El Virus VR (4)

Toni sigue escribiendo en su diario.

Se recomienda la lectura de los anteriores episodios para una mejor comprensión de la historia.

Querido diario, ha pasado una semana desde mi última anotación y han ocurrido algunas cosillas, pero antes he recordado que no he explicado casi nada de lo que paso cuando se declaró el virus “VR” empezare por contároslo.

Hace unos meses yo trabajaba de Policía, era un francotirador de los GEOS, la elite tío, la puta elite del cuerpo. Entonces tenía una ex mujer a la que mantener y aunque algunas amigas querían ocupar la vacante en mi cama yo les decía que si a las novietas pero de bodorrio nones, vamos en plata que no iba “sobrao” pero no me faltaba nunca una amiguita. A mis casi 40 tacos la vida me trataba bien, entonces fue cuando pasó lo del atentado de nueva york y lo demás que ya conté en la primera parte, diez días después se declararon los primeros casos de rabia humana en nuestro país, como al principio no se comían a nadie sino que solo mordían, mucha gente fue llevada a hospitales y los causantes a comisaria, otros con mordeduras más leves habían conseguido llegar a sus casas para curarse o ser atendidos allí por sus madres , esposas o familiares diversos.

A la mañana siguiente los médicos y enfermeras habían sido a su vez mordidos, así como los ocupantes de los calabozos contiguos a los detenidos infectados y estos a su vez a los policías que los custodiaban, en los domicilios particulares los enfermos se levantaban mordiendo al resto de su familia mientras dormían, los mordiscos eran de todo tipo, algunos precisaban atención médica urgente, otros de menos tamaño y profundidad como los de los niños no tanto y las mamas mordidas llevaron a los niños mordedores al colegio, los papas mordidos fueron a sus trabajos porque pensaron que por un mordisquito de su hijo-a no les darían la baja médica.

Los siguientes en caer fueron los médicos de atención primaria de los ambulatorios, seguidos de los de seguridad y policía que fueron a ayudarles, tanto a ellos como a la gente trabajadora de fabricas oficinas etc. Algunos camioneros fueron mordidos antes de salir de viaje con cargamentos diversos a otras ciudades y pueblos, pero como aquello no se lo cubría el seguro se limpiaron y vendaron la herida poniéndose de viaje, lo mismo paso con los ejecutivos que debían viajar a otra ciudad e incluso por avión a otro país, por la tarde-noche de aquel fatídico viernes de mitad del verano, la infección se propago entre los cines y los grandes centros comerciales, siguió por los botellones y discos de la ciudad, el verano atrae turistas de otros países y estos también resultaron mordidos, en sus locas fiestas e incluso bacanales repletas de sexo, drogas y alcohol, muchos debían volver el domingo por avión a su país y algunos así lo hicieron.

En resumen, el egoísmo avaro del sistema de bajas así como la falta de información de los médicos, unidos a diversos factores comprensibles como la familia y otros más o menos altruistas, aunque también los había de otro tipo algunos de ellos totalmente egoístas, junto con el factor  ”sálvese quien pueda” facilitaron la labor del virus y hundieron tanto el sistema como a la sociedad a la que debía servir.

El gobierno hizo lo que pudo y decretó la ley marcial, de 08,00 a 20,00 se podía salir a la calle e ir a las tiendas, se crearon centros de asistencia especiales y se decretaron servicios mínimos para centrales eléctricas , nucleares y distribuidoras de gas ciudad, empresas de telefonía y repetidores de luz y energía entre otras, el objetivo era asegurar al máximo el mínimo imprescindible de servicios a los ciudadanos.

Nosotros los policías junto con el ejército tomamos las calles, deteniendo a todo aquel que saliera a partir del toque de queda, la situación se nos iba de las manos cada noche deteníamos a más gente y muchos de los nuestros fueron a su vez mordidos, dos días después y tras la aparición de los primeros cadáveres se nos autorizo a disparar, el texto de la orden decía: Queda autorizado por el ministerio del interior, el uso de armas de fuego de forma letal contra “los que mostrasen signos evidentes de infección y violencia” que dicho en cristiano y para tontos solo quería decir: Que si traía la camisa y la cara manchados de sangre y te quería morder, te  lo cargases.

