El viejo arte de cotillear por teléfono

Conversaciones telefónicas de un grupo de amigas un tanto peculiar sobre sus hazañas románticas y sexuales.

Capítulo 1

VERO: Hola.

MAR: ¿Qué haces, guarra?

VERO: Dormir, ¿qué voy a hacer? Ayer acabé a las tantas.

MAR: Te vi enrollándote con un tío, nunca lo había visto.

VERO: Ya, tía, yo tampoco. No me acuerdo de su nombre. Ya lo tengo en el teléfono, luego lo busco. Otro más para la VeroAgenda. Pero bueno, ¿qué tal tu plan?

MAR: Era nuestro plan. Y me dejasteis sola con Sara. ¡Sois unas putas! Pero fue bastante bien. Aparecieron dos tíos a invitarnos a copas. Dos de estos que le gustan a ella, musculados de gimnasio. No hizo falta mucho más... Tía, qué desfase. Acabamos los cuatro en un reservado.

VERO: ¿Qué dices, con Sara?

MAR: Ya ves. A ver, a mí estas historias me ponen desde siempre, pero no veía a Sara en una así. Y no veas cómo estaba. Cachonda perdida.

VERO: Y me llamas guarra a mí, ¡jajajaja! La verdad es que flipo. O sea, la tía no es una santa, pero siempre suele medir más que el resto.

MAR: Buf, no veas. Fue una pasada. Sara es modosita y todo eso, pero cuando se suelta me da miedo hasta a mí. Me ponía más caliente con las movidas que hacía ella que con lo que me estaban haciendo a mí.

VERO: ¡Jajaja!

MAR: No, a ver… Los tíos estaban bien, nada del otro mundo, para mí. Pero ella estaba encantada. Hubo un momento que animé al mío a que fuera con ellos, los dos para Sara. No estaba segura de si ella se iba a cortar. Pero para nada. No veas lo que le gustó. Se puso a comerle el rabo mientras el otro la percutía a base de bien. Y se dejó hacer de todo, ahí delante de mí. La verdad es que parecía toda una experta

VERO: ¿Y tú?

MAR: Yo me acabé solita viendo el espectáculo. Ya te digo, me ponía más eso que follarme al mío. Y creo que él también prefería compartir a Sara con su colega. Salimos todos ganando.

VERO: Joder con Sarita… ¿Y al acabar? ¿No hablaste con ella?

MAR: Sí, claro. Los pavos querían llevarnos a casa, pero pasamos. Nos fuimos por nuestra cuenta y hablamos un rato. Lo malo es que sigue colgada por Ignacio. Dice que quiere salir con él en serio. Flipa. Con el regusto de dos pollas, en plural, en la boca y ella sin parar de hablar de lo mucho que le gusta su queridito Ignacio. Qué loca está. Que hasta se dejó dar por culo. Y no veas que manera de recibir, se le salían las lágrimas. Le tiene que estar doliendo ahora mismo seguro.

VERO: ¿Por culo? Joder, y creíamos que le daba vergüenza que la viese nadie en acción.

MAR: Ya, ya, si yo no paraba de flipar. La tía no lo pidió ni nada. Pero cuando estaba solo con el suyo, el tío se lo pidió y ella feliz. Se puso a cuatro patas con el culo en pompa, y toma puerta trasera. Además, no paraba de mirar cómo se lo hacía. Luego yo animé al pavo para que le diera más caña, iba muy despacito al principio, y ella me miraba y me ponía esa sonrisita tímida suya. Pero cuando el tío ya me hizo caso y la embistió a lo bestia, se le borró la sonrisita, jejejeje.

VERO: Qué perversa eres, nena. Y dices que después de todo eso, se te puso a hablar del otro.

MAR: Sí, tía. Lo normal sería que quisiera verse en otra así cuanto antes… Si se lo pasó en grande. Pero nada, la obsesión del pavo ese le puede más.

VERO: Es la primera vez que Sara se ventila a dos a la vez, ¿no?

MAR: Sí, Sara sí. Siempre diciendo que eso no era para ella, y ya ves. Y yo de segundo plato, dándome amor solita, ¡jajaja!

