El viejo arte de cotillear por teléfono 3
Esta vez las chicas comentan cómo les ha ido en una desenfrenada fiesta universitaria.
ISA: Hola. Espera un momento…
SARA: ¡Uy! Qué vocecita… Y estás susurrando. ¿No estás sola en la cama?
ISA: No, espera… Ya. Estaba durmiendo en medio de dos maromos. Están tan monos ahora ahí los dos solitos en la cama, ¡jejeje! Cuando te cuelgue a ver si les hago una foto a traición.
SARA: Se te dio bien la noche, ¿eh? La semana pasada lo de los jevis y ahora esto.
ISA: No, si estos también son jevis, pero otros.
SARA: Madre mía, te estás encasillando.
ISA: Surgió así. Al poco de llegar se me acercó un tío que me preguntó si estaba la semana pasada en el Castillo Negro con Ana, y cuando le dije que sí ya me pareció que ponía caras y sabía algo más. Empecé a sonsacarle y confirmó mis sospechas, sabía lo que había pasado con los del grupo, porque son unos bocas. Se puso en plan: “¿qué te esperabas, tía? Van de rockstars por la vida presumiendo de sus orgías con todo dios en el Castillo”. A ver, no me extraña, yo tampoco me lo he callado. Pero se lo cuento a mis íntimos, no lo voy pregonando por ahí.
SARA: Ya, a mí esas cosas no me hacen gracia, que vayan hablando de lo que hacen contigo y eso.
ISA: Yo eso medio lo doy por sentado, es parte del rollo y no podemos controlarlo. O las aceptas o… te puedes volver loca.
SARA: En eso tienes razón. Bueno, ¿y qué pasó?
ISA: Quieres detalles, ¿verdad, marujilla?
SARA: Jijiji, ¡Tú lo sabes!. Luego te cuento yo mis cotis.
ISA: Por supuesto, tú hoy desembuchas. Llevas en plan misterioso casi un mes. O más, ya ni me acuerdo. No te libras.
SARA: Pero sigue tú, luego ya te cuento.
ISA: Vale, a ver, por dónde iba… Sí. Pues eso, el tío se llama Álvaro. A su colega, el que está también en la cama, le llaman Geno, que ya me contarás qué nombre es ese. Apareció justo después y sabía lo mío con Ana y los del grupo, cómo no. A estos dos los de Intromisión Anal no les caen muy bien. También me di cuenta de que se pensaban que me iba el rollo sado tanto como a Ana, y les dejé claro que nanay de la China, y que si los pavos van diciendo por ahí que sí, se les estaba yendo la olla. Bueno, la fiesta en la casa estaba hasta arriba de peña, ya viste lo grande que es, menuda choza. A nuestro alrededor la cosa empezaba a calentarse, ya había peña por los sofás enrollándose… De hecho, Lucía había ligado, estaba en una esquina magreándose con uno, no sé quién sería.
SARA: Pues qué curiosidad me ha entrado de repente.
ISA: Sí, ya sabes cómo es, cuando liga le gusta que la gente la vea bien, estaba ahí dando el cante.
SARA: ¡Jijiji! No cambiará nunca, esta Luci. ¿No has visto los vídeos que hay de ella en las webs guarras?
ISA: No, siempre me dice que me va a mandar los links, pero nunca lo hace.
SARA: Ah, pues te los paso yo. Hay uno, el más visto que tiene, que la tía se da cuenta de que la están grabando. Ella está de pie, de cara a la pared e inclinada apoyándose con los brazos estirados, y el tío detrás, dándole ñaca ñaca. No se ve mucho, pero el que la graba con el móvil se va acercando y ves cómo ella empieza a posar para él: se sube más el vestido, se aparta el tanga para que se le vea ese chichi perfectamente rasurado que siempre lleva… El del móvil ya se acerca del todo, los graba como desde abajo y ves cómo se van los dos. Hay otro vídeo por ahí que sale haciéndole una felación a alguien, y yo creo que es el mismo que graba el otro vídeo, porque ella lleva el mismo vestido azul y por momentos se le ve el culete y también parece el mismo tanga. Un día hay que preguntarle, ¡jijiji!
ISA: Pero ¿se ve que es ella?
SARA: Sí, se la reconoce. Suben algo así de mí en internet y me voy del país.
ISA: Ya, pero, lo dicho, ella es así. Todo por la popularidad…
SARA: Bueno, sigue con tu historia.
ISA: Sí, sí, a eso iba. Bueno, pues eso, estoy allí con estos dos, la peña magreando a nuestro alrededor, y ya empiezan a mostrar sus intenciones...
SARA: Compartirte, jijiji.
ISA: No te hagas la remilgada que ahora ya sabes lo que es. Pero sí, los dos querían un pedacito de Isabel. Y yo ya había decidido que no se lo iba a negar. Vamos, que me apetecía mucho dárselo. Pillamos una botella y buscamos por toda la casa hasta encontrar esta habitación.
SARA: Ah, que tú sigues en la casa.
ISA: Sí, chica, no ha venido nadie a echarnos. Y fuera se oye follón, aquí la peña sigue dándolo todo.
SARA: Pero ¿no los molestas hablando conmigo?
ISA: Que no, tía, que esto es enorme. Estoy en el baño de la habitación. Vaya acierto lo de alquilar esta casa para la fiesta, no sé de quién fue la idea.
SARA: Yo tampoco lo sé.
