El Virus VR (40)

Despertar de perros,rescate inesperado, el refugio.

Se recomienda la lectura de los episodios anteriores para una mejor comprensión de la historia, especialmente el 1º el 4º y el 9º pues explican el origen, la transmisión del virus y más datos importantes.


Mara despertó de su inconsciencia sobresaltada, el sonido del bombardeo resonaba en el bosque asustando a todos los animales que bajaban a beber al rio, ella no sabía que ocurría pues nunca había escuchado aquel sonido distante unos tres kilómetros de las explosiones, su estado no era envidiable pues debido a sus múltiples heridas y contusiones se encontraba febril, además de helada y presa de escalofríos por la humedad del rio, tras unos minutos de estruendo el silencio volvió a adueñarse de la noche, bastante inquieta y muy asustada aún, escucho movimientos huidizos alrededor deduciendo que los animales volvían al rio a beber, aquello la hizo recapacitar acerca de su situación.

La mujer tras rellenar la cantimplora y meter la pistola de nuevo en su funda, se esforzó por subir un poco más arrastrándose por la empinada orilla alejándose de la fría corriente, pero el dolor en sus brazos y piernas no la permitía demasiados esfuerzos, además el golpe en las costillas la impedía una buena respiración encontrándose rápidamente agotada, a pesar de todo había conseguido arrastrarse cuesta arriba unos cinco metros quedando con la espalda apoyada en un árbol, ahí estaba más alta y detrás tenía una empinada cuesta, al menos pensó que escucharía llegar a quien se acercara bien por delante o por detrás de su posición. Mara con sus ropas húmedas de agua, sangre y sudor por el esfuerzo realizado no tardó en desmayarse de nuevo, un par de horas después volvió a llover perezosamente, pero la mujer no sintió el agua sobre si empapándola de nuevo, pues el murmullo del agua entre la hojarasca tuvo un efecto sedante en su vapuleado cuerpo.


Entretanto tras despedirme de la tropa volví al torreón, encontrándome a Cecilia con un fuerte dolor de cabeza que según dijo la llevaba martirizando todo el día, me plantee callar la perdida de Mara pero decidí no engañar a mi rubia y se lo conté, ella se puso a llorar por la pérdida de su amiga y su cuerpo se estremecía entre sollozos, la abracé intentando calmarla y darla consuelo cosa que ella agradeció sin dejar de llorar, aproveche para contarla como habíamos acabado con los atacantes, también la dije que a partir de ese momento estaríamos más seguros al haber eliminado un peligro cercano.

Un poco más tarde la convencí para cenar algo, ella necesitaba tener algo en su estomago por el tema de la medicación y por fin cedió, tras cenar y medicarla fuimos a la cama donde mi chica me abrazó fuertemente antes de quedarse dormida, yo tardé un poco en mas dormir pues estaba preocupado por su estado algo febril y los acontecimientos ocurridos, decidí que al día siguiente la bajaría a los bloques y veríamos al médico, pues este malestar podía ser un síntoma de que Cecilia por fin podría expulsar el virus de su cuerpo.


Alrededor de las dos de la madrugada “soldado” llegó al rio con su andar cojeante y su ropa empapada, tras horas de caminar y detenerse bajo los árboles para protegerse de la lluvia, su mente confusa intentaba ordenar las escenas vistas y las sensaciones vividas en el bombardeo, pese a que la lluvia había limpiado el ambiente aun le parecía oler el fuerte y picante olor a cordita de las explosiones, en sus oídos aun persistía levemente un pitido intermitente y molesto, un médico le hubiera dicho que estaba levemente herido y en estado de shock.

Al llegar al rio bebió ávidamente del caudal pese a estar empapado, su mente le indicaba que debía limpiarse las heridas y así lo hizo bajándose los pantalones y restañando la sangre del muslo, hizo después lo propio con su antebrazo y tras vestirse de nuevo se protegió de la lluvia sentándose bajo un árbol, el agotamiento le hizo dormirse allí pero su sueño fue bastante inquieto.

