El Virus VR (45)
Mara y "soldado" polvo ante la chimenea, traslado de prisioneros, atentado y pesquisas, atando cabos.
Se recomienda la lectura de los episodios anteriores para una mejor comprensión de la historia,
El se sentía agusto al lado de Mara, estaban tumbados medio desnudos en el sofá, se mantenían abrazados después de… ¿follarse, aparearse, usarse? no estaba seguro de cómo definir lo que habían hecho, su mente aun era un rompecabezas confuso tras todo lo que había pasado, tenía claro que Mara aquella mujer morena con su hoyito en la barbilla le gustaba desde la primera vez que la vio, hacia meses de aquello cuando el mandaba una jauría de enfermos y asaltaban aquel torreón.
Ahora después del tiempo y de curarse, la encontró y rescató del ataque de los perros, la cuido atendiendo sus heridas y salvó su vida, “soldado” sabía que la morena desconfiaba de él pero aun así consiguió que lo aceptara, desde el primer momento en que la toco se sintió excitado por su cuerpo, había sido una dura prueba no tirársela, mirarla cada día mientras atendía sus heridas, tocando su piel y descubriendo aquel cuerpo bien formado bajo la costra de barro y sangre seca, pero lo consiguió a base sobre todo de ser paciente, pues en su cerebro algo le indicaba que si la usaba antes de tiempo podría agravar sus heridas e incluso matarla.
Los rescoldos del fuego proyectaban aun sus luces sobre el cuerpo de Mara, el no se cansaba de mirarla mientras recordaba que un rato antes estaban sentados y el superando el miedo al rechazo la beso en los labios, el desconcierto de la morena solo duró unos instantes, enseguida se entrego al beso superando sus temores, la mujer le abrazó con ganas y participo gustosa en la caricia, a partir de ahí todo fue muy rápido para ambos ya que los dos deseaban lo que ocurrió.
Mara por su parte también recordaba como el capitán la había besado, notaba aun las caricias de sus manos abriendo su chaquetón de uniforme y como sus manos tocaron sus pechos, ella recordaba que sus pezones se irguieron instantáneamente a la vez que sentía como su chochete se humedecía, supo que por fin iban a tener sexo aunque no lo había buscado, ella no se resistió pues en el fondo lo esperaba y de hecho lo necesitaba, aquel tío la excitaba como pocas veces nadie lo había conseguido, era alto y pese a su nariz de boxeador bastante guapo, además era algo más alto que Toni y tenia mejor cuerpo o al menos mas musculado por el ejercicio, si debía poner un pero sería solo por su olor corporal que demandaba una ducha urgente, se desnudaron rápidamente el uno al otro fue algo rápido, urgente y no premeditado ni con florituras ni nada del tipo strip tease, solo eran dos amantes febriles deseando placer con la persona elegida, en pocos minutos estaban casi completamente desnudos ella con sus vendajes y calcetines, el sin nada pues la salita ya estaba caliente por el calor de la chimenea.
Mara sentía la boca chupándole los pezones y las manos del hombre acariciándola el cuello, estando sentada adelanto el vientre hasta sentir el glande contra su monte de Venus, su vagina estaba húmeda anhelando que aquel tieso balano la penetrase, la morena sujetó la cabeza de “soldado” obligándole a que dejase de mamar y la mirase a los ojos, vio cariño y deseo en su mirada, una mirada que pese a su dilatada carrera había visto pocas veces, ella se lamio los labios algo resecos por los suspiros y mirándole dijo:
- Métemela por favor, despacio pero a fondo, te necesito.
El no dijo nada pero no apartó la mirada de sus ojos mientras la hacía caso, penetrándola despacio pero hasta la raíz de su verga, entró en aquel túnel húmedo y cálido firmemente hasta que las pelotas quedaron apresadas entre sus vientres, permaneció así unos segundos notando las contracciones de la mujer en toda la longitud del miembro e inicio un lento movimiento dentro y fuera de aquella acogedora vagina, sacaba en cada vaivén toda la verga para introducirla de nuevo instantes después, demostrando autocontrol.