ISA: Bueno, y en la habitación ya te imaginas…
SARA: Para nada, cuenta…
ISA: Aquí ya se soltaron. Estos más que hacer equipo se turnaban. O se me turnaban, mejor dicho. Me lo hacía un rato con uno y otro rato con otro. Luego ya me apeteció más caña, y aprovechando que estaba de rodillas felando a Álvaro, le dije al otro que se colocara debajo de mí y me diera con la lengua. Luego me colocó a cuatro patas mientras yo seguía chupándosela a Álvaro y me la endiñó bien endiñada, jejeje. Y a partir de ahí ya me dieron caña los dos a la vez..
SARA: Mmmm, sé lo que se siente.
ISA: Estuvo muy bien, eh, los del grupo a veces se pasaban de sádicos, pero estos dos quieren que disfrutes, y ellos también lo disfrutan. Así da gusto. Más gusto, quiero decir…
SARA: Mis culturistas de la semana pasada tampoco creo que estuvieran muy preocupados por que yo disfrutara, más bien me usaron para su propio disfrute. Pero no sé, era la primera vez que tenía dos para mí y tenía tal calentón que que me trataran así era lo que lo hacía tan excitante. No sé si me explico.
ISA: Perfectamente. Por lo que me contaron, hasta te entraron por la puerta de atrás.
SARA: Sí, tía, primero uno y luego el otro. Suerte que no estaban muy muy dotados. Eran de un tamaño medio, jijiji. Pero estuve con el pompis hinchado un par de días. ¿Los tuyos también…?
ISA: Sí, sí, yo eso ya siempre lo hago. Bueno, a no ser que al tío de turno no le guste, mi puerta trasera está disponible. Lo que pasa es que si tienen pollón… Perdona, si están “muy muy dotados”, jeje, mejor que empiecen despacito y luego ya se verá.
SARA: No, conmigo fueron bestias, pero, ya te digo, a mí me gustó así.
ISA: Pues de eso se trata, cielo. Si es que eres una bestia salvaje, pero aún lo estás descubriendo. Yo probé algo nuevo… Uno por delante y otro por detrás a la vez… Se lo vi hacer a Ana y tenía curiosidad.
SARA: ¡Madre del amor hermoso! ¿Y qué tal?
ISA: A ver, un poco mal. Porque parece ser que estos sentían uno el rabo del otro y les dio bajona, pero lo poco que duró me estaba molando. Es bestia, ¿eh? Pero ya probaré otra vez con dos más dispuestos. Además, está bien porque así descansas la mandíbula, que con dos tíos a la vez estás siempre con un cipote en la boca, ¡jajajaja!
SARA: Sí, eso me pasó a mí. Pero bueno, si te cansas mucho te la sacas y le das un ratito con la mano, que también les gusta.
ISA: Bueno, Sarita, ya no te libras más. ¿Lo tuyo qué?
SARA: A ver, te cuento… Ignacio y yo llevamos un tiempo enrollándonos y eso, lo que pasa es que él no quiere una relación seria de ningún tipo. Es un tío muy centrado en los estudios y no concede mucho tiempo al ocio. Y todo el que concede, no me lo concede a mí.
ISA: ¿Se ve con alguien más?
SARA: No, no es eso. Bueno, tuvo sus historias. ¿Sabías que, en su primer año de uni, tuvo todo el curso a dos tías chupándosela a cambio de que les hiciera trabajos para clase?
ISA: ¿Qué dices? Eso es prácticamente prostitución.
SARA: Exactamente lo que le dije yo. Aparte, cuando él quería. Alguna vez se agobiaba en una clase, salía de allí y buscaba a una de las tías, se iban a un baño o a una sala de estas abandonadas... y limpieza de sable al canto. Y las chicas eran amigas entre ellas.
ISA: Eso tiene que ser algún tipo de fantasía masculina, ¿no?
SARA: Jajajaja. La “fantasía” solo le duró el primer año, porque las tías no aprobaron ni una, obviamente, y murió el acuerdo.
ISA: Pobre Ignacio…
SARA: Bueno, pues lo que te contaba. Ignacio hizo una excepción ayer y fue a la fiesta, así que en cuanto lo vi nos fuimos de allí porque teníamos que dejar algunas cosas claras. Hablamos y me dijo que no quería nada serio, que cuando tenga tiempo me llamará y que una vez acabe los estudios, si todavía nos apetece, pues podemos salir juntos…
ISA: ¿Y mientras tanto?
SARA: Hago lo que quiero. Faltaría más, vamos. Sabe lo de los musculitos del otro día. Yo no le oculto nada, a ver si escuchando lo que se está perdiendo cambia de opinión, pero es que no es nada celoso para eso. Y nada más. Bueno, sí, yo me puse un poco cariñosa con él, pero me rechazó porque tenía que madrugar hoy, así que me volví a la fiesta y me lié con el primero que pude, en plan despechada, jijijiji. Pero al acabar me fui de la casa, no como tú.
ISA: ¡Ah, que volviste! Pues no me enteré.
SARA: Sí, era bastante tarde, pero me perdí el concurso de mamadas ese.
ISA: ¿El concurso de qué?
SARA: ¿No lo sabes? Pues resulta que…
ISA: Oye, estos se han despertado y me reclaman, creo que quieren la revancha… Voy a tener que colgar.
SARA: ¡Que el ritmo no pare, jijiji! Bueno, pues ya seguiremos hablando. Que aproveche, chica con suerte.
ISA:Ciaoooo. ¡Que sí, que ya voy…!
LUCÍA: Hola, Serpen-Tina..
TINA: ¡Luci, qué bueno oír tu voz!
