El Virus VR (24)

La batalla del torreón.

Se recomienda la lectura de los episodios anteriores para una mejor comprensión de la historia.

La  tarde se presentaba grisácea, comenzaba a soplar viento nordeste trayendo nubes oscuras que presagiaban lluvia, Toni se preocupo un tanto pues si comenzaba a llover sus “cocteles” de napalm casero durarían poco encendidos, volvió su vista al bosquecillo donde aumentaba el ruido rugiente de los infectados allí reunidos, por sus prismáticos veía como alborotaban comiéndose a los heridos y luchando entre ellos.

Hizo cuentas mentalmente, aquí tenían alrededor de 30 fusiles de asalto entre G3 y cetmes, con cargadores de 30 disparos de 5,56Mm, cada vez que disparasen y cambiasen el cargador habrían disparado 900 balas, sabía que con las municiones disponibles unas 7000 balas en total rebañando de aquí y allá, solo tenían para 9 cargadores por persona y arma, dado que solo tenían 4 cargadores por cada fusil, quería decir que la mayoría de sus municiones debía ser recargada apresuradamente, en sus correspondientes cargadores una vez se vaciasen y eso llevaría tiempo.

Dirigiéndose a los defensores de las almenas les recordó que pusieran los selectores de disparo en tiro a tiro, o como excepción en ráfagas de 3 pero nada de fuego automático pues despilfarrarían la munición, observó como todos miraban sus selectores de disparo y algunos los toqueteaban nerviosamente cambiándolos a la posición adecuada, les recordó asimismo que cualquier pausa en los ataques de los infectados, debía ser usada para recargar los cargadores vacios inmediatamente o de lo contrario se quedarían sin nada con lo que hacerles frente.

Pasaron unos 15 minutos hasta que el griterío del bosque se intensificó, volvió a encarar los prismáticos y vio la masa moverse lentamente saliendo de la cobertura y avanzando, eran siluetas tambaleantes en su mayoría a causa de las trampas en las que habían caído, parecían huir de las siluetas más activas y rápidas que las perseguían desde el bosquecillo, fuera lo que fuere que ocurría el caso es que por fin venían hacia el torreón, Toni se tiro de nuevo al suelo empuñando su fusil Remington y grito a los de abajo:

-         Atentos que ya empiezan a salir, Dani y Mara enviadles varias ráfagas al bosque para animarles y hagamos los demás algo de música durante medio minuto ¡que vengan!

Las dos Mg-3 comenzaron a disparar en ráfagas cortas, los primeros impactos fueron algo desviados pero enseguida colocaron las alzas a la distancia adecuada, vieron como las siguientes ráfagas tumbaban figuras entre chorretones de sangre y volteretas de cuerpos al recibir estos los brutales impactos, al mismo tiempo comenzó la música ensordecedora y sin atisbo de ritmo, cada cual tocaba lo que quería pues solo se pretendía atraer a aquella masa furibunda de enfermos homicidas hacia ellos.

Naturalmente que lo consiguieron, Toni palideció al ver aquella masa salir disparada del bosquecillo, si bien su carrera no duro mucho pues o bien pisaban alguna trampa o caían al tropezar con el cuerpo de alguno que intentaba levantarse, se formaron aglomeraciones de cuerpos que eran barridas por el fuego de las Mg, los cuerpos caían en montones confusos aumentando los obstáculos de los que llegaban empujando desde atrás, los cazadores comenzaron a causar víctimas entre los que parecían poder colarse por las zonas más despejadas, pero la situación cambio un poco cuando las maquinas agotaron su primera caja de munición.

La pausa necesaria para cambiar las cajas, abrir el cierre y meter las cintas dio un respiro a los infectados, estos parecían buscar zonas sin obstáculos y se lanzaron como un alud por los huecos que creyeron mas despejados, cayeron los cierres se montaron las armas y volvieron a rugir tableteando, enviando mas muerte contra los atacantes aprovechando ese momento para que los cazadores recargaran sus fusiles, el ataque pareció detenerse ahogados los atacantes en su propia sangre, cuerpos tirados en todas las posturas imaginables se esparcían por buena parte del prado ante el torreón.

