El Virus VR (6)
Toni hace una excursion nocturna algo agitada.
Recomiendo la lectura de los episodios anteriores para una mejor comprensión de la historia
Querido diario te voy a contar lo ocurrido en la tercera semana de marzo, empezare contándote que todo sigue rutinariamente tranquilo, se me hace difícil hacerme a la idea de estar solo en la zona con Ceci como única compañía, entendámonos me gusta la chica y espero que se recupere, pues se está volviendo alguien especial para mí, lo que quería decir es que estoy convencido de que en el pueblo ha de quedar alguien normal.
Me explicare, después de cada visita que me hacen los infectados se van hacia el pueblo, vienen de distintas direcciones pero al irse solo van en una única dirección ¡el pueblo! Además dado que no se oyen disparos en esa dirección supongo que o bien los supervivientes no tienen armas, o bien han agotado la munición para las mismas, se que los infectados saben seguro que hay gente escondida, pues en caso contrario se quedarían aquí haciendo cola para entrar, la prueba a mi afirmación es evidente pues ellos nos huelen y nos escuchan charlar, no digamos cuando ven luces por la noche o huelen el humo cuando cocino, todo eso son imanes a los que dirigirse para ellos y por eso afirmo, no solo que hay supervivientes sino que se que están en el pueblo, la pregunta es ¿Dónde, en que casa?
Como localizarlos y si me interesa o no es otro cantar, si ellos no tienen de nada y les doy parte de lo mío reduciré mis posibilidades de supervivencia, también está el tema de Ceci, si me quedo con ellos o bien ellos vienen al torreón me pedirán que la elimine o al menos la eche de allí, no creo que les haga ilusión compartir vivienda con una de “los otros” que pudiera atacarlos, además ella misma podría considerarlos intrusos en su territorio o en caso de que fuera una mujer la superviviente, la podría considerar su rival y atacarla simplemente por celos.
Entretanto sigo mi vida, hago mis ejercicios físicos, desayuno y saco a pasear a Ceci allí jugamos durante casi una hora, luego la meto en su celda y subo a preparar mis cosas para la excursión nocturna que debo hacer, os preguntareis ¿Por qué nocturna? Mirando a mi huésped por la cámara he descubierto que por el día está muy activa pero de noche si nada la altera duerme como una ceporra. También después de haber comido duerme una siesta pero no es un sueño tan profundo.
Limpio el cetme corto del 5,56 con silenciador y mi pistola Glock, repaso la ropa que llevare en mi salida, ropa interior de invierno de lana de dos piezas camiseta y pantalón largo, me darán calor pero me protegerán de los mordiscos, en las piernas llevare además mi pantalón de faena de lona y por encima un pantalón de paseo de los guardias que es de una mezcla de poliéster y lana, en la parte de arriba además de la camiseta de lana, una camisa de franela y sobre ella un jersey de mi uniforme de policía, he aprendido que los distintos tejidos de diferentes densidades, ralentizan e incluso podrían impedir la correcta penetración de una bala, así que no digamos la de unos dientes, los tejidos confió en que impidan un buen mordisco aunque no me libraran de los cardenales y además absorberán la saliva de los infectados.
Saco de mi mochila mis dos coderas y las dos rodilleras que tantas veces he usado, también cojo del despacho del sargento bravo 8 gomas elásticas que servirán para ceñirme la ropa en los bíceps y antebrazos así como en los muslos y las espinillas, no quiero llevar ropa suelta de la que me puedan agarrar, preparo las trinchas negras de las que cuelgo mi pistolera de lona negra, cuatro cargadores para el fusil de 30 balas cada uno y dos para la pistola, mi cuchillo de mango de goma y 20cm de hoja en su funda, una cantimplora y un pequeño macuto con mi botiquín de urgencia, dos barritas energéticas, una lata plana de atún y un pequeño brik de zumo, por si acaso no puedo volver esa noche al torreón, además de una linterna de leds potente que como compruebo funciona bien, reviso mis guantes anticorte con malla metálica entre sus capas interior y exterior, finalmente preparo la mochila que llevare es de la guardia civil grande y de buena calidad, será la que usare para traer lo que consiga en la farmacia.
