El viejo vecino de al lado 3
Sigue mi viejo vecino convirtiendome en su puta
Mi vida ha cambiado de la noche a la mañana, ya no quedaba nada de la chica que había dejado su casa para seguir a su marido, esa chica ya no existía, había dejado paso a la mujer que era hoy y me sentía más yo que nunca.
En los sucesivos días no tengo noticias de mi viejo amante, no le veo y mi vida transcurre con tranquilidad y monotonía.
Me levanto y tras mi ducha decido ir de compras, salgo de casa con mi marido y su ya casi perpetua maleta, se va tres días. El aprieta el botón del ascensor y oigo la puerta del vecino, enseguida y sin mirar sé que es el, se acerca despacio y como siempre da los buenos días.
-buenos días -contesta mi marido-
Y yo no saludo, tan solo disfruto del momento, entramos juntos en el ascensor y su olor me trae recuerdos de momentos memorables a su lado.
Cuando llegamos abajo mi marido sale primero y yo después, noto su mano en mi culo, es un solo segundo pero el calor de esa mano traspasa la ropa que nos separa.
Salgo del ascensor casi suspirando y sin decirle adiós salgo del portal, beso fugazmente a mi marido y nos separamos.
Unas horas después vuelvo a casa, con un montón de bolsas y cosas nuevas que jamás creí que fueran conmigo, al menos no con la mujer que era.
Pase el día haciendo varias cosas y al final del día ya al atardecer salgo al balcón y al momento allí está el, hablando por el móvil, se acerca a la barandilla que nos separa y yo me acerco también, entonces tras mirar a ambos lados y estira la mano y acaricia mi pecho, sin dejar de hablar busca con dos dedos mi pezón y lo acaricia, lo fricciona entre dos dedos, mientras oigo que dice al móvil
-bien entonces nos vemos los cuatro en el oasis a las nueve
Reconozco el restaurante a las afueras y me entristezco al pensar que esa noche no estará, pero me olvido de todo cuando pellizca duro el pezón sobre mi camiseta, luego lo deja y baja la mano, la mete entre los barrotes y entre mis piernas, sube por mis muslos, sin romper el contacto de nuestras miradas, con dos dedos aparta mi braga y de un empujón mete dos dedos dentro de mí, se queda quieto y se acerca un poco más, yo suspiro y el mueve los dedos, dentro, fuera, dentro, dentro y se para, los gira un poco y los saca, yo me quejo y el con una sonrisa lame los dedos que me han penetrado justo antes de desaparecer dentro de su casa.
Doy vueltas por mi casa, enfadada por estar tan caliente y receptiva siempre con ese viejo, que saca fuego de mi interior con cualquier caricia.
Cansada de dar vueltas y aburrirme decido ser mala, me doy una ducha, saco mi nueva ropa interior y me la pongo, las braguitas, el sujetador de media copa que junta y levanta mis pechos y por ultimo saco las medias finísimas y me las subo hasta el muslo, luego las engancho con el liguero y me miro al espejo, me encanta el resultado. Busco en el armario el vestido negro que he comprado, va atado al cuello, de escote profundo y cuerpo estrecho hasta las caderas a partir de ahí cae vaporoso hasta los tobillos, la espalda es completamente descubierta hasta el final de la misma. Me sienta de fábula y acentúa mis caderas, mi pecho y además es sexi sin ser chabacano. Me calzo unas esclavas doradas de tacón y cojo el bolso.
Me meto en el taxi y al cruzar las piernas se abre todo el lateral del vestido hasta medio muslo, cosa que no pasa inadvertida al taxista, que mira con avidez mi pierna, me siento mal y cruzo más la pierna dejando ver el final de mis medias y el principio de mi piel desnuda, el taxista mira sin parar y yo me excito al notar su aprobación.
Diez minutos después entro en el oasis y pido una mesa para una persona, me piden que donde la quiero y tras dar un vistazo al salón le digo al camarero:
-allí al lado de la mesa de esos señores, parece tranquilo.
-pase pues
Nada más sentarme cuatro pares de ojos me miran, sin mirar me siento y a mi lado pero frente a mi está el, que me mira y habla con los demás, por supuesto de mí.
Cuando viene el camarero a pedirme le llama él y le dice algo justo antes de que el camarero se acerque y me diga:
-los señores le aconsejan el vino que ellos toman, se lo sirvo?
-encantada
Les doy las gracias con la mirada y el camarero regresa con el vino, toma nota de la comanda y se va.
No dejan de mirarme, no dejan de hablar de mí y yo decido darles más de que hablar, cruzo de nuevo la pierna y como con el taxista les dejo ver mis piernas, subo con la servilleta un poco el vestido y ellos también ven el final de mis medias y el principio de mi carne. Al final de la cena tengo la atencion completa de los cuatro. Entonces le miro y leo en sus labios una palabra, simple, corta y dicha con rotundidad "mas".