- Aaahh sigue asiii… -exclamó Mara sin dejar de mirarle a los ojos, aunque cada vez que el entraba ella entrecerraba los ojos de gusto- mee gusta capi… no te pareees.
- Me… gus…t –el devolvía la mirada, parecían haber quedado enganchados por los ojos y por el sexo que se hundía vigorosamente en la mujer.
- Y a mi también capi, aaahh así, no te pares cielo, ve más rápido, uuuffh.
La cadencia de la penetración aumentó, ambos gozaban entre suspiros y sonidos guturales de deseo, la luz del fuego acariciaba las siluetas de los amantes, durante varios minutos se movieron acompasadamente al mismo ritmo, las manos del hombre tomaron las atractivas tetas de Mara y las amasaron aumentando así la excitación de esta que gemía de placer, pero sentía algo de creciente malestar en la costilla herida y su respiración se resintió, ante eso decidió aumentar sus contracciones vaginales para que el macho eyaculara cuanto antes, todo su ser la pedía parar para poder relajarse y respirar mejor, pero no hizo caso pues el placer la venía rápido y deseaba que fuera más o menos simultaneo con el del hombre, debía dejar un buen recuerdo de aquella su primera vez con su nueva pareja.
No tardaron en alcanzar el clímax, no podía tardar pues se deseaban desde hacía una semana, el orgasmo los golpeo fuerte a ambos, “soldado” dio un fuerte grito y se corrió dentro.
- Aahhh…si te notooo… caliente, -Gritó Mara sin poder evitar hacerlo, pues se corría a su vez en aquel mismo instante- mee… corroooo me viene y te… sientooo dentro.
El estaba de rodillas entre las piernas de ella, cayó hacia delante sobre su cuerpo, ella le abrazó mientras los cuerpos de ambos temblaban y se convulsionaban en pleno orgasmo, fue el único momento en aquel polvo en que dejaron de mirarse a los ojos.
Ahora mientras ambos lo recordaban sin hablar, ella sintió el miembro recobrarse junto a su culo, dio medio giro y miro al hombre sonriéndole, no dijeron nada solo se abrazaron de nuevo y se besaron con ganas, en unos minutos estarían follando de nuevo y ambos lo sabían.
La mañana siguiente me desperté al lado de mi rubia en el apartamento de los bloques, Cecilia estaba dormida y roncaba suavemente, incorporándome sobre un codo mire su rostro enmarcado por el pelo revuelto, tenía una expresión relajada y bellísima, durante unos instantes pensé en despertarla para hacer el amor con ella, pero finalmente decidí taparla con la manta y salir de la cama pues había cosas que hacer y no quería entretenerme, me duche y vestí para salir de la habitación camino del botiquín.
Hablé con el doctor Mata y le pedí que preparase las cosas de la doctora Ana que debían ser devueltas a la base, naturalmente podía quedarse con fotocopias de todo lo que considerase útil, seguidamente bajé al cuerpo de guardia a visitar a los dos detenidos, estos se encontraban nerviosos por la desaparición de su jefa, pero no se mostraron dispuestos a confesar nada ni dar informaciones ni pistas sobre asuntos turbios, seguidamente pase por la oficina de comunicaciones donde me dieron el informe de la pasada matutina diaria del UAV, todo sin novedad pues el único grupo activo de infectados seguía acantonado en la misma granja de ayer, por lo demás me informaron que el helicóptero prometido por el coronel Palacios llegaría hacia las 11:00 su misión era dejar provisiones y recoger a los prisioneros, había llegado además otro mensaje por fax urgente de un tal comandante Zorita de Inteligencia Militar, que me ordenaba volver con ellos y con las pruebas que hubiera podido conseguir al respecto.