VERO: Pues yo ayer lo intenté, pero no hubo manera. De hecho, esto no te va a molar. Ayer me traje a uno a casa, y como Lana vive con sus padres, le dije que se trajera al suyo. Al llegar a casa se fueron directos a la habitación de invitados. Antes de que se encerraran le pregunté si no quería quedarse en el salón con nosotros, y me dijo que no. Con lo jipi que es ella para casi todo. Y esta mañana se fueron juntitos de la mano. Yo creo que se nos ha enamorado.

MAR ¿Qué dices?

VERO: Yo la vi bastante ensimismada.

MAR: Pero ¿quién es el tío?

VERO: Se llama Víctor. Fue conmigo en clase el último año de instituto. A mí no me gusta mucho, pero una vez, jugando a la botella, se lo tuve que hacer con las tetas… Tiene un rabo poderoso.

MAR: ¡Jajajaja! Ya sé quién es. Estaba yo en esa partida. ¿No te acuerdas? De hecho, el notas este es el que le metió la botella a Tina aquel día.

VERO: ¡Es verdad! Era la primera vez que Tina quedaba con nosotras. Estaba un poco cortada, pero ya la tercera vez que perdió y se tuvo que correr delante de todos, se relajó un poco y se hizo colega nuestra para siempre. Ya no me acordaba.

MAR: Y ese día Lana no estaba. No recuerdo por qué.

VERO: Isa y Lucía tampoco. Sara sí, pero no quiso jugar. Le dejamos mirar para ver si así se animaba, pero no hubo manera.

MAR: Ya. Yo duré poco, en seguida la jodí y me tuve que meter en cama con Jota.

VERO: Es verdad. Que decías que había sido una ruina.

MAR: Una ruina, no, pero me folló en plan lentito, y yo ya sabes que prefiero cosas más… “animadas”. Pero como había ganado él...

VERO: Pues eso, que Lana está con Rabo Poderoso, jaja, y no sé yo…

MAR: Pues vaya faena. ¡Joder! Con lo bien que fue ayer la noche. Al final todo se tuerce.

VERO: Bueno, es su decisión y habrá que respetarla. Yo me quedé un poco a cuadros, porque, claro, la tía sabe lo del juego de la botella de aquel día, que se lo hizo con mis tetas y lo de Tina. Que no veas lo que disfrutó follándosela con la botella hasta que se corrió del todo, se le ponía cara de psicópata penetrándola. Luego fue cuando me ganó a mí, aún estaba superempalmado después de lo de Tina, se la colocó entre mis tetas y no veas cómo las apretaba contra su rabo. Normalmente, a los tíos les gusta que las aprietes tú contra su polla mientras se pajean con ellas, pero prefirió hacerlo él. Y luego me obligó a tragarme el semen cuando se corrió. La verdad es que le pone pasión…

MAR: Vaya, qué pena haberme perdido eso.

VERO:  Pues si Lana sabe todo esto y pasa de una noche loca para estar a solas con él, es que seguro que hay algo más.

MAR: Ya… Habrá que pensar en algo.

VERO: Déjalo estar por ahora… Pero cuéntame más. ¿Cómo empezó lo vuestro ayer?

MAR: Pues a ver. Nos dejasteis solas enseguida, porque sois unas zorras y pasasteis del plan. Yo le propuse ir a la pista de baile para hacernos notar, pero Sara decía que necesitaba una copa antes. Ya sabes, que al principio también le cuesta soltarse. Resulta que los tíos estaban justo al lado de nosotras, nos oyeron e insistieron en pagarnos ellos una ronda. Yo ahí ya vi que a Sara le hicieron tilín los dos. Se puso a hablar uno con ella y otro conmigo. En cinco minutos ellos ya se estaban enrollando. Le pregunté al mío si él no iba a entrarme o qué y, claro, me entró.

VERO: Tú siempre tan sútil…

MAR: Lo del reservado fue cosa mía. Le eché mucha cara, porque lo pagaban ellos, pero como vieron que les iba a salir a cuenta no protestaron nada. Allí ya la cosa se desmadró enseguida. Ellos ya llegaron al reservado muy calientes, lo que no me esperaba era lo de Sara. Yo aún estaba magreando con el mío, calentando motores, y cuando me doy cuenta la tía ya está de rodillas con las pelotas del suyo en la boca. Yo pensaba que se cortaría más conmigo delante, pero de eso nada. Además que la tía mamaba en plan ruidoso, metiéndose la tranca del tío hasta el fondo de la garganta, atragantándose seguido, y no paraba la tía. Y, claro, yo no voy a ser menos, así que le di la réplica al mío.