Alicates, una cizalla mediana y un destornillador de varios cabezales asi como mi juego de ganzuas, meto estas cosas en una bolsa de lona que llevare colgada del cuello para tenerlas más a mano por si he de forzar alguna entrada.
Preparo la comida en el microondas, filetes de merluza y patatas ambos ya descongelados, lo pongo en platos y me bajo al calabozo a comérmelo, le doy su plato a Ceci empujándoselo con la escoba (en eso no tiene remedio, cuando ve comida no conoce a nadie) me siento en una silla plegable que saco de la pequeña oficina poniéndola frente a su celda a comer el mío mientras ella hace lo mismo, tengo un mal presentimiento y quiero verla el mayor tiempo posible antes de salir esa noche.
Naturalmente ella acaba antes y observa como uso el tenedor, frunce el ceño e intenta imitar la postura de mis dedos, creo que va recordando poco a poco y pienso que es buena señal; cuando acabo de comer la hago la seña de paseo diciéndola:
- Ceci guapa ¿quieres pasear?
Ella asiente contenta y se pone de espaldas a los barrotes, la saco una mano entre estos y se la limpio con mi servilleta antes de ponerla uno de los guantes, se queda muy quieta pero no se resiste y yo estoy asombrado de lo que acabo de hacer sin darme cuenta, ya sabéis que siempre la doy una corriente para atarla sin riesgo, no sé por qué cada día me molesta mas dañarla y supongo que me he dejado llevar por… cariño, amistad, no lo sé, el caso es que tras ponerle el guante y cerrarlo con sus tiras de velcro repito la operación con la otra mano, entro en la celda haciendo que gire un poco de cara a la pared y la sujeto ambas manos a su espalda, haciéndola girar de nuevo me sitúo a su lado y la pongo la pelota en la boca, sé que me juego un mordisco pero quiero confiar en ella y creo firmemente que no me hará daño, ella muerde… la pelota, sus ojos brillan y no dejo de observarla mientras estirando mis manos sobre sus hombros ato las correítas con su hebilla a su nuca sin apretar demasiado.
Solo la quito la braga y la compresa, el pantalón atado ya solo se lo coloco por la noche ya que estos últimos dos días no se arrancaba dicha compresa, al parecer se ha acostumbrado a ella, como decía la quito su ultima prenda y salgo de la celda a un gesto ella me sigue y salimos a pasear, va y viene como siempre contenta de corretear por el patio, de cuando en cuando se para y se apoya en la pared dejando que el sol la de calor y el aire la acaricie.
Enseguida viene a por mí, últimamente lo hace a menudo y se acerca sin malicia pero decididamente hacia mí, yo no pudo dejar de mirar su bonito cuerpo desnudo aunque creo firmemente que no lo hace con fines lascivos, no puede dejar de ser deliciosamente seductora con su manera de moverse, ella se roza contra mi cuerpo y me empuja insistentemente hasta que intento cogerla, es joven y rápida de movimientos así que tras esquivarme sale corriendo por el patio juega… jugamos al escondite y a las carreras a pesar de la mordaza la escucho reírse ahogadamente, al rato se para y hace sus necesidades yo me acerco a la entrada donde tengo preparado papel, una palangana, una esponja y un par de guantes de látex, vuelvo a su lado y la limpio con la esponja húmeda tras ponerme uno de los guantes, la limpio su culete y la sangre medio seca que tiene en su vagina, se deja hacer sin gruñirme, acabamos el paseo un rato después y la devuelvo a su celda.