Naturalmente hubo quien protesto, nos llamaban policía fascista, reclamaban derechos humanos y respeto a todas las criaturas vivas, curiosamente muchas de aquellas personas estaban a favor del aborto y en contra de las instituciones por sistema, se reunían en grandes grupos con todo lujo de megáfonos silbatos y pancartas, los infectados también se unieron al ellos atraídos por el escándalo que formaban, cientos de personas fueron mordidas y algunas incluso devorados en plena calle por aquellos para los que pedían derechos e intentaban proteger, se podría decir que el movimiento pro derechos de los infectados simplemente  “se consumió” (por vía oral) nosotros “la policía fascista” perdimos a bastantes compañeros intentando proteger a los que minutos antes nos insultaban, créanme que hacíamos todo lo posible.

Pero no había manera, te salían por delante y por detrás, cualquier control era superadopor los caminos más inverosímiles, si bloqueabas una carretera te flanqueaban por veredas, muchos edificios de pisos se convirtieron en fortines hasta que escaseó la comida y salieron a por mas, aparecieron los saqueadores y aprovechados que arramblaban con todo, salían a por comida y de paso se llevaban una tele de plasma y muchas cosas por el estilo, vi demasiadas cosas como para relatarlas aquí.

A mí me mandaban a cubrir a mis compañeros en controles y sitios diversos, yo generalmente me situaba en un tejado o balcón alto, cuando entraba cerraba la puerta de acceso y me quedaba allí solo y aislado, nadie me atacaba pero desde mi puesto vi caer a muchos compañeros mientras los cubría y mataba a parte de los integrantes de las multitudes que les atacaban, ¿Cuántas veces me senté en el suelo? llorando de desesperación, habiendo agotado totalmente las municiones y viendo como aquella masa de gente rabiosa, atacaba y se comía al resto de mis compañeros, escuchando por el walkie sus gritos en petición de auxilio, para acabar siendo gemidos de agonía mientras se los comían.

Un día me harté, me parece que era un lunes pero no lo recuerdo bien, habían pasado unos 10 días desde el brote del virus, pase por el cuartel llevaba mi uniforme de faena y mi pistola Glock, recogí mi fusil Remington un fusil de asalto G3, falsifique un albarán y pase por el almacén, me entregaron dos cajones de raciones de comida y varias cajas de munición para mis tres armas, volví a mi casa y me atrinchere en mi domicilio que estaba en una octava planta, no volví a coger el teléfono y dos días más tarde este ya no daba señal alguna, los servidores de internet se caían como fichas de domino puestas en fila, dos días después estábamos incomunicados.

Entre varios vecinos limpiamos de infectados el edificio, cuando acabamos solo éramos 27 sanos, en un edificio de diez plantas con cuatro viviendas de dos y tres dormitorios por planta, (echad cuentas) sacamos los cadáveres y los quemamos en una gran hoguera que hicimos con todo tipo de muebles y algo de gasolina, en la piscina vacía que había en el patio trasero, olimos a torrezno durante semanas pero era imprescindible para no enfermar por la descomposición de tanto cuerpo muerto, (corría el mes de agosto) después entramos en cada casa saqueándolas a conciencia,  hicimos un almacén con toda la comida y bebida en un piso vacío de la última planta donde estaría más segura, salimos con una furgoneta y arramblamos con todos los bidones de agua que encontramos, también hicimos acopio de comida en tiendecitas pequeñas y saqueamos una ferretería, de allí robamos varios grupos electrógenos para tener luz, otra batida por las gasolineras nos ayudo a conseguir el combustible necesario para alimentarlos.

Cuando creímos estar bien avituallados para una larga temporada nos dispusimos a una defensa numantina, el edificio solo contaba con dos accesos, el portal que fue cerrado con llave, era una pretenciosa puerta acristalada con barrotes en su parte exterior, bajamos algunos muebles y armarios de las casas cuyos inquilinos habían muerto e hicimos una barricada por dentro de la puerta para que resistiera los empujones, la entrada del parking  se cerró igualmente con llave pero además colocamos dos de los monovolúmenes que había en el interior contra la puerta y en contacto con ella, los calzamos con ladrillos para mayor seguridad, al día siguiente armados con picos y herramientas diversas, destruimos el ascensor y además hundimos la escalera en los dos primeros pisos, de manera que por allí se podía subir solamente, si alguien te tiraba una cuerda desde el descansillo del tercero, la gente de los pisos bajos re reubico en otros que habían quedado libres.