VERO: Ya. ¡jajajaja!…

MAR: No, si me gusta esa sensación de metérmela por la garganta hasta no poder más, pero me pilló en frío, joder, se me notaba menos entusiasmo que a ella. Por eso después del metesaca de rigor, le mandé el mío a Sara. Estaba claro que era su noche. El tío encantado. Y ella, también… Es que no me lo creo. La tía se zampa a dos tíos a la vez, les pone el culo, termina a uno con la boca, el otro se le corre dentro… Y recogemos y la tía se me pone a hablar de lo mucho que le gusta Ignacio. Que yo no sé a qué se dedica el tío ese, igual es peor que nosotras, pero si se entera de esto de Sara igual deja de interesarle tanto. Igual hasta le digo algo…

VERO: No seas mala, no te metas ahí.

Mar: Ya, ya, lo digo por decir. Oye, en serio, vaya fiera la Sara. Un espectáculo. Para grabarlo y todo. Yo estaba ahí, toda abierta de piernas, el tío encima de mí todo ciclado follándome a conciencia y no podía parar de mirarla a ella merendarse al suyo. Y luego ya con los dos, y yo en una esquina observando como una pervertida...

VERO: Es que eres una pervertida.

MAR: Pues no fui yo la que puso el culo y se folló a los dos culturistas.

VERO: Porque ayer estabas a otra cosa. En una situación distinta haces eso y más.

MAR: ¡A la mierda! Bueno, hay que reaccionar. ¿Qué hago, tía?

VERO: No hagas nada, anda.

MAR: Sí. Hay que hacer algo con Sara y también con Lana. Voy a empezar con Sara, porque Lana estará ahora con el suyo. Con su Víctor, ¡ay, que está enamorada! Se nos amontonan los problemas.

VERO: En serio, Mar, no te pases…

MAR: No, joder, es que luego estas cosas son las que separan a las amigas. A mí me parece bien que les guste un tío y todo eso, pero no pueden dejar de lado la pandilla. Voy a tomar otro café y a ver si se me ocurre algo.

MAR: Hablamos, guarra.

VERO: Y dale con llamarme guarra...


ISA: ¿Hola?

LUCÍA: Hola, guapita de cara. ¿Qué? ¿Qué pasó ayer?

ISA: Nada, tía. Te pusiste tonta con el tío ese  y me fui para no estorbar.

LUCÍA: Podías haberte quedado, las otras seguían allí. Bueno, yo tampoco me fui.

ISA: Estaba cada una a lo suyo. Me fui al garito de los jevis.

LUCÍA: ¿Sí? ¿Y te dieron metal?

ISA: Metal del bueno.

LUCÍA: Cuenta, cuenta…

ISA: Bueno, pues nada. Llegué allí, tampoco había mucha gente. Vi a Ana, la gótica esta que está como una cabra y es bisexual.

LUCÍA: ¿Volvió a entrarte?

ISA: Bueno… ayer fue distinto.

LUCÍA: ¿Te la tiraste?

ISA: No… Hubo contacto, pero no, el folleteo fue con “siervos de Satán”, jeje.

LUCÍA: ¿Varios? Pues cuenta, cuenta… Qué fuerte eres.

ISA: A ver, tranqui. El rollo es que Ana había quedado con tres chicos allí, los del grupo este, Intromisión Anal, ¿sabes?

LUCÍA: Sí, que al guitarra le llaman Diablito, y el tío es un animal de metro noventa. No sé cómo se llama de verdad.

ISA: Esos mismos. Bueno, pues Ana había quedado con ellos para hacer mierdas de las suyas, sado o lo que coño sea eso. Entonces empezó a comerme el coco para que me uniera porque igual tres tíos para ella era demasiado, que los tíos se ponen de mierda hasta arriba y pierden el control a veces, que nunca había estado con los tres a la vez… Total, que me apunté. Yo ya le dejé claro desde un principio que a mí ciertas movidas no me iban, que haría lo que me diese la gana y que nada de rollo bollo, que la conozco y tal.

LUCÍA: ¿Y te hizo caso?