-         Alto el fuego recargad, aunque tengáis cinta de sobra dejadlas de reserva. –Dijo Toni.

Las Mg enmudecieron y sus servidores hicieron lo ordenado, nuestro protagonista sabía que si estuviesen ante gente normal estos se retirarían, o al menos aprovecharían para tomar posiciones mientras retiraban a sus heridos, desde luego un ejército “normal” ya les estaría lanzando andanadas de morteros, estos harían de una posición amurallada como esta un infierno en minutos, al caer sus proyectiles casi verticalmente entre las almenas y la torre propiamente dicha, explotando dentro de los muros y acribillando con metralla a sus defensores.

Pero aquello no era un ejército normal y no actuaba como tal, mientras muchos de los caídos aun gateaban hacia el torreón se les unieron muchos más que venían detrás, pasando a su lado e incluso pisoteándolos en sus ansias por llegar a la muralla, pronto estuvieron a casi 200 metros sin que se oyeran disparos y aun tropezando, cayendo a veces por culpa de las alambradas se reincorporaban a lo que parecía una fuerza incontenible, de ella surgían sin parar gritos aullidos y gemidos incoherentes.

-         Bien gente de Villalta, - Dijo Toni en voz alta para que todos le escuchasen- es su turno de hacerles pagar caro el miedo pasado, están llegando a doscientos metros así que les toca a todos disparar a mi orden, háganlo tranquilos sin prisas y apuntando bien al cuerpo de esa gente, mírense unos a otros y verán a la persona de la que depende su vida, ese vecino que no te caía bien o ese otro que siempre ha sido tu amigo están a punto de matar por ti, protegiéndote y tú que me escuchas harás lo mismo por ellos, ¡no vaciléis u os morderán! Que parezcan hombres mujeres o niños no importa, solo son infectados intentando mataros y comeros así que dejad las ideas morales a un lado o estáis perdidos.

-         ¿Niños, vendrán niños? No creo que pueda… -Dijo un hombre desde las almenas.

-         Centraos todos, no importa si parecen niños o abuelitos o discapacitados, ¡quieren mataros así que defendeos como mejor sepáis! Los únicos niños que deben preocuparos son los que habéis dejado en los bloques, atentos que llegan a los 200 metros, apuntad.

Efectivamente a trompicones y cojeando los primeros, pero a paso más seguro los de atrás al quedar su camino más despejado de trampas, la masa llegaba a las señales de doscientos metros si cesar de lanzar gruñidos y gritos, el abogado dejo la radio y se arrodillo al lado de Toni aun con los auriculares puestos apuntando a la masa con su Ak 47.

-         ¡Fuego!

Los 30 fusiles de asalto y las dos Mg-3 abrieron fuego simultáneamente contra aquel gran objetivo, el estruendo se debía de oír nítidamente en los bloques, mientras las figuras de los infectados caían abatidas sin cesar pues dispararon sin apenas pausas durante un par de minutos, poco a poco el volumen de fuego disminuyo mientras cambiaban los cargadores vacios, la primera línea de infectados y parte de la segunda yacían en tierra pero venían muchos más, desde las almenas los defensores se espabilaban rápidamente apuntando y disparando, sonreían al ver caer a su blanco y rápidamente apuntaban a otro y disparaban de nuevo, algunos contaban sus víctimas en voz baja otros en cambio eran muy silenciosos y se concentraban en cada disparo, las mujeres alborotaban más que los hombres informando a gritos a sus vecinos de cuantos llevaban abatidos, parecían estar compitiendo.

Desde la azotea, tanto el abogado como los cazadores y Toni tenían mejor campo de tiro, centrando su atención en los flancos del ataque por donde se escapaban algunos infectados intentando rodearlos, sus efectivos disparos abatieron a un buen número de estos abortando sus intentos.

