El Virus VR (29)
Despedida y bajada a bloques, instrucciones y preparativos, salida saqueo de farmacia, primeros supervivientes, carretera mala.
Se recomienda la lectura de los episodios anteriores para una mejor comprensión de la historia.
A las 6:00 sonó el despertador, me levanté dejando en la cama a las dos chicas medio dormidas, tome una ducha y me vestí con un uniforme de camuflaje, ya que la acción de hoy seria de día y mi uniforme oscuro seria casi inútil, el comandante Palacios había conseguido que uno de los helicópteros, nos trajese uniformes de camuflaje y camisas militares así como una buena provisión de correajes, cartucheras y botas flexibles del ejercito, estos habían sido mandados a los bloques para su lavado y distribución entre los integrantes de la milicia local, el comandante también me conto algo de la limpieza de “indeseables” que hicieron en “Punto seguro 4” pero eso ya lo contare en otro anexo.
Decidí usar un G3 como arma en esta ocasión además de mi Glock de 9Mm, metí en las cartucheras 4 cargadores de fusil y dos de reserva para pistola en su funda, además de mi pequeña mochila con su botiquín de emergencia y las barritas energéticas junto a su pequeño brik de zumo, rellene la cantimplora y la fije al cinturón antes de ir a la habitación a despedirme de las chicas, Lucy me miraba cuando me cerque a la cama, leí nítidamente su mirada diciendo “no te vayas” Ceci aunque me daba la espalda también estaba despierta y se giro a mirarme, ambas como impulsadas por un resorte se levantaron y vinieron a abrazarme.
Las di besos en sus caras y me deje abrazar por ambas, tuve que recurrir a toda mi fuerza de voluntad para no mandarlo todo a la mierda, quitarme la ropa y volver a la cama con ellas dejando que el mundo siguiese sin mí, pero mi puñetero sentido de la responsabilidad se impuso, así que las separe un poco de mi cuerpo y las recordé que debían cuidarse mutuamente, Lucy se haría cargo de la defensa además de hacer las pruebas de “Doc” a Ceci y anotar los resultados, además debía llamar a los bloques por radio cada 4 horas para dar y recibir noticias, asigne a la rubia la misión de limpiar y ordenar la casa y el patio, pero sin salir de las murallas además debía obedecer a Lucy en todo, en caso de alarma debían cerrar el torreón de inmediato y no abrir a nadie excepto a Julián o a mí, en la casa había comida agua y armas para aguantar meses, así que si obedecían no tendrían problemas de ningún tipo.
Llame a los bloques informando que salía, las chicas me acompañaron hasta las almenas y antes de salir las di unos besos, finalmente me aleje con mi fusil en una mano y dos bolsas de basura en la otra para tirarlas en el terraplén, según me movía esquivando las trampas de clavos y las alambradas pensaba lo distinto que se veía todo después de la batalla, recordé a los muertos y lo que nos había llamado la atención la diversidad de sus ropas, había pandilleros, obreros, oficinistas, campesinos, seguridad, muchos con ropa informal y de trabajo, enfermeros y médicos, soldados, deportistas aun con chandal, un muestrario en fin del momento en que vivian al ser mordidos e infectados, recordé que mientras recogíamos sus cuerpos los registramos para hallar documentos o identificaciones, los equipos de CSI tomaron las huellas dactilares y una foto de la cara a cada cadáver antes de tirarlos a la fosa común, ahora todo aquello había pasado y excepto por las alambradas el campo parecía normal ajeno a tanta muerte.
Llegue al terraplén y solté las bolsas de basura, permanecí un minuto agachado y quieto mirando a mi alrededor, una salida diurna es distinta a una nocturna porque hay más luz y es más fácil ver, pero también es más arriesgada porque eres a su vez mas visible para el enemigo, debía ser cauto y moverme despacio, aprovechando arboles y sombras para difuminar mi silueta, avanzar, mirar y parar buscando otra cobertura, para seguir hacia ella después de dar una buena mirada alrededor, así una y otra vez hasta llegar al destino final, en este caso pasado el terraplén y el arroyo hasta subir la vaguada, alcanzando tras una corta carrera el muro lateral de los edificios, donde el centinela de Julián me tiraría una cuerda para trepar.
Media hora después estaba arriba soltando la cuerda y saludando al centinela, este me indicó que bajase a casa del alcalde a desayunar pues me esperaba para hacerlo, le di las gracias y baje raudo pues me apetecían unos huevos con jamón después del ejercicio realizado.
- Buenos días familia ¿Cómo estamos? –Dije al entrar.
- Bien gracias dijeron todos.
Me quede parado en la puerta, dentro estaban Julián y Juana su esposa, pero también Dani, Mara, Lucas y Roberto, este último con su boina negra que según decían no se quitaba ni para dormir, todos llevaban uniforme de camuflaje.
