El Virus VR (35)
Orgía en el torreón, bloques y planes, una semana de hallazgos y descubrimientos, supervivientes y ubicación de los lugares de la historia
Se recomienda la lectura de los episodios anteriores para una mejor comprensión de la historia, especialmente el 1º el 4º y el 9º pues explican el origen, la transmisión del virus y más datos importantes.
Llegue al torreón en mi todo terreno, vi que desde las almenas me esteba esperando Lucy y que bajaba rápidamente a abrirme el portón, gire el vehículo para meterlo marcha atrás y una vez dentro tras cerrar la puerta, este quedó aparcado pero listo para salir rápidamente si hiciera falta, cuando salía del coche Lucy se me echó encima dándome un beso húmedo en plena boca, respondí como pude a tanta fogosidad sintiendo sus manos acariciándome.
- ¡Si que estas calentita nena! –dije apenas pude volver a usar mi boca- ¿Qué habéis estado haciendo?
- Nada mas iros al pueblo, nos hemos dado un buen paseo las tres, entiende que había que enseñarle a Mara como pasear a los nuevos.
- Por lo que veo no habéis perdido el tiempo con sutilezas, cuéntame que pasó.
- Pues que yo hice tu papel y Ceci sacó a Mara a pasear, esta hizo sus necesidades y la rubia la limpio con entusiasmo, yo no tarde en unirme a ellas y nos lo pasamos de vicio a base de dedos, debimos corrernos al menos dos veces cada una, pero a tu chica la dejamos a medias a propósito, claro está que diciéndola que nos habías prohibido hacer que se corriese hasta que se cumpliese su castigo.
- ¿Tuvisteis cuidado con la saliva, sangre y fluidos? Recuerda que está menstruando.
- Si cielo, siempre con guantes y nada de besos en la boca con Ceci ni chuparla el chochete.
- Muy bien no queremos accidentes, ni mas infectados de los necesarios.
- ¡Pero ardo en deseos de comerla el coño! Basta que no pueda para que la desee más aun, me fastidia tener que esperar meses para hacerlo a pelo. –Dijo Lucy.
- Se lo vas a comer de aquí a un rato, pero ya sabes que será a través de un plástico fino, ¿Dónde están ahora Mara y ella?
- Preparando a tu chica para ser castigada por mirona, recuerda que se lo dijimos y tu nos mandaste posponerlo hasta que se fueran las visitas, así que llegó la hora del castigo ¡ven vamos dentro!
Me abrazó y entramos en el torreón, Cecilia estaba sujeta con tiras de velcro a la cama, sus piernas abiertas al igual que sus brazos habían dejado a mi chica desnuda, transformada en una preciosa muñeca de carne, sus manos estaban dentro de sus guantes de boxeo y sus ojos habían sido tapados por una pañoleta anudada en su nuca, bajo su culete tenía extendida una toalla de baño para evitar manchar demasiado la cama, a su lado estaba Mara que había dispuesto en la mesilla varios utensilios, vi varias cuartillas de plástico fino de cocina, el vibrador blanco y el consolador grandote, así como el aparato lamedor de clítoris y las bolas chinas, además del bote de crema lubricante y una caja de condones de sabores al lado de la caja de guantes de látex, había también un rollito de cordel de bramante marrón y unas tijeritas, al lado de la cama en el suelo había una pequeña palangana con alcohol y una esponjita, entendí que eran para limpiar los juguetes usados por Ceci antes de que los usaran las otras dos.
Acercándome a Ceci la di un beso en la mejilla, contemple su hermoso cuerpo y la dije:
- Cecilia cariño mío, entiende que este castigo no es en serio, es más bien un juego en el que harás de victima por mirona, pero tiene unas reglas y solo te correrás cuando se te de permiso para hacerlo, ya que has mirado cuando no debías ahora no podrás ver lo que se te hace ni quien lo hace, pero te prometo que disfrutaras y mucho, si en algún momento te sientes muy mal dilo y pararemos de castigarte, pero recuerda que no te haremos daño.
- ¿Es necesario decirla eso? –Dijo Mara- le quita interés al juego.
- ¡Recuerda que tiene el virus! –Respondió Lucy- Si se enfada lo bastante te soltara un bocado y pasaras a ser una de ellos.
- ¡Si claro! –Repuso Mara, cambiando la expresión de su cara al comprender el peligro, añadiendo- Realmente llevas razón, se me había olvidado esa parte.