Durante una hora estuvieron disparando casi sin cesar, los tres zagales recogían cargadores vacios y los chicos recargaban mientras la chica se los llevaba a los de las almenas para que pudieran seguir disparando, por fin el ataque cedió en intensidad y los infectados retrocedieron hacia el bosquecillo, habían gastado bastante munición pero los habían contenido eficazmente, pues en ninguna zona de la muralla se habían acercado a mas de 50 metros, alrededor del torreón se contabilizaron casi 300 cuerpos aunque muchos seguían vivos arrastrándose aun hacia ellos.

Toni bajo y se reunió con los cabos, estos se mostraban satisfechos y ufanos de la labor realizada, pero les mando hacer un recuento de munición y que comprobasen el estado de sus hombres, los que estuviesen demasiado afectados por la matanza o tuvieran una pésima puntería, debían ser puestos a recargar cargadores vacios en el siguiente ataque, a la vuelta informaron de que se habían usado una media de 4 ó 5 cargadores por arma, además de la mitad de las cajas de municiones para las Mg, todo el mundo estaba ocupado recargando y solo había un hombre que estaba tan impresionado que no quería volver a pegar un tiro, este se unió al grupo de los chavales con la escusa de mejorar la recarga y reparto de municiones, comida y agua.

Volvió al torreón llamando por radio a Julián, allí todo seguía bien había sufrido un pequeño ataque de unos 50 individuos que había sido rechazado sin problemas, este le comunicó también que no les habían proporcionado ayuda aérea por estar ocupados en la defensa de  “Base tranquilidad” al parecer habían llegado grupos desde la costa en dirección a llo… y los estaban atacando, así que ellos habían pasado de repente a un segundo plano, Toni le pidió que insistiese en el envió de municiones y si fuera posible que bombardeasen el bosquecillo, pues el alto número de infectados que contenía lo hacían un blanco perfecto, quedo en intentarlo de nuevo y se despidió.

La tarde fue pasando y la concentración de nubes aumentó, por el nordeste del torreón les llego el aroma de tierra húmeda, la llegada de agua sería fatal para los planes de defensa pues menguaría sus expectativas de usar gasolina en el foso para quemar a los atacantes, de vez en cuando resonaba un disparo pues los cazadores se dedicaban a rematar a los infectados heridos que se acercaban arrastrándose.

Aquello le dio una idea, cazarían a los del bosque desde la terraza en lugar de esperar más, subió y hablo con sus dos tiradores pes tenía la certeza de que los infectados tenían mandos, algo así como en las jaurías de lobos donde siempre hay un macho dominante, había sacado aquella conclusión al verles pelear y comerse en el bosque antes del ataque en masa y no creía estar muy equivocado, su misión seria localizar esos individuos entre los que estaban en el bosque y abatirlos enseguida, antes de que uno de los lideres enviara al resto contra ellos amparados en la oscuridad de la noche.

Mientras los dos hombres comenzaban su cacería particular, dio permiso al resto para que se relajaran y si pudieran preparasen algo provisional como cena, rápidamente un grupo de mujeres y algunos hombres sacaron de los coches varias cajas y comenzaron a repartir sándwiches y bocadillos, así como botas de vino y botellas de refrescos traídos del pueblo entre los demás, Toni se acerco a por unos bocadillos y una bota de vino subiéndolo todo a la azotea, repartiéndolos entre el abogado y las cazadores seguidamente tras coger su fusil se tumbó entre ellos, estos se lo agradecieron y se quedo mirando su nueva rutina, los tiradores se lo tomaban con calma dando un bocado y masticando mientras buscaban objetivos, tragaban y contenían la respiración antes de disparar un solo tiro que alcanzaba a alguien en el bosque, dejaban el fusil bebían de la bota y recargaban para repetir la operación tras morder el bocadillo de nuevo.

Oscurecía cuando Toni bajo de nuevo, puso en marcha el generador y comprobó que funcionaban las luces y focos de la torre dejándolos encendidos, sabía que aquello atraería a los infectados pero necesitaban verlos para poder disparar contra ellos, pasó por el almacén y cogió las tres pistolas de señales que allí había así como unos puñados de bengalas, seguidamente paso por los puestos de las Mg y dejo una pistola y unas bengalas en cada uno, pues calculó que les serian imprescindibles aquella noche, subió la ultima a la azotea y se la dejo a los cazadores.

