El viejo arte de cotillear por teléfono 4
Un extravagante día de playa y un elaborado plan de seducción son unos temas de conversación estupendos para estar un buen rato colgadas al teléfono.
VERO: Sabía que me ibas a llamar tarde o temprano.
LANA: Estabas avisada. Tenemos cuentas pendientes.
VERO: Ya, ya, jeje. No has tardado mucho en reclamarme.
LANA: Pues eres la tercera, el otro día cayó Sara.
VERO: ¿Cuándo?
LANA: El martes.
VERO: Sí que os estáis dando prisa.
LANA: Bueno, la prisa la tenía Sara. Nos vimos el lunes, le conté cómo había ido con Mar, que Sara es muy cotilla, y le pareció una excelente idea para darle celos a Ignacio. O para seducirlo, en plan “si sales conmigo esto es lo que te espera”, jejeje. Si hasta grabó algunas cosas con el móvil, en plan Lucía, pero para consumo personal. Se los enseña al otro y ya. La verdad es que no sé bien de qué palo va cuando hace estas cosas, pero me fío de ella. Dijo que no los iba a compartir. Bueno, yo sí los tengo.
VERO: No, Sara no es así, a lo mejor al final ni se atreve a enseñárselos a Ignacio. ¿Y qué, lo pasastéis bien?
LANA: Muy bien, sí. No quiero ser mala, pero desde que Sara va en plan despechada, es más divertida.
VERO: Está descubriendo su lado salvaje, a todas nos ha pasado. Solo que a ella, un poquito más tarde.
LANA: Sí, sí.
VERO: ¿Rabo Poderoso quedó satisfecho?
LANA: Sí, ¡jajajaja! Muy satisfecho, vas a tener que esforzarte para dar la talla, ya te aviso. Sara no se sintió amedrentada por su enorme herramienta. Al contrario, yo quería hacerla sufrir haciendo que mirara cómo nos lo montábamos, pero enseguida se acercaba y reclamaba su ración, e Ignacio, que es un amor, no se la negaba nunca.
VERO: ¡Jajaja! Qué atento. El tío tiene que estar encantado sabiendo que se nos va a pasar a todas por la piedra, ¿no? Vamos cayendo una a una…
LANA: Sí, está encantadísimo. Pero contigo quiero variar un poco y hacer algo distinto.
VERO: Ah… ¿Y qué tienes en mente?
LANA: Pues verás, tenía pensado que quedemos una noche los tres, buscamos una discoteca o algo en la que no nos conozcan, ya encontraré yo el sitio. Entonces, lo que vamos a hacer es: tú e Ignacio fingís ser pareja y yo vuestra colega, así tengo barra libre para ligarme a alguien. Y a partir de ahí improvisar. Siempre que improvisamos sale bien.
VERO: Siempre que improvisamos provocamos terremotos, ¡jajajaja!
LANA: Bueno, pero ¿qué te parece?
VERO: Me parece todo ok.
LANA: Perfecto, te mantendré informada. Qué buena amiga soy, que te voy a ceder a mi novio por una noche… Bueno, y por lo demás, ¿qué? Alguna novedad.
VERO: Pues la verdad es que sí.
LANA: Pues cuenta. Soy toda oídos.
VERO: El rollo es que esta semana estoy pasando de todo y yendo a la playa todos los días, que hay que aprovechar el buen tiempo. Y siempre me ponía al lado de una chica rubia, que te llama la atención, porque tiene un peinado medio retro, como de actriz de Hollywood antigua…
LANA: ¿En plan Marilyn?
VERO: Algo así. Más bien corto, como ondulado… Bueno, la tía siempre va sola, como yo. Pero ayer, cuando llego a la playa, veo que está más lejos, con un grupo de cuatro tíos, ahí de risas y tal. La tía va siempre en topless, por cierto. Yo no, porque me siento observada, pero en plan mal.
LANA: Es que tus tetas son muy muy grandes y llaman mucho la atención. ¿Te siguen dando problemas de espalda?
VERO: No, desde que voy al gym mucho mejor. Y menos mal, porque si no supongo que me las habría operado para reducirlas. Pero yo las quiero conservar así.