LUCÍA: ¿Por?
TINA: Como pasaste de nosotras ayer, ya no sabía si ibas a contestar.
LUCÍA: Sí, a ti siempre, cielo. Espera, que me he venido a dormir a casa de mis padres, voy a mi habitación. Pero tú cuenta, ¿qué tal ayer?
TINA: Bien. Muy bien. Otra noche salvaje de las universitarias más solicitadas de la ciudad.
LUCÍA: ¿Qué pasó?
TINA: ¿Ya no estabas? ¿No te enteraste de lo del concurso de mamadas?
LUCÍA: ¿Concurso de…? Espera… Vale, aquí ya no me oye nadie. ¿Concurso de mamadas?
TINA: Concurso de mamadas. Como suena. Vale, te lo voy a contar por orden, a ver si me acuerdo bien…
LUCÍA: Claro, cuenta, cuenta…
TINA: Bueno, pues como bien recordarás, llegamos todas juntas a la casa. Por cierto, vaya fiestón, vaya casa y vaya todo.
LUCÍA: Sí, casa de ricos total.
TINA: Bueno, pues tú, Isa y Sara os pirasteis enseguida, quedamos el resto juntas. Bueno, con Víctor, que no se separa de Lana ni a tiros… Al grano. El rollo es que Mar esto de que se vaya cada una por su lado a veces lo lleva muy mal. Vimos a Isa tonteando con dos tíos, a ti con otro y se le metió entre ceja y ceja que teníamos que montar una legendaria, en plan “que vean las que se están perdiendo”.
LUCÍA: El mío no era un tío, era un fan.
TINA: Un fan masculino.
LUCÍA: Sí
TINA: Pues un tío. Pero ¿cómo un fan?
LUCÍA: Me conoció por los vídeos de internet, tía. Me hizo mucha ilusión.
TINA: Sí, tanta que te lo follaste, ¿no?
LUCÍA: Más que eso. Nos grabamos haciendo de todo, y el tío controla de edición de vídeos y esas movidas. Va a montar uno en plan pro y subirlo.
TINA: Pero, Luci, ¿tú estás segura de que quieres eso?
LUCÍA: Síííí, me da mucho morbo.
TINA: Tú sabrás, pero que no te extrañe que al final te reconozca más gente de la que te conviene.
LUCÍA: Nah, rularán por la uni y poco más. Y al que le pique, que se rasque.
TINA: Entiendo que cuando algo te da morbo… Bueno, tú sabrás. Lo que te contaba. Que Mar no paró hasta que se le ocurrió lo del concurso de mamadas. Joder, tía, hubo un momento que me dio hasta vergüenza. Primero nos lo dijo a nosotras. Lana ya dijo que nones y se fue por ahí con su churri. Vero y yo no estábamos muy seguras, pero al final nos lió. Siempre nos lía. Y nada, a reclutar peña que quisiera “concursar”. Que ahí fue cuando pasé vergüenza.
LUCÍA: ¿Por qué?
TINA: Joder, teníamos que encontrar “pareja de concurso”, las mamadas no se hacen solas. Y coge Mar y se pone a pregonar a los cuatro vientos que íbamos a organizar aquello, y Vero y yo detrás de ella muertas del corte. Si hasta un tío nos hizo la gracia, en plan “ya sé quién sois, como hoy no vais enseñando el coño no os reconocía”. Tú ya no estabas.
LUCÍA: Me fui a un cuarto de baño que había mucho más adentro por la casa. Oye, pero ya llamábamos la atención desde principio de curso. Somos la caña.
TINA: ¿Otra vez un cuarto de baño?
LUCÍA: Es como mi leitmotiv, teníamos que grabar ahí. Pero esta vez sin interrupciones ni intrusos.
TINA: Ya. Bueno… Pues eso, que al final éramos seis parejas, nosotras tres con otros tres “voluntarios”, dos parejas de las que se estaban enrollando en los sofás y al final Lana se apuntó con Víctor.
LUCÍA: ¿Y vosotras no conocíais a los vuestros de nada?
TINA: De lo mismo que tú a tu fan. Estas cosas se hacen más por el morbo que por otra cosa…
LUCÍA: Jijijiji, eso no te lo voy a discutir, no.
TINA: Luego hubo un corto debate sobre si debíamos irnos a otro cuarto a hacer el concurso solo con los concursantes o quedarnos en el salón para tener público. Adivina la opción que ganó.
LUCÍA: La del público.
TINA: Efectivamente. Oye, pero Mar tiene coco para estas cosas, ¿eh? Nos explicó las reglas, que básicamente las improvisó y eran perfectas: ganarían la chica que hiciese correrse a su chico antes y también el chico que aguantara más tiempo sin correrse. Luego, para compensarnos, ellos debían comernos el coño allí mismo también... ¡Ah! Y prohibido usar las manos.
LUCÍA: Pues sí está bien pensado. ¿Y cómo fue?
TINA: Corto pero intenso. La movida también fue que, joder… Claro, como ganaba la que hiciera al suyo correrse primero, en cuanto nos dieron la señal empezamos a tragar como locas, a toda velocidad, apretando y bien hasta el fondo, que cuando te choca con la garganta salen esos ruidos guturales casi sin querer. Pues imagínate eso siendo seis a la vez. Sonábamos como una manada de focas en celo. La peña que estaba allí mirando se partía de risa. Y eso te desconcentra. Al final, cuando uno se corría, todo dios aplaudía y tal.
LUCÍA: ¿Ganaste tú?