Siguieron casi 6 meses de miedos y sustos, pues bastantes infectados nos rodearon y golpeaban puertas y ventanas, al estar las de los dos primeros pisos enrejadas no consiguieron entrar, sus intentos de entrar por el parking tampoco tuvieron éxito, nos molestaban gruñendo y golpeando todo lo que podían y más uno perdió el sueño durante semanas por los nervios y la inquietud.

Pero también hubo buenos ratos, yo en mi 8º piso letra B era más o menos feliz pues recibía frecuentes visitas de la viudita de 5ºA aquella morena treintañera era una maquina cuando se ponía a follar, se llamaba Lucy y cuando la conocí era algo rellenita pero rápidamente perdió peso, en parte por el miedo que pasaba sola y en parte por el trajín que nos dábamos en compañía, no tarde en decirla que si quería se podía trasladar a mi piso ¡si, fue una buena época!

A esas alturas la relación vecinal se había fortalecido, de día las puertas estaban abiertas y los vecinos pululábamos libremente por el edificio, cuando entrabas en una casa solo preguntabas ¿se puede? O bien si en la casa no había niños, decías: ¿estáis visibles? Hasta el día en que Paco uno de los vecinos jóvenes, bajó a la que había sido su casa al primer piso a recoger noseque de fumar que se le había olvidado, era de buena mañana y le pusimos la cuerda, él bajó y una vez dentro del piso recogió lo que había olvidado, pero el muy descerebrado abrió una ventana y se empezó a reír de los infectados que rodeaban el edificio desde detrás de los barrotes de su ventana, sabiendo que estaba alto y no le podían coger, nosotros no sabíamos que también escupían, el tampoco y lo descubrió de repente cuando varios de ellos lo hicieron casi a la vez, como fuera que uno de los lapos le entro en la boca y el muy imbécil se lo tragó, escupió y se lavo la boca pero el mal ya estaba hecho.

De madrugada mordió a su novia, ninguno de los dos salieron de su casa en el 6ºC aquel día, lo hicieron en plena noche y antes de que nos diéramos cuenta habían mordido a cinco personas más, casi todos dormíamos cuando oímos los gritos, no era tarde para todos pues algunos conseguimos cerrar nuestras puertas, y nos preparamos a defendernos contra esa nueva amenaza, al amanecer la mañana siguiente nos armamos y nos dispusimos a limpiar el edificio.

Todos luchamos por nuestra vida y allí mate a mi primer niño, tenía 5 años se nos escapó en la primera batida, Lucy venía detrás de mí y el chaval la mordió en cuando pasaba junto al sillon donde se ocultaba, ella gritó y yo me volví viendo como ella daba golpes con una llave grifa en la cabeza del chico, la estaba mordiendo en el muslo y ella no se lo conseguía quitar de encima, le descargue la culata del G3 con todas mis fuerzas al chaval en la cara y este por fin cayo inconsciente, ella estaba pálida de miedo y temblaba pues sabía que aquella era su muerte, pues tenía una buena y profunda herida en dicho muslo de la que brotaba abundante sangre, me dio un beso en la boca y suspiro un “adiós amor” se giro y salió al descansillo, no llegue a tiempo de detenerla y salto por el hueco de la escalera desde el 6º piso, yo lleno de odio use mi fusil G3 como un bate y machaque a aquel chaval de la cabeza a los pies, cuando lo tire por el hueco de la escalera más que una persona parecía un puzle, mi destrozado rifle G3 formaba parte, repartido en incrustadas piezas de su cuerpo.