Un momento después una lluvia lenta y perezosa comenzó a caer sobre ellos, duró alrededor de una hora y se detuvo pero el viento había amainado un tanto, los campesinos dijeron que se pasaría lloviendo a ratos toda la noche, en el bosquecillo los gritos de los infectados aumentaban de volumen, el más joven de los cazadores grito desde la azotea:

-         Toni parece que llegan más desde el pueblo a los arboles, un grupo grande.

-         Ya subo.

Una vez arriba comprobó que efectivamente el numero había aumentado mucho, debían de ser los grupos que se esperaba llegasen al pueblo al anochecer,  ahora había casi tanta gente en el bosquecillo como aquella tarde antes del tiroteo.

-         Afinemos a ver si pillamos a los lideres antes de que nos ataquen.

Los cazadores siguieron el ejemplo de Toni y encararon sus fusiles al bosque, vieron varias figuras poco nítidas por la oscuridad que por signos y manoteando parecían discutir entre gruñidos, el mayor dijo:

-         Creo que son esos a la derecha del pino torcido.

-         Los veo. –Dijo el joven.

-         Yo también, démosles como estamos, me pido el del centro.

-         Vale yo al de la derecha, hijo dale al de la izquierda.

-         Vale ya está visto ¿contamos tres y fuego?

-         Ok, tres… dos… uno.

Tres disparos sonaron un segundo más tarde, tres figuras cayeron en la arboleda dos silenciosamente y la ultima dando una sorprendente voltereta, casi como si su cabeza tirase violentamente de su cuerpo.

-         A ver hijo con que le has dado.

-         Una dum-dum papa, no estaba seguro de darle con una de estas tan lejos así que le he apuntado bien al melón por la coronilla.

-         Pues has hecho macedonia de frutas con su jeta ¡que lo sepas! –Dijo Toni- y lo que le colgaba de la nariz cuando caía hacia el suelo no eran mocos sino sesos.

Los rugidos y gritos aumentaban en el pinar, Braulio se incorporo gritándolos:

-         Si no sabéis aguantar una broma voversus a casa, ¡leñe!

Conrado coreaba y se reía con su hijo, Toni movió la cabeza contemplando a aquella pareja de cazadores desahogándose de la tensión del día, ellos llevaban más de 10 horas disparando y no se habían quejado ni una sola vez.

Serian las dos de la madrugada y estaba lloviendo de nuevo cuando advirtieron movimientos, tres grupos grandes salieron del pinar, los dos más numerosos se abrían rápidamente a izquierda y derecha mientras que el central se dirigía lentamente hacia la muralla, a las trampas lazos y alambradas se unía ahora el barro para ralentizar su avance, se dio la alarma y todo el mundo aparto sus mantas, chubasqueros y cobertores colocándose en posición de disparo preparando sus armas rápidamente.

-         Preparad bengalas, ya vienen. -Resonó la orden de Toni.

Estaban siendo rodeados por tres flancos, cuando los atacantes alcanzaron sus posiciones giraron encarando al torreón y rugieron lanzándose a la carrera hacia las murallas, muchos caían y se enredaban en alambradas pero ganaban terreno rápidamente, a veces caminando sobre sus propios compañeros aprisionados por trampas y caídos en el suelo, decididos a no dejarles llegar al pie de las almenas se dio la orden de lanzar bengalas, los focos del torreón daban una luminosidad espectral a la escena.

Las tres oleadas de personas enfermas y rabiosas, vestidas de todas formas imaginables y compuestas por todo tipo de gentes de diferentes sexos y diversas edades, gritaban y gruñían sin parar acercándose hasta que resonó la orden:

-         Fuego todos ¡ABRID FUEGO! Matadlos.

Las armas escupieron plomo, los fogonazos puntearon la noche y los Mg-3 entonaron su potente tableteo, chorros de trazadoras indicaban la trayectoria de los proyectiles, desde su salida por el cañón de estas hasta su entrada en la carne de los atacantes, pareciendo unirles como si fueran rayas de colores inofensivos, la realidad claro esta era muy diferente y los boquetes de salida de los proyectiles, enviaban a las figuras de atrás no solo una ducha de sangre y vísceras sino también un proyectil con bastante potencia para atravesarlos a su vez, los numerosos fusiles hicieron su parte y numerosos cuerpos cayeron interrumpiendo sus carreras, el ataque a la muralla se vio detenido por la fuerza de las armas.