TINA: No, ganó Lana. Yo debí de quedar tercera o cuarta.
LUCÍA: Y lo del cunilingus, también era en público.
TINA: Correcto. Y teníamos que estar de pie, con el tío de rodillas. Me corrí delante de una multitud y volví a ser vitoreada, ¡jajaja!
LUCÍA: ¡Bah, tía! Tenemos que ser las pavas más conocidas de toda la uni. Montamos unas de campeonato.
TINA: No es que me importe tanto como a ti, pero hay mucha competencia, se oyen unas historias… ¡Ah! Por cierto, un poco después de acabar el show, volvió a aparecer Sara. Parecía cabreada. Se sirvió una copa, le contamos lo del concurso y se meó de la risa, ahí ya se puso de mejor humor. Luego se puso a hablar con un tío y enseguida se fue con él a un dormitorio.
LUCÍA: Joder, ¿qué pasaría con Ignacio?
TINA: Ni idea, no lo mencionó.
LUCÍA: ¿Y vosotras hicistéis algo más?
TINA: Claro que sí, fue lo mejor de la noche.
LUCÍA: ¿Qué?
TINA: Pues buscar una habitación libre para montar un tres para tres con nuestras parejas de concurso.
LUCÍA: ¿Qué dices? ¿Tú, Vero y Mar? ¿Y qué tal?
TINA: Pues una pasada, lo del concurso nos dejó un buen calentón al final. Y estuvimos en la casa hasta hace poco, que vinieron a echarnos. Tenían un cabreo, debían de ser los dueños o algo así. Salimos en desbandada. Esa casa ya no nos la vuelven a alquilar, creo yo. ¡Ah! Isa aún seguía allí dándole al mambo con los suyos. También tuvieron que salir despavoridos.¡Jajaja!
LUCÍA: Pero cuéntame cositas. Hazlo por mi carrera artística, que necesito ideas.
TINA: ¿También te vas a grabar haciéndolo en grupo?.
LUCÍA: Jijiji, estoy abierta a toda posibilidad.
TINA: Pues eso, que encontramos un dormitorio vacío, pero que ya había sido usado. Tampoco importaba mucho. Nos acurrucamos como pudimos, cada uno con su pareja de concurso y luego ya nos fuimos intercambiando y combinando. Mar estaba muy desatada. Yo estaba tumbada boca arriba sobre la cama, con uno de los tíos bombeándome a base de bien, y ella estaba a cuatro patas también sobre la cama, recibiendo lo suyo. Apoyó la cabeza en mi barriga, muy pero que muy cerquita de mi coño, mirando de cerca cómo me daba el mío. En cuanto vio que él me la sacaba un momento para darse un respiro, se la metió en la boca como una exhalación y la exprimió hasta que, claro, el tío se fue. Yo me quejé, en plan, “esa corrida era para mí”, y va la tía y me la escupe en todo el coño. Y todo esto mientras el suyo seguía follándosela, ¿eh?
LUCÍA: Madre mía…
TINA: Recuerdo varias así. Hubo un momento que cogimos Mar y yo a uno de los tíos, ya ni me acuerdo de cuál. Al rubio, me parece. Lo sentamos al borde de la cama y nos colocamos una a cada lado de él, nos abrimos de piernas y el tío empezó a darnos con una mano a cada una. Entonces nosotras lo pajeamos juntas y nos alternamos para comerle la boca. Luego ya Mar bajó a comérsela y yo me puse de pie en la cama para que él me lo comiera a mí. Y todo así. Vero también llevaba un calentón... Estaba ahí con los otros dos en el suelo, ella boca arriba, casi sin poder moverse, uno follándole la boca, el otro percutiendo por delante como si no hubiera un mañana… Buf, mucho vicio.
LUCÍA: Ya veo, ya…
TINA: Y además pude cumplir una pequeña fantasía mía. Ya cuando estábamos todos reventados, Vero y Mar se quedaron dormidas en la cama. Uno de los tipos también, pero en el suelo, y los otros dos se me quedaron mirando como pensando, “¿qué podemos hacerte ahora?”. Les puse mi cara de niña buena y les propuse que me metieran los dos a la vez la polla en la boca.
LUCÍA: ¿Y eso es una fantasía tuya?
TINA: Sí, una de muchas. Es que me da mucho morbo, porque las tienes ahí dentro, pero en realidad ellos también sienten el roce de una contra otra, y eso les tiene que dar gustirrinín, aunque no lo reconozcan. Lo que pasa es que las sacaron antes de correrse, eso ya no les debía de molar tanto. Se habrían corrido una polla sobre la otra dentro de mi boca… ¡Qué pena! Otra vez será. Pero bueno, como una es agradecida los acabé por separado. Les pregunté cómo querían correrse, uno me pidió que lo rematara con mis tetas, y el otro con mi boquita. Y cumplí, claro.
LUCI: Porque eres agradecida.
TINA: Porque soy agradecida.
LUCÍA: Bueno, está bien empezar a cumplir fantasías aunque sean “pequeñas”. Bien por ti.
TINA: Ya pillaré a tus amigos los frikis, ahí puedo tener un filón para cumplir alguna más.
LUCÍA: ¿Y con dos tíos bisexuales no sería más fácil?
TINA: No, no, la fantasía es con heteros.
LUCÍA: Jijiji, vale, ya te voy pillando. Oye, voy a pasar un rato con mis padres, que para eso había venido. Ya hablaremos.
TINA: De tanto contarte mierdas me ha entrado el calentón otra vez, ¡jajaja!… Venga, chaíto, Luci.
