El virgo (7)

¿que será de la pobre Daniela?

Daniela esperaba enjaulada, ¿qué destino le depararía? La pobre virgen empezaba a llorar, no por ella, por su familia ¿qué será de ella cuando no esté? Salir de su jaula, pero no podía, pensaba en su vida, solo quería que su familia viviese mejor al menos unos días, varias lagrimas caían al suelo, deseaba ver a su madre y a sus hermanos, deseaba hablar con su amiga, deseaba, acostarse con Daniel, tantos deseos viniéndole en la cabeza, deseos que no se cumplirán, deseos que la entristecían.

En ese momento, Javier apareció sonriente, su mano agarró la barbilla de Daniela, obligándola a mirarle.

-bien, putita, ya sé lo que haré contigo, he encargado un cerdo de una granja, todo un semental, ese animal te desvirgará y nosotros lo grabaremos, después te pegaremos de forma que no te la puedas quitar jamás una mascara de cerdo, así todo el mundo sabrá que eres una puerca y una guarra.

Daniela le escupió en la cara, Javier, encolerizado por esa actitud desafiante, le lanzó una descarga eléctrica, en ese momento se oían unos aplausos.

-bravo papá, que valiente eres, debe ser muy peligroso torturar a una chica débil e indefensa – decía Manuela con una sonrisa de sarcasmo.

La mirada de Javier se dirigió a Manuela y le dijo.

-¡escúchame hija indigna! ¡Vuelve a hablarme así y te aseguro que aunque seas sangre y carne mía dejaré que mis guardaespaldas te gocen!

-no seria la primera vez – decía Manuela en una actitud más seria – pero no creo que tus guardaespaldas puedan hacerme nada, ¡mírales!

Javier miró a sus guardaespaldas y vio como se sentían débiles y caían, de hecho Javier también se sentía mal, como si su cuerpo se paralizara, perdiendo el control de sus órganos, miró a Manuela y ella le explicó.

-desde que me abandonaste con esos secuestradores, he soñado con esto, con tu muerte, hace dos días fue mi 18 cumpleaños ¿te acuerdas? Oh no, nunca estas por mi solo porque tengo tetas y ovarios, pero legalmente, puedo heredar tu imperio, solo tenia que quitarte de en medio, ¿cómo? Bueno, le recomendé al cocinero un pescado que se llama Fugu, lo que el no sabe, es que se trata de un pez muy venenoso, tiene tretodotoxina, que genera parálisis muscular, incluido el corazón, por cierto, no me supliques el antídoto, no existe, en cuanto a mi, desde hace cuatro años que tomo pequeñas dosis de ese veneno, ahora podría beberme una botella de esa sustancia y no sentiría nada, tranquilo, despediré al cocinero por incompetente, no sea que me envenene a mi, antes de que se me olvide, me encargaré de que esa periodista no tenga ese hijo y he cambiado el testamento, ahora si me disculpas, quiero hablar con mi nueva amiga.

Dicho eso, dirigió su mano al bolsillo de Javier y antes de dirigirse a Daniela, escuchó las débiles suplicas de su padre con una sonrisa, con decisión, abrió la jaula de Daniela, esta sentía temor ante Manuela, pero esta le dirigió la mejor de sus sonrisas, Daniela cogió su mano y se fueron de esa horrible habitación, tan pronto como salieron, Manuela la cerró, para siempre.

Manuela ordenó al servicio que llenasen la bañera para Daniela, pero esta, sentía miedo por Manuela ¿era capaz de matar incluso a su propio padre? ¿Qué seria capaz de hacer?, sintió los labios de Manuela que se acercaban a su oído diciéndole.

-estas hambrienta, comamos algo mientras esperamos nuestro aseo.

La cara de Daniela se puso roja como un tomate, ¿iban a bañarse juntas? ¿Las dos desnudas? ¿Y si ella intenta aprovecharse de su ingenuidad? ¿Y si ella se negaba? Manuela tenia algo que Daniela temía, tal vez fuese su mirada, tal vez fuese su guante que acariciaba de vez en cuando, pero la temía como si fuese un avatar del demonio, pero en cuanto Manuela abrió la despensa, él estomago de Daniela rugió eclipsando los pensamientos de su cerebro.