LANA: Claro, tía, son tus tetas.
VERO: Bueno, y la tía esta es muy rostro pálido, está siempre echándose protección y no le coge el sol nada, ¡jajaja! No sé si se da cuenta… Pero eso. Que ayer estaba con el grupo este de tíos. Y al rato, me ve en mi sitio de siempre y se me acerca. Resulta que los pavos eran austriacos. La chica me cuenta que los acaba de conocer, que está chapurreando en inglés con ellos y que le preguntaron por mí. Le digo que yo de inglés sé lo justito, pero me ofrece ir junto a ellos, y yo voy.
LANA: Por supuesto que vas.
VERO: Por supuesto que voy. Los tíos eran unas torres, llamaban la atención. Se veía que eran extranjeros. Y, bueno, llego allí, pongo mis cosas al lado de las de Emma... La chica se llama Emma. Me presenta, y estuvimos un rato con conversaciones de besugo. Entendernos era un cristo. Los tíos cada dos por tres se ponían a hablar entre ellos en alemán… Hablan alemán, ¿no?
LANA: Sí, alemán.
VERO: Sí, y la Emma esta me miraba con caritas diciendo: “están hablando de nosotras”. Y yo, “ya, ya, se nota muchísimo”. Es que era obvio. Al rato les decimos que vamos a bañarnos, y ellos “nein, nein” o algo así. Y cuando nos estamos metiendo, así poco a poco, llegan por detrás y empiezan a salpicarnos y empujarnos al agua. Nosotras les pagamos con la misma moneda y, ya te imaginas: rocecito por aquí, te toco el culo sin querer… Esas movidas. A las dos, a mí y a ella. Emma me contó que tiene bastante experiencia con turistas, al parecer la playa esa es un imán, y la tía va a ahí pues como nosotras vamos al Carnódromo, de caza.
LANA: Joder, es una idea cojonuda…
VERO: A mí me lo pareció, sí.
LANA: Y me da que sé cómo acaba tu historia.
VERO: Ya, pero no es cómo, tía, es dónde.
LANA: ¿Dónde fuisteis?
VERO: A un yate. ¡Los pavos tenían un yate pequeño alquilado! Gente con pasta, seguro. En la playa, empezaron a intentar comunicarse en español, y decían: “puerto”, “barco”, “venir”. Parecían tontos, ¡jajaja! Y Emma, que es un encanto, me quiso avisar, como si yo fuera demasiado ingenua para saber lo que iba a pasar allí, en plan: “no te vas a liar con uno mientras los otros pescan atunes, nos van a venir a saco”. Cuando le dije que lo único que tenía de nuevo para mí esa situación era el barco, le hizo mucha ilusión. La verdad es que nos caímos muy bien.
LANA: Por lo que cuentas podría ser una de nosotras.
VERO: Yo creo que es algo mayor y, por lo que vi, nos puede enseñar un par de cosas, ¿eh?
LANA: ¿Por?
VERO: Sensaciones… La soltura que tenía la tía en la playa vacilando con ellos, y luego en el barco entrando en materia. Al subirnos, la tía me dijo que me fuera con ella a tomar el sol en cubierta mientras estos arrancaban el barco. Eso parece ser que tiene su complicación. Luego estuvieron un buen rato pilotando hasta no sé dónde, y los oíamos hablar y reír y montar follón. Y la tía me dice: “Cuando atraquen de nuevo y nos digan que bajemos a la salita esa de ahí abajo, es que empieza la acción”. Y fue tal cual. Llegamos a otro puerto, atracaron y nos invitaron a entrar.
LANA: Ya se había visto en alguna de esas.
VERO: Exacto. Había unos sofás a cada lado, me vinieron dos y me sentaron en medio de ellos, y con Emma hicieron lo mismo en el sofá de enfrente. Nos sirvieron champán los tíos. Mucha clase. Mientras bebíamos casi ni se molestaban en hablar con nosotras, eso daba como mal rollo, en plan, “¿qué estarán diciendo?”. Y, de repente, uno de los que está sentado con ella me empieza a hacer gestos señalándome al pecho. Quería que me quedara en topless, como Emma. Yo le seguí el rollo y señalé a uno de los míos para que él me quitara el bikini. Lo entendió a la primera, ni barrera idiomática ni leches. Luego el que estaba a mi otro lado,se levantó, cogió la botella de champán y me lo derramó por las tetas. Me las puso perdidas. Luego los de enfrente entre risas agarraron a Emma para que le hiciera lo mismo, y le vació la botella encima.