LUCÍA: ¡Ciao!
ISA: Hola. Espera un momento…
SARA: ¡Uy! Qué vocecita… Y estás susurrando. ¿No estás sola en la cama?
ISA: No, espera… Ya. Estaba durmiendo en medio de dos maromos. Están tan monos ahora ahí los dos solitos en la cama, ¡jejeje! Cuando te cuelgue a ver si les hago una foto a traición.
SARA: Se te dio bien la noche, ¿eh? La semana pasada lo de los jevis y ahora esto.
ISA: No, si estos también son jevis, pero otros.
SARA: Madre mía, te estás encasillando.
ISA: Surgió así. Al poco de llegar se me acercó un tío que me preguntó si estaba la semana pasada en el Castillo Negro con Ana, y cuando le dije que sí ya me pareció que ponía caras y sabía algo más. Empecé a sonsacarle y confirmó mis sospechas, sabía lo que había pasado con los del grupo, porque son unos bocas. Se puso en plan: “¿qué te esperabas, tía? Van de rockstars por la vida presumiendo de sus orgías con todo dios en el Castillo”. A ver, no me extraña, yo tampoco me lo he callado. Pero se lo cuento a mis íntimos, no lo voy pregonando por ahí.
SARA: Ya, a mí esas cosas no me hacen gracia, que vayan hablando de lo que hacen contigo y eso.
ISA: Yo eso medio lo doy por sentado, es parte del rollo y no podemos controlarlo. O las aceptas o… te puedes volver loca.
SARA: En eso tienes razón. Bueno, ¿y qué pasó?
ISA: Quieres detalles, ¿verdad, marujilla?
SARA: Jijiji, ¡Tú lo sabes!. Luego te cuento yo mis cotis.
ISA: Por supuesto, tú hoy desembuchas. Llevas en plan misterioso casi un mes. O más, ya ni me acuerdo. No te libras.
SARA: Pero sigue tú, luego ya te cuento.
ISA: Vale, a ver, por dónde iba… Sí. Pues eso, el tío se llama Álvaro. A su colega, el que está también en la cama, le llaman Geno, que ya me contarás qué nombre es ese. Apareció justo después y sabía lo mío con Ana y los del grupo, cómo no. A estos dos los de Intromisión Anal no les caen muy bien. También me di cuenta de que se pensaban que me iba el rollo sado tanto como a Ana, y les dejé claro que nanay de la China, y que si los pavos van diciendo por ahí que sí, se les estaba yendo la olla. Bueno, la fiesta en la casa estaba hasta arriba de peña, ya viste lo grande que es, menuda choza. A nuestro alrededor la cosa empezaba a calentarse, ya había peña por los sofás enrollándose… De hecho, Lucía había ligado, estaba en una esquina magreándose con uno, no sé quién sería.
SARA: Pues qué curiosidad me ha entrado de repente.
ISA: Sí, ya sabes cómo es, cuando liga le gusta que la gente la vea bien, estaba ahí dando el cante.
SARA: ¡Jijiji! No cambiará nunca, esta Luci. ¿No has visto los vídeos que hay de ella en las webs guarras?
ISA: No, siempre me dice que me va a mandar los links, pero nunca lo hace.
SARA: Ah, pues te los paso yo. Hay uno, el más visto que tiene, que la tía se da cuenta de que la están grabando. Ella está de pie, de cara a la pared e inclinada apoyándose con los brazos estirados, y el tío detrás, dándole ñaca ñaca. No se ve mucho, pero el que la graba con el móvil se va acercando y ves cómo ella empieza a posar para él: se sube más el vestido, se aparta el tanga para que se le vea ese chichi perfectamente rasurado que siempre lleva… El del móvil ya se acerca del todo, los graba como desde abajo y ves cómo se van los dos. Hay otro vídeo por ahí que sale haciéndole una felación a alguien, y yo creo que es el mismo que graba el otro vídeo, porque ella lleva el mismo vestido azul y por momentos se le ve el culete y también parece el mismo tanga. Un día hay que preguntarle, ¡jijiji!
ISA: Pero ¿se ve que es ella?
SARA: Sí, se la reconoce. Suben algo así de mí en internet y me voy del país.
ISA: Ya, pero, lo dicho, ella es así. Todo por la popularidad…
SARA: Bueno, sigue con tu historia.
ISA: Sí, sí, a eso iba. Bueno, pues eso, estoy allí con estos dos, la peña magreando a nuestro alrededor, y ya empiezan a mostrar sus intenciones...
SARA: Compartirte, jijiji.
ISA: No te hagas la remilgada que ahora ya sabes lo que es. Pero sí, los dos querían un pedacito de Isabel. Y yo ya había decidido que no se lo iba a negar. Vamos, que me apetecía mucho dárselo. Pillamos una botella y buscamos por toda la casa hasta encontrar esta habitación.
SARA: Ah, que tú sigues en la casa.
ISA: Sí, chica, no ha venido nadie a echarnos. Y fuera se oye follón, aquí la peña sigue dándolo todo.
SARA: Pero ¿no los molestas hablando conmigo?
ISA: Que no, tía, que esto es enorme. Estoy en el baño de la habitación. Vaya acierto lo de alquilar esta casa para la fiesta, no sé de quién fue la idea.
SARA: Yo tampoco lo sé.