-veo que tienes hambre ¿qué podríamos tomar? ¿Chocolate suizo? ¿Unas patatas fritas? No, no, hoy es un día especial ¡ya lo tengo! – Decía Manuela.

La joven huérfana alargó su mano y alcanzó unos cuantos botes y se los enseñó a Daniela con una sonrisa.

-¡caviar! ¿Acaso no podemos cerebrar mi ascenso a lo grande? – decía la sonriente Manuela.

En ese momento la doncella les dijo que el baño estaba listo, antes de ir, Manuela también cogió un par de botellas de Champagne.

Al principio, los ojos de Daniela sintieron dolor al ver el brillo del cuarto de baño, poco acostumbrada a las cosas brillantes, cuanto se habituó, miró boquiabierta el inmenso cuarto de baño, un retrete tan limpió que hasta seria un crimen hacer sus necesidades en el, una bañera con jacuzzi y sales de baño que le daban un delicioso olor.

-metete preciosa, enseguida me meto yó – decía Manuela al oído de Daniela.

Esta, sonrojada, se metió despacio en el agua, el agua era calida, agradable, lentamente hundió su cuerpo en ella, en ese momento, de forma lenta y sensual, se desvestía Manuela, su cuerpo, al contrario que el de Daniela, era blanco, casi pálido, sus pechos su busto era de 80 cm., era bastante delgada, pero hermosa, sus pezones eran grandes, con una aureola mediana, sus ojos, habían cambiado de la misteriosa oscuridad a unos ojos llenos de luz y sonrientes, pero había una prenda que no se había quitado, su guante, eso le atrajo la atención a Daniela cuando la vio meterse en el agua, Manuela, vio esa mirada de oscuridad, entonces su mirada se volvió triste.

-supongo que te preguntarás el porque de todo eso, la verdad es que es muy doloroso para mi recordarlo, pero creo que mereces una explicación – decía Manuela.

La huérfana cogió aire y le dijo.

-yo soy la primogénita de esta familia, pero mi padre me considera inútil por ser mujer, su mente, bueno, funcionaba como el de un señor feudal, el heredero es masculino, mientras que la mujer solo tiene que casarse con el que a el más le convenga, yo por su puesto me negué a ese destino, me apliqué en el estudio con el objetivo de atraer el amor de mi padre, pero al parecer, que sacase mejores notas que mi hermano le enfurecía más, mi hermano tenia guardaespaldas, yo no, un día me secuestraron, pidieron a mi padre un dinero que el podía entregar con solo chasquear los dedos, pero, el se mofó de ellos, en ese momento, ellos, se cobraron de otra manera, hasta que un equipo de policías en busca de drogas nos descubrió, arrestaron a mis captores y a mi me liberaron.

Manuela se quitó el guante, mostrando cicatrices de puñaladas.

-cada vez que me negaba a satisfacerles, ellos atravesaban mi mano con un cuchillo, se aseguraban de que yo miraba como me atravesaba la carne, durante dos meses se turnaron para ser su puta personal, fue ese día en el que dejé de sentir que el hombre que acababa de morir, era mi padre, estuve planeando el momento de matarlo, pensé en mil formas hasta que, tu apareciste.

Daniela se sorprendió ante esas palabras, Manuela seguía.

-si, preciosa, ese sitio donde estuviste recluida no existe en los planos arquitectónicos de esta casa, es el mejor lugar para ocultar los cuerpos, se que no mataste a mi hermano, pero conseguiste que la espada de Damocles cayera sobre el, también hiciste que padre y sus hombres de confianza usaran esa habitación, nadie podrá encontrarlos, es un sitio que ahora solo conozco yó, pero dejémonos de recuerdos ¿te apetece un poco de caviar?

Manuela abrió una de las latas y se la pasó a Daniela, ella miraba su interior, un montón de huevos minúsculos de color negro, el olor no era muy estimulante, pero cuando lo probó, le encantó, pero no sentía que le llenase el estomago, Manuela cogió una botella de champagne y la agitó, en cuanto la abrió el sonido que provocó la botella al dispararse el corcho le dio un buen susto a Daniela, pero Manuela echó el contenido de la botella en una fina copa de cristal que entregó a Daniela, la cual, al beber de esa copa, sintió una sensación de asco al no estar acostumbrada al alcohol, pero entonces le preguntó a Manuela.