- Pero como es que estáis todos juntos ¿habíais quedado o qué?
- Claro que habíamos quedado, -Dijo Julián- así nos enteraremos de la misión todos los mandos a la vez, de paso desayunaremos así que ven a la mesa jefe.
- ¿Cómo esta Lucy? –Preguntó Mara mientras Toni tomaba asiento.
- Está bien, la infección no ha pasado de un día de fiebre y se repone bien, el mordisco no llego a su carne pero la dejo un buen moratón y el susto, pasado mañana la tendréis de vuelta y yo mismo os la bajare, pero antes debemos cumplir esta misión.
- ¿Qué tiene que ver la misión para que baje o no Lucy?
- Tal vez deba estar un día mas o dos hasta que yo pueda subir al acabar, Ceci no se puede quedar sola y despierta pues hay que tomar los datos de sus pruebas tres veces al día.
- ¿No la habrás dejado sola, con Ceci suelta por la casa?
- Pues si Mara las he dejado a las dos sueltas por la casa, se llevan bien estate tranquila, se van haciendo buenas amigas y Lucy te manda saludos.
- ¡pero… pero tú te oyes! La dejas sola con la enferma esa…
- ¡SILENCIO CABO! Ella cumple mis órdenes y tú lo harás igual, la situación está controlada, ha costado un poco pero se llevan bien.
- ¡Haya paz! –Dijo Julián- si Toni dice que estarán bien tengamos confianza.
La discusión ceso de golpe y se dedicaron a desayunar, Mara seguía disgustada pero los demás procuraban pasarlo bien mientras comían lo que Juana les ponía por delante, al finalizar Toni se acerco al plano que Julián había pegado en la pared del comedor, marco siete lugares de color azul y dos con color rojo.
- Bien estos son los sitios donde los pilotos dijeron ver señales y luces, al parecer hay mas supervivientes allí, nuestra misión es localizarlos y traerlos de vuelta.
- ¿Y si no quieren dejar sus casas que hacemos? –Preguntó Lucas.
- Dialogaremos, ofreceremos y negociaremos, -Decía Toni- si es necesario exigiremos que vengan, el caso de que hayan hecho señales quiere decir que solicitan y esperan ayuda, esa ayuda somos nosotros así que no creo que se nieguen a venir, que traigan toda la comida, armas y utensilios que precisen, pero recordad que en caso de apuro solo salvad a la gente, dejad la comida y enseres.
- Yo tengo listos diez pisos de dos y tres dormitorios, -Intervino Julián- ya están preparados y limpios esperándolos.
- Entonces de acuerdo, las patrullas A y B iremos a los caserones más cercanos, aquí y aquí, si hay problemas llamaremos a C como refuerzo en caso de ataque, o para que traigan mas vehículos para la mudanza pero recordad que solo traigan lo útil e imprescindible y la comida.
- Hablando de eso ¿quién mandara la patrulla C? –Dijo Lucas.
- Lo he estado pensando, -Contestó Toni- veréis Dani y Mara, ya están al cargo de las ametralladoras, así que solo podéis ser ó Roberto ó tu Lucas.
- Dale el mando a Lucas, -Dijo Roberto- yo soy demasiado cazurro pero hare lo que el mande.
- Está bien, no quería darle el mando a uno sin que el otro estuviera conforme, ¿lo aceptas Lucas?
- Pues… si claro y procurare mandar bien.
- Si no lo haces ¡te daré un pescozón! –Añadió Roberto riéndose.
- Entonces estamos conformes, Lucas estas ascendido a cabo primero, informaremos a la comandancia más tarde, de momento estas al mando de la patrulla C ¡a prueba! Y con Roberto de segundo, la B la mandara Julián con Mara de segunda y la A es mía con Dani de segundo, ¿el resto están ya distribuidos?
- Si cada patrulla tiene dos vehículos como pediste, excepto la C que tiene tres, son un todo terreno y un monovolumen mas una furgoneta extra para la c por si hace falta, todos han sido revisados y llevan buenos neumáticos, así como pinzas, herramientas y una garrafa de combustible extra, -Contestó Julián, añadiendo- He puesto fijos a los cazadores en las patrullas B y C dejándote a ti ese puesto en la A, Juan Luis con la radio y el farmacéutico con un botiquín bien surtido están también en la C, el resto se irán turnando cada día, además cada patrulla tiene dos walky y una MG 3 con dos cajas de munición, como precaución en cada coche he puesto: un juego de planos de la zona y una batería de repuesto para el walky, 4 cargadores extra para los G3, dos minas por si queremos dejar recuerdos en las casas que dejemos libres y 3 granadas, una escopeta y una caja de 50 cartuchos de postas gordas del 12, mas los fusiles de la gente que llevemos y una mochila con dos litros de agua y algunas latas de conservas, por si debemos pasar la noche fuera, repito que eso está en cada vehículo.