Volví al apartamento y descubrí a Ceci en la ducha, mi rubia canturreaba algo y no me oyó entrar así que se asombró cuando salía descubriéndome allí mirándola con la toalla en la mano, reímos y jugamos un rato mientras ella se ponía unos pantalones y un jersey, la dije que debía marcharme por ordenes pero volvería en uno ó dos días, aquello la puso algo triste pero la explique que debía obedecer las órdenes me gustase o no, luego fuimos a desayunar a casa de Julián.
Tras el desayuno me senté con este ante el plano de la zona, decidimos visitar un par de lugares que habíamos dejado de lado en la limpieza de la región por estar muy alejados, así como visitar una aldea y si la cosa iba bien nos acercaríamos a otro pueblo más al sur, a ver si encontrábamos supervivientes o recursos aprovechables, aquello corría prisa pues las primeras nieves llegarían pronto y debía hacerse antes de quedar aislados.
Nos dieron las 10:45 haciendo planes, hasta que entró Dani informándonos de la llegada del helicóptero, estaba aterrizando en la azotea el ya tenía a cinco hombres dispuestos para la descarga del aparato, me excuse con Julián y ordené a Dani que subiera a los prisioneros a la terraza para embarcarlos, seguidamente pase al apartamento a recoger el paquete para Palacios con las cintas, aun tenía en mi cartera las tarjetas de memoria que hallé en el portafolios de Ana.
De vuelta a casa de Julián, le dije que haría lo posible para que el UAV diera una vuelta de inspección por los caseríos, la aldea e incluso el pueblo que debíamos visitar en breve, me despedí de este y de Juana y le di un besazo en público a Cecilia, ella se puso a llorar pues no quería que me fuese, la escena casi me hace arrepentirme de marchar y estuve a punto de mandarlo todo a hacer puñetas, me separe de ella a disgusto y subí a la terraza, el helicóptero era un viejo “Huey” de los típicos de las películas de Vietnam solo que tenia turbina modernizada, el piloto un joven teniente se presento a mí:
- Buenos días señor ¿supongo que es usted el teniente Lope?
- Efectivamente lo soy ¿y usted?
- Teniente de vuelo Jiménez señor, tengo órdenes del coronel Palacios de recoger prisioneros y hacerme cargo personalmente de un paquete, esas órdenes incluyen entregarlo en persona a dicho oficial y a nadie más.
- Sus ordenes son correctas teniente, pero me ha llegado un fax urgente del comandante Zorita de Inteligencia, ordenándome llevarlo en persona, mire este es el fax.
El teniente Jiménez leyó la hoja de papel y asintió con la cabeza después contestó:
- Parece correcto pero jamás oí ese nombre en la base, por mi vale, puede venir pues tengo sitio y así vigilara a los presos, venga mientras llegan le presentare a mi tripulación.
Me presento al sargento copiloto Reyes y a los ametralladores de puerta Castro y Galán, también me comentó que había estado tan ansioso por cumplir esta misión que le habían pedido como favor personal, que por eso habían llegado un cuarto de hora antes, me encanto su juvenil entusiasmo.
Llegaron Dani y los prisioneros escoltados por dos milicianos, salí a recibirles y fue cuando los dos se pusieron agresivos, Dani había cometido el error de esposarles con las manos por delante, ellos aprovecharon la oportunidad de tener poca gente cerca a la salida a la terraza para intentar tomar el control de la situación, arremetieron contra los milicianos intentando hacerse con sus armas, el más grandote parecía un loco furioso y derribó al miliciano más cercano, pero mientras cogía el fusil llegue a su lado y nos enzarzamos en un silencioso combate a puñetazos, golpee y recibí de lo lindo en la melee que siguió, lo peor fue que al caer me trabe la pantorrilla en la barandilla y me lesione el tobillo, pero finalmente con una llave de jiujitsu conseguí medio ahogar al grandullón dejándole inconsciente, Dani ayudaba al otro miliciano a reducir de nuevo al suyo.
