El viejo queria doble penetraciòn con su mujer

La vieja al sentir las dos a la vez , soltó aun alarido e intento zafarse levantando el cuerpo y moviendo la cara hacia un lado y otro , pero su marido dulcemente la consoló diciendo no te muevas que veras que bueno ahora cariño, mientras la besaba y su culo comenzaba a subir y bajar sobre su mujer.

La abuela me había dejado mi conejito como los chorros del oro de limpio, pues se había desmelenado aquella vieja tras la sesión que había recibido con el viudo por atrás y ahora disfrutábamos las dos con un bonito 69 y aunque una le gusta más saborear la cuchara que relamer el plato, lo cierto es que estaba disfrutando con la lengua de aquella dulce abuela.

Contagiamos un poco a ellos, pues el viejo arto de meneársela mirándonos a nosotras para levantar otra vez aquel rabo, llamo a su homónimo y le invito a que se la comiera y Emilio el Viudo no hizo asco a tal ofrecimiento y junto a nuestro lado se agacho y comenzó una soberana mamada que a mí que los miraba de reojo me estaba dando envidia no ser una la que estuviera haciéndola.

Mientras recibía aquella sabrosa comida, le iba diciendo a su compañero,- “mira que bien comen este par, joder no sabía que mi mujer le gustaban los gazapitos “ , ella parando un momento le respondió -“ y una tampoco sabía tus gustos viejo verde , ahora vas a tener cuernos por todos lados , una no se va a cortar ni un pelo de aquí en adelante”.

Andaba mojada yo como una loba en celo ya deseando calmar el ansia de aquellos dos fieras, y al primero que agarre fue al abuelo que la tenía ya bien dura y allí sentado como estaba, separe al viudo de su rabo y me senté sobre él, dándole la espalda pero ofreciendo mi conejito empalado a Emilio para que dulcemente lo comiera mientras recibía la visita de aquella portentosa vieja polla.

El viejo alargo la mano cariñosamente y pellizco los pezones de su mujer que estaba relajada junto a él mirando los acontecimientos con las piernas abiertas como incitando al viudo, pero este se decantó momentáneamente por mi conejo y el rabo del viejo que andaba entrando y saliendo lentamente de él.

La boca del viudo y sus manos hacían estragos en mi conejito y los huevos del viejo, pues este y una no parábamos de gritar ante aquella ayuda , aunque realmente yo estaba loca por el cariñoso roce de aquel venoso pollon que duro como una roca entraba y salía a mi ritmo de mi mojado agujerito.

Se le puso al viudo tiesa como un garrote y levantándose con ella en la mano, con la otra me empujo cariñosamente hacia el pecho del viejo para que me dejara caer a la vez que este me agarraba los pechos para sobarlos ahora con fuerza y poniendo aquel enorme cabezón junto a la de su compañero comenzó una lenta pero gozosa penetración que me pareció me iban a desgarrar si ya no lo estaba una.

Al sentir aquellos dos enormes pollones juntos dentro de mí, mis suspiros y quejidos eran de órdago y más cuando Emilio me penetraba hasta el fondo haciendo que la de su colega entrara simultáneamente, produciendo un choque de huevos que la vieja cómicamente dijo se iba a producir una tortilla allí, a la vez que media exaltada decía “no me puedo creer que cojan las dos por el mismo sitio” .

Un orgasmo colosal me llego con tanta intensidad que quede medio grogui en medio de los dos por lo que el viejo le dijo a Emilio, dejemos descansar a esta preciosidad que mi mujer quiere catar las dos que tiene su agujerito supurando y abierto como una flor.

La vieja dijo rápidamente – no, no, no a mi asi los dos no que una no tiene la elasticidad de Tere, no Manuel no, por favor no, no seas tonto, déjame no seas tonto no no insistassssssss decía ella mientras el marido agarrándola la sentó sobre Emilio, entrando su duro pollon como un resorte en aquel estrecho pero empapado viejo coñito.