Los infectados parecieron vacilar al caer sus primeras filas, pero fue algo momentáneo pues la masa solo pensaba en matar y morder, cogiendo nuevo impulso se lanzaron de nuevo hacia delante con brío, mas ráfagas y andanadas se enterraron en aquellos cuerpos que caían gruñendo al barro, los defensores lanzaron mas bengalas al cielo para iluminar las filas atacantes, estos estaban a 150 metros y se les podían ver las caras, aquello asusto a algunos defensores pero otros disparaban con más saña aun, una voz resonó en la pared oeste –Son chavales.

Toni miro en aquella dirección, había unos 100 debían de haber sido estudiantes de universidad o colegios, eran jóvenes de entre 10 y 17 años pero querían lo mismo que los demás, ¡morder! el nivel de disparos de aquel lado disminuyo al faltarles a los defensores el ánimo de disparar contra la chiquillería, Toni bajo rápidamente dirigiéndose a aquel lado de la muralla, cuando llego y subió a las almenas los chicos ya estaban alcanzando el foso, empujo y gritó a los defensores haciendo que volviesen a sus puestos y disparasen a esos infectados, los tiros comenzaron de nuevo y el disparo con su cetme viejo cargándose a unas cuantos, los cuerpos caían en el foso y los que venían detrás saltaban sobre ellos o los pisoteaban aun vivos en su prisa por alcanzar los muros.

Muchos consiguieron llegar seguía lloviendo, en los demás lugares los contenían mucho antes pero en el muro oeste la situación se estaba volviendo peliaguda, seguían llegando a la pared adultos y niños mezclados apilándose e intentando trepar, algunos escupían hacia arriba intentando alcanzar a alguien en boca u ojos, los defensores disparaban y daban culatazos o bayonetazos a las caras que asomaban por el borde de las almenas, vio que los adultos cogían a los más pequeños y los tiraban hacia arriba intentando que se agarrasen o superasen el límite de las almenas.

Al menos tres lo consiguieron y cayeron en lo alto de estas, uno salto hacia el patio interior y lo perdió de vista entre las sombras, el otro era una niña de unos 12 años a la que soltó una ráfaga en el pecho, los tres impactos la empujaron de nuevo al otro lado de la muralla cayendo directamente al foso, el tercero aterrizo en brazos de Tomas el jornalero que antes de poder soltar el fusil para defenderse ya había sido mordido, el menos un chaval de unos 14 años muy degado le mordía furiosamente en el cuello, ambos lucharon brevemente antes de caer de la muralla hacia afuera en un mortal abrazo, el “niño perdido” subió las escaleras de la muralla a la carrera, saliendo por la parte de atrás del nido de Mg ocupado por Mara y sus dos ayudantas allí se lanzo a morder alcanzando a Lucy en una nalga sobre su pantalón vaquero, la otra mujer intento separarlo mientras mara recargaba el arma con una cinta nueva, la mujer golpeaba al crio con una caja vacía de munición en la cabeza, este soltó a Lucy y se arrojo contra su atacante cayendo ambos al otro lado del muro, donde ambos fueron acogidos a mordiscos por los infectados de abajo.

Lucy en pleno cabreo y dolorida, tomo una de las botellas de 5 litros con gasolina y jabón mezclados, tiro de la anilla de la granada y la arrojo hacia el foso, la explosión y el incendio lamieron el vértice de la muralla, los gritos arreciaron y bastantes cuerpos resultaron alcanzados por las llamas, Entretanto Mara levantó la Mg-3 en brazos como si fuera un bebe y apoyándose firme sobre sus piernas comenzó a soltar ráfagas a lo largo de la pared inferior de la muralla, a Toni le recordó la imagen de Rambo pegando tiros con una M-60 solo que Mara era mucho más atractiva y sexi, el resultado fue bastante bueno ya que la mujer despejo de infectados toda aquella zona, el resto de los defensores y pasada la impresión inicial se habían vuelto a unir a la defensa y estaban consiguiendo volver a asentar su posición despejándola de infectados, el abogado desde la azotea los cubría con frecuentes disparos de su inseparable Ak 47.