Ambos hombres fueron arrojados al interior del helicóptero sin más miramientos, pero yo no me tenía en pie por el dolor del tobillo, avisamos al médico y este tras poner un tranquilizante a los revoltosos me reviso la pierna dando enseguida su diagnostico:
- Tienes una luxación aguda de tobillo, te pondré una férula y te daré un permiso, una semana en la cama y sin mover la pata, eso te dejara como nuevo.
- ¡Tengo que irme en ese helicóptero! Son órdenes.
- No puedes, la altura y las vibraciones te harán más mal que bien, haz caso a tu medico y no incordies, estas de baja y punto.
Mientras el médico atendía a los otros milicianos golpeados, el teniente Jiménez se acerco con expresión triste diciendo:
- Créame que lamento lo ocurrido, pero…
- Si ¡lo sé! Debe cumplir su misión, está bien tenga este paquete y entréguelo en mano al coronel Palacios, cumpla su misión a rajatabla.
- De acuerdo, bien… entonces me voy, créame que lo siento pero cuente conmigo para su siguiente viaje a “Punto seguro 4” mi tripulación y yo estaremos encantados de llevarle.
- Gracias amigo, salga ya y buen viaje.
Le vi montar en su aparato con el paquete en la mano, los petates con las cosas de Ana y sus secuaces fueron tirados al interior de la cabina del helicóptero, la maquina acelero sus motores y se elevo tras un pequeño giro finalmente se oriento en dirección nordeste e inclino levemente el morro alejándose en esa dirección mientras ganaba altura, me ayudaron a levantarme del suelo y bajamos al botiquín apenas entrar en el sonó un estampido lejano, un minuto después Dani y Guzmán entraban corriendo en la consulta el primero dijo:
- ¡El helicóptero ha explotado en el aire!
Nos quedamos todos momentáneamente mudos de asombro, yo mire mi reloj eran las 11:21 mi mente comenzó a elucubrar, si el teniente Jiménez no se hubiera adelantado a su hora, en ese momento estaríamos cargando a los prisioneros.
- Ha sido hacia el nordeste a unos cuatro o cinco kilómetros y muy alto, los restos estarán muy dispersos en el bosque – Decía en ese momento Guzmán- no han podido sobrevivir.
- No importa lo lejos que haya sido, deberíamos recoger los cuerpos – decía Dani- es lo más humano, además por esa zona ya no hay peligro.
- Si vale el único peligro es el fuego en el bosque, ese que ha provocado la explosión y la gasolina que llevaba el helicóptero.
- Aun quemados deberíamos recoger los cuerpos.
Medie en la conversación dando una orden:
- Sargento Guzmán, coja tres vehículos y quince hombres, peine la zona del accidente y recoja los seis cuerpos así como los petates y enseres que encuentre, en especial un paquete del tamaño de una caja de puros que estaba en poder del piloto, es muy importante e intente ver en los restos el origen de la explosión, esto no es un accidente más bien parece un sabotaje.
- Pero está muy lejos, todo se habrá quemado y… - viendo la expresión de mi cara añadió- ¡a la orden!
- Dani ve con él, - añadí- eres voluntario.
Salieron de la sala y mientras el médico me curaba seguí pensando, si la explosión hubiera sido en la terraza nos hubiera matado a los prisioneros y a mí, las pruebas se hubieran perdido definitivamente, además y por causa de dicha explosión las antenas de radio y algunos paneles solares se abrían destruido, el combustible del helicóptero habría ardido en el tejado propagándose sin duda por los bloques y los invernaderos de abajo, imaginé que habría víctimas inocentes que arderían y las que no lo hicieran, hubieran quedado incomunicadas y con su futuro bastante comprometido pues el invierno llegaba, con sus nieves quedarían incomunicados, aislados y con los bloques en ruinas.
