El Viernes Llegó III

Ya era hora de entrar al aula, pero el profesor nos dice que como solo estamos nosotras y avanzamos tanto, pues que era mejor que dejáramos las clases hasta ahí. A mí, esto no me molesto para nada y ya me preparaba para salir cuando Laila me habla.

Ya era hora de entrar al aula, pero el profesor nos dice que como solo estamos nosotras y avanzamos tanto, pues que era mejor que dejáramos las clases hasta ahí. A mí, esto no me molesto para nada y ya me preparaba para salir cuando Laila me habla.

-Oye, te gustaría ir tomarte un café o algo así? O sea como salimos tan temprano, bueno si no tienes nada mejor que hacer digo –Lo dice algo vacilante, noto algo diferente en ella.

-Claro, no hay problema. Donde quieres ir?

-La verdad es que tengo más o menos un mes aquí y no sé de muchos lugares. Tu sabes de algún lugar al que podamos ir?

-Haha no te preocupes, aquí no hay muchos lugares, pero sé de un sitio que está aquí cerca y es bien acogedor.

No cruzamos ni una palabra durante todo el camino, gracias a Dios solo eran unas cuadras. Al llegar al lugar, una de esas bibliotecas donde te sientas a tomar un café y a leer, nos sentamos en el lugar más apartado, es mi lugar favorito para estar pues es súper privado y oculto.

Ya con nuestros cafés en mano seguíamos en silencio, así que decidí romper el hielo.

-Entonces, de donde eres? Como caíste aquí?

-Bueno, yo nací aquí, pero cuando tenía 12 años me fui a vivir con mi papá a Estados Unidos. Y pues nada, ahora decidí volver para ver lo que pasa.

-Pero, estas en la uni o algo?

-No, o sea yo estudié en Estados Unidos, diseño de interiores pero, aún no trabajo ni nada de eso, básicamente me paso los días escribiendo cosas, tocando mi guitarra, pintando y leyendo. Muy interesante mi vida –Me dice en un tono sarcástico.

-Wow! O sea que eres una artista en el sentido más amplio de la palabra –Debo admitir que tengo debilidad por los artistas, quizás se deba a que soy una “Wanna Be” artista- Eso a mí me parece muy interesante, a mi me encantan los libros, deberías enseñarme alguno de tus trabajos.

-Claro que te los enseño. Y tú qué haces?

-Pues yo me la paso entre el trabajo, el gym, la casa y mis libros. –Digo sin dar muchos detalles de mí.

-Oye yo quiero ir al gym, puedo ir contigo? Digo si no te molesta.

-No me molesta pero, voy súper temprano, más o menos a las 6. Está bien esa hora?

-Sí, está bien. Entonces me llamas o te llamo o como hacemos?

-Pues me puedes llamar, no sé, pero ya tengo que irme es un poco tarde –Digo mientras miro mi reloj y me paro de la silla.

-Pues que te vaya bien entonces.

-Bye –Le extiendo la mano, algo raro en mí, pero no se que más hacer.

-Bye…pero creo que deberías darme tu número –Me dice mientras me mira un poco raro.

-Haha si es cierto –Le di una pequeña tarjeta de presentación y me fui.

El fin de semana paso más rápido de lo normal, entre los quehaceres del hogar, las asignaciones del trabajo y mis intentos fallidos de ser artista, no me di cuenta cuando llegó el lunes. Eran casi las 6 de la mañana cuando recibo una llamada inesperada.

-Hello –Digo un poco extrañada pues, no me imagino quien me podría estar llamando a estas horas.

-Hola Marie, es Laila –Dice un poco apenada- Espero no haberte despertado, es que me dijiste que te llamará para lo del gym.

-Si si si, no te preocupes, hace rato que estoy despierta. Quieres que nos encontremos allá?

-Es el que está cerca del instituto, cierto? Te molestaría pasarme a recoger? Es que mi carro no quiere prender.

-Sip es ese. No hay problema yo puedo pasar a recogerte, donde vives?

Me dice la dirección de su apartamento y colgamos. Me preparo lo más rápido que puedo, no me gusta que las personas esperen por mí. Es relativamente cerca de mi apartamento, así que estoy allí en unos 15 minutos. Cuando llegué ya estaba fuera esperándome, me quedé viéndola por unos segundos y pensé –Que linda se ve con su ropa de hacer ejercicios- mientras ella caminaba hacia donde yo estaba y entra en carro. Desde ese momento sentí que algo cambio en mí.