La lucha siguió y al acabar solo quedábamos cuatro sin heridas de mordiscos, rematamos a los que si las tenían pues estaban condenados de antemano, todos fueron arrojados por el hueco de la escalera, al acabar José el del 9ºC un tío cincuentón grandote y buena persona, había perdido a su esposa y a su chico de 17 años subió a su casa rezó y lloro por sus seres queridos, cuando amanecía al día siguiente se tiró desde allí por el hueco de la escalera reuniéndose con sus seres queridos.

Quedábamos tres una pareja de jóvenes y yo, era febrero y aun hacia bastante fresquito, buscamos cal viva o algo para rociar los cadáveres pero no hayamos gran cosa, finalmente bajamos el chico y yo para retirar la barricada interior y abrir la puerta del portal, mientras tanto la mujer vigilaba desde la ventana y nos comunicábamos por un walkie talki que teníamos, cuando nos dijo que no se veía a nadie sacamos los cadáveres a la calle y los apilamos contra la entrada peatonal del recinto como si fueran troncos, hicimos una buena barricada y volvimos a cerrar el portal con llave, ordenando seguidamente la barricada interior.

Dos meses después decidí probar suerte yéndome al mejorar el tiempo y se lo dije, ellos no querían irse pues ella esperaba un hijo, bajamos al garaje y me ayudaron a cargar mi todo terreno, al día siguiente nos despedimos y les aconseje que no se quedaran allí mucho tiempo, 24 cadáveres hacinados frente al portal atufan bastante y atraen muchos bichos, les dije donde me dirigía y les pedí sinceramente que vinieran en cuanto pudieran, incluso me ofrecí a esperarlos y hacer el viaje juntos, dijeron no pero que lo pensarían… no los he vuelto a ver.

Habían pasado en total casi nueve meses desde que comenzó la plaga del virus VR, yo conseguí salir de la ciudad y por caminos secundarios vine aquí, ya sabéis el resto de lo ocurrido, pero pasemos a lo de esta semana.

El lunes o… tal vez era martes que más da, seguro que era mayo, me estoy volviendo tan distraído aquí solo, que el día que de mayor tenga Alzheimer nadie se va a dar cuenta como decía mi madre, dejémoslo en el primer día de aquella semana, bien pues ese día aun molesto por lo sucedido, pase de Ceci hasta media tarde en que sus sollozos se hicieron más intensos, deje de ver una película que acababa de poner en el portátil y bajé al calabozo, estaba más que dispuesto a meterla cuatro voces por molestarme con sus ruidos, pero ella se comportó de forma distinta a su costumbre, al verme entrar no se abalanzo hacia la puerta para cogerme sino que se mantuvo quieta en el centro de su celda, todo su cuerpo temblaba y estaba muy tensa, no estoy seguro si de rabia o de impaciencia, sus ojazos verdes fijos en mi no tenían ese furor de otras veces pero yo no me fiaba y menos después de lo de ayer, di dos pasos hacia la celda sin bajar la guardia y atento a sus reacciones diciéndola:

  • Hola Ceci, espero que hayas aprendido la lección.

Ella no rugía ni gruñía ni nada por el estilo se limitó a bajar la cabeza, dejo de mirarme e hizo algo que me sorprendió, dejo caer sus brazos y se los puso a la espalda, dando cuatro pasos giro sobre si misma y se quedo frente a mi mirando al suelo, entendí que me pedía un paseo, me quede boquiabierto de puro asombro, ¡Increíble! los infectados no son muy listos pero esta chica me acababa de demostrar que había aprendido algo que la agradaba, así que la dije:

  • Así que quieres pasear.

Hice el gesto de caminar con las manos a la espalda y ella medio asintió con la cabeza, bueno al menos parecía que asentía así que pensé que recordaba algo del pasado.

  • Está bien nena si quieres pasear lo haremos, pero has de ser buena chica.

Me miraba pero se notaba que se debatía entre la infección que la volvía rabiosa y su yo interior que la pedía salir, me acerque aun mas a la celda poniendo al alcance de sus manos y siempre en guardia esperando el ataque, me sorprendió de nuevo girándose y dándome la espalda mansamente, estaba cerca de los barrotes así que metí la mano entre ellos y le di una descarga en la nuca, ella cayó al suelo inconsciente sin un gemido.