- Está muy bien, -Asintió Toni- creo que saldremos de esta amigos, vamos a rescatar gente.
Toni se levantó despidiéndose de Juana y saliendo tras ponerse su gorra de camuflaje, los demás hicieron la mismo y Julián fue el ultimo tras dar un beso a su mujer, se dirigieron al patio bajando a pie las escaleras, allí los esperaban los 13 milicianos que formaban su partida, mas los dos “cazadores” que tras la batalla se habían unido a la milicia para compensar las bajas, todos de uniforme camuflado con gorra y rodeados de críos.
- Está bien Julián que formen todos y revisemos el equipo.
- Unidad, formen dos filas, firmes, -Gritó Julián, muy metido en su papel de Brigada.
- Está bien, descanso pero sin moverse.
Se paseo por las filas comprobando las armas y asegurándose de que cada uno (hombres y mujeres) llevasen sus cuatro cargadores de fusil y una granada además de su cantimplora llena, los cabos y Julián llevaban además una pistola y dos cargadores para ella desde la batalla del torreón, lo mismo que los dos “cazadores” aunque ellos al ser los armeros del pueblo, habían escogido el modelo de pistola que más les gustaba, Toni ajusto los correajes de más de uno y las hizo saltar hasta comprobar que apenas se movían, se aseguró de que no llevaban objetos que hiciesen ruido al chocar entre sí, aunque mandó a más de uno a dejar objetos inútiles a sus casas (monederos y carteras, espejitos y armónicas etc) al final tenia formado un grupo pasable y casi homogéneamente uniformado, el cabo Roberto y su boina negra desentonaban un poco, pero lo dejo por imposible.
- Atentos todos, -Dijo Toni- ahora nos distribuiremos en patrullas y saldremos, no quiero tonterías por parte de nadie o hará la ruta corriendo detrás de su coche, saldremos todos y llegaremos a la farmacia donde dejaremos a la patrulla C recogiendo cosas que hacen falta, una vez cargados ellos volverán aquí y descargaran permaneciendo en espera de llamada, los demás saldremos del pueblo por la carretera vieja del noroeste, recorreremos tres kilómetros y llegaremos a una bifurcación, allí la patrulla A tomara el camino de la izquierda y revisara las grajas que encuentre, la B hará lo mismo por la derecha, si encontramos supervivientes les ayudaremos a recoger sus cosas y volveremos con ellos escoltándolos, no podemos ir de granja en granja con refugiados y coches defectuosos, ya que acabaríamos formando una caravana difícil de proteger, recordadlo.
- ¿Y mandar avanzadillas o exploradores? –Preguntó Dani- ahorraríamos tiempo.
- Si pero también perderíamos gente, no somos muchos y separándonos tendríamos menos posibilidades de éxito, un par de tíos ahí fuera no retendrían a un grupo de infectados, esta misión no es de combate sino de rescate, así que nos ceñiremos a las órdenes recibidas reconocer las zonas ordenadas y rescatar supervivientes, ¿alguna duda más?... no… pues en marcha.
Bajaron al garaje y se distribuyeron en los vehículos, los tres monovolúmenes eran los de la excursión a llo… los todo terrenos eran un Jeep Cherokee gris, un viejo Land Rover marrón y un Lada Niva blanco, el vehículo extra para carga lo tenía el grupo c y era una furgoneta mercedes que había sido de color azul, los chavales debían habérselo pasado estupendamente pintando todos los vehículos con espráis verde, ocre y marrón, intentando hacerlos pasar por vehículos camuflados de algún ejercito, pero aun se distinguían bastante sus colores originales.
Toni montó en el jeep, Artemio uno de los mayores conduciría el vehículo y detrás estaría Paco, en el monovolumen de su grupo estaban Luis y un tal Nicanor, en la trasera de este Dani y Paula ya se estaban haciendo cargo de la Mg-3 colocándola una cinta de munición, los demás ocuparon posiciones y en minutos los motores rugieron en aquel oscuro garaje, uno de los abuelos hizo una señal y se abrió el portón de entrada, los siete vehículos salieron esquivando las trampas de clavos y enfilando las calles de Villalta hasta su primer objetivo, la farmacia.
