El vigilante del estacionamiento
De cómo un vigilante ordinario puede convertirse en el mejor de los amantes.
El Vigilante del Estacionamiento
Antes que cualquier otra cosa, quiero decirles que este es el primer relato que publico en esta página tan leída por un servidor, soy mexicano, de 36 años, bisexual casado, lo que les voy a relatar se trata de una vivencia real que me dejó marcado para toda la vida.
En ese entonces yo vivía en una unidad habitacional de la Ciudad de México, Distrito Federal, una unidad por cierto muy famosa por su numeroso conjunto de edificios que van desde los chaparritos de 5 pisos hasta las famosas torres de hasta 20 pisos, pero bueno, yo vivía en un chaparrito, el cual a un costado de una plazoletita, contaba con área de estacionamiento para los residentes, siempre dejaba ahí mi auto, cerca de donde lo dejaba, estaba una caseta donde se encontraba el clásico vigilante nocturno el cual desde que lo vi me pareció sumamente atractivo, era como de unos 26 años, como de 1.70 de estatura, moreno claro, a través del uniforme que llevaba se traslucía su condición atlética aunque muy natural por cierto, nada exagerado, tenía un rostro muy varonil.
Cabe hacer mención que siempre que pasaba me saludaba muy amablemente pero sin llegar a la insinuación o coqueteo, eso jamás. Conforme pasaba el tiempo, nos saludábamos con mayor familiaridad, incluso llegábamos a platicar de vanalidades, pero todo momento llega cuando le toca. Cierto día que llegué del trabajo, no lo vi en el lugar de costumbre, pensé que tal no había asistido a trabajar o que a lo mejor se encontraba dentro de la caseta que le servía de dormitorio, por lo que me asomé y justo cuando me di la vuelta pata retirarme, llegó, me preguntó: se le ofrece algo? Lo vi mas cerca que de costumbre y pude percatarme de detalles que antes no había visto, su marcada musculatura, un olor a hombre de verdad, una sonrisa blanca y franca y unos ojos, ay que ojos (dentro de mi mente pensé de inmediato: se me ofrece estar contigo papacito) pero le contesté que no, que se me había hecho raro no verlo en su caseta y que por curiosidad me había asomado.
El me dijo que me asomara una vez mas, que viera que tenía todo lo necesario, una cama, sus cobijas, su pequeña estufa, volteó y mirándome me dijo: no quiere platicar un rato? le contesté esta bien, comenzamos a platicar de muchos temas hasta llegar al consabido tema sexual, le dije que como le hacía para tener sexo si estaba todos los días ahí en la caseta por las noches, me dijo que estaba "arrejuntado" con una mujer y que de vez en cuando iba ahí a por lo menos hacerle una "chaqueta", para los que no sepan que es eso es una masturbación con la mano, "una manuela", "una puñeta"; le dije que que triste era eso, me dijo: no tanto aunque la mera verdad ahorita ya tengo un montón de tiempo que no hago nada, más triste le dije y usted? Yo le contesté que no tenía problema puesto que era casado y me preguntó que si no me llegaba a aburrir hacer lo mismo siempre con la misma persona, le contesté que no por aquello del amor y no sé qué mas.
Seguimos conversando, en ese tiempo me dedicaba a la cacería de "modelos" aunque en realidad era una mera estrategia para hacer caer a uno que otro hetero a que por lo menos se desnudaran frente a mi y luego tener la satisfacción de volver a verlos y pensar "ya te conozco como Dios te trajo al mundo" pero volviendo a mi amigo el vigilante, le pregunté que si no le interesaba ser modelo, primero se extrañó por la pregunta pero después un tanto interesado me pidió mayor información, el anzuelo estaba echado, al parecer estaba picando, le pregunté sobre si le daba vergüenza que lo vieran desnudo o que si no se incomodaba si lo tocaba otro hombre, me dijo que no, le dije: a poco si te pido que te desnudes ahorita mismo, delante de mi, lo harías; me dijo: claro, por qué no? Bueno, siempre y cuando sea aquí adentro de mi caseta y que nadie venga.
Le dije: a ver si es cierto, hazlo, se metió a la casetita y vi como de inmediato se comenzó a quitar la ropa, yo me adentré un poco en el lugar para admirar ese espectáculo, me encantó como masculinamente se desnudaba, hasta quedar totalmente desnudo ¡¡¡¡¡no lo podía creer!!!!! Lo tenía desnudo frente a mi con toda su masculinidad, le comencé a pedir que modelara en diversas posiciones, incluso le pedí que se volteara y me mostrara su culo, lo hizo, tenía unos huevos redondos, enormes, una verga de tamaño que parecía regular pero muy gruesa, cubierta de pelos por todo el pubis, comencé a tocar su espalda, su pecho, su abdomen, de pronto comencé a notar que su miembro se estaba endureciendo un poco y que incluso estaba emitiendo un poco de pre-cum, me sobresaltó la idea de pensar que se estaba excitando pero a la vez me excitaba esa idea, por lo que me propuse ser más audaz ya que lo único que podría pasar es que me rechazara y ya, comencé a tocar su pene, sus pelos púbicos, sus huevos, no dijo nada, su miembro respondía a mi contacto, de pronto, lanzó un pequeño suspiro como de placer por lo que le estaba haciendo y sentí como una de sus manos se posaba en mi nuca indicándome el camino a seguir, flexioné mis rodillas quedando frente a el a la altura de su hermosa verga, comencé a besarle la punta él comenzó a restregar su pene en mi cara, ya no había más qué decir, comencé a mamarle esa hermosa pinga que tenía, él jadeaba y se movía al ritmo de mi mamada, le agarré de las nalgas para que me la metiera más en la boca, me decía cosas como: qué rico la mamas, nunca me la habían mamado así, papacito por qué no te habías atrevido antes, sigue, sigue; yo ni tardo ni perezoso seguía tragándome ese enorme verga que había alcanzado dimensiones descomunales, era un tronco enorme como de 19 centímetros, gruesa, caliente, firme como el hierro, sentía como movía sus caderas rítmicamente al compás de mi mamada, seguía gimiendo y yo gozando de su excitación, con mis manos tocaba sus pezones, su abdomen, sus nalgas de hombre de verdad, de pronto, sentí el inminente orgasmo y sentí los disparos de semen en mi boca y escuché los gemidos de mi vigilante favorito hasta que dejó vacíos sus testículos porque al parecer me había entregado toda la leche que tenía conservada para mi.
Con el paso del tiempo, seguimos con diversos encuentros más que poco a poco les iré relatando, espero sus comentarios y valoraciones, gracias.