El viejo verde mirón, parte 6

Dedicado a WW. Morbo en los grandes almacenes.

Un saludo mis queridos lectores.

Ahora que se avecina el duro invierno os confieso que suelo ir a los grandes almacenes a tratar de satisfacer mis ansias de mirar, de espiar mujeres.

Odio los centros comerciales, interminables pasillos atestados de gente con tiendas a ambos lados, por eso, prefiero los grandes almacenes, edificios de varias plantas dedicadas a la venta de muchas cosas, ropa, electrodomésticos, libros, perfumes..., con pasillos muy estrechos y los productos tanto a derecha como a la izquierda, unida cada planta por escaleras automáticas que funcionan muy lentamente.

Creo que todos sabéis a que almacenes me refiero, tienen nombre de un país británico y afortunadamente tengo uno muy cerquita de casa.

Los mejores días para acudir es entresamana, a partir de las cinco y media de la tarde, ya que a esa hora los niños ya han salido de clase pero aún es temprano para volver a casa. Además en estos sitios suelen tener puesta la calefacción alta, lo cual, es de agradecer para un anciano.

Las escaleras automáticas son un punto de inexcusable visita para un viejo verde pervertido como yo, es questión de tener paciencia y esperar - sobre todo en verano-a que grupos de chicas veinteañeras con sus cortas minifaldas bajen por él las, si simulas atarte los zapatos y con discreción las miras, podrás recrear te viendo sus piernas y espléndidos os muslos.

Las escaleras de subida son un mundo aparte. Tengo comprobado que la inmensa mayoría de mujeres tienen la bendita costumbre de apoyar una de sus piernas en uno de los escalones y la otra en el de arriba dejando - consciente o inconscientemiente- su entrepierna totalmente abierta.

Os creéis a salvo de miradas pervertidas gracias a la protección que os proporcionan vuestras faldas pero no es así. Existen verdaderos artistas, - así hay que calificarlos-, que utilizando microcámaras y técnicas que desconozco graban por debajo de vuestra prenda mostrándonos a los depravados vuestra más oculta intimidad.

Debo confesaron que cuando visito webs porno los primeros vídeos que visiono son los titulados bajo falda, - upskirt creo que se dice en inglés -.

El patrón de este tipo de vídeos se repite, son de corta duración, apenas llegan al minuto. Comienzan con una imagen de cuerpo entero de la víctima para poder apreciar las curvas y formas de su deseable cuerpo, su pelo, su trasero, nunca su cara.

La cámara se va acercando muy lentamente hasta que - sin saber como lo consiguen- enfocan debajo de la falda mostrándonos las piernas y la parte interna de los muslos de su presa, violentando su intimidad.

Resulta maravilloso y muy excitante recrearse con la visión de la ropa íntima de la afortunada, si usa tanga sus nalgas quedarán a nuestra entera visión, con un poco de suerte y si la posición de la cámara es buena apreciaremos su apretado coño.

Entre estos vídeos los más morbosos son cuando la víctima va acompañada de su pareja cogiditos de la mano muy enamorados, y cuando la mujer es una madre de familia empujando el carrito o la silla de su criatura.

Que pensarían las afortunadas parejas de estas hembras si supiesen que su esposa o su novia son estrellas en una web porno, que muchísimos pervertidos las deseamos, que cientos, quizás miles de pajilleros nos masturbamos, nos ordeñamos la verga hasta corrernos mientras babeamos de placer disfrutando y violando la intimidad de sus mujeres.

Estoy convencido que de saberlo bastantes de esos maridos, de esos novios afortunados, igualmente se pajearían como nosotros disfrutando al ver como asciende el número de pervertidos que visionan el vídeo de su pareja y leyendo los sucios y obscenos comentarios que hacemos sobre ella.

Debo pediros perdón, me he salido del tiesto como suele decirse, volvamos a la historia.

Accedí al recinto subiendo a la tercera planta. La ubicación era la misma que en anteriores ocasiones, entre el final de la sección ropa de bebé e infantil y la de ropa vaquera y lencería de mujer existe un estrecho pasillo. Al fondo la pared del edificio y delante un gran perchero con ropa. Entre la pared y el perchero un espacio de dos metros que permite ubicarse teniendo una perfecta visión de los dos probadores a unos cuatro, quizás cinco metros de distancia.

Afortunadamente, y doy las gracias por ello a los dueños, los probadores no tienen puerta siendo de cortinillas.

Seguí con mi plan establecido acercándome a una de las dependientas vestida con un pantalón de tela negro que resaltaba un culo algo gordo, americana a juego y blusa blanca.

-Disculpe por favor.