Al amanecer se despertó, seguía lloviendo y el cielo nuboso le indico que aquel día no mejoraría, se levantó desperezándose e intentó orientarse mirando a su alrededor para reconocer el lugar, descubrió que su huida nocturna si bien le había llevado al rio le había acercado al lugar de la pasada emboscada, supuso que el desvío se debía a haber estado andando de noche en estado de shock, estaba enredado en sus reflexiones interiores cuando el sonido de un disparo le alertó, había sonado no muy lejos, decidió acercarse a mirar y no llevaba mucho recorrido cuando escucho un segundo disparo, aquello le hizo correr en dirección al sonido.


Mara se había despertado sobresaltada pues un sonido cercano la había alertado, vio a los perros en la orilla del rio bebiendo eran cuatro, ella no entendía mucho de razas de perros pero reconoció a una pareja de pastores alemanes, estos debían ser domésticos pues aun conservaban en sus cuellos los restos de sus collares verdosos, los otros parecían un bóxer atigrado y el ultimo un mestizo peludo negro de raza indeterminada, todos eran de buen tamaño así que temió por su vida, busco febrilmente en su cartuchera hasta sacar la pistola y la empuñó con la zurda, recordó que estaba cargada y solo la amartilló apuntando a los animales.

El sonido de sus torpes movimientos inquietó a los perros, pero fue el del martillo, aquel pequeño “clic” metálico el que hizo que las cabezas de los perros se volvieran hacia ella, estaban juntos a la orilla del rio y a una docena de metros de ella, comenzaron a gruñirla amenazadoramente a la vez que se giraban hacia el origen del sonido, sus hocicos se abrían mostrando sus aguzados dientes, de sus fauces caían hilillos de saliva mientras venteaban la sangre de su pierna y ella supo que la quedaban pocos minutos de vida.

No dudó más y disparó contra el primero que se movió, el mestizo negro recibió un tiro en el lomo y cayó aullando lastimosamente, los otros tres perros parecieron recular ante la amenaza separándose pero sin dejar de gruñir amenazadoramente a la mujer, uno de los pastores se abría a la izquierda subiendo la cuesta ágilmente, ella supo que la atacaría por detrás, pero antes de poder apuntarle notó que los dos restantes animales se la acercaban, el babeante bóxer pareció saltar decidido hacia ella, recibiendo un disparo en su amplio pecho que si bien no lo mató le dejo tirado en el suelo aullando de forma desesperada, quedando caído a pocos metros de Mara pero intentando levantarse agitando las patas.

El mestizo tras un par de intentos había conseguido levantarse de nuevo, sangraba bastante pero no renunciaba a la presa caída que era la mujer herida, el otro pastor alemán gruñía bastante pero no se movía, observaba la espesura por encima de la mujer esperando ver asomar por allí a su pareja para atacar simultáneamente, el bóxer entretanto soltaba dentelladas al aire y de su boca salía espuma sanguinolenta, hacia esfuerzos furiosos por arrastrarse hacia Mara, esta apuntó a la voluminosa cabeza del animal y dudó durante un minuto en rematarlo, el tiempo parecía detenido y la situación no cambiaba, salvo por el movimiento leve de la hojarasca tras la mujer, finalmente cuando el bóxer ya estaba a dos metros de sus pies el instinto de ella tomo el control y disparó sin dudar, la bala le entró al perro por un ojo matándolo en el acto.

El pastor alemán que rodeaba a Mara había llegado a una buena posición para saltar sobre ella, veía el árbol y la espalda de la mujer así como su brazo armado que sería lo primero que mordería, de hecho se disponía a hacerlo cuando escucho sonido de pisadas corriendo hacia él, se giro hacia la derecha viendo venir corriendo una figura vestida de camuflaje, el perro cambió de objetivo encarando este nuevo peligro y decidido corrió hacia el dispuesto al ataque, el “soldado” le vio llegar corriendo salpicando agua y se detuvo mientras sacaba el cuchillo de su funda, el perro salto hacia la garganta de su presa pero el humano se apartó a tiempo, con su zurda agarro la garganta del perro dejándose caer de lado sobre un charco fangoso acompañando al animal en su impulso, una vez en el suelo apretó la garganta del perro contra el suelo embarrado, a la vez que con su otra mano apuñalaba repetidamente el peludo y mojado pecho de su enemigo, una, dos, tres, cuatro y así hasta siete veces, retorciendo la muñeca armada del cuchillo cada vez que lo sacaba para ampliar la herida causada, el encuentro no había durado un minuto y el perro yacía muerto cuando “soldado” se levantó.