Después subo al despacho del sargento Bravo y me dedico a estudiar y memorizar el plano del pueblo, aunque he venido aquí anteriormente muchas veces y me lo conozco bastante bien nunca está de más, pues casi todo el mundo que dice conocer un sitio miente sin darse cuenta, el lugar tiene según el plano unas 80 calles pero la mayoría de los visitantes siempre suelen ir por las mismas pongamos 20 calles, e incluso los “exploradores” que se patean mas el lugar no suelen recorrerlo jamás entero, este pueblo solía ser habitado por unas 2000 personas, en verano su número se doblaba y alcanzaba durante las fiestas las 5 ó 6000 personas, yo sé que me voy a encontrar con gente nacida allí y que por instinto se conoce ¡TODO! El pueblo calle a calle, salir sin hacer lo que estoy haciendo es simplemente suicida.
Asocio mis recuerdos de calles y edificios a los dibujos del mapa, haciéndome una composición del lugar donde debo ir por donde pasar, asimismo me fijo en caserones más o menos separados del resto donde alguien podría haberse quedado aislado y resistir, casi dos horas después salgo del despacho y bostezo, estoy cansado y me pican los ojos de tanto mirar planos, me coloco el despertador para unas horas después y me tumbo en el sofá.
Me despierto, me espera una larga noche y gracias a esta siesta estaré descansado, faltan dos horas para anochecer y he de hacer bastantes cosas, enciendo el fuego y preparo la cena sabiendo que eso los atraerá, al cabo de un rato subo a la terraza con el cetme viejo que tiene bastante potencia al ser de 7,62, en breve llegan mis “invitados” salen unos diez de la arboleda espero a que estén a 150 metros, le vuelo la cabeza a los dos que van en el centro del grupo el resto siguen avanzando hasta la muralla como ya preveía, el sonido potente del cetme atrae a mas que el simple olor de la cena, en el siguiente cuarto de hora aparecen casi 50 desde el pueblo, sustituyo el cetme por el Remington con mira y estudio a mis victimas, me interesan los jóvenes y los recién mordidos sean hombres, mujeres o críos me es indiferente, debo eliminarlos pues son los mas rápidos y si debo correr esa noche cuanto más lentos sean mis perseguidores mejor.
Disparo a nueve que me parecen los más peligrosos, esta nueva tanda de disparos atrae a otro grupo de dos docenas de esos me cargo solo a uno que parece estar recién infectado, en total me he cargado a 12 pero he atraído a otros 70 que siguen ahí rodeando mis murallas, entro en el torreón y tras asegurar las puertas me siento ante la pantalla controlándolos a través de las cámaras, golpean el portalón inútilmente y veo a alguno que intenta saltar para llegar a asirse a la parte alta de la muralla sin resultados, montan un escándalo tremendo con sus golpes gritos y gemidos hambrientos, veo por la cámara como algunos pelean entre sí pero son pocos, me fijo en lo que hace Ceci en su celda, está muy nerviosa y visiblemente alterada dando vueltas sin parar, veo como abre la boca y aunque la cámara no tiene sonido me parece oírla gruñir, gemir y gritar sumándose a los demás desde el interior del torreón.
Esta vez tardan una hora y media en desistir y retirarse, hacen grupos alrededor de la docena de cuerpos caídos dispersos por el prado y cenan con bastante apetito, lo cual me beneficia pues esta noche dormirán bien y no me molestaran, yo ceno también y reservo su parte a Ceci mientras veo por el monitor como la chica se calma, la saco de paseo pero este es breve porque se pone nerviosa escuchando a los que rebañan su cena en el exterior, tras devolverla a su celda la paso su plato debidamente aderezado con calmantes para que cene además de la camisa y la manta, una hora después duerme feliz agarrada con ambas manos a mi camisa, entro en la celda la doy un beso en la mejilla y la arropo con la manta.