- Pues más vale que no lo olvidemos ninguno chicas, - Afirme yo- Ceci es buena pero no querréis verla realmente cabreada.
- ¿Cuándo empezamos? Estoy ansiosa. –Dijo Lucy.
- En cuanto nos desnudemos, -Contesté- El primero que se quede en bolas que empiece a chuparla las tetas, no olvidéis poneos los guantes de latex y no quitároslos hasta acabar.
Fue dicho y hecho, nos despojamos rápidamente de la ropa pero perdí la carrera por que era el que más llevaba, las chicas solo usaban camiseta y pantalón corto, asi que rápidamente me mostraron sus hermosos cuerpos desnudos, una a cada lado de la cama se dedicaron a acariciar y chupetear los pechos de mi rubia, yo cuando conseguí desnudarme del todo y colocarme los finos guantes, me dedique a acariciar y besar el vientre cálido y suave de Ceci, su tersa y suave piel me encantaba como siempre, pero esta vez ella me acogió entre suspiros de impaciencia pues las chicas la estaban poniendo a tope, estas usaban sus enguantadas manos para acariciarla desde el cuello a las caderas mientras chupaban los pechos dándola suaves mordisquitos en los pezones, yo bajaba por su vientre mientras encendía el vibrador blanco y lo aplicaba sobre sus labios vaginales, la súbita vibración en aquella zona la puso frenética, la rubia saltaba casi de deseo, pues había sido acariciada y estimulada todo el día para aquel momento sin dejarla correrse, ansiaba una liberación en forma de orgasmo urgente, contemple desde mi posición como el clítoris se erguía desafiante en su punto álgido, deje el vibrador apoyado contra la cama pero en contacto con la húmeda grieta de mi chica y casi a tientas busqué en la mesa.
Con el cordel en la mano hice una lazada alrededor del clítoris erguido, Mara me ayudó diligentemente a sacar el órgano de su funda de piel, parecía una verga en miniatura y sujete el cordel a su base haciéndola rápidamente un nudo de lazo que sería fácil soltar, Cecilia no paraba de gemir al sentirse acariciada en ese punto, sus movimientos de cadera se volvieron mas rápidos y sollozaba casi de impaciencia, en ese momento exclame:
- Soltadla ahora.
Todos dejamos lo que estábamos haciendo, incluso la quitamos el vibrador que rozaba su vagina, permaneciendo unos instantes con las manos alejadas de la rubia, ella se debatía en su frustración sacudiéndose cerca del orgasmo, su cuerpo se agitaba buscando nuestras manos sin poder vernos pero deseando nuestro contacto, de su boca salió un quejido ansioso mitad deseo y rabia contenida.
Bese a Mara en la boca durante aquellos instantes, al separar nuestras bocas la dije al oído:
- Es toda tuya, hazla disfrutar como una loca pero ten cuidado con el flujo.
La morena asintió y tomo el aparato lamedor, aplicándoselo al clítoris que ya parecía mayor y muy colorado al estar hinchado por la falta de riego, a velocidad media las lengüetas blandas de este rozaban la superficie del pequeño miembro de Ceci, esta gimió de placer al sentir el contacto, pero la morena aplico también el vibrador de nuevo a la vagina introduciéndola un poco la punta entre los labios húmedos del chochete, esquivando la cuerdecita del tampón que había dentro, la habitación se lleno por los sonidos de las dos maquinas funcionando y los gemidos cada vez más fuertes de Cecilia.
Entretanto Lucy se estaba metiendo el chochete las bolas chinas, una vez untadas con lubricante y alojadas en su interior se subió a la cama arrodillándose a horcajadas sobre el cuerpo de Ceci, rozando sus tetas contra las de ella y dejando su coñito al alcance de la voraz boca de mara que no cesaba de aplicar los juguetes a la rubia, yo por mi parte me subí a la cama y casi me senté sobre la cabeza de mi chica dejándola que me chupara las pelotas mientras ofrecía mi rabo desnudo y tenso a la pelirroja, era alucinante sentir su aliento cálido allá abajo entre gemidos y jadeos, viendo como mi verga era chupada ansiosamente por Lucy mientras esta rozaba sus pechos y cuerpo contra la rubia.