Salí a por sus cosas de pasear y al volver me metí en la celda poniéndola los guantes de boxeo y atándoselos, la puse las esposas atrás, seguidamente lo pelota en la boca y después el conjunto palo-collar en el cuello, esta vez no Salí de la celda y me quede agachado al lado de ella acariciándola la cara intente no mirarla los pechos pero mi mirada se desviaba de ellos a su cara cada pocos segundos, hasta que noté como se despertaba, primero se alarmó al verme y sentir mi mano acariciando su cara, aquello la altero bastante, gruño fuerte pero yo no me detuve y ella al notar tan grata sensación se relajo un tanto después de forcejear brevemente, yo le decía:

  • Buena chica Ceci buena chica, vamos a dar un paseo, vale.

Me puse de pie con el palo sujeto en mi mano, ella se dejaba guiar más dócil que el día anterior, comprobé que aun tenía los pañuelos en el bolsillo y salimos al patio, al notar el sol y el aire sobre su piel se puso más contenta que una cabra en la pedriza, se irguió respirando por la nariz y haciéndome ver su verdadera altura de 1.70, hasta ahora siempre la había visto agachada o ligeramente encorvada y lista para atacarme, afloje la tensión del palo-collar y ella entendió que podía moverse, yo estaba volviendo a ponerme palote como el día anterior solo con ver su silueta, nos movimos por el patio rodeando despacio el torreón.

Ella andaba ágil paro lentamente y yo la seguía atentamente sin soltar el palo, piernas, culo caderas, espalda, contoneo y vuelta a empezar otra vez, aquello me estaba poniendo… de los nervios, decidí en silencio que antes de sacarla el día siguiente me masturbaría, así al menos la pasearía algo más relajado o de lo contrario me daría un jamacuco.

Un rato después se para a orinar y la doy un pequeño tirón hacia abajo con el palo, ella recuerda la postura del día anterior y se agacha orinando con fuerza, su pipi huele más fuerte que ayer no hace de vientre pues la pasada noche se quedó sin cena, me saco un pañuelo del bolsillo y la limpio la vagina ella gruñe un poco pero mantiene la postura con solo una ligera resistencia, yo estoy detrás de ella y un poco agachado mis ojos miran sus pechos, me incorporo antes un tanto incomodo tirando el pañuelo húmedo, mi bragueta hinchada queda a su espalda y no pudo evitar rozarla un poco al hacerlo, seguimos el paseo y al llegar a la puerta se detiene.

  • Sigue Ceci, has sido buena y puedes seguir paseando.

La doy un ligero empujoncito y ella lo entiende damos otra vuelta al recinto, se la ve feliz paseando y sintiendo el sol en su piel, cuando entramos en el torreón se detiene mirando hacia el comedor, se escucha ruido y recuerdo que había dejado puesta una película, la dirijo al calabozo y la meto en su celda, la duermo y la limpio la herida que no tiene muy buen aspecto después de haber dormido sobre un charco, la pongo el antibiótico y la quito guantes pelota y collar, subo corriendo y cojo la primera camisa usada que pillo bajando de nuevo al calabozo y poniéndosela, se despierta cuando estoy acabando de abotonársela, salgo rápido de la celda y cierro la puerta.

La observo desde fuera mientras se despierta, toca la camisa y la huele, me mira sin apartar los ojos de los míos, pone una expresión más dulce y supongo que ahora que lleva mi aroma y le da calor se siente aceptada, subo y veo desde el principio la película que deje a medias, cuando anochece me preparo la cena en el microondas ya que de noche no cocino para no atraer a los infectados, ceno y reservo una buena ración de comida en la mesa para Ceci, cuando acabo de lavar los cacharros cojo su manta y el plato de plástico y bajo al calabozo dejándola la manta entre los barrotes, el plato se lo empujo por debajo con la escoba como siempre, lo prueba y me mira agradecida pues hoy no es comida de gato es un poco de ternera con menestra de verduras, parte de mi plato preparado y además aun esta templado, come y después se pone en posición fetal tapándose con la manta, yo subo a mi habitación y duermo más relajado.