ISA: Bueno, y en la habitación ya te imaginas…
SARA: Para nada, cuenta…
ISA: Aquí ya se soltaron. Estos más que hacer equipo se turnaban. O se me turnaban, mejor dicho. Me lo hacía un rato con uno y otro rato con otro. Luego ya me apeteció más caña, y aprovechando que estaba de rodillas felando a Álvaro, le dije al otro que se colocara debajo de mí y me diera con la lengua. Luego me colocó a cuatro patas mientras yo seguía chupándosela a Álvaro y me la endiñó bien endiñada, jejeje. Y a partir de ahí ya me dieron caña los dos a la vez..
SARA: Mmmm, sé lo que se siente.
ISA: Estuvo muy bien, eh, los del grupo a veces se pasaban de sádicos, pero estos dos quieren que disfrutes, y ellos también lo disfrutan. Así da gusto. Más gusto, quiero decir…
SARA: Mis culturistas de la semana pasada tampoco creo que estuvieran muy preocupados por que yo disfrutara, más bien me usaron para su propio disfrute. Pero no sé, era la primera vez que tenía dos para mí y tenía tal calentón que que me trataran así era lo que lo hacía tan excitante. No sé si me explico.
ISA: Perfectamente. Por lo que me contaron, hasta te entraron por la puerta de atrás.
SARA: Sí, tía, primero uno y luego el otro. Suerte que no estaban muy muy dotados. Eran de un tamaño medio, jijiji. Pero estuve con el pompis hinchado un par de días. ¿Los tuyos también…?
ISA: Sí, sí, yo eso ya siempre lo hago. Bueno, a no ser que al tío de turno no le guste, mi puerta trasera está disponible. Lo que pasa es que si tienen pollón… Perdona, si están “muy muy dotados”, jeje, mejor que empiecen despacito y luego ya se verá.
SARA: No, conmigo fueron bestias, pero, ya te digo, a mí me gustó así.
ISA: Pues de eso se trata, cielo. Si es que eres una bestia salvaje, pero aún lo estás descubriendo. Yo probé algo nuevo… Uno por delante y otro por detrás a la vez… Se lo vi hacer a Ana y tenía curiosidad.
SARA: ¡Madre del amor hermoso! ¿Y qué tal?
ISA: A ver, un poco mal. Porque parece ser que estos sentían uno el rabo del otro y les dio bajona, pero lo poco que duró me estaba molando. Es bestia, ¿eh? Pero ya probaré otra vez con dos más dispuestos. Además, está bien porque así descansas la mandíbula, que con dos tíos a la vez estás siempre con un cipote en la boca, ¡jajajaja!
SARA: Sí, eso me pasó a mí. Pero bueno, si te cansas mucho te la sacas y le das un ratito con la mano, que también les gusta.
ISA: Bueno, Sarita, ya no te libras más. ¿Lo tuyo qué?
SARA: A ver, te cuento… Ignacio y yo llevamos un tiempo enrollándonos y eso, lo que pasa es que él no quiere una relación seria de ningún tipo. Es un tío muy centrado en los estudios y no concede mucho tiempo al ocio. Y todo el que concede, no me lo concede a mí.
ISA: ¿Se ve con alguien más?
SARA: No, no es eso. Bueno, tuvo sus historias. ¿Sabías que, en su primer año de uni, tuvo todo el curso a dos tías chupándosela a cambio de que les hiciera trabajos para clase?
ISA: ¿Qué dices? Eso es prácticamente prostitución.
SARA: Exactamente lo que le dije yo. Aparte, cuando él quería. Alguna vez se agobiaba en una clase, salía de allí y buscaba a una de las tías, se iban a un baño o a una sala de estas abandonadas... y limpieza de sable al canto. Y las chicas eran amigas entre ellas.
ISA: Eso tiene que ser algún tipo de fantasía masculina, ¿no?
SARA: Jajajaja. La “fantasía” solo le duró el primer año, porque las tías no aprobaron ni una, obviamente, y murió el acuerdo.
ISA: Pobre Ignacio…
SARA: Bueno, pues lo que te contaba. Ignacio hizo una excepción ayer y fue a la fiesta, así que en cuanto lo vi nos fuimos de allí porque teníamos que dejar algunas cosas claras. Hablamos y me dijo que no quería nada serio, que cuando tenga tiempo me llamará y que una vez acabe los estudios, si todavía nos apetece, pues podemos salir juntos…
ISA: ¿Y mientras tanto?
SARA: Hago lo que quiero. Faltaría más, vamos. Sabe lo de los musculitos del otro día. Yo no le oculto nada, a ver si escuchando lo que se está perdiendo cambia de opinión, pero es que no es nada celoso para eso. Y nada más. Bueno, sí, yo me puse un poco cariñosa con él, pero me rechazó porque tenía que madrugar hoy, así que me volví a la fiesta y me lié con el primero que pude, en plan despechada, jijijiji. Pero al acabar me fui de la casa, no como tú.
ISA: ¡Ah, que volviste! Pues no me enteré.
SARA: Sí, era bastante tarde, pero me perdí el concurso de mamadas ese.
ISA: ¿El concurso de qué?
SARA: ¿No lo sabes? Pues resulta que…
ISA: Oye, estos se han despertado y me reclaman, creo que quieren la revancha… Voy a tener que colgar.
SARA: ¡Que el ritmo no pare, jijiji! Bueno, pues ya seguiremos hablando. Que aproveche, chica con suerte.
ISA:Ciaoooo. ¡Que sí, que ya voy…!
LUCÍA: Hola, Serpen-Tina..
TINA: ¡Luci, qué bueno oír tu voz!
LUCÍA: ¿Por?