Disfrutaba de la boca de la pelirroja tragándose ansiosa mi verga, de su boca caía un poco de saliva sobre el cuello de Ceci pero esta solo sentía los jueguecitos de mara en su clítoris y chochete, su respiración se volvió más agitada y sentí su cuerpo restregándose afanosamente contra el de Lucy, saque el miembro de la boca de esta ya bien erguido y deseoso, bajando de la cama me acerque por detrás a Mara que seguía de rodillas, rozándola desde atrás con mi prepucio en su húmedo conejo, su grieta húmeda me recibió gozosa y cálida, me hundí en ella lentamente tomándome mi tiempo clavándome hasta la raíz, ella jadeo de placer mientras comenzaba a darla envites suaves, me incliné hacia delante y la dije al oído:
- Lubrícala bien el culo con crema a Ceci y métela el vibrador funcionando.
- Está a punto de correrse… no debería…
- Haz lo que te digo, ¡Lucy gírate y ponla un plástico en el chochete! Después cómela el coño, hasta que se corra en tu boca mientras Mara la da por detrás.
Yo no cesaba de moverme en el chochete de Mara, barrenándola cada vez mas fuerte con mi polla sin dejar de mirar la escena, la pelirroja se giro sobre el cuerpo de la rubia colocando su chochete sobre las tetas de esta, al mismo tiempo extendía un trozo de plástico transparente sobre el chochete de esta y se hocicaba rápidamente sobre el bultito del clítoris que estaba tan tieso como una pollita en miniatura.
- aaaggghhh asi…toni…maaas siii - jadeaba Cecilia.
- si cariño mío, disfruta nena.
- Noo el cu…lo nooo, dañooo Mara.
- Relájate ceci lo disfrutaras enseguida. –Dijo Mara.
- Auuuu…no quie… aaagghhh, siii aahh.
Mara había lubricado entretanto el ojete y el vibrador blanco, procediendo a meterlo lentamente en el ano de Ceci que se debatía entre el placer intenso, las ganas de correrse y el intruso anal que empezaba a entrar en ella, sus gritos y jadeos eran simplemente escandalosos, su cuerpo se agitaba como poseído mientras la boca de Lucy se aplicaba en mamar el clítoris con todo su saber de años de felatriz, los dedos de la pelirroja sobándola la rajita a la vez que lo hacía, fueron sin duda el detonante del orgasmo tremendo de Cecilia.
- Aaahhh sii me…corroooo, toniiiiii aahhhgg siiii asiii maass.
La rubia saltaba y gritaba a grito pelado, yo seguía bombeando mi miembro dentro de la morena disfrutando sin perder ni un apice de la escena, lucy se agarraba a las caderas de Ceci con ambas manos mientras hundía la boca en el vientre de la rubia sin dejar de mover su lengua contra el clítoris, el plástico que separaba a ambas mujeres se pegaba a la piel empapado por ambos lados, por un lado de saliva y de flujos por el otro, Mara hundía y sacaba rítmicamente casi todo el vibrador del culito de la rubia con la velocidad de vibración a tope, yo seguía hundiéndome en ella a la vez sin perder detalle, aun seguimos todos un momento más sin cambiar y sin pausa, excepto que Lucy soltó el lazo y liberó el clítoris de la rubia, volviendo a chupar de inmediato ansiosamente hasta que vi como mi chica se corría de nuevo sin dejar de gritar.
Yo estaba en la gloria viéndolas mientras follaba a Mara y no tardé en sentir que me corría, me había parecido que la morena ya lo había hecho así que me contuve lo justo para salir del chochete de esta y situarme ante las bocas de las chicas, me bastaron un par de sacudidas para eyacular ante las caras de Lucy y mara, que compartieron buena cantidad de mis espesos chorretones de semen besándose con ganas, el poco que no alcanzaron y que resbalaba por sus caras y bocas, cayó sobre el plástico mojado que tapaba el chochete de Ceci.
Me sente al lado de mi rubia descansando y recuperándome un poco, ella se relajaba a su vez mientras las otras dos se bajaban de la cama y caían al suelo acariciándose sin parar de gemir, contemple la escena lésbica durante un rato, indeciso en participar o no con ellas pero me pareció más conveniente quedarme con Ceci, pues la chica ya lo había pasado bastante mal y no quise tentar a la suerte dejándola sola escuchándonos.
La quité el pañuelo de los ojos pero no la solté brazos y piernas dejándola en la cama, tras darla un beso me puse algo de ropa encima y baje a ver a nuestros prisioneros.