LANA: ¿La Emma esta tiene las tetas grandes?
VERO: Normales. No como las tuyas, pero más grandes que las de Mar o Tina.
LANA: Bueno, es que ellas están muy planas. Que no pasa nada, ¿eh?
VERO: No, claro que no. Bueno, pues abrieron otra botella y sirvieron más copas. Nosotras encharcadas… Ahí ya empezaron a arrimarse más, a susurrarnos cosas en alemán al oído, besito aquí, mano que se deja caer allá...
LANA: Y adiós muy buenas.
VERO: Sí, en cuanto vieron que todo iba viento en popa... ¡porque era un barco, jajajaja!… se dejaron de remilgos. Uno me besó, el otro empezó a comerme las tetas, noté una mano abriéndose camino por el tanga hasta mi entrepierna. No sé ni de quién era. Y Emma, que la tenía enfrente, igual. Tenía las piernas abiertas, una sobre el regazo de cada tío, ellos acariciándole el coño a la vez, ella comiéndose la boca con uno y luego con otro… Lo del idioma era curioso. Mientras me magreaban y nos enrollábamos, quise que se las sacaran, para jugar yo un poco también. Les tiré del bañador mal que pude, porque me tenían muy enganchada, no podía mover bien los brazos, pero ellos entendieron el gesto y se las sacaron solitos. Ahí ya me dejaron más espacio de maniobra para que los pajeara mientras seguían “explorando mi cuerpo”, jeje. También se aprovechaban el rollo del idioma para hacer lo que se les ocurriera sin preguntar.
LANA: Pero ¿se pasaron o algo?
VERO: No, hubo un momento en medio de la vorágine que uno yo creo que nos propuso hacérnoslo entre nosotras, pero Emma le dejó claro que de eso nada y no insistió más. La tía es la hostia, tiene mucha actitud. Cuando está gozando a tope se le pone cara de cabreada.
LANA: ¿Qué dices? ¡Jajajajaja!
VERO: Que sí, parece que va a matar a alguien, será un tic o algo, es muy raro. Hubo un momento en que teníamos las dos a uno lamiéndonos el culo y a otro el coño. Buf, eso fue increíble, nunca me lo habían hecho… Pues a la tía se le ponía una mueca en la cara, que parecía que iba a empezar a darles de hostias. Bueno, y, a veces, cuando quería que le dieran más caña, les agarraba del cuello o les daba leñazos en el pecho o bofetaditas no muy fuertes en la cara y ellos se las devolvían. También gritaba sin que le entendieran una mierda. El rollo vioelnto sí lo entendían, y respondían al estímulo. La tía pedía guerra y se la dieron. Yo me dejaba llevar más, tenía suficiente con lo que ya me hacían.
LANA: Le va la marcha.... ¿Y dices que os comieron por delante y por detrás a la vez a las dos al mismo tiempo? Eso suena a fantasía de Tina.
VERO: Sí, no veas que pasada. Nos lo hicieron hasta corrernos. Yo hasta casi me mareo. Luego se lo cobraron, ¿eh?. Nos colocaron a las dos de rodillas, una al lado de la otra. Nosotras en plan “¿qué van a hacer?”... Y se nos pone uno en medio, de pie, y nos agarra a las dos de la cabeza para que se la chupáramos a la vez.
LANA: Hostia, lo tenían planeado.
VERO: O lo decidieron allí. Como no les entendíamos…
LANA: ¿Y se lo hicistéis a los cuatro? ¿Lo de comérsela a la vez?
VERO: A los cuatro. Y los cuatro se corrieron así. Bueno, cuando veíamos que ya se iban, una lo acababa con la mano sobre las tetas de la otra. A ellos les encantó la ocurrencia, pero a nosotras nos entraba la risa tonta todo el rato.