Julián, Cecilia y Lucy fueron llegando a verme, el médico acabo de hacer lo que debía y me dio unas muletas, todos juntos fuimos a la sala de comunicaciones y pedí hablar con el coronel Palacios, cuando este se puso al aparato le comunique la pérdida del aparato así como del teniente Jiménez y su tripulación, además de la de los dos arrestados, también le informé del fax del comandante Zorita de Inteligencia militar, de hecho le envié por fax el documento que tenía en mi poder, Palacios me dijo que no tenía a dicho comandante en su base y que indagaría por donde hiciera falta hasta dar con el pero que no me hiciera ilusiones, sospechaba que no existiría y todo sería un truco de los cómplices de Ana, para eliminarme y de paso las pruebas que pudiera haber conseguido, el atentado solo demostraba que había un topo en “Punto seguro 4” y el coronel me prometió descubrirlo antes de dar el siguiente paso, de momento se me ordenaba solamente recuperarme.
El día fue pasando, serian cerca de las 18:00 cuando volvió Guzmán con sus hombres, traían los seis cadáveres y algunas piezas recogidas del lugar del accidente, bajamos al garaje Julián, Lucas, Lucy, Luis, Ruiz, y Mata, en el camión traían los cuerpos tapados con mantas y el seminarista Robles venia sentado en la caja rezando por los caídos, se veían manchas de sangre en su uniforme y en sus manos donde se apreciaba una mezcla de barro y hollín, el sargento Guzmán y Dani se bajaron de sus vehículos uniéndose al grupo en la trasera del camión, Guzmán dijo:
- Estos cuerpos no son algo agradable de ver, el que no tenga estomago que no mire o se vaya.
- Gracias sargento pero estamos aquí para eso –contesté- destápelos.
- Vale pero yo he avisado.
Quitaron las mantas y vimos a los hombres destrozados por la explosión y posterior caída, casi todos estaban muy quemados, mientras los demás se volvían horrorizados me acerque y revise las heridas, tanto el piloto Jiménez como el copiloto Reyes eran los más afectados por la explosión, ambos habían perdido brazos y piernas, su cabeza y pecho era un amasijo de carne informe, con costillas asomando entre restos de metralla en que se había convertido su panel de control, los artilleros y prisioneros presentaban restos incrustados en pecho y cabezas pero mucho menos daños que los pilotos, naturalmente la detonación y posterior caída los había matado instantáneamente por no mencionar la cantidad de combustible que cayó sobre ellos y arrasó la zona.
- Sargento ¿habéis encontrado mucho del morro del aparato? Tal vez el panel de control o pedales y palancas, ya sabes de que hablo.
- Aun no teniente, está todo muy disperso y quemado, supongo que la zona acristalada de la cabina estará repartida por buena parte del bosque, lo siento pero no encontramos el paquete que me dijo.
Mis conclusiones eran claras, en mi mente de policía se formaba una teoría que expuse a los allí reunidos:
- Sargento por lo que veo, me aventuro a decir que la explosión fue en la cabina y no en la zona de carga, pues en ese caso los pilotos tendrían metralla en las espaldas y los pasajeros en todo su cuerpo, si el artefacto hubiera estado camuflado encima en el chasis del motor la detonación hubiera arrancado las cabezas a dichos pasajeros, quemando las espaldas de los pilotos por la deflagración, en cualquier caso la onda expansiva de la explosión mataría a todos en un espacio tan reducido, pero lo que aquí tenemos es distinto, la bomba estaba tras la parte baja del panel de control frontal, su detonación hizo pedazos dicho panel y lo envió contra los pilotos, por eso tienen metralla en torsos y cabezas además de que les faltan brazos y piernas, no sé el tipo de explosivo se ha usado podría ser “semptex” o “C-4” en fin eso ahora no importa, seguramente sería una bomba con temporizador puesta para detonar en los bloques y de paso dañar las instalaciones, aunque no descarto que alguien pensara que cargaríamos a los presos enseguida, en ese caso la explosión hubiera sido más lejos y sin testigos, el helicóptero hubiera sido dado por desaparecido y fin de la historia.
Un coro de voces expresando ideas resonó en el aparcamiento, cada uno tenía su propia idea o versión de lo sucedido, pero me llamo la atención una frase de Guzmán:
- Pues ya sería el segundo desaparecido en esta zona…
- Sargento aclare eso, como que sería el segundo.