Estos tenían su propia fiesta montada y me quede quieto en la puerta de los calabozos de puro asombro, entre las tres celdas no había pared sino rejas como ya explique en su momento, así que una vez cachondos por el escándalo de suspiros, gemidos y gritos de placer que habíamos montado, los ocupantes de las celdas se divertían como podían.
La mujer estaba arrodillada contra los barrotes de la celda, el muchacho mayor se estaba corriendo sobre la raja de sus nalgas cuando entré, ellos no se percataron de mi presencia y yo me pegue a la puerta contemplando la escena, la mujer se dio la vuelta y se acerco gateando a la otra pared de barrotes, donde ya la esperaba el más joven con su largo pero delgado miembro erecto, ella le dio unos lametazos en el prepucio saboreando las gotas de preseminal que tenia y se giro acercándose hasta apoyar el culo en los barrotes, a través de estos el chaval metió su verga en el coño de la mujer y agarrándose a los hierros comenzó a culear con ganas, ambos jadeaban sin parar mientras el chico follaba a la madura, esta se venció hacia adelante usando sus manos para sobarse los pechos, pero aquello excito mas al joven que arrecio sus arremetidas dentro del chochete de la mujer, un momento después ella jadeaba como loca y supe que se corría, el joven se arqueo a la vez que se impulsaba una última vez, quedándose quieto y tenso mientras eyaculaba dentro de aquella mujer que tenia edad de sobra para ser su madre.
No dije nada, simplemente volví a la habitación engorilado y erecto a tope, encontrándome a Lucy en el suelo haciendo un 69 con Mara encima, habían soltado a Ceci y esta se masturbaba sentada en la cama contemplando a las otras dos, sin pensármelo me acerque a las chicas arrodillándome entre las piernas de Lucy, aparte la cabeza de Mara y metí mi verga en el chochete de la pelirroja, aquello estaba empapado de flujo y saliva así que mi polla entro solita hasta la matriz de Lucy, esta sollozo de placer a la vez que meneaba las caderas acogiéndome alegremente, mientras follaba a la chica esta no paraba de lamer a su amiga que a su vez pasaba la boca por la vulva de la pelirroja y de paso por mi rabo cada vez que salía de ella.
Todos jadeábamos aquello era una orgia en toda regla, se follaba en los calabozos, mi chica se masturbaba mirándonos, en el suelo estábamos un trió de amantes follándonos como posesos, los gemidos y jadeos resonaban por las paredes excitándonos más aun, sin dejar de movernos acelere el ritmo dentro de la pelirroja hasta que sentí que me iba a correr, rápidamente salí de ella levantándome y volviendo a la cama donde sin mediar palabra metí mi verga en la boca jadeante de Ceci, bastaron un par de movimientos para que me corriese dentro de ella, mi nena no dejo de masturbarse mientras engullía mi leche, casi toda debió irla directamente al estomago mientras ella se convulsionaba en un orgasmo salvaje, la dio un golpe de tos y salió un poco de semen por su nariz pues no separaba su cabeza de mi vientre, en el suelo las dos amantes se corrieron a los pocos minutos y finalmente todos caímos derrengados, apenas reunimos fuerzas para lavarnos un poco antes de caer vencidos por el sueño y el agotamiento.
Al día siguiente me desperté y las chicas me esperaban, ya espabiladas vestidas y con el desayuno listo, me vestí y tras desayunar baje al pueblo a ver a Julián, organizaríamos de nuevo las patrullas pidiendo más voluntarios para la milicia, pero adiestrando a todos los nuevos en el manejo de las armas por si hicieran falta, entretanto para no perder más tiempo decidimos reanudar las inspecciones a las granjas circundantes, mas tarde limpiaríamos el pueblo contando con la información del UAV y veríamos si se podían despejar la carretera que rodeaba el lugar, aprovechando de paso para recolectar todo lo aprovechable tanto en las casas como en los vehículos.
Con respecto a estos decidimos conservar unos cuantos de los modelos más habituales, pues sería más sencillo encontrar piezas y materiales de repuesto para ellos, el resto serian apartados para dejar paso libre y tras revisar en busca me materiales y baterías aprovechables, se aparcarían como una barricada rodeando el pueblo o al menos sus accesos, debíamos conseguir un habitat mas seguro, aunque nos llevaría un tiempo por la poca gente de la que disponíamos, una vez conseguido pudiera ser que nos enviaran mas familias desde “base tranquilidad” distante 30 Km al nordeste ó desde “punto seguro 4” a casi 180 Km en línea recta al noroeste de ellos, pues al ser una ciudad costera rodeada de montes tenía poco espacio para cultivos, y mucha gente dentro.