Han pasado varias semanas desde ese día que fuimos por primera vez juntas al gimnasio, pasamos horas y horas hablando de cosas triviales cada día, no he vuelto a llegar tarde a mis clases de chino y de vez en cuando hasta la invito a salir en grupo con mis amigas.

Llegó el viernes y me di cuenta que al otro día tenía examen y que no había estudiado nada. Mi primera reacción fue llamar a Caro pero ella tenía que ir a una cena familiar con su novio, así que llame a Laila.

-Hola nena –Es mi forma de saludar a todas mis amigas- recuerdas que mañana hay examen?

-Sí, no he estudiado pero ya tengo un resumen de todo lo que va a salir. Por?

-Dios! Que nerda eres –Le digo riéndome, aunque me encanta eso de ella- Es que yo no he estudiado nada y quería saber si podíamos estudiar juntas –Aunque sé que dirá que sí, mi corazón se acelera un poco y no entiendo porqué si es solo un tonto examen.

-Haha tonta, claro que podemos estudiar juntas. Quieres venir a mi casa? De paso te enseño algunos de mis últimos trabajos.

-De acuerdo, llegaré en unos 30 minutos –Dije y colgué. Ya eran casi las 9, así que no tendríamos mucho tiempo para estudiar, tenía que ser lo más rápida posible.

Llegue a su apartamento cerca de las 10 y estaba un poco nerviosa por la hora y porque era la primera vez que iba a su casa pero, inmediatamente entré todo eso se desvaneció. Era un lugar asombroso, lleno de pinturas, esculturas, dibujos, parecía una galería de arte pero de un modo muy acogedor, todo estaba colocado de una forma extremadamente estética, incluso el “caos” de su pequeño espacio de trabajo parecía sacado de una revista. La iluminación del lugar y hasta la pequeña música de fondo hacía imposible querer salir de allí, me sentí en mi propio espacio.

Una vez la saludé me mostró donde estudiaríamos para dejar mis cosas y poder enseñarme algunos de sus dibujos. Duramos viendo sus dibujos alrededor de una hora y quedé tan maravillada con ellos que hasta le pedí que me hiciera unos cuantos para colgarlos en mi departamento.

-Sabes qué? Creo que si nos tomamos algo podremos estudiar mejor, no te parece? –Me dice Laila con cara de que no está entendiendo nada, algo muy raro en ella.

-Haha pero que niña tan corrupta pero, creo que un trago no nos caería nada  mal –La verdad es que tenía ganas de ese trago.

-Ya vengo –Me dice mientras se para y va directo a la cocina. Vuelve en menos de dos minutos con dos copas y una botella de vino.

-Creo que no se puede ser artista si no te gusta el vino. –Le digo en tono de broma e inmediatamente la ayudo a servir las copas.

Ya llevábamos dos copas de vino y estábamos hablando más de la vida que lo que estábamos estudiando. Laila nos sirve una tercera copa pero en lugar de tomar de su copa toma un trago largo desde la botella y me pide que la mire.

-Yo te vi primero. –Me dice y puedo notar nervios en su voz a pesar de haber tomado.

-Como que me viste primero? O sea como así? –Le pregunto confundida.

-Se que el viernes antes de que fuera a tu clase me viste en el bar. –Hace una pequeña pausa y continua- Yo te había visto en el bar dos veces antes de aquella noche, la primera noche que estuve en el país salí con mis primos y te vi en el bar con unas chicas, no me atreví a hablarte, la siguiente semana volvió a pasar lo mismo y tu amigo de la barra se dio cuenta y me preguntó si yo era lesbiana y me dijo que tu lo eras y me habló del maravilloso ser humano que eres –Yo no podía creer lo que estaba escuchando, quería matar a Carlos o besarlo- entonces ese viernes, te vi sola en la barra y estaba preparada para hablarte pero, tú te marchaste tan pronto nos sentamos allí.

-Yo no puedo creerlo. –fue lo único que pude decir sin tratar de ocultar mi asombro.

-Pero lo que más me sorprendió –Continua diciéndome- fue cuando estaba en el salón de clases, esperando que esa estudiante llegara y yo tenía ganas de matarla por impuntual y entonces de repente se abre la puerta y eras tú –Hizo una pequeña pausa- Yo no lo podía cr…

No dejé que terminara la frase y le di un beso en los labios que la sorprendió tanto a ella como a mí pero al que no le fue indiferente. Pasamos toda la noche entre risas, besos y pláticas sobre la vida. Eran cerca de las dos de la mañana cuando me marcho del lugar. Durante toda la noche no dormí más de una hora pensando en ella.