TINA: Como pasaste de nosotras ayer, ya no sabía si ibas a contestar.
LUCÍA: Sí, a ti siempre, cielo. Espera, que me he venido a dormir a casa de mis padres, voy a mi habitación. Pero tú cuenta, ¿qué tal ayer?
TINA: Bien. Muy bien. Otra noche salvaje de las universitarias más solicitadas de la ciudad.
LUCÍA: ¿Qué pasó?
TINA: ¿Ya no estabas? ¿No te enteraste de lo del concurso de mamadas?
LUCÍA: ¿Concurso de…? Espera… Vale, aquí ya no me oye nadie. ¿Concurso de mamadas?
TINA: Concurso de mamadas. Como suena. Vale, te lo voy a contar por orden, a ver si me acuerdo bien…
LUCÍA: Claro, cuenta, cuenta…
TINA: Bueno, pues como bien recordarás, llegamos todas juntas a la casa. Por cierto, vaya fiestón, vaya casa y vaya todo.
LUCÍA: Sí, casa de ricos total.
TINA: Bueno, pues tú, Isa y Sara os pirasteis enseguida, quedamos el resto juntas. Bueno, con Víctor, que no se separa de Lana ni a tiros… Al grano. El rollo es que Mar esto de que se vaya cada una por su lado a veces lo lleva muy mal. Vimos a Isa tonteando con dos tíos, a ti con otro y se le metió entre ceja y ceja que teníamos que montar una legendaria, en plan “que vean las que se están perdiendo”.
LUCÍA: El mío no era un tío, era un fan.
TINA: Un fan masculino.
LUCÍA: Sí
TINA: Pues un tío. Pero ¿cómo un fan?
LUCÍA: Me conoció por los vídeos de internet, tía. Me hizo mucha ilusión.
TINA: Sí, tanta que te lo follaste, ¿no?
LUCÍA: Más que eso. Nos grabamos haciendo de todo, y el tío controla de edición de vídeos y esas movidas. Va a montar uno en plan pro y subirlo.
TINA: Pero, Luci, ¿tú estás segura de que quieres eso?
LUCÍA: Síííí, me da mucho morbo.
TINA: Tú sabrás, pero que no te extrañe que al final te reconozca más gente de la que te conviene.
LUCÍA: Nah, rularán por la uni y poco más. Y al que le pique, que se rasque.
TINA: Entiendo que cuando algo te da morbo… Bueno, tú sabrás. Lo que te contaba. Que Mar no paró hasta que se le ocurrió lo del concurso de mamadas. Joder, tía, hubo un momento que me dio hasta vergüenza. Primero nos lo dijo a nosotras. Lana ya dijo que nones y se fue por ahí con su churri. Vero y yo no estábamos muy seguras, pero al final nos lió. Siempre nos lía. Y nada, a reclutar peña que quisiera “concursar”. Que ahí fue cuando pasé vergüenza.
LUCÍA: ¿Por qué?
TINA: Joder, teníamos que encontrar “pareja de concurso”, las mamadas no se hacen solas. Y coge Mar y se pone a pregonar a los cuatro vientos que íbamos a organizar aquello, y Vero y yo detrás de ella muertas del corte. Si hasta un tío nos hizo la gracia, en plan “ya sé quién sois, como hoy no vais enseñando el coño no os reconocía”. Tú ya no estabas.
LUCÍA: Me fui a un cuarto de baño que había mucho más adentro por la casa. Oye, pero ya llamábamos la atención desde principio de curso. Somos la caña.
TINA: ¿Otra vez un cuarto de baño?
LUCÍA: Es como mi leitmotiv, teníamos que grabar ahí. Pero esta vez sin interrupciones ni intrusos.
TINA: Ya. Bueno… Pues eso, que al final éramos seis parejas, nosotras tres con otros tres “voluntarios”, dos parejas de las que se estaban enrollando en los sofás y al final Lana se apuntó con Víctor.
LUCÍA: ¿Y vosotras no conocíais a los vuestros de nada?
TINA: De lo mismo que tú a tu fan. Estas cosas se hacen más por el morbo que por otra cosa…
LUCÍA: Jijijiji, eso no te lo voy a discutir, no.
TINA: Luego hubo un corto debate sobre si debíamos irnos a otro cuarto a hacer el concurso solo con los concursantes o quedarnos en el salón para tener público. Adivina la opción que ganó.
LUCÍA: La del público.
TINA: Efectivamente. Oye, pero Mar tiene coco para estas cosas, ¿eh? Nos explicó las reglas, que básicamente las improvisó y eran perfectas: ganarían la chica que hiciese correrse a su chico antes y también el chico que aguantara más tiempo sin correrse. Luego, para compensarnos, ellos debían comernos el coño allí mismo también... ¡Ah! Y prohibido usar las manos.
LUCÍA: Pues sí está bien pensado. ¿Y cómo fue?
TINA: Corto pero intenso. La movida también fue que, joder… Claro, como ganaba la que hiciera al suyo correrse primero, en cuanto nos dieron la señal empezamos a tragar como locas, a toda velocidad, apretando y bien hasta el fondo, que cuando te choca con la garganta salen esos ruidos guturales casi sin querer. Pues imagínate eso siendo seis a la vez. Sonábamos como una manada de focas en celo. La peña que estaba allí mirando se partía de risa. Y eso te desconcentra. Al final, cuando uno se corría, todo dios aplaudía y tal.
LUCÍA: ¿Ganaste tú?
TINA: No, ganó Lana. Yo debí de quedar tercera o cuarta.