Durante un momento imaginé el pueblo limpio, sus casas y calles despejadas seguras sin infectados, con un grupo de centinelas situados en varias azoteas rodeando el lugar, dispuestos a dar la alarma ante la llegada de estos, en el pueblo la vida resurgiría y la gente andaría por las calles tranquilamente, incluso imaginé recién llegados en cantidad ocupando casas ahora vacías, los campos circundantes serian cultivados de nuevo y recogeríamos cosechas, estas serian tan abundantes que podríamos enviar excedentes a otros lugares más necesitados, tendríamos granjas con animales que proporcionarían carne y leche, en resumen una esperanzadora quimera de paz y sosiego.
Durante la semana siguiente, las patrullas recorrieron los alrededores del pueblo extendiéndose cada vez más, se encontraron varias familias y ganado suelto, especialmente celebrado fue el encuentro del pastor Agustín, que se había refugiado en una cañada estrecha con su familia y casi 50 ovejas y cabras, este antiguo campeón de España en perros de pastoreo, tenía una pequeña jauría de 8 perros que eran sus mejores pastores y defensores, él y los suyos se refugiaron en una cueva al final de la cañada ya mencionada, bajo la protección de sus perros no siendo jamás molestados por los infectados.
Mas gente sobrevivió y otros no, encontramos muchas granjas (la mayoría) con cadáveres dentro, en su interior todo estaba destrozado y saqueado, en otras en cambio aguantaron hasta que sucumbieron por ataques o hambre, las mas solitarias y aisladas fueron las que tuvieron más suerte, al estar alejadas de caminos fáciles pues apenas tuvieron visitantes, en total rescatamos a 32 personas mas entre hombres mujeres y niños, estas gentes ayudadas por perros domésticos que los alertaban del peligro, habían recogido cosechas y frutas diversas, presentando un estado físico envidiable en su mayoría, todos aceptaron volver al pueblo bajo la protección de la milicia local, les ayudamos en el traslado y aportaron tanto ganado como víveres a la comunidad.
Hable con todos ellos según llegaban, explicándoles la situación y lo que habíamos conseguido en estos meses, ellos me contaban sus historias y casi todas tenían el mismo comienzo:
- Un día, -Decían- vi una silueta andando hacia mi casa, (hombre o mujer, según quien lo contaba) venia de la carretera y parecía un herido, traía sangre en la ropa y alguien corría a auxiliarle recibiendo un mordisco.
Generalmente el caminante era echado o muerto en el acto por la familia, estos se apresuraba a atender al familiar herido sin importarles lo que decían la tele o la radio, un día después este se “reiniciaba” y mordía al resto de la familia, pocos escapaban para dar aviso y los mordidos salían al día siguiente a visitar a sus vecinos, propagando el virus.
Por raro que parezca, fueron las rivalidades y rencillas personales las que salvaron a muchos, estos no se alegraban precisamente de ver a un vecino odiado y no se acercaban a él, algunos alertados por los medios de comunicación u otros supervivientes, hicieron batidas por sus dominios e incluso se dedicaron a cazar vecinos enfermos con más o menos entusiasmo, algunos hasta con saña como nuestras patrullas descubrieron, en una finca hallamos varios cadáveres ahorcados del arco de la gran puerta de entrada, otros infectados se los habían medio comido especialmente las piernas y el vientre, finalmente la cordura o el aislamiento se impuso y todos decidieron sobrevivir lo mas unidos posible.
Todos habíamos hecho cosas terribles, así que se decidió acoger a aquellos vecinos en los bloques hasta limpiar el resto del pueblo, mas tarde todos los habitantes podrían escoger entre ocupar una casa libre o seguir en los bloques con la mayoría.
Con los materiales de las obras abandonadas, construimos un pequeño centro de detención en las proximidades del torreón, era cuadrado y tenía 50 metros de lado, sus paredes eran chapas metálicas de tres metros de altura reforzadas por rejillas metálicas gruesas, todo el conjunto fue sujeto con postes y exteriormente rodeado con una alambrada, conectada a varias baterías de camión para electrificarlas con una corriente no letal, situé una de las cámaras de la torre mirando hacia el recinto para tener a mis “invitados” siempre controlados, para dormir les pusimos varias tiendas individuales de camping redondas, donde no pasarían frio y sacos de dormir individuales.
