello corto negro, tez blanca,  labios rojos, un pantalón azul, se notaba que traía un cachetero por debajo y una blusa  blanca holgada, que me permitía ver su brassier y sus pequeñas chichitas.

Nos dimos un beso, y nos presentamos ante el Juez; realice mi mensaje de apertura de la audiencia, el clásico bla bla bla bla del derecho. Todo iba bajo control, cuando mi móvil empieza a vibrar, lo giro y veo la alerta: Martha te ha enviado una foto.

Estaba con el cabello suelto, maquillada; se había puesto una blusa de manga larga blanca que se transparentaba poco su brassier blanco de esos sencillos de esponja, unos jeans azules ajustados y unos zapatillas de tacón largo, con un mensaje que decía:

M: Mi amo, así te gusto o quieres algo en especial.

La audiencia seguía su ritmo, el Procurador de lo Familiar, está desahogando documentos; de reojo noto que Lupita ha estado leyendo la conversación con Martha, empezaba a escribirle y ordenarle, en eso me dice:

Lupita: Ha pillín mi Lic. Dile que se cambie el brassier por uno de media copa.

G: (yo todo nervioso), que andas viendo Lupita.

L: Solo veo que eres un travieso mi Lic., (con voz de niña jugando) dile que se lo ponga, todas las mujeres tenemos uno.

Yo obediente de Lupita, le ordeno a Martha que se cambie de brassier y se ponga una mini falda entallada. A lo que asiente Martha:

M: Como usted ordene mi amo.

Ya en ese, estábamos más interesados en recibir el siguiente mensaje que en el desahogo de la audiencia; cuando dice el Juez que la audiencia se suspende y que la última se programa a las tales horas del día fulano de tal.

Al salir me dice Lupita.

L: Mi Lic. No sabía que usted era de jueguitos, ya se algo que no sabía de usted. (Despidiéndose abrazándome muy pegada, dándome un beso en los labios)

En ese abrazo, sentimos el vibrar del móvil, nos soltamos rápido y los dos la vimos; Martha se veía muy sensual, ese brassier de media copa, hacía que se escapara un poco de medio pezón rosado, y la falta era de piel muy entallada.

L: Disfrute su día mi Lic. luego nos hablamos. (Cerrándome un ojo)

Me encanto como se veía Martha, no podía aguantar la erección en el pantalón, cosa que Lupita sé que se dio cuenta en el abrazo.

G: Mi putita muy bien, ahora puedes salir a cumplir tu día; te mandare ordenes en el transcurso del día, pero antes quiero que te abras los botones de la blusa, hasta el puente del brassier.

M: Mi amo, me siento incomoda al salir así, pero te obedezco.

Martha, me mando la foto; se veían deliciosas; tenía unas urgentes ganas de irme al baño del juzgado a masturbarme a su salud. Pero tenía que seguir las órdenes

En el transcurso del día, le pedí que me mandara fotos de ella manejando, en la fila del super, al ir a recoger a su hijo.

G: Que tal estuvo tu día mi putita.

M: Anduve toda mojada por ti mi amo, sentía el rozar de mis piernas y quería tenerte dentro de mí; sentía la mirada de los hombres de deseo y de las mujeres unas de odio y otras con ganas de besarme. Mi amo, me das permiso de tocarme.

G: Súbete la falda y tócate, pon la cámara quiero verte.

Martha pone la video conferencia del móvil, se siente enfrente de mí  se sube la falda, abre la piernas y veo una deliciosa pantaleta de encaje blanca, como su mano derecha se mete entre ella, y se empieza a masturbar delicioso.

Como sus senos de la emoción se liberan de su brassier y sus gemidos son música para mis oídos, cuando llega a su orgasmo, se tira para atrás.

G: Muy bien mi putita, que rica te vez.

M: Gracias mi amo, soy muy escandalosa; iré hacer de comer y prepararme para el GYM.

G: Sabes la orden mi putita, cuando te mande un mensaje debes de obedecer.

Este fue mi segundo día, como amo de Martha.