- Veras Toni, estoo… perdón teniente, vera cuando yo era cabo hace 9 ó 10 meses, me libre por los pelos de ir en una misión con un grupo de operaciones especiales, necesitaban cubrir una baja reciente y nos llamaron a varios para elegir, recuerdo que en esa época yo estaba con una morena que…
- Al grano Guzmán, sin historias de faldas que ya te conocemos – intervino Ruiz.
- Vale era por dar picante a la historia, iré al grano pues bien un grupo de fuerzas especiales salió de la base en un helicóptero “CH 47” ya sabéis el típico Chinook de dos rotores y grande como un camión, lo mandaba un capitán… como se llamaba el tío, ¿lila llilo? no lo recuerdo, llevaba un buen grupo de veinte boinas verdes, pero le faltaba uno como ya dije porque lo mordieron, por suerte yo no les parecí lo bastante bueno y se llevaron a otro compañero para completar, bien el caso es que salieron a rescatar a un ex vicepresidente del gobierno que andaba por esta zona al parecer lo localizaron pero nunca volvieron.
- El vicepresidente Rojales, - Dijo Julián, añadiendo – Era buen amigo y buen cazador, solía pasar largas temporadas con el marqués en su casa, conocía a Cecilia desde niña, la llegada del virus le dejo atapado allí, pero huyó del pueblo con su escolta tras el primer invierno, se rumoreaba que vendrían a rescatarle pero no vino nadie, al menos no por el pueblo ni nadie los vio, poco más tarde los infectados atacaron la casa y mordieron a Nina la hermana pequeña de Cecilia, el padre y esta acompañados por el jardinero salieron en el coche a buscar ayuda y desaparecieron, unos días después apareciste tu Toni y nos hablaste de Ceci, las cosas van encajando.
- Si vale van encajando, -Dije- pero eso no me aclara ni me da ideas de la desaparición de un “Chinook” con 20 tíos de operaciones especiales, a no ser que… por lo que recuerdo el vicepresidente era un buen tío y honrado.
- De los pocos políticos en que podías confiar – varias voces dijeron más o menos lo mismo.
Asentí en silencio, ahora sí que encajaban las piezas, un político honrado en época de crisis es más raro que un puro habano de color azul cielo, podría ser que no se dejase comprar por los conspiradores y decidieran abandonarlo ó eliminarlo, debían haber saboteado también aquel otro helicóptero y matado a aquellos 20 hombres, además claro del vicepresidente y su escolta de policías, tenía que llamar a Palacios y darle estas noticias, el investigaría en la base y seguro que les daría una alegría a los chicos de las boinas verdes encontrándoles a los que habían matado a sus camaradas, yo al menos les diría el nombre del que saboteaba helicópteros y les dejaría un ratito a solas con él, para que jugaran a las cosquillas con sus cuchillos.
Continuara…
Bien amigos, ya vemos que los conspiradores de las empresas farmacéuticas no se paran en tonterías, ¿localizara Palacios al topo? Ya veremos.
Como veis las cosas van encajando, ahora ya sabemos de dónde salió el capitán Lillo, ¿durara lo suyo con Mara? yo apostaría a que sí, pero la mujer ¿estará de acuerdo?
Respecto a mujeres me gustaría conocer la opinión de tod@s, ¿debería dar Toni libertad a Cecilia para elegir a otro hombre más joven? Y en caso de hacerlo ¿ella le dejara o se quedara con él? En mi opinión esto es solo un bache temporal de Toni, ya que ambos se quieren y acabaran juntos, pero me gustaría conocer vuestra sincera opinión al respecto, si bien Toni ha sido algo promiscuo no olvidemos la fama de zorrita que tenia Ceci antes de ser mordida, tenedlo en cuenta, no vaya a ser que la liemos pues como dice el refrán, a la cabra la tira el monte.
En fin hasta la próxima entrega, Feliz año nuevo 2013 reyes y todo eso, no olvidéis hacerme el favor de ser muy felices.