Dado que Mara y Lucy fueron reclamadas en los bloques por petición popular, (tíos en su gran mayoría) nos vimos obligados a darlas la noticia antes de enviarlas de vuelta, su lugar como cuidadoras de “desinfectados” sería ocupado por parejas, dado que los huéspedes eran de distinto sexo, la primera pareja seleccionada fueron Dani y Paula, después vendría otra distinta a fin de perderle el miedo a nuestros huéspedes, estas parejas rotarían cada semana.
Todo parecía ir bien y miraba el presente con ilusión en total con los encontrados de los alrededores formábamos una comunidad de 151 personas, entre hombres mujeres, veintitantos críos y cinco abueletes de ambos sexos, además de Cecilia y los 3 desinfectados, tras el entrenamiento general a los nuevos pediría 14 voluntarios para la milicia, los cuales unidos a los 22 del grupo original que quedábamos, mas los 6 llegados por helicóptero entre médicos y especialistas, nos pondría en un total de 42 milicianos de ambos sexos, una vez bien entrenados en manejo de comunicaciones y las armas traídas por el coronel palacios, como los fusiles nuevos, el lanzallamas y las 2 Mg también nuevas, limpiaríamos el pueblo realmente y me sentía capaz de vencer a cualquiera.
Claro que no podía saber lo que ocurriría en el futuro, me había cargado a 100 infectados individualmente, habíamos despeñado a varios cientos desde “la cazuela del lobo” más otros 500 y pico en la “batalla del torreón” hacían en total, alrededor de mil infectados menos de los que preocuparse, supongo me creí Napoleón o Gengis Kan no lo sé, ni se me ocurrió pensar en aquel momento en las millones de personas que habitaban mi país antes del desastre, ni de los dos millones de supervivientes “no infectados” que quedábamos según las noticias, no se me ocurrió hacer una simple resta en mi ocupada cabeza, no vi lo que podría llegar a pasar y pasaría más adelante.
Continuara…
Bien amigos, he procurado en la segunda mitad del relato aclarar algunas cosillas, el numero de la población ha subido a 150 personas, setenta antes de la batalla más los que fueron encontrando siguiendo las señales de los helicópteros, es decir 47 mas los 6 refuerzos, en esta última semana recorriendo el resto del área circundante, han aparecido 32 personas, no se cree que haya más supervivientes en la zona, excepto claro “el hombre lobo” y los suyos.
Respecto a la situación algo confusa de los lugares según me ha comentado Hill, diré que el torreón dista casi un kilometro andando de los bloques, pues el camino da una curva internándose un poco en el pinar para evitar la empinada vaguada con su riachuelo al fondo, como ya hemos leído Toni suele bajar por la cuesta para evitar sorpresas e ir más rápido, el camino en coche es mucho más largo pues rodea el pueblo pasando por la gasolinera y se tarde entre 15 y 20 minutos por carretera, en breve limpiaran de restos y las calles, así harán un recorrido más corto al desplazarse en coches.
Respecto a las demás localidades, recordad que el pueblo es el indicativo PA-8, depende directamente de “Base tranquilidad” situada en Llo… a treinta kilómetros a vuelo de pájaro hacia el Nordeste, por carretera son algunos más, “Punto seguro 4” esta al Noroeste y dista a vuelo de pájaro unos 180 Kilómetros del pueblo, formando entre las tres ubicaciones un triangulo rectángulo, a una docena de Kilómetros del pueblo en dirección norte está “La cazuela del lobo” lugar de la masacre, donde nuestros protagonistas despeñaron a cientos de infectados, no confundir con el monasterio donde vive “el hombre lobo” con sus secuaces y rehenes, ese esta al noroeste y dista unos 20 kilómetros del pueblo, directamente en la ruta de aproximación de los helicópteros que vienen de “Punto seguro 4” espero haber aclarado vuestras dudas.
Se admiten ideas y comentarios o censuras si no ha gustado algo; el numero 33 de esta serie se quedó sin comentarios y aun me pregunto el porqué, o en que metí la pata, gracias de todas formas.
¡Sed felices!