Descruzo las piernas baja la mesa y subo más mi vestido, miro hacia los lados y cuando noto que nadie más me ve, abro las piernas, las separo más y dejo que esos hombre vean mis bragas, al tiempo que mi respiración se agita.
Cuando pido la cuenta el camarero me hace saber que los señores han pagado mi cuenta, le doy las gracias y levantándome me acerco a la mesa de ellos.
-muchas gracias por la invitación, puedo agradecérselo de alguna manera
Hablo mirándole solo a él y no me defrauda
-podrías invitarnos al café
-bien, aquí?
-no, en tu casa
-bien.
Me doy la vuelta y salgo del restaurante donde me espera el taxi, curiosamente es el mismo de antes y ahora ya entre el vino y la cena me siento más desinhibida, me siento y no cruzo las piernas, esta vez las abro, como en el restaurante. Este suspira y arranca cuando le doy la dirección, no deja de dedicarle miradas a mi entrepierna, va de ella a mis tetas, que se agitan con mi respiración por la excitación. Cuando llegamos, le pido
-que le debo?
-nada señora ha sido un placer
Y como si eso lo hiciera a menudo, me aparto la braga y dejo que vea mi sexo, lo abro con dos dedos y le miro por el espejo, el lleva su mano a su abultado paquete y mientras empiezo a frotar mi coñito él se la menea furiosamente, con la otra mano desabrocho el vestido de mi nuca y este cae dejando ver mi sujetador apretando mis tetas apenas contenidas, el taxista suspira y veo como acelera sus caricias y más aún cuando ve que le miro, entonces veo como se agita un poco y dos potentes chorros de semen salen su erecta polla estrellándose en el volante, sigue masturbándose y otro chorro cae en su pantalón, solo entonces me abrocho el vestido, me coloco las bragas y salgo del coche una esquina antes de mi casa.
En el portal mi viejo vecino me espera, entramos juntos en el ascensor y empujándome a un rincón se acerca a mi oído y me dice.
-te he visto al lado del garaje en el taxi, eres muy puta
-si –contesto-
Baja su boca y muerde la mía, aprieta su erección en mi pelvis y mete su lengua, me come literalmente la boca hasta que se separa, llegamos a nuestra planta y él se queda dentro, yo salgo y abro la puerta, solo entonces sale del ascensor y me sigue.
Cuando entramos oigo el portero y es el quien abre, mientras yo voy a la cocina y hago café, saco hielo, vasos y lo llevo todo al salón. En uno de mis viajes veo entrar a los tres hombres, estos se quitan las chaquetas y se sientan.
Me arrodillo ante la mesa baja del salón y les sirvo café.
-aquí hay hielo y bebidas, sírvanse lo que quieran.
No sé muy bien que hacer, cuando él me dice.
-putita, ponte de pie y suéltate el nudo de la nuca
Me pongo de pie, llevo mis manos a mi nuca y suelto el nudo como me ha pedido, la parte de arriba cae al momento, ellos miran el sujetador, que apenas contiene mis tetas, muevo las caderas y el vestido cae a mis pies, salgo de él y en ropa interior me arrodillo de nuevo y cojo mi taza intentando que no me tiemblen las manos, estoy muy excitada viendo a esos cuatro hombres deseándome.
-verdaderamente está muy buena amigo –dice uno de ellos-
-os lo dije –dice mi vecino-
Los cuatro se sirven unas copas sin dejar de devorarme con la mirada. Él retira todo de la mesa menos los vasos y me dice.
-siéntate en la mesa putita, mis amigos quieren tocarte
Me tiende la mano y yo la tomo, me ayuda a levantarme y a sentarme en la mesa baja, todos me rodean y en un segundo seis manos me acarician, uno me coge los pechos y tras estrujarlo con un dedo aparta un poco el sujetador y fricciona mis pezones, estos se endurecen mientras otro acaricia mis piernas, mis muslos y el tercero acaricia mi sexo ya húmedo. Mientras los tres me acarician él se sienta en un sillón y mira la escena, sé que le excita mírame.
Echo la cabeza hacia atrás sin dejar de mirarle mientras disfruto las caricias que esos viejos prodigan a mi cuerpo con maestría pasmosa. Enseguida noto unos dientes en mis pezones y unos dedos que apartan mis bragas y frotan sin nada que lo impida mi sexo.
-esta sonadísima la puta
No me molesta oírlo porque así me siento, soy su puta y me excita serlo. El tercero se desabrocha el pantalón y saca su polla, que acerca a mis labios, no lo dudo los separo un poco y dejo que entre en mi boca, succiono y lamo toda esa polla que crece aún más, jadeo cuando noto una lengua en mi raja.