ISA: Sí. Bueno, hubo un momento que uno me estaba petando el culo y yo estaba flipando, y como debía de tener los ojos en blanco la tía se me acercó y me comió el coño. Pero estaba tan excitada que la dejé un ratito.

LUCÍA: ¡Hala, qué bollera! ¿y te gustó?

ISA: Pues sí, se le da bastante bien. Lo que pasa que en cuanto recapacitas un poquito, ya no te hace tanta gracia, y la largué enseguida. Además de malas maneras, la saqué de ahí a patadas, jajaja, que se ve que a Ana eso le gusta.

LUCÍA: ¡Jijiji! Ya, yo a Ana ya la vi una vez en acción y tiene mucho vicio. Unos meses antes de entrar en la uni, Tina y yo la espiamos mientras se follaba a un tío de treinta bastantes años, y a la tía le va que le den muuuucha caña.

ISA: Ya, por eso tenía un poco de miedo, tía. Porque a mí eso de que te hagan daño de verdad no me mola un pelo. Estuve un poco a la defensiva con los chicos, pero fue bien. Es que yo creo que llega un punto del calentón que subes el pistón sin darte cuenta. Aunque tuve que pararles los pies un par de veces. Es que estos se ponen hasta atrás de todo y no controlan, y como la otra es bisexual yo creo que se hicieron ilusiones de ver rollo bollo de verdad, pero nanai.

LUCÍA: Yo creo que tuvieron bastante, jajaja. Joder, me estás dando envidia, si lo sé me voy contigo.

ISA: ¿No se te dio bien lo tuyo?

LUCÍA: Sí, muy bien.

ISA: ¿Entonces?

LUCÍA: Bueno, lo mío fue más normalito. Que no me quejo. Nos lo montamos en el baño de tíos.

ISA: Qué raro.

LUCÍA: ¿Por?

ISA: Luci, en el Carnódromo siempre acabas en el baño de tíos. Acéptalo, te encanta, por alguna razón.

LUCÍA: Bueno, tiene su aquel. Ya sé que es un poco de fulanilla de poca monta, pero me da morbo que entre alguien y nos pille. Y pasa a menudo. Nunca sabes cómo van a reaccionar. Una vez casi acaba mal, pero lo normal es que disimulen, como si allí no pasara nada, o te hagan una gracia. Más de una vez me han hecho fotos y vídeos, y acaban subidos en alguna página guarra de internet. Esas cosas me ponen.

ISA: Como un día se enteren tus padres, te desheredan.

LUCÍA: Mis padres no saben ni lo que es eso.

ISA: Les puede ir alguien con el cuento.

LUCÍA: Eso no va a pasar. Luego te paso links de vídeos que subieron de mí. Además salgo muy sexi, no puedo parar de verlos, jijiji.

ISA: Qué poco te quieres a ti misma…

LUCÍA: Bueno, pero sigue contándome tu experiencia con Intromisión Anal..

ISA: ¡Jajaja! Dicho así suena… Pero oye, no los puedes acusar de publicidad engañosa.

LUCÍA: No, eso no…

ISA: Bueno, pues cuando Ana me convenció, esperamos por ellos bebiendo unas birras y charlando, llegaron y nos llevaron a su local de ensayo. Es un sitio no muy grande, pero como está insonorizado viene bien para estas cosas. Llegamos allí y nos ofrecieron unas rayas de speed, creo. Yo dije que no, pero Ana se apuntó. A mí me daba un poco de mal rollo ser la única que no se metía nada, pero tampoco quería que aquello se me fuera de madre. Como se metían todos menos yo y tampoco quería empezar dando imagen de mojigata, les propuse que se hicieran las rayas en mis tetas, y ellos encantados, claro. También dejé que Ana lo hiciera, eso tampoco me importa tanto. La tía aprovechó para lamerme un poco los pezones. Ellos cuando se metían la raya me comían la boca en agradecimiento, pero Ana se fue directa a mis tetas.

LUCÍA: Eso también es un poco lésbico, ¿eh? Además, que tú tienes unas tetazas muy bien puestas.

ISA: Bueno, me da igual. El rollo es que estos con Ana ya tienen más mili, y supongo que se notaba. Pero le hacen de todo, eh. La estrangulan, le cruzan la cara, le pisan la cabeza mientras se la follan… De todo. Y la tía pide más, no te creas.