-¿y tu copa?

-la tengo delante de mí – decía Manuela.

Con la botella, vertió el contenido sobre los senos de Daniela, el liquido burbujeante recorría la sensual piel de la virgen, mientras Manuela, lamía el liquido que recorría los sensibles senos de Daniela, la cual, la cogió por sorpresa, pero no hizo nada, tenia demasiado miedo de Manuela por aquel asesinato, en cuanto el licor se vació de la botella, Manuela miró los asustadizos ojos de la virgen y le dijo.

-delicioso.

En ese momento sus labios se pegaron a los de Daniela, sus pechos a los de la virgen, estando unidas.

Manuela saboreaba la lengua mezclada con el caviar que había en la boca de Daniela, la cual, sentía que se excitaba, no solo por el profundo beso, sino también por que sus pezones se frotaban con los de Manuela, sentía que si no hacia algo pronto, estarían las dos en la cama, gozando una de otra.

Las manos de Daniela apartaron a Manuela, la cual, no pidió explicaciones, es más, con una sonrisa le dijo.

-si, se que hay muchos que pujan por ti, pero tranquila, yo seré quien la gane, no solo eso, también ganaré tu corazón, el problema es el bebé, un día el instinto maternal nos llamará, pero puedo quitarte unas células tuyas y pedir a un genetista que las modifique para que puedan fertilizar mi óvulo, será un hijo nuestro, tuyo y mió.

Daniela temblaba ante esa idea, le parecía irreal, no se veía como la esposa de aquella chica que ahora la miraba con pasión, Manuela se dio cuenta de lo asustada que estaba la virgen, la abrazó y le dijo.

-tranquila, respetare tu decisión, sea cual sea, no temas por nada ¿te gustaría volver a casa?

La virgen respondió que sí con la cabeza, en ese momento Manuela se levantó y alcanzó una toalla.

-solo tenemos una así que la compartiremos – decía Manuela con una sonrisa.

Daniela, nada más salir notó como Manuela se ponía junto a ella y envolvía la toalla a ambas, la virgen notaba como los pechos de Manuela se frotaban a los suyos, sentía la suavidad de su piel acariciando la suya, el calor de su cuerpo tocando el suyo, Daniela no podía evitar sonrojarse mientras miraba la sonrisa de Manuela, la cual, aprovechando que estaban juntas, besó con pasión a la pequeña virgen, Daniela se sorprendió por ese beso, pero no lo rechazó lo recibió con placer, no sabia por que pero se dejó hacer.

Después de que se secaran y se vistieran, Manuela le ordenó al chofer que llevase a Daniela a su casa, este obedeció, pero antes de que Daniela subiese, Manuela le dio cinco mil soles.

-por ayudarme a matarlo, úsalos para curar a tu mamá – decía Manuela con una sonrisa.

Daniela no quería saber nada de asesinatos, pero aceptó el dinero, en cuanto llegó a su casa, lo primero que hizo fue abrazar a su madre y a sus hermanos, no podía parar de llorar de alegría, el estar con ellos reforzaba su intención de sacrificar su virginidad por ellos, pero antes tenia que contratar un medico para su madre, sentía que todo iría bien a partir de ahora.

Con el dinero ingresaron a su madre en el hospital, prometió que cuidaría de sus hermanitos, tras dejar a sus hermanos en casa se fue al cibercafé, allí encontró que la puja no había parado de subir, esta vez había 65000 soles, Daniela suspiró al saber que no era su padre, pero el pujador era un hombre de 53 años.

"querida Daniela, has salido en las noticias y he de decirte que me ha conmovido tu deseo de sacrificarte, como veras soy un hombre algo mayor, pero también vital, desearía ayudarte, pero no esta en mis creencias darte tanto dinero así como así, de modo que me quedaré con tu virginidad.

Sin embargo no temas, te trataré como una princesa en esta primera vez, seré muy dulce contigo, espero ganar la subasta".

Daniela le hubiera gustado que simplemente le diese el dinero, pero, ¿la trataría bien? Había pasado por un mal rato y no podía fiarse del todo de esas palabras, se fue del cibercafé y se dirigió a su casa, preparó la cena, después de dar de comer a sus hermanitos, los acostó para luego ella irse a dormir.