LANA: ¿La risa?
VERO: Es que si los ves ahí, desnudos y erectos, en fila, esperando turno, ¡jajajaja!. Y luego te ves, pues qué se yo, comiendo rabo, y tienes la cara de la otra justo al lado lamiéndole los huevos, o chupándoselos... Eran unas estampas curiosas. Luego intercambiamos posiciones, y notaba la saliva de la otra, que acaba de estar ahí… También les lamimos el culo a base de bien… Una depravación total, pero unas risas.
LANA: Ya, ya... Bueno, pues espero que mi plan no te sepa a poco ahora.
VERO: Para nada, tengo muchas ganas de ser la novia de tu novio y ver a quién te ligas tú.
LANA: O a quiénes, que no quiero ser menos que vosotras.
VERO: Oye, os quiero presentar a Emma. Le di mi número y le hablé de vosotras. Creo que le hace ilusión conoceros. Ya somos compis de playa oficiales, quedamos para ir juntas todos los días.
LANA: ¿Y siempre…?
VERO: No, mujer, por lo de ahora en plan tranqui. Si surge otra, ya surgirá. No hay prisa… ¡Jajajaja!
LANA: ¡Jajaja! Vale, eso está bien. Bueno, pues ya te llamo cuando tenga los detalles de nuestra cita. ¡Ciao, Vero!
VERO: ¡Ciaooo!
MAR: ¡Hola, Sara!
SARA: Hola, guapa… ¿Qué tal?
MAR: Pues todo bien. Muy tranquila, la verdad. Intento aprovechar para ponerme al día con los estudios.
SARA: Qué raro en ti.
MAR: Bueno, después de la fiesta en la casa quedé bastante saciada de diversión. Y de otras cosas... Pero ya me están entrando ganas de otra parecida.
SARA: Pues genial, porque tengo una propuesta para ti. Por cierto, ¿sabes que he sido la segunda en la lista de Lana y Víctor?
MAR: Ah, pues no, no lo sabía. ¿Y qué propuesta tienes? ¡Cuántas cosas!
SARA: La propuesta es… Me da vergüencita… pero me hace ilusión, ¿eh?
MAR: Pues dímelo, tía.
SARA: Que lo que hiciste con Lana y Víctor, lo hagas con Ignacio y conmigo, jijiji.
MAR: Hostia, ¿queréis montaros un trío conmigo?
SARA: Sí. Creía que me iba a costar más convencerlo, pero supe ser persuasiva…
MAR: A ver, ya sé que el tío es rarito, pero tampoco me extraña que te dijera que sí. Es un tío...
SARA: Hazme caso. Está tan centrado en sus estudios que cada vez se aísla más del mundo.
MAR: Ya, pero tampoco se negó a lo de las mamadas por deberes con las tías aquellas, ¿no? Sara, al final son tíos. Este es peculiar, se toma en serio la uni, no quiere comprometerse contigo... Pero cuando le sale una de estas…
SARA: Ya lo sé. Además, no soy tonta. Yo sé que no se compromete más conmigo porque no quiere renunciar a la “experiencia universitaria” mientras dure. Por eso se me ocurrió esto, para que vea que yo soy tan poco celosa, o menos, que él y que eso no sería un impedimento conmigo.
MAR: Sara, yo te quiero mucho, y si me pides que me folle contigo a tu novio no te voy a decir que no, ¡jajajaja!
SARA: No es mi novio, pero lo va a ser pronto, ya verás, jijijiji.
MAR: ¿Y cómo se te ocurrió este plan maquiavélico?
SARA: No sé, como lo de contarle lo del reservado en el Carnódromo y lo del tío con el que me acosté después de que él pasara de mí la noche de la fiesta no le hizo reaccionar, pensé que si veía lo que se estaba perdiendo, a lo mejor conseguía su atención. Y la conseguí.
MAR: No te entiendo, si aún no ha visto nada.
SARA: No, te lo he explicado mal. Sí que lo vio. Grabé cosas con el teléfono cuando estuve con Víctor y Lana.
MAR: Ostras… ¿Cómo Luci?