Subo me pongo la ropa y me pertrecho con todo lo que había preparado, me pongo mi gorra negra de lona y me oscurezco la cara, la barbilla y la nariz, meto una bala en la recamara de mis armas y salgo, ato una cuerda a la muralla y bajo por ella a la zona posterior del edificio lejos de los infectados más rezagados, rodeando cautelosamente el edificio me acerco a ellos son dos y están arrodillados ante un cuerpo me dan la espalda, dos tiros con silenciador a quemarropa y son el desayuno de mañana para sus colegas, mis botas con suela de goma son la hostia de buenas y de caras pero valen cada céntimo que pague por ellas.
Me muevo despacio y cada pocos pasos observo a mí alrededor, es lento pero seguro ya que la farmacia donde me dirijo esta en el centro del pueblo, hay otra farmacia pero está al otro extremo del mismo, llego a las primeras casas tras atravesar la arboleda sin problemas, se perfectamente donde voy pero no me entusiasmo y sigo moviéndome lento pero seguro, en una pequeña placita no lejos de mi objetivo veo indicios de supervivientes y de resistencia pasada, hay más de 20 esqueletos frente a un caserón, la puerta de este, rota y casi arrancada de sus bisagras me indica claramente que no queda nadie vivo allí, se ven contra el enfoscado blanco manchas de humo sobre los huecos de algunas de sus ventanas.
Ni me acerco al lugar, ya pasare a la vuelta si es que puedo a ver qué encuentro, pero ahora me interesa llegar a la farmacia y sigo mi camino, tardo más de media hora en recorrer lo que antes se tardaba 10 minutos andando normalmente, casi todas las casas están abiertas de par en par, de algunas salen sonidos y roces de pies caminando por su interior, el viento fresco de la noche me refresca la cara cuando me detengo agachado entre dos coches, he caminado agachado por la parte exterior de estos evitando así siluetearme contra las puertas abiertas por donde podría salir un infectado de repente y darme de bruces con él, cada vez que me paro me giro y vigilo mi espalda, olores fétidos de putrefacción y heces inundan mis fosas nasales, supero el miedo y el asco gracias a la decisión de sobrevivir que me domina.
¡Vaya por dios, la farmacia está cerrada! No sé cuantas veces he dicho o escuchado esta frase, pero es la primera vez que siento alegría al decirla yo, efectivamente está cerrada e intacta salvo algún cristal roto pues tiene un cierre puesto de tipo tijera, llego hasta ella y la bordeo buscando una puerta trasera que recuerdo fugazmente, la encuentro y después de dar un buen vistazo a mi alrededor me pongo a trastear en la cerradura con mis ganzúas, Tomas “El abrelatas” el viejo ladrón de cajas fuertes que me enseño en la academia, se sentiría orgullosa de mi habilidad manejando las ganzúas, un minuto de curro y p´adentro como decía el tipo, entro y cierro la puerta con su cerrojo interior, me agacho y permanezco quieto escuchando atentamente los sonidos en el interior del lugar, durante dos minutos solo escucho mi respiración tranquilizándose y el peculiar aroma de medicinas en mal estado, avanzo casi atientas hasta la puerta que divide el despacho del almacén y la cierro.
La oscuridad es total no hay ventanucos ni nada parecido, me pongo de pie y con mi linterna me pongo a buscar lo que necesito llevarme, hace casi diez meses que no hay corriente y muchas cosas se han estropeado en la nevera de las medicinas, afortunadamente todo lo que necesito esta fuera de ella y aun no ha caducado (espero) antibióticos inyectables y en capsulas, aspirinas, guantes, Pañuelos húmedos pasa bebes, tranquilizantes y unas cuantas cosillas mas llenan mi mochila, no olvido algunas jeringuillas y agujas ni las compresas para mi rubia aunque dado que es un paquete grande esto lo llevare en la mano, vuelvo a cargarme la mochila y me dispongo a irme pero al llegar a la puerta me giro decidido y cojo un tubo de lubricante intimo y dos cajas de condones de sabor a frutas, me lo meto en el bolsillo y salgo.