Le cambio la cara y el tono de voz a las primeras envestidas y más cuando el viejo ahora le dedico una rápida comida ayudando con unos de los dedos dilatando un poco más ese conejito.

Una estaba de lado mirando aquel espectáculo volviendo en sí de aquel sorprendente orgasmo que había tenido, y que parecía había hecho mella en mí junto a los anteriores, dejándome fundida, cuando Emilio se llevó hacia atrás atrayendo con sus fuertes brazos a la vieja y pegando su espalda con su fornido y poblado pecho, para que ahora su marido con cara desencaja por la excitación acercara su pollon venoso al conejo perforado de su mujer y con algo de cuidado pero con fuerte decisión, la penetro doblemente como minutos antes habían hecho conmigo.

La vieja al sentir las dos a la vez , soltó aun alarido e intento zafarse levantando el cuerpo y moviendo la cara hacia un lado y otro , pero su marido dulcemente la consoló diciendo no te muevas que veras que bueno ahora cariño, mientras la besaba y su culo comenzaba a subir y bajar sobre su mujer.

Me excito mucho ver aquel viejo culo algo mas flácido que el del viudo que lo tenía terso y duro, como cincelaba el conejo de la vieja , moviendo aquella bolsa colgandera que tenía un par de buenas pelotas , chocando estas casi cómicamente con las de Emilio, que medio reposaban sobre la cama mientras ensartaba también a la abuela.

Los quejidos y alaridos se transformaron en minutos, en gozosos gritos de placer y más cuándo dos orgasmos casi seguidos le afloraron de aquel supurado y dilatado gazapo, que ahora estaba estirado hasta el límite.

El viejo comenzó a decir,” me voy a correr me voy a correr ya “ comenzando a acelerar ahora como un poseso provocando a Emilio que fue el primero, pues aunque este no aviso sus espasmos levantando la cadera y penetrando fuete ahora a la vieja, indicaba que estaba soltando todo su arsenal dentro de ella, se escuchó un chop chop chop fuerte y continuo cuando ahora el viejo si soltaba y se corría dentro de su mujer quedándose casi inmóvil tras tensársele el cuerpo mientras descargaba sus flujos dentro.

Mire la cara de la vieja, y esta con los ojos cerrado y la boca abierta, estaba en medio trance, pues al retirarse su marido y sacar goteando y empapada en crema su vieja y gloriosa polla, esta seguía sin reaccionar respirando lentamente sobre la espalda del Viudo que aun la mantenía penetrada con su duro rabo ya algo menos rígido.

Un hilo de pastosa leche iba saliendo de aquel viejo conejo que se iba cerrando lentamente mientras comprimía aun a aquella morcilla en su interior.

El viejo de pies mirando el sufrido conejo de su mujer jadeando igualmente que ella, me alargo la mano para que me incorporara y sentándome frente a él, me ofrecido aquella vieja semidormida escopeta para que se la chupara un poco.

Yo aún medio aturdida, la agarre sabiendo que ya no dispararía más ese día, y la comí hasta que menguo ya a su estado natural de reposo.

Mire y se había desenganchado ya la abuela que ahora dulcemente ere abrazada por atrás por el viudo que la alentaba a recuperarse hablándole tras su nuca mientras la acariciaba y pegada junto a su cuerpo.

El abuelo ya repuesto de mi limpieza, me dijo: mira doña como le gusta la mimen y hace dos días no quería follar conmigo y mira en uno la cantidad de polvos que ha recibido riendo tras este comentario el jocosamente.

Como se pueden imaginar ninguna de nosotras estaba ya para más trotes y ellos viendo como colgaban aquellos viejos aparejos tampoco , por lo que tomamos un merecido descanso de casi día y medio hasta volver a retomar la faena, donde primo el sexo en pareja aunque con algún intercambio sobre la marcha.

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