El Vicio de Javi
...acariciando las tetas de otro tío, con mi polla en una sus manos...
De cómo había llegado hasta allí era un poco largo de explicar.
Me encontraba acariciando unos pechos tersos y suaves, como de mujer. La verdad es que el chico tenía más pecho que algunas féminas que he conocido. Era de estatura media, gordito y simpático, y la verdad es que no me acuerdo de su nombre -Javi, quizás.
El caso es que allí estaba yo, en su apartamento, en pelotas, acariciando las tetas de otro tío, con mi polla en una sus manos mientras con la otra me apretaba los huevos. Él tenía una polla pequeñita, como un pulgar, pero bastante gruesa en comparación con su longitud. Su culo era grande, terso y suave, y su ano seguro que se había tragado muchas pollas, pues era blando y ancho. Soltando mis testículos por un instante, abrió un cajón de la mesita y sacó un enorme consolador de color rosa.
Me pidió que lo chupase y yo, obediente, me lo metí como pude en la boca, era enorme. A la vez, Javi, se bajó hasta mi pene y empezó a mamarlo con mucha ansiedad mientras con su anular penetraba mi culo. Me estaba volviendo loco !!. De repente, me quitó el consolador de la boca, lo puso de pié en la cama y se sentó suavemente sobre él mientras conectaba la vibración al máximo.
Le cogí de la cabeza y le introduje mi polla hasta la garganta. El cabrón no dejaba de agarrar mis huevos y penetrar mi ano con sus dedos mientras agitaba su culo sobre el vibrador. Así estuvimos hasta que noté que me corría e intenté sacar mi polla de su boca, pero no me dejaba, me agarraba las nalgas para que no retrocediera e incluso intentaba abrir más la boca para tragarsela más profundamente. Yo ya no podía más, y empecé a soltar chorros de leche en su garganta mientras él se masturbaba su pequeño pene con los dedos.
Se tragó toda mi leche y me dejó la polla limpia, incluso acabó succionando la leche que se le había escapado por las comisuras sobre mis huevos. Al momento empezó a brotar semen de su pollita mientras no dejaba de moverse sobre el consolador.
Su vicio por el esperma era total; cuando acabó de correrse -y sin dejar de mirarme la polla, llevó sus dedos a su boca y los chupó hasta no dejar resto de semen.
A menudo me tengo que masturbar pensando en la imagen. Qué vicio !!