El hombre siguió el sonido de los gruñidos durante unos metros, hasta ver la escena que se desarrollaba en la empinada cuesta a su derecha con el rio de fondo, no veía la cara de la mujer uniformada pues se la tapaba el tronco del árbol en que esta se apoyaba, pero los perros si le vieron y ladraron furiosos en su dirección, “soldado” se agacho cogiendo una rama gruesa caída en el suelo y la empuñó con la zurda, en su mano diestra conservaba el cuchillo ensangrentado, armado de esta guisa no se lo pensó y soltando un poderoso rugido de furia saltó por la cuesta atacando a los perros.

Mara escucho el rugido y se la pusieron los pelos de punta de puro miedo, instantes después un hombre uniformado caía a su lado tras un poderoso salto y bajaba la cuesta a la carrera atacando a los perros, ella pensó en Toni pero la rápida silueta no se le parecía demasiado, vio como asestaba rápidos golpes y cuchilladas a los dos animales, el pastor alemán huyo rápidamente tras recibir un estacazo, pero el mestizo no tuvo tanta suerte pues al estar herido era más lento, el hombre le mato con rapidez tras golpearle con la rama en el lomo y en la cabeza, después le rajó la garganta con su cuchillo fríamente.

La mujer vio como el uniformado se giraba hacia ella, pero no dejó de apuntarle con la pistola pues no le conocía del pueblo, Mara observó a aquel tipo de casi metro ochenta con barba y facciones atractivas pese a su nariz típica de boxeador, tenía un cuerpo fuerte que se apreciaba entre los restos de su uniforme de camuflaje que presentaba varios rasgones y mucha suciedad acumulada, cuando el hombre se acercó ella sintió que se la secaba la garganta, noto una leve punzada de deseo pero el dolor se imponía sobre todo, consiguió tras un instante de duda articular una pregunta:

-         ¿Quién eres?

No obtuvo respuesta y lo intento de nuevo:

-         Dime algo, ¿quién eres?... ¿de dónde sales, cuál es tu unidad?

El hombre la escuchaba, de hecho en su mente deseaba responder pero no recordaba cómo hacerlo, se acercó a ella mirándola y recordando su cara, la había visto en el torreón acribillando a los suyos, la vio otra vez en lo alto de un camión disparando y hablando con mas soldados, ¡Era ella, la morena guapa con aquel hoyito en la barbilla! el “soldado” estaba asombrado de su suerte, desde que la vio la primera vez la había deseado y por raro que parezca sentía que necesitaba estar con ella, ahora esa mujer le apuntaba con su arma y le hablaba pero no podía responder, no sabía cómo hacerlo pero lo intentó.

-         Yo… yo s…o…y

Mara abrió mucho los ojos, hablaba mal y tenía un tono cetrino en la piel por no mencionar su olor a sucio, sin duda era uno de los enfermos, respondió:

-         ¡Joder, eres un infectado!

-         Yo… so…y e…l

-         ¡no te me acerques cabrón, o serás el siguiente muerto que haya en esta cuesta! –Dijo ella.

Le dispararía a la cara, “soldado” estaba seguro de eso, así que resolvió la situación de la única madera que sabía hacerlo, estaba medio agachado a dos metros de ella y había dejado en el suelo sus armas mientras intentaba hablar, dio un corto salto hacia la mujer apartando su arma y luchando por aferrar sus piernas, ella estaba sorprendida y reacciono tarde al repentino ataque, lo siguiente que mara recordaría seria el puño del hombre estrellándose contra su cara, tras aquel impacto quedo inconsciente.