SARA: Bueno, la idea me vino por ella, sí. Lana y Víctor se portaron muy bien conmigo, me dejaron grabar todo lo que quise. Y se les ve muchas veces, pero les prometí que esto no lo compartía con nadie. Solo para enseñárselos a Ignacio. Bueno, vosotras los podéis ver también, jijiji.
MAR: ¿Y se puede saber qué vio exactamente?
SARA: Pues muchas cosas... Me lo curré mucho. El primer vídeo lo hizo Víctor, me grabó mientras le hacía una felación y Lana me agarraba la cabeza y me forzaba a tragar lo más posible. Ya sabes cómo se las gasta él, hay mucho que tragar. Luego Lana hizo uno de Víctor dándome por delante y luego por detrás. Y luego por delante y luego por detrás. Y así no sé cuántas veces. Yo hice otro, en plan selfie, Víctor estaba sodomizando a Lana, y entonces yo me enfoqué con la cámara selfie y le pedí que me la metiera en la boca. Y él se lo hizo con mi boquita hasta irse del todo. Ese es el más guarro y me quedó bastante bien, salgo en primer plano tragándome su semen...
MAR: Me están entrando muchas ganas de ver eso.
SARA: No te los puedo pasar. Ya te los enseñaré, eso no es problema. Pero no los quiero rulando por ahí. Y ellos tampoco.
MAR: Ya, normal. ¿Y cuando se los enseñaste al otro?
SARA: Pues flipó. Si habíamos quedado en una cafetería, porque, como siempre, solo podía quedar un ratito. Tomamos un café y le dije que le acompañaba. De camino a donde vive hay una calle bastante solitaria, solemos parar ahí para enrollarnos y meternos mano. Pues al llegar ahí fue cuando le enseñé los vídeos. A mí me dio un poco de miedo, no sabía cómo iba a reaccionar. Una cosa es que te digan, “pues he hecho esto con unos cachas y esto con Víctor” y otra es verlo. Al ponérselos, el hombre no reaccionaba, estaba ahí parado, boquiabierto... Se me ocurrió mirarle el paquete, y me pareció que estaba “hinchadito”, jeje. Así que metí la mano y, efectivamente, estaba erecto, y empecé a masturbarle mientras seguía mirando mi móvil. Me puse a susurrarle al oído, “¿no te gustaría que te compartiera con otra? Yo quiero compartirte”, y cosas así, ¡jijiji! Dicho en frío, suena a fulana, pero es que yo me había puesto malita, malita.
MAR: Normal.
SARA: Y oye, cómo es este chico. ¿Sabes qué es lo que más le puso? Cuando le pido a Víctor que me la meta en la boca después de haber estado dentro del pompis de Lana. Eso lo puso a cien.
MAR: Debes de ser la única persona en la Tierra que dice “pompis” cuando enculan a alguien, ¡jajajajaja!
SARA: Jijijiji, a mí me gusta la palabra. “Pompis”. Todos tenemos un pompis. Bueno, al final, con el calentón. Me llevó a su casa, nos dimos un homenaje y al acabar ya le propuse en serio lo del trío. Bueno, exactamente le dije que tenía muchas ganas de hacer uno con él.
MAR: Para que parezca que te está haciendo un favor, ¿no?
SARA: Sí. Pero ese es el plan. Darle lo que quiere ahora. Si esto me sale bien, será él el que venga arrastrándose a mí. Ya verás. Lo que no le he dicho es que “la otra” ibas a ser tú.
MAR: ¿Y si no le gusto?
SARA: Mar, le encantas. Me ha dicho muchas veces que le pareces un pivón.
MAR: Ah. Pues me acabas de subir el ego.
SARA: Por eso no te preocupes. Déjame enterarme cuando va a tener tiempo Ignacio, que para eso es un dolor de cabeza. Ya te voy diciendo…
MAR: Pues espero impaciente. ¡Me pone mucho que quieras que haga esto conmigo!
SARA: A mí también, ¿eh? Que no es solo estrategia, que yo también soy un poco viciosilla…
MAR: Más de lo que te gustaría aceptar. Venga, un besito, Sara.
SARA: Un besito, guapa.