LUCÍA: Y lo del cunilingus, también era en público.
TINA: Correcto. Y teníamos que estar de pie, con el tío de rodillas. Me corrí delante de una multitud y volví a ser vitoreada, ¡jajaja!
LUCÍA: ¡Bah, tía! Tenemos que ser las pavas más conocidas de toda la uni. Montamos unas de campeonato.
TINA: No es que me importe tanto como a ti, pero hay mucha competencia, se oyen unas historias… ¡Ah! Por cierto, un poco después de acabar el show, volvió a aparecer Sara. Parecía cabreada. Se sirvió una copa, le contamos lo del concurso y se meó de la risa, ahí ya se puso de mejor humor. Luego se puso a hablar con un tío y enseguida se fue con él a un dormitorio.
LUCÍA: Joder, ¿qué pasaría con Ignacio?
TINA: Ni idea, no lo mencionó.
LUCÍA: ¿Y vosotras hicistéis algo más?
TINA: Claro que sí, fue lo mejor de la noche.
LUCÍA: ¿Qué?
TINA: Pues buscar una habitación libre para montar un tres para tres con nuestras parejas de concurso.
LUCÍA: ¿Qué dices? ¿Tú, Vero y Mar? ¿Y qué tal?
TINA: Pues una pasada, lo del concurso nos dejó un buen calentón al final. Y estuvimos en la casa hasta hace poco, que vinieron a echarnos. Tenían un cabreo, debían de ser los dueños o algo así. Salimos en desbandada. Esa casa ya no nos la vuelven a alquilar, creo yo. ¡Ah! Isa aún seguía allí dándole al mambo con los suyos. También tuvieron que salir despavoridos.¡Jajaja!
LUCÍA: Pero cuéntame cositas. Hazlo por mi carrera artística, que necesito ideas.
TINA: ¿También te vas a grabar haciéndolo en grupo?.
LUCÍA: Jijiji, estoy abierta a toda posibilidad.
TINA: Pues eso, que encontramos un dormitorio vacío, pero que ya había sido usado. Tampoco importaba mucho. Nos acurrucamos como pudimos, cada uno con su pareja de concurso y luego ya nos fuimos intercambiando y combinando. Mar estaba muy desatada. Yo estaba tumbada boca arriba sobre la cama, con uno de los tíos bombeándome a base de bien, y ella estaba a cuatro patas también sobre la cama, recibiendo lo suyo. Apoyó la cabeza en mi barriga, muy pero que muy cerquita de mi coño, mirando de cerca cómo me daba el mío. En cuanto vio que él me la sacaba un momento para darse un respiro, se la metió en la boca como una exhalación y la exprimió hasta que, claro, el tío se fue. Yo me quejé, en plan, “esa corrida era para mí”, y va la tía y me la escupe en todo el coño. Y todo esto mientras el suyo seguía follándosela, ¿eh?
LUCÍA: Madre mía…
TINA: Recuerdo varias así. Hubo un momento que cogimos Mar y yo a uno de los tíos, ya ni me acuerdo de cuál. Al rubio, me parece. Lo sentamos al borde de la cama y nos colocamos una a cada lado de él, nos abrimos de piernas y el tío empezó a darnos con una mano a cada una. Entonces nosotras lo pajeamos juntas y nos alternamos para comerle la boca. Luego ya Mar bajó a comérsela y yo me puse de pie en la cama para que él me lo comiera a mí. Y todo así. Vero también llevaba un calentón... Estaba ahí con los otros dos en el suelo, ella boca arriba, casi sin poder moverse, uno follándole la boca, el otro percutiendo por delante como si no hubiera un mañana… Buf, mucho vicio.
LUCÍA: Ya veo, ya…
TINA: Y además pude cumplir una pequeña fantasía mía. Ya cuando estábamos todos reventados, Vero y Mar se quedaron dormidas en la cama. Uno de los tipos también, pero en el suelo, y los otros dos se me quedaron mirando como pensando, “¿qué podemos hacerte ahora?”. Les puse mi cara de niña buena y les propuse que me metieran los dos a la vez la polla en la boca.
LUCÍA: ¿Y eso es una fantasía tuya?
TINA: Sí, una de muchas. Es que me da mucho morbo, porque las tienes ahí dentro, pero en realidad ellos también sienten el roce de una contra otra, y eso les tiene que dar gustirrinín, aunque no lo reconozcan. Lo que pasa es que las sacaron antes de correrse, eso ya no les debía de molar tanto. Se habrían corrido una polla sobre la otra dentro de mi boca… ¡Qué pena! Otra vez será. Pero bueno, como una es agradecida los acabé por separado. Les pregunté cómo querían correrse, uno me pidió que lo rematara con mis tetas, y el otro con mi boquita. Y cumplí, claro.
LUCI: Porque eres agradecida.
TINA: Porque soy agradecida.
LUCÍA: Bueno, está bien empezar a cumplir fantasías aunque sean “pequeñas”. Bien por ti.
TINA: Ya pillaré a tus amigos los frikis, ahí puedo tener un filón para cumplir alguna más.
LUCÍA: ¿Y con dos tíos bisexuales no sería más fácil?
TINA: No, no, la fantasía es con heteros.
LUCÍA: Jijiji, vale, ya te voy pillando. Oye, voy a pasar un rato con mis padres, que para eso había venido. Ya hablaremos.
TINA: De tanto contarte mierdas me ha entrado el calentón otra vez, ¡jajaja!… Venga, chaíto, Luci.
LUCÍA: ¡Ciao!