-Dígame, en qué puedo servirle - contestó la joven esbozando una amplia sonrisa mientras doblaba un jersey-

-Quisiera regalarle un trajecito a mi nieta pero me da miedo que a mi nuera no le guste, me preguntaba si podría sacar algunas fotos para enviárselas y así no tener que venir a descambiar lo.

-Ningún problema - me informó la dependienta-puede ud hacer las fotos que quiera, si necesita algo avíseme por favor.

-Gracias, respondí.

La primera parte del plan había salido a la perfección, podía tener mi teléfono móvil en las manos y en caso de llamar la atención de alguien tenía la excusa perfecta,ahora era cuestión de esperar y tener suerte.

Durante un buen rato estuve paseando y ojeando los diferentes estantes buscando la victima propiciatoria. Cuando estaba a punto de irme muy desilusionado, una parejita llamó mi atención.

Un matrimonio gesticulaba, parecía discutir. El, un tipo bien vestido, cercano al metro noventa y zapatos muy brillantes asía una sillira de niño, no le presté más atencion.

Ella, una verdera hot wife, cara de niña pija con una montura de gafas muy elegante y costosa, rondaría el metro setenta de altura, media melena rizada de color cobrizo, un jersey de grueso punto de color gris con cuello vuelto y una larga falda hasta casi los tobillos gris a juego, calzaba unas botas o botines marrones, colgando de su hombro un pequeño bolso. Agarrada a su mano izquierda una preciosa niña de unos cinco o seis años, en la mano derecha pude apreciar una alianza matrimonial aparentemente muy cara.

Con mucha discreción me acerqué escuchando parte de la discusión. El mismo problema de casi siempre cuando un matrimonio va de compras, él se aburre y prefiere subir a la planta de televisiones o de telefonía móvil, mientras que la esposa quiere que su marido se lleve a la niña a la planta de juguetes para ojear la ropita sola y tranquilamente.

Debió imponerse el marido ya que dando un piquito a su bella mujer escapó escaleras arriba.

Liberado de la molesta compañia de ese imbécil fui siguiendo con precaucion a la hermosa mami con su hijita. La hot wife ojeó los diferentes estantes de ropa vaquera y lencería de mujer, escogió algunas prendas, y se encaminó directamente a los probadores.

Los dos probadores estaban ocupados y la espera hasta que se liberó uno se me hizo eterna. La mami y su criatura finalmente entraron echando la cortinilla.

Me ubiqué en el espacio existente entre la pared y el perchero sacando mi teléfono móvil fingiendo estar interesado en vestiditos a los que fotografiar.

Tuve muchísima suerte, a los pocos segundos la cortinilla se agitó asomando una manita infantil. La cortinilla quedó un poco entreabierta, lo suficiente para ver con total claridad y nitidez la figura de esa tremenda hot wife mientras reprendia levemente a su hijita haciéndola sentar en un diminuto taburete.

Sentí como mi verga comenzaba a endurecerse mientras mi precum empezaba a manchar el slip, accioné la cámara del móvil para grabar la perversa escena.

La joven mamá se descalzó dejando a un lado los botines mientras le decía algo a su criatura, volviéndose y cara al espejo asió la falda de punto deslizándola por sus piernas.

La desilusión me embargó, el largo jersey le caía hasta medio muslo y la muy zorra llevaba por debajo unos leotardos negros, que si bien marcaban las formas de sus piernas me impedían verlas.

Tras dejar la falda en una percha, la mami introdujo sus manos por debajo del jersey y asiendo los elásticos de los leotardos los bajó hasta sacarlos por los tobillos. Mi verga comenzó a dar leves golpecitos hacia arriba, accioné el zoom de la cámara mientras me relamía los labios, la visión de sus piernas era espectacular.

Llegados a este punto necesitaba más, mucho más, quítate el jersey, puta quítate el jersey, gritaba para mis adentros.

Mis deseos no se hicieron realidad, la dulce mamí por segunda vez introdujo sus manos por debajo del largo jersey, sacándose un tanga negro que depositó en la percha.

La escena era de lo más morboso que haya vivido, esa joven y deseable madre vestida con un largo jersey que le llegaba hasta la mitad de medio muslo y sin braguita. Me invadió un frenético deseo de pajearme pero seguí grabando.

La hot wife cogió un tanga blanco más pequeño que el que llevaba puesto, se agachó levemente introduciendo la delicada prenda por sus delgados tobillos.

Según tengo entendido cuando alguien se prueba ropa interior - y por razones de higiene- debe hacerlo con su ropa íntima por debajo, la muy pija iba a incumplir esa norma

Con las dos manos asió el tanguita subiéndolo por sus formidables y esbeltas piernas, al hacerlo el largo jersey se fue elevando a la vez.