LUCÍA: Sí, el tío que se la ventiló delante de nosotras se la metía tan adentro en la boca que la hizo potar un par de veces. Y ella no se achantaba, pedía más.

ISA: Me lo creo. Yo quería empezar con uno, por eso de ir poco a poco, pero como yo era la novedad, me vinieron los tres ya de principio.

LUCÍA: ¿Y la otra?

ISA: Pues mirando un buen rato. Y se le veía contenta, le gustó mirarnos. Además que empezaron bastante emocionados, después de lo de esnifar de mis tetas. Me acabaron de desnudar enseguida, me pusieron de rodillas y a chupar. Bueno, a chupar. Más bien se turnaban para follarme la boca, y a los que no les tocaba boca se lo hacía yo con las manos o me arreaban pollazos en las tetas y eso…

LUCÍA: ¿Pero fueron muy bestias?

ISA: No, un poco, se ve que están acostumbrados a llevar la iniciativa. Hubo un momento que intentaron atarme las manos a la espalda, les dije que nanay y ahí ya se fueron a por Ana, que sí se deja hacer esas cosas. Lo de esa tía es increíble. Es que la ves ahí, atada y humillada de la hostia, y la tía hasta se ríe. Da miedo, ¿eh?

LUCÍA: La virgen. Mira que nosotras somos depravadas, pero lo de ella es otro nivel.

ISA: Claro, es que yo creo que nunca he sido tan bestia como ayer, pero ves a la otra y parezco salida de una película de Disney.

LUCÍA: Jajaja. Bueno, lo importante es que lo pasaras bien.

ISA: Sí, fue toda una experiencia. Al final de todo, estaban dos acabando ya con Ana, y conmigo estaba el Diablito este. Bueno, pues Ana tenía a uno dándole por delante y a otro por detrás, a la vez, y yo tenía al mío sodomizándome de lo lindo, pero tumbada boca arriba y mirándolo a él. Pues para acabarme, agarró un micro y empezó a follarme con él hasta que me corrí. Además que él se corrió a la vez dentro de mi culo. Se ve que el chico tiene práctica con estas cosas.

LUCÍA: Qué bien, y qué atento además, jijiji.

ISA: No veas, estuve un buen rato echando semen por el culo… ¡Madre mía, jajaja! Y luego querían más, claro, seguían colocadísimos, pero me fui, estaba agotada, Se quedaban con Ana, ya no le importaba tener a los tres para ella. Espero que esté bien, cualquier día tiene una desgracia.

LUCÍA: Pues podría ser...

ISA: Por cierto, me han metido en un chat del grupo, así que cuando quieras, quedamos con ellos y vamos tú y yo de grupies, a ver si es verdad que tanto te apetece.

LUCÍA: Suena tentador, lo vamos hablando, jeje. Me tengo que ir. Un beso, lobona.

ISA: Un beso, obsesa del váter de caballeros...


TINA: Hola…

LUCÍA: Ey, soy yo. ¿Qué tal ayer? Te perdí de vista pronto.

TINA: Ya, Última Bala.

LUCÍA: ¿Otra vez?

TINA: Pues ya ves. Diversión asegurada.

LUCÍA: ¿Te habló de mí?

TINA: No, Lucía. Aunque no te lo creas, no tiene que rememorar vuestros encuentros sexuales para amenizar los nuestros.

LUCÍA: Pues lo pasábamos muy bien. Es una pena que llevemos tanto tiempo sin hacerlo.

TINA: No nos hemos jurado fidelidad eterna ni nada por el estilo, cuando quieras puedes quedar con él. No me voy a poner celosa.

LUCÍA: Por ahora te lo puedes quedar para ti solita.

TINA: Tampoco creo que…

LUCÍA: Escucha. ¿Has visto los guasaps?

TINA: Sí, tía.

LUCÍA: Nos estamos quedando atrás, hay que hacer algo.

TINA: ¿A qué te refieres?

LUCÍA: Joder, pues de lo que llevan hablando en el chat todo el día. Sara y Mar se montan un dos para dos, Isa una orgía prácticamente sadomaso. Y nosotras, ¿qué? Yo otra aventurita en el baño y tú con Última Bala. Somos las aburridas del grupo.

