El violador del ascensor
Relato basado en un hecho real.
Jacinta acaba de salir del cole, se dirije a su casa a seguir estudiando. Ha comenzado su curso de 1ero de E.S.O. hace poco y no quiere limitarse a ser una estudiante mediocre. Quiere triunfar, ser de mayor una persona respetada por los demás, no por su posición en el futuro trabajo, sino por su sabiduría y conocimientos.
Jacinta vive relativamente cerca de su colegio. A diferencia de compañeras que tienen que ser recogidas en coche delante del colegio justo al acabar las clases. En cambio Jacinta tiene suficiente con caminar un par de quadras para llegar al portal de su edificio.
En un par de pares de minutos llega a su casa. Se saca las llaves para abrir su portal cuando llega detrás suyo un hombre que se pone a esperar a que abra la puerta. Debe ser uno de sus vecinos que tambien querrá entrar en su casa. Jacinta le echa un vistazo para saludar a un posible vecino conocido pero esta vez se trata de un vecino completamente desconocido. Le echa un "hola" y se vuelve a concentrar en abrir la puerta.
Al final la cerradura se abre y su vecino la ayuda en el momento preciso empujando la pesada puerta para abrirla. "Gracias" le dice Jacinta, el hombre pasaba a ser con esta frase, un vecino "conocido".
Se meten los dos en el ascensor y el "vecino" pregunta: "a qué piso vas?" "al cuarto" dice Jacinta. "vale, yo voy al quinto" dice el vecino apretando el numero 4.
El ascensor lleva ya un par de pisos de subida cuando el nuevo vecino de pronto toca el boton de stop del teclado. Haciendo que la puerta automatica se abra dejando ver el muro del interior del foso del ascensor. Jacinta no acaba de entender que está haciendo y se queda estupefacta. El vecino se saca un grueso carton y lo encaja en el batiente corredizo, impidiendo que se vuelva a cerrar. "Que haze?" pregunta Jacinta.
El supuesto vecino coge a Jacinta y le empieza a besar el cuello y a tocarla. Jacinta se escandaliza y pega un grito.
-plas- El señor le pega una moderada torta ante lo cual Jacinta calla y se pone a llorar.
El señor coge a Jacinta de la cabeza y la abraza cariñosamente como si fuera su padre.
Al cabo de unos cuantos sollozos más, el llanto de Jacinta cesa. El señor la coge de la cara y le seca las lagrimas que aun quedan en su cara.
El señor coge a Jacinta de la cintura y empieza a besarle el cuello, ante la actitud de Jacinta que intenta pasar lo mejor que puede el mal trago y trata de no sentir nada de lo que le haze.
Las manos del señor van danzando por encima del cuerpo de Jacinta y acarician tanto la cintura de esta, como sus lados, como acaban en los pechos.
A Jacinta se le haze dificil ignorar las manipulaciones del desconocido, porque le tocan puntos muy sensibles en una chica.
La boca del señor termina uniendose a la de Jacinta, que impulsada por el reflejo humano, abre la boca y deja ser penetrada por la lengua del señor.
Las manos de este, estan ahora en la cintura baja de Jacinta, en un abrir y cerrar de ojos se meten opr debajo de la falda y acarician las blancas braguitas.
Los ojos de Jacinta estan ya cerrados y sienten con sabor el abuso del desconocido. Su lengua se une a la del señor, entablando un dulcisimo baile.
Las manos del señor bajan las braguitas de Jacinta y esta se asusta.
El pretendido vecino pone un dedo en la boca de Jacinta para hacerla callar. Se acerca a ella y empieza a besarle la frente cariñosamente mientras la acaricia con toda la ternura que és capaz de generar con sus manos.
La boca del desconocido vuelve a acabar en la de Jacinta, y esta, encantada con el cariño con que és tratada, vuelve a abrirla para ofrecer su lengua.
El desconocido se baja los pantalones cuidadosamente para no alarmar a Jacinta. Su pene está ya completamente erecto y cuando Jacinta lo nota rozar con su barriga se alarma.
El señor coge a Jacinta con sus brazos y la sube para empotrarla contra la pared. Y abre las piernas de ella con su propia entrepierna.
Con un poco de maña, apunta su pene en la rajita de Jacinta. Ignorando los lloros de esta que se ve impotente ante lo inevitable.
La cintura del señor avanza un poco, insertando un cacho de pene dentro de Jacinta.
El señor besa pausadamente a Jacinta para tratar de desentumecerla un poco. Y lo consigue. Cuando crée que és el momento adecuado vuelve a empujar con su cintura. Rompiendo la virginidad de Jacinta.
Dice el violador, besando con dulzura la llorada cara de Jacinta.
Las lagrimas de esta se secan y los ojos de ella se abren para contemplar a su "princite azul".
Es el momento que espera el señor para atacar con su cintura, el entrepierna de Jacinta.
La cintura del señor -acomete-
Y -acomete-
Y -acomete- y -acomete- y -acomete-.
El desconocido folla y refolla a Jacinta que no ha olvidado que está siendo violada.
-acomete- ooooooh -acomete- ooooooh -acomete- ooooooh -acomete- ooooooh -acomete- ooooooh -acomete- ooooooh.
La cintura del violador tiene ahora un guerrero ritmo que ama la cintura de Jacinta como si fuera su enamorado.
El inparable amar sigue durante un buen rato. Seguro que alguien llamaría el ascensor pero lo dejaría por atascado pues el carton impedía que se cerrara la puerta/bajara.
Al cabo de ese rato el señor siente venir el orgasmo. Baja a Jacinta de donde la tenía colgada y le echa toda la leche en la barriga.
Transcurrido ese climax final, los dos se visten y entablan una conversación final.
El señor saca el carton de la puerta y vuelve a tocar el numero 4. Piso de Jacinta. Cuando llega al 4rto se abre la puerta y Jacinta sale sin tan solo mirar hacia atrás.