Han pasado tres días más, la herida de Ceci esta bastante mejor pues aparte de las inyecciones la saco a pasear tres veces al día, el aire fresco y el sol la encantan y contribuyen a su mejoría pero a mí me están poniendo loco de deseo, durante el día la quito la manta y la camisa dejándola en pelotas devolviéndoselas solo por la noche para dormir, ya apenas gruñe cuando la limpio con los pañuelos tras hacer sus necesidades, ahora los dos desayunamos comemos y cenamos poca cantidad pero más a menudo, ella está encantada pues antes solo la daba media lata fría de comida para gatos, una sola vez al día para que se mantuviera débil y fuera un peligro más fácil de dominar, ahora además del antibiótico machaco una aspirina de las que tengo como 20 cajas y se la espolvoreo por encima de la comida, no sé si servirá de algo pero yo la encuentro más saludable, lo de las inyecciones ya es otro cantar solo me quedan dos cajas de seis, tendré que arriesgarme y salir a la farmacia a conseguir más por si acaso.

El resto sigue casi igual y cada día me cargo a un par de infectados cuando se acercan mientras cocino, he empezado también a hacer más ejercicio y dedico al menos una hora a correr por el patio y hacer flexiones. También he mejorado su habitáculo, no creo haber mencionado que las celdas estaba sin jergones donde dormir, debieron sacarlos para que nadie se hiciera daño cuando encarcelaron a los últimos huéspedes rabiosos, estaban en el despachito del sótano bien plegados, he lavado un colchón y metido un jergón de metal en la celda de la esquina, esta mas resguardada del aire que entra por el ventanuco que hay allí y por la noche refresca, al día siguiente cambie a mi rubia de celda y tras enseñarla donde debía dormir se ha ido acostumbrando a su nueva camita.

Ahora estoy haciendo de costurera para mi chica, le estoy poniendo dos anchas tiras de velcro a sus guantes, pues se tarda demasiado en tensar y atar los cordones, además la estoy fijando a los lados de dichos guantes una anilla fuerte para sujetarlos entre sí con una correíta pequeña pero gruesa que he encontrado, además de una buena cantidad de cinturones y hebillas de distinto tamaño en las taquillas de los agentes, la otra novedad es que al pasar por el almacén de efectos del cuartel encontré una caja de pelotas de goma de las que usábamos en las manifas, están a medio tamaño entre las de ping pong y las de tenis, cabrán mejor en la boca de Ceci para evitar que me muerda, eso lo dejo para mañana.


Querido diario, es sábado (creo) el invento de los guantes es estupendo, los probé conmigo antes de ponérselos a Ceci y van estupendamente, también la he preparado dos pelotas de goma para la boca, están perforadas con un clavo como la anterior pero estás llevan una correa delgada con su correspondiente hebilla, para cerrársela sobre la nuca en lugar de tener que atarla con nudo, herví las pelotas antes de ponérselas para disimular un poco el sabor a goma, si se porta bien antes del paseo la unto con un poquito de mermelada antes de ponérsela en la boca, la cabe justo entre sus dientes y me dejan ver sus bonitos labios sin correr peligro de mordiscos, ayer tras ponerla a dormir de un corrientazo la corte las uñas de manos y pies, hoy tengo previsto que como se porta bastante mejor voy darla como premio, un baño calentito en lugar de tanta ducha fría y con manguera, la hará bien una buena dosis de jabón y lavarla el pelo, usare la bañera del difunto sargento Bravo, ya escribiré los resultados.

CONTINUARA…

Bueno amigos este ha sido de momento y hasta ahora, el capítulo más extenso de la serie pero habrá más.

Espero que hayáis disfrutado leyéndolo tanto como yo escribiéndolo, la verdad es que hace una semana ni tan siquiera pensaba en escribir esto ni nada de temática zombi o de pandemias, pero me ha venido a ver la musa y estoy escribiendo un capitulo por día, es en serio creedme, escribo y releo, corrijo y sigo escribiendo, me paseo y de nuevo a escribir, releo y corrijo hasta que por fin cuando creo que esta correcto lo envío. En resumen que los consumís calentitos y recién paridos.

Gracias a todos por estar al otro lado de la pantalla y por vuestros comentarios, sois los mejores ¡Sed felices!