TINA: Oye, que yo no me aburro. Que Última Bala y yo nos lo pasamos muy bien en su coche.

LUCÍA: ¡Ah, su coche! Al tío le encanta hacerlo en su coche. Nos lo montamos en él unas cuantas veces. Tiene su punto, pero es un poco incómodo.

TINA: A mí me gusta mucho. Es un fetiche que tiene el hombre. Yo, a veces, me coloco mal que puedo en medio de los asientos delanteros y me pongo a jugar con el cambio de marchas entre mis piernas, hasta me lo acabo metiendo. “Follarme al coche”, lo llamamos. Y no veas cómo se pone él cuando lo hago. Hasta me empuja para que me entre más a fondo, es como si me empalase.

LUCÍA: Madre mía, normal que no me eche de menos. Yo no hacía esas salvajadas.

TINA: Tampoco me ha dicho que no te eche de menos. Pero a ver si eres la única que tiene que espabilar… Mira, cada una con lo que le gusta. Volviendo a lo de antes, ahora Sara es muy desfasada, claro, pero ya está otra vez hablando sin parar del tal Ignacio. Y aún recuerdo bien cuando Víctor me lo hizo con una botella delante de todo el mundo, ahí estaba ella, de observadora de la ONU sin atreverse a entrar en el juego.

LUCÍA: Pero eso fue hace tiempo. Ayer se dio un homenaje con dos machacas de gimnasio, y estos se lo van a contar a sus colegas. Y por mucho que le mole el tío ese, la peña va a saber quién es y lo que hizo. Ya verás la de tíos que hacen cola para liarse con ella.

TINA: Tampoco creo que lo haya hecho para ser doña Popularidad. Aprovechó la situación y ya está. Además, Mar estaba deseando que hiciera algo así, seguro que ayudó mucho a que los dos tíos esos acabaran con ella sola.

LUCÍA: Sí, menuda es Mar cuando se empeña en algo. ¿Te acuerdas de la primera noche de marcha en la uni? Nos convenció a todas para que fuéramos al Carnódromo sin bragas. Para darnos a conocer mejor, decía. Está pirada. Y nosotras también, por hacerle caso.

TINA: Ya, mira que me cansé de enseñar el coño esa noche, como no voy depilada ni nada, se me veía el seto al mínimo movimiento de piernas, jeje.  Tampoco estaba acostumbrada a llevar mini por aquel entonces, menudo show…  Pero bueno, resultó. El lunes ya éramos conocidas por toda mi facultad.

LUCÍA: Y por la mía. De eso no me quejo, jeje. Aún recuerdo cuando fuimos todas a la pista de baile juntas. En cinco minutos estábamos rodeadas de salidos. Y unos cuantos tocaron pelo, ¿eh? Los currelas se dieron cuenta seguro, yo creo que hicieron la vista gorda porque les interesaba darle fama al Carnódromo con la nueva promoción universitaria, que éramos los que organizamos la fiesta, y tampoco se nos fue mucho de las manos.

TINA: Los del Carnódromo están encantados con la fama que tienen.  A mí me lo comieron en medio de la pista, y si vieron al tío ese de rodillas en la pista de baile, sabían muy bien lo que estaba haciendo. Y cuando a Lana le dio por tirarse a uno también allí en medio... Lo que pasa que les hicimos de barrera humana, eso fijo que no lo vieron.

LUCÍA: Bueno, lo dicho, tenemos que espabilar. ¿Sabes qué vamos a hacer hoy?

TINA: ¿Qué?

LUCÍA: Vamos a jugar a rol.

TINA: ¿A rol?

LUCÍA: Sí. Uno de mi clase organiza partidas. No va mucha peña. Pero los conozco a todos. Ya verás, esos nos van a tomar por unas diosas. Va a estar guay.

TINA: ¿No serán muy frikis.

LUCÍA: Chica, un poco sí. Nada del otro mundo, y hay alguno que está muy bien. Venga, te paso a recoger en dos horas.

TINA: ¿Dos horas?

LUCÍA: Sí, hazme caso. Te da tiempo a ponerte mona. No te pongas nada discreto, pero sí bragas, si quieres, jijiji.

TINA: Bueno...

LUCÍA: Sí, ya verás, vamos a liarla bien. Venga, vamos a ello...