En los demás puntos de la muralla estallaron más botellones incendiarios, los gritos de los quemados arreciaron y de repente Toni se dio cuenta de que había dejado de llover, siguió andando y fue a ver cómo le estaba yendo a Dani y a Lucas. Sus gente se estaba portando estupendamente y solo tenían una baja el maquinista de la excavadora, al darle un culatazo a un infectado le habían dado un agarrón de los pantalones haciéndole caer hacia afuera, allí había sido rápidamente rodeado y comido vivo.

Toni pensó en seguir el paseo de ronda a ver cómo le iba al farmacéutico en la pared menos expuesta, le encontró luchando con otro crio que había saltado la muralla, no se veía rastro ni de su mujer ni de la mujer que los acompañaba, se acerco rápido y de un culatazo en la cabeza desnuco al chaval, ayudo a levantarse al farmacéutico que le informo con voz temblorosa que los habían sorprendido trepando, tanto su esposa como la otra mujer yacían muertas caídas cerca del foso, Toni le hizo retirarse para avisar a Roberto o Lucas para que mandasen dos tíos a esta pared y le dijo que el aguantaría allí hasta que viniera alguien, también le dijo que revisara a Lucy pues parecía que la habían mordido.

Apenas se había retirado el farmacéutico cuando Toni vio varias luces acercándose por el cielo, dos minutos después el Chinook de la otra vez se paro sobre el torreón, varias cuerdas cayeron y se descolgaron algunas figuras uniformadas, mas allá dos helicópteros “Tigre” lanzaban andanadas de cohetes y ráfagas de ametralladoras contra los infectados que huían despavoridos sufriendo grandes pérdidas, Roberto y dos hombres más le relevaron en la muralla.

En la azotea del torreón encontró a un hombre fornido, este se presento como el comandante Palacios de la brigada paracaidista, con 20 hombres a su mando así como armas y abundantes municiones, con órdenes específicas de apoyarlo en la defensa de Villalta y el torreón, sus hombres ya se estaban distribuyendo por las murallas en previsión de futuros ataques.

Una vez dispuestas las nuevas tropas en las almenas Toni se sentó a charlar con el comandante Palacios, este le dijo:

-         Debe saber, que estamos aquí por obra y gracia de su médico chalado.

-         ¿Por mediación de “Mac el chiflado volador” dice usted?

-         Exactamente amigo mío, exigió por radio que le pasaran con el general al mando o el ministro en persona.

-         Y consiguió ayuda claro está.

-         Dijo literalmente que o veníamos nosotros o venían los marines, por lo visto tiene su frecuencia de radio y un permiso presidencial especial para llamarlos cuando y como quiera, de hecho ese tipo solo hablo de una posible curación y todo el mundo allá en la base se puso a sus órdenes.

-         Vamos, que tiene carta blanca en todo este asunto.

-         Más que carta, por su importancia debe de ser pancarta y blanca como la nieve, el solo pide y obtiene lo que desea.

-         Joder con Doc el chiflado, ahora resulta que le debemos la vida.

-         No tanto como eso amigo mío, solo hemos echado una mano tenían ustedes la situación bastante controlada, le felicito.

Continuara…


Bien amigos esta ha sido “La batalla del torreón” espero que os haya gustado.

Preguntas: ¿Estará Lucy infectada, o será un simple rasguño con un buen cardenal?

¿Cambiara el buen doctor de opinión y se llevara a Ceci a una base segura tirando de poder?

¿Encontraran por fin una vacuna o tratamiento?

¿Cuántos infectados habrán quedado vivos y sueltos por los alrededores?

Como de costumbre sigo abierto a ideas y sugerencias, dejádmelas en la sección de comentarios y serán tenidas en cuenta.

¡Sed felices!