Por fin, tuve la ocasión de ver con nitidez los encantos de esa mami, sus piernas, unos muslos tremendos y un formidable trasero, duro y firme en forma de corazon, reflejado en el espejo su sexo con un vello púbico recortado de color casi pelirrojo resaltando unos gruesos y carnosos labios vaginales.

La hot wife arqueó levemente sus piernas haciendo que el tanguita blanco se adaptase a su intimidad. El finísimo hilo dental quedó oculto entre sus nalgas.

Con el jersey de punto asido por sus manos de forma indecorosa por encima de la cintura, la muy pija se giraba una y otra vez observando como quedaba la ropa íntima en su culito y en su sexo mientras le comentaba algo a su criatura .

La modélica esposa se quitó las gafas guardándolas en una funda que metió en el bolso, asió con sus manos el largo jersey y muy lentamente lo fue subiendo por su deseable cuerpo, salibé nuevamente cuando esa dulce mamí volvió a mostrarme sus nalgas, primero sacó el jersey por su cabeza cabeza sacudiendo levemente su media melena, luego el brazo derecho y después el izquierdo quedando en tanga y sujetador para mí.

En el homoplato derecho se adivinaba un pequeño tatuaje a color, parecía una mariposa. La hot wife echó las manos a la parte trasera del sujetador soltando los corchetes y sacando la prenda por sus brazos.

Nuevamente enfoqué con más nitidez, la dulce mamí, la abnegada esposa y madre de familia mostraba a un viejo verde pervertido sus enormes tetazas de vaca lechera con las que había amamantando a su linda hijita.

La hot wife tendría aproximadamente una talla cien de pecho que contrastaba con su vientre liso, las areolas eran enormes de color marrón claro contrastando con unos duros y empitonados pezones de color marrón bastante más oscuros casi negros, hubiese jurado que la muy puta estaba excitado contemplándose en el espejo.

De repente, la esposa se inclinó sacando un teléfono, su hijita se levantó y al agarrarse a la cortinilla la corrió impidiéndome ver el deseable cuerpo de su madre.

Me maldije internamente, deseaba, necesitaba masturbarme, mi verga estaba tan dura que incluso me dolía. Durante unos minutos tuve que permanecer tras el perchero de ropa mientras bajaba mi ereccion.

Finalmente, pude salir me alejaba cuando de reojo vi a la deseable mami junto a su hijita dejando una gran cantidad de ropa sobre un mostrador, pantalones y jerseys que no había llegado a probarse, supongo que el imbécil de su marido se aburría y la metió prisa.

Debajo del montón me pareció ver algo, con el corazón acelerado me acerqué y rebusqué hasta encontrar el tanga blanco y el sujetador que la hot wife.

Fui directamente a la caja, la dependienta que me había atendido con anterioridad, me miró sorprendida y algo confusa cuando pagué las delicadas prendas, - evidentemente no era un trajecito para mi nieta-pero se abstuvo de hacer ningún comentario.

Casi corriendo me introduje en un urinario individual echando el pestillo, saqué el tanga llevándo a mi nariz, estaba algo húmedo, su olor era fuerte, un olor a sexo a hembra, a hot wife.

Saqué mi duro rabo y envolviendo mi polla con la delicada prenda me la meneé como un mono lefándola mientras saboreaba el video en el que una pija, una modélica esposa mostraba su cuerpo a un viejo verde pervertido como yo.

El dinero que pagaría el jefe de esta mami, sus compañeros de trabajo, amigos o los padres del colegio por verla en tan indecorosa situación.

El juego de tanga y sujetador de esta hot wife pasarán a mi colección privada junto con la ropa íntima y los panties de mi vecina.

Salí apresuradamente de la galería comercial, vi que el feliz matrimonio se alejaba empujando la sillita de la niña, aceleré el paso y a propósito tropecé con élla, fueron unas breves milesimas de segundo que aproveché para acariciar el formidable culo de la esposa delante del estúpido de su marido.

-Dis,...., disculpe balbuceé, es que soy tan torpe.

-Mire por donde anda podía haberme tirado, - contestó la mujer con un tono soberbio-.

-Venga,..., venga Noemí no te enfades ha sido sin querer, - intentó apaciguar el marido-

La pareja se fue, la hijita sacando la cabecita del carro, mientras lamía una piruleta se despidió de mi saludando con la manita.

Gracias bonita, gracias por permitirme disfrutar de la putita de tu madre, dije para mis adentros.

FINAL