Menos de diez minutos después, los vehículos se detuvieron al otro lado del pueblo, el farmacéutico había preferido saquear su propia farmacia en lugar de la que estaba más cerca de los bloques, dio dos motivos el primero era que en la suya sabia donde estaba cada cosa, así la requisa seria más rápida y efectiva, el segundo era que no le apetecía robar a nadie y en caso de urgencia la farmacia más cercana seguiría teniendo cosas que podían recoger con un riesgo mínimo, todos los vehículos se detuvieron en la entrada de calles formando un perímetro, los del grupo C se acercaron lo más posible mientras el farmacéutico abría las puertas de su local, seguidamente lo inspeccionaron y comenzaron a cargar cosas en el monovolumen, entretanto los demás grupos permanecían atentos a las calles, ventanas y puertas cercanas eran escrutadas en busca de supervivientes o infectados sin hallar rastro de nadie, una vez completada la carga de los dos vehículos del grupo C volvieron a cerrar la puerta de la farmacia, Toni les dio instrucciones:
- Todo el mundo a sus coches, haced sonar los claxon, estad atentos a señales o avisos de supervivientes algún trapo ondeando o gritos, si os conocen os llamaran por el nombre.
Pitaron treinta segundos y pararon un minuto, repitieron el proceso cinco veces hasta que se dieron por vencidos.
- Parece que no queda nadie, vámonos. –Dijo Toni.
- ¡Movimiento aquí! –Grito Mara.
Julián y los de su grupo miraban a un grupito que bajaba por la calle, manoteaban y decían cosas mientras corrían pero no les escuchaban bien, eran cuatro adultos y tres niños.
- Hostias, son Martin y Ricardo con sus mujeres Natalia y… -Decía Julián.
- Conchita –Añadió pablo su conductor- y traen a los chicos.
- ¡Corred, venga que nos vamos! Gritaron todos animándolos.
Según se acercaban vieron que parecían estar bien pero muy delgados, hablaban pidiendo agua y todos se convencieron de que no estaban infectados, en plena alegría Roberto anuncio la llegada de dos mas por otra calle, eran una parejita joven que llevaba poco tiempo en el pueblo, estaban igualmente famélicos pero sanos y cuando llegaron a su lado, el farmacéutico se dedico a revisar a todos mientras aguardaban por si había señales de mas supervivientes, diez minutos después no se había presentado nadie más excepto un infectado que fue rápidamente abatido de un tiro en la cabeza.
- Está bien, parece que no vienen mas, -Dijo Toni- que los supervivientes se acomoden como puedan con la patrulla C, esta volverá rapidamente a los bloques, los demás tenemos trabajo ya habéis visto lo que vamos a encontrar, gente hambrienta que os necesita, así que no perdamos más tiempo.
Las patrullas se movieron en una misma dirección de vuelta a los bloques, Julián llamó por walki dando las noticias a los de casa, no encontrando problemas hasta que llegaron a la carretera vieja del noroeste, ruta que debían tomar y se detuvieron hasta que por el walki llego el aviso de que C ya estaba en los bloques, solo entonces los cuatro coches restantes se internaron por aquella vieja carretera flanqueada de chopos, dentro de los vehículos todo se movía pues había bastantes baches, por el walki sonó la voz de Julián diciendo:
- Que conste que queríamos arreglarla, pero la diputación no dio por aceptado el presupuesto.
- Recibido Capo, pero ¿esto es solo un trecho o es así todo el camino?
- No te hagas ilusiones Tiroloco, este es el trecho “bueno” de la carretera.
- Es decir que iremos a 40 más o menos todo el camino,
- No majéte, a partir del desvió es más una vereda que otra cosa por culpa de la abundante vegetación, 30 por hora a lo sumo y en algunos sitios el firme es muy inclinado, esto por la noche parece el bosque del cuento de caperucita.
- Entendido capo, solo espero que para nosotros no se convierta en el Bosque de la muerte.
Continuara…
Bien amigos os dejo con los protagonistas metidos en sus coches atravesando el bosque, los que lo hayáis vivido sabéis que existe algo llamado “efecto túnel” y recorrer distancias dentro de un coche por una carretera desconocida y llena de peligros, me ha parecido un buen ejemplo para ilustrar esta modalidad de temor, que pude fácilmente desembocar en miedo al caer la noche.
Una vez más se aceptan ideas y sugerencias para que sigamos disfrutando de la serie, tengo bastante claro que ocurrirá con: Nina la hermana de Cecilia, (su nombre aparece en el capítulo 11) Doc. el chiflado volador, la teniente Ana López, la gente de los bloques en general y algún otro personaje más, como adelanto os diré que estoy perfilando para más adelante un susto para Mara, que como habréis deducido astutamente, fue la mujer a la que vio “soldado” disparando desde la muralla la noche de la batalla y no se le va de la cabeza.
Siento el retraso pero como veis esta semana he estado algo ocupado, no os olvido y seguiremos con la serie pero entretanto…
¡Sed felices!