-esta buenísima tu putita
Atrapa mi clítoris entre sus labios y succiona hasta provocar el primero de mis orgasmos, sin que yo deje de lamer otra polla, sintiendo otra boca en mis tetas, me las muerde, las succiona y el placer es indescriptible. Mis ojos le buscan y nos encontramos, me mira inflamado de deseo.
El que me lamia la rajita se levanta y saca su polla, la acerca a mis labios y mientras intento darle placer a las dos pollas que tengo ante mí, el que chupaba mis tetas, se coloca un preservativo y poniéndose entre mis piernas, aparta un poco más la braga y me penetra de una vez, doy un gritito cuando esa polla llena mi coñito sensible aun por el otro orgasmo.
-no dejes de chuparnos puta
Y chupo, pajeo alternando mientras el otro me folla sin piedad agarrándome las caderas.
-que coñito más estrecho, que gustazo me estás dando.
Un ruido desde donde el está me indica que se ha levantado, miro y veo como se baja el pantalón y sentándose de nuevo se menea lentamente la polla y enseguida como siempre la deseo más que nada. Tengo tres pollas para mí y deseo esa.
-no aguanto más llevo tanto tiempo sin un buen coño, que me voy a correr ya zorrita, apriétame mi polla, vacíamela
Muevo las caderas como puedo y con un fuerte empujón se corre en mi coño, provocándome otro orgasmo, la saca y enseguida otro ocupa su lugar, este me la mete despacio, agarrado a mis tetas, que ya están fuera completamente y tras unos empujones también se corre, no deja por eso de penetrarme hasta que jadeo de nuevo, el que falta se coloca en posición y mientras los otros dos lamen mis tetitas me la mete y empieza a follarme lentamente pero muy profundamente, cada vez muerden más fuerte mis ya doloridos pechos, mi cuerpo esta dolorido de los empujones, estrujones y mordiscos, pero no hay piedad siguen mordiendo y follándome hasta que de nuevo me llevan al orgasmo. Uno baja entre mis piernas y quitándome la braga se pone entre ellas y empieza a lamer mi raja, media hora después no aguanto más y los tres me rodean y cogiéndome del pelo se turnan mientras me follan esta vez la boca, mientras siento manos por todo mi cuerpo hasta que se separan me tumban y sin dejar de tocarme los tres se masturban y se corren sobre mi llenándome de semen las tetas, el estómago y mis piernas.
Me quedo medio dormida, completamente agotada en la misma mesa. No se cuánto tiempo pasa cuando noto que alguien me coge de las manos, me lleva al baño y allí medio zombi me mete en la ducha y suelta el agua, primero cae tibia por mi cuerpo, luego poco a poco se enfría mientras unas fuertes manos frotan cada rincón de mi cuerpo. Me secan y me lleva a la cama. Caigo de nuevo rendida y de nuevo me duermo.
A media noche me despiertan unas caricias, me giro y le veo. Mi viejo vecino me besa los labios al tiempo que me sube sobre él, estamos en mi cama, los dos solos.
Noto su sexo duro entre mis piernas y le deseo como si llevara un siglo sin sexo, me abro un poco y me clavo lentamente sobre su dura polla, me apoyo en el cabezal de la cama y empiezo lentamente a cabalgarle mientras él me agarra fuerte del culo y me mira mientras nos movemos juntos.
-me ha gustado ver cómo te follaban putita, pero nada es comparable con poseerte
Muevo los músculos de mi vagina y aprieto esa polla que tanto he anhelado y me siento llena por primera vez en toda la noche.
-ahora me follas, pero me has poseído toda la noche
Jadean antes mis palabras, que brotan sinceras de mis labios.
-sabes cómo hacer feliz a un hombre cielo
Me dice levantándome y poniéndome boca abajo en la cama, empieza lamiendo mi nuca, baja por mi columna y termina en mi culo, lo abre con dos manos y sigue lamiendo mi raja, subo un poco y llega a mi clítoris desde atrás, lo muerde mientras noto un dedo penetrando mi coñito y otro en mi culo, empuja ambos y empieza a follarme así intentando juntarlos dentro de mis dos conductos, jadeo, gimoteo y hasta lloriqueo cuando llego al mayor placer, estalla por sorpresa atrapándome, enloqueciéndome y chupa, lame y saborea cada gotita que sale de mi cuerpo. Sin dejarme bajar a la tierra se coloca entre mis pernas, me sube de las caderas y me penetra, chillo al sentir que estallo de nuevo y la saca la apoya en la entrada de mi culo y me penetra, el dolor me hace chillar, el placer me hace llorar entra y sale durante unos minutos hasta que se pega a mi espalda y me dice al oído.
-voy a vaciarme dentro de ti, siente lo que solo tu provocas, cielo
Empuja más y más hasta que noto que se pone rígido y justo cuando su caliente semen llena mi culo otro orgasmo me nubla la vista.
Ambos caemos sobre la cama exhaustos