“Soldado” contempló a su víctima, estaba herida y débil pues su estado era evidente para cualquiera, reviso las heridas y luxaciones que tenia aprovechando para encajarla bien el codo y los tobillos con sendos tirones, su cerebro le indicaba como hacerlo sin dudas y él pensó que serian recuerdos acumulados, también se planteó darla un buen mordisco para transformarla en infectada, pues así se recuperaría antes de sus lesiones y seria más dócil al despertar, de hecho apartó un poco la guerrera se inclinó sobre el atractivo hombro y acercó la boca a la piel tibia, pero algo dentro de su cabeza le gritó un rotundo ¡NO! así que la volvió a poner bien la chaqueta, tras mirar el cuerpo inconsciente de la bella mujer recogió el arma del suelo, algo en su cerebro le dijo que era una pistola “Beretta 92” incluso le pareció recordar cómo se usaba, la guardo en la funda que la mujer llevaba colgada en la cintura así como su cantimplora, seguidamente miró a su alrededor para orientarse y decidido se cargo al hombro el cuerpo dormido de Mara, tras incorporarse cargado con ella se alejó en dirección al bosque.


Hacia las 08:30 de la mañana llegue al pueblo en el todoterreno, Volvía a llover suave pero insistentemente, Cecilia viajaba a mi lado con aspecto cansado tras haber dormido intranquila buena parte de la noche, los dolores de cabeza se estaban extendiendo y ahora se quejaba de malestar en pecho y vientre, no me detuve hasta llegar al garaje de los bloques y de allí fuimos directos al piso del doctor Mata.

Este reconoció a mi rubia y la hizo un par de pruebas, rogándome que los dejara a solas y volviera más tarde así que fui a desayunar a casa de Julián, este me recibió con noticias frescas pues acababa de salir la patrulla del sargento Guzmán con 15 milicianos, para rematar el trabajo de la artillería y exterminar a los supervivientes de la granja bombardeada, la pasada del UAV esta madrugada había localizado a los supervivientes en el bosque, estaban en dos grupos de 5 ó 6 individuos y no se esperaban problemas en su erradicación.

También me informó Julián que el aparato había detectado más animales, como perros o algo parecido a medio kilometro corriente abajo del lugar de la emboscada, yo estaba preocupado por Cecilia pero decidí investigar esa zona, así haría algo útil mientras esperaba los resultados de las pruebas que la estaban haciendo, le dije a Julián que se hiciera cargo de la defensa y que estuviera atento al estado de mi rubia, entretanto yo iría con tres hombres en mi todo terreno a investigar la orilla del rio.

Serian las 10:30 cuando Salí con mis hombres a recorrer la orilla del rio, durante el trayecto escampó y salió tímidamente el sol, en nuestro recorrido solo hayamos un infectado herido que había conseguido llegar a la margen del rio antes de morir desangrado, tiramos el cadáver a una cuneta y le cubrimos de barro con las palas, luego seguimos nuestra ronda hasta encontrar a los perros muertos, las huellas de cuchilladas nos hablaban de infectados más o menos hábiles, antes ya habíamos visto algún cuerpo acuchillado y no nos extrañó, fue al encontrar al bóxer muerto con un tiro en el pecho y la cabeza reventada por un balazo cuando me mosquee de veras, el posterior hallazgo entre el barro de la cuesta de tres casquillos de pistola de 9mm parabellum, me confirmo las sospechas de que había habido supervivientes de la emboscada, solo una persona llevaba pistola como arma secundaria y era Mara por su graduación de cabo, el arma principal de todos eran los fusiles G·3 del 5´56, es decir que Mara o alguien con su pistola habían sobrevivido al desastre.

Revisamos la zona a fondo pero la lluvia había borrado casi todas las pistas, las huellas de pisadas en el camino y los rastros de sangre más que verse se adivinaban, así era imposible conseguir nada definitivo y para colmo de males volvió a llover pasada una hora, era como si el destino no quisiera que encontráramos a nadie, apesadumbrados regresamos al pueblo.

Al llegar encontramos al sargento Guzmán y su patrulla, estaban contentos pues habían hallado a los dos grupos de infectados y los habían exterminado sin piedad, en total una docena de infectados más o menos heridos había sido localizados y eliminados como amenaza, me reuní con Julián y Guzmán contándoles lo que había descubierto, aquello planteaba un problema pues debíamos salir a buscar al superviviente, pero no podíamos movilizar a toda la milicia para ello pues había cosas que hacer, debíamos prepararnos para el invierno haciendo obras e instalaciones, además deberíamos reducir las patrullas para ahorrar combustible, tras plantear dudas e ideas decidimos investigar solo las huellas de calor que nos proporcionase el UAV, no podíamos descartar que el superviviente regresara por sus medios o hubiera muerto ya a estas alturas, por no mencionar el hecho latente de que podría estar infectado, en ese caso estaríamos arriesgando gente y combustible en una búsqueda inútil.