En la calle no hay nadie me inclino y cierro bien la puerta, si he de volver no quiero tener a nadie esperándome dentro, me pongo en camino a casa pero la jodida caja de compresas me estorba un poco, manteniéndome una mano ocupada permanentemente además la mochila bien cargada me hace un blanco más visible, no me apresuro y sigo el mismo camino por el que vine para hacer la vuelta, poco más adelante a cien metros de la salida del pueblo la cosa se fastidia, un infectado sale de entre los coches a tres metros de mi y se queda tan asombrado de verme como yo a él, solo que yo soy más rápido y solo me retrasa el soltar la caja de compresas es por eso que mientras le disparo a la cara le da tiempo a gritar antes de caer hacia atrás con un agujero de más en ella.
El disparo no ha hecho ruido pero el grito si y este tipo debía de salir del portal que tango a mi derecha, me incorporo y suelto varios tiros al oscuro portal donde se adivinan sombras moviéndose, escucho varios gemidos y el sonido de algo cayendo al suelo lo que indica que le he dado a alguien, agarro la caja y corro hacia la entrada del pueblo seguido de mas gritos a mi espalda, me paro 50 metros mas allá suelto la caja y me giro apuntando, veo a cuatro cerca a unos 10 metros de mi les disparo 5 veces, pues he fallado el primer tiro por las prisas todos caen pero vienen mas, cojo de nuevo la caja y corro a la arboleda donde repito la operación, arrodillado para ser menos visible les suelto varios disparos y sé que doy al menos a los dos más cercanos, pero el resto están más lejos y bastante desorientados, miro a mi alrededor atento y escuchando no quiero que me sorprendan entre los árboles.
Entonces entiendo él porque me detengo más de la cuenta, entre los aaaarrgg y los gggññññ se escucha un aaquiiii, mi cerebro lo ha debido de reconocer y ha tardado unos segundos en filtrarlo a mi subconsciente, miro a la derecha y veo la luz de una linterna, una ventana, una casa, tercer piso, a unos 100 metros a la derecha, me es imposible llegar a ellos tendría que pasar entre los que me persiguen, se acercan y derribo e tres mas antes de sacar la linterna y devolverles la señal a los supervivientes, para que entiendan que se donde están, recojo la caja y salgo corriendo hacia el torreón atravesando la arboleda sin pararme hasta 50 metros mas allá, en mi prado y campo de tiro particular.
Me giro apuntando a las sombras pero no vienen, cambio el cargador del cetme y reanudo el camino, recorro los últimos 250 metros al trote cuidando de no tropezarme hasta el pie de la muralla, la recorro hasta la cuerda y ato con ella la mochila y la jodida caja de tampones, trepo por la cuerda y recorro el patio buscando posibles intrusos, cuando me convenzo de que nadie ha entrado en mi ausencia vuelvo a la cuerda e izo los dos bultos, los desato y quito la cuerda para seguidamente llevarlo todo al interior y dejarlo en el almacén, estoy demasiado cansado como para ponerme ahora a organizar cosas, pero aun me quedan fuerzas para bajar y asegurar la puerta, antes de subir paso por la celda y vuelvo a tapar a Ceci, que me parece un ángel dormida agarrada aun con ambas manos a mi camisa, la miro agachado a su lado y digo:
- Jamás me había jugado así la vida por una tía, creo que… te quiero.
La doy un beso en la cara y tras cerrar la puerta de la celda subo a mi habitación y me desplomo en la cama.
Continuara…
Bueno amigos, espero que os haya gustado tener un poco mas de acción en la historia, me ha parecido adecuado como alivio cómico, el poner a nuestro héroe disparando y preocupándose por la caja de compresas, habitualmente en las pelis eso nunca se ve.
Por no mencionar el componente emocional y los sentimientos de los personajes, en el siguiente capítulo es posible que Toni conozca a más gente pero ¿será bueno para ellos? Ya veremos, gracias por seguir esta serie.
¡Sed felices!