Después me acerque al consultorio a ver a Cecilia, estaba dormida y tranquila pues el doctor Mata la había dado un fuerte sedante, me reuní con él y me dio la noticia de que el cuerpo de mi chica estaba iniciando el proceso de eliminación del virus, había llamado a base y notificado el acontecimiento a la doctora Ana, aquello me cabreó bastante pues no quería a Ana merodeando cerca de Cecilia, pero el doctor me dijo que antes de salir hacia aquí había recibido la orden estricta de la doctora por escrito, leí ávidamente el papel que me mostro y literalmente decía que se la avisara en cuanto se diera el presente caso.

Con un mal presagio y un incipiente mosqueo, me dirigí a la habitación de Ceci para velar su sueño, sentándome a su lado la mire largo rato pensando que la amaba tanto que me dolía su sufrimiento, mas tarde medité en que durante la visita debería investigar algo del accidente de Doc, recordé como me había insinuado el coronel Palacios que Ana podía estar implicada, así de paso vería atentamente como atendía a Cecilia, jurándome a mí mismo que si la ocurría algo malo por culpa de Ana, esta no saldría jamás viva del pueblo.


Era mediodía cuando “soldado” halló su objetivo, una pequeña choza que seguramente había sido usada hacía mucho tiempo atrás como refugio de cazadores o excursionistas, la había descubierto cuando andaba con su pequeña manada hacia meses, mucho antes del ataque al torreón, la pequeña choza solo tenía una puerta recia de madera y tres ventanas medianas, la construcción de madera y piedra no mediría más de 4 x 3 metros de lado y unas dos metros y medio de alto, desde fuera se apreciaba el tubo de la chimenea, dentro de la choza había un fogón de ladrillo y una mesa con algunas sillas desvencijadas, además de un par de muebles donde se guardaban útiles de cocina, una pared con puerta separaba la estancia de la habitación propiamente dicha, en esta había una cama pequeña y otra algo más grande separadas por una cortina larga algo rasgada y polvorienta, en la pared del fondo había un pequeño armario con algunas viejas sabanas de repuesto.

“Soldado” dejo a Mara suavemente en la cama pequeña, las sabanas y mantas estaban descolocadas y arrugadas pero aquello no importaba demasiado, quería descansar en sitio seco después de avanzar cargado durante horas bajo la lluvia, la mujer gimió desde la cama y vio como temblaba de pies a cabeza, se sentó al lado de ella y comprobó que tenía fiebre y estaba muy débil, tras un momento de duda la quito el uniforme mojado e hizo lo mismo, sacando a continuación una manta del armario se tumbo al lado de la mujer y tapo sus cuerpos con ella.

Abrazando a la bella mujer que había deseado tuvo una poderosa erección pero se contuvo, estaba claro para el que debía darla calor y cuidarla por encima de su deseo, solo así ella sobreviviría y podrían estar juntos, el cansancio le fue pudiendo y no tardo en dormirse, acompasando su respiración a la de la bella mujer que yacía a su lado.

Continuara…


Bien amigos, espero que los cambios en la historia os gusten, en este episodio no hay sexo pero me ha parecido que si soldado violase a Mara no sería bien visto por la mayoría, por otra parte Cecilia no estaba para echar cohetes así que… otra vez será.

Agradezco a Gavilán la idea de los perros y otros animalitos del bosque, además de a Luis Enrique por la del mordisco aunque se quedara en intento, sin ellas este episodio hubiera sido algo distinto, como veis participáis con vuestros comentarios en este relato, ¡GRACIAS! Sinceramente.

En el siguiente episodio nos enteraremos por fin del nombre del soldado, también recibiremos la visita de Ana (no, no he olvidado lo de la venganza anal) veremos cómo se desarrollan la recuperación de Ceci y las heridas de Mara, en fin que esta serie aun da para unos cuantos capítulos, solo depende del tiempo que me deja el trabajo para dormir y escribir algo, en fin pasadlo bien leyendo y como siempre ¡sed felices!