El Vicio de Escribir [03].

Reflexiones sobre mi propio Estilo Narrativo.

Estilo Narrativo.

Cada autor (profesional o amateur), tiene su propio estilo narrativo. Me llevó tiempo dar con el mío, ahora lo tengo más claro y definido. Me alegra mucho saber que hay personas que disfrutan con mi estilo personal; pero también existen otros que se quejan del mismo; no lo entienden y los desespera. Algunos de estos detractores han llegado al punto de dedicarme largos textos cuestionando lo que hago y especificando cómo debería hacerlo, para cumplir con sus estándares personales de calidad.

Como persona, tengo mis propios gustos, mis propios criterios, enfoques, puntos de vista y conceptos. Muchas de los que se quejaron de mi estilo de escritura, sólo pueden centrarse en sus propios conceptos y en su forma particular de ver y entender un relato erótico. Pero yo desarrollé mi propia perspectiva y estilo para los míos. Y con el tiempo esto fue favorable, porque la cantidad de gente a la que le gusta mi estilo superó con creces a aquellos que les produce rechazo.

Cuando desarrollo un personaje, me gusta llevarlo por otros rumbos, y que no sea prisionero de una única línea argumental. Puede que a algunos lectores esto les moleste, al punto de producirles urticaria emocional, porque sólo quieren leer algo directo, que se centre en un único argumento y que llegue lo antes posible al clímax sexual esperado. Bueno, si quieren algo directo, pueden ver fotos y videos porno; o bien pueden optar por leer a otros autores, existen muchos que escriben de esa forma. Yo prefiero hacerlo de otra manera. A mi manera. Incluso en los Micro-Relatos que escribo me gusta que haya un poco de desarrollo en los personajes.

Disfruto mucho más del proceso creativo cuando la trama se va construyendo lentamente, y se mantiene la

tensión sexual

. Esto se volvió un distintivo en mi estilo narrativo. Sé que hay muchos lectores a los que les encanta eso, y sus relatos favoritos son aquellos que se toman el tiempo para desarrollar a los personajes, y no estar llevándolos de una escena sexual a otra, solo porque sí. Esto no significa que ya no escribiré relatos más “directos”, tal vez haga algunos así; relatos autoconclusivos o de pocos capítulos. Pero sin duda los que más disfruto escribir son aquellos que me permiten darle vida y trasfondo a los personajes; llevarlos a vivir diversas aventuras. Algunas de estas aventuras serán de índole sexual, otras no tanto.

Como decía, algunos se quejan de que el relato no se centre única y exclusivamente en una sola línea argumental. Esto empecé a notarlo con mi relato “

Strip Póker

”. Hubo gente que me preguntó por qué la serie seguía llamándose “Strip Póker”, si en algunos capítulos no se jugaba al póker. Bueno, la respuesta es sencilla:

el póker es lo que hace que la trama avance

; pero no necesariamente todos los capítulos van a girar en torno a eso. Allí me permití darle otro rumbo al relato, poner pequeñas historias paralelas.

Gracias a esto me di cuenta lo mucho que me gusta introducir en mis relatos esas pequeñas historias dentro de historias. Un recurso narrativo que suele llamarse “Cajas Chinas”. Pequeñas historias dentro de otras historias, que su vez incluyen otras historias más pequeñas. Son como pequeños relatos, dentro de un relato mucho más grande. Sé que hay gente a la que esto les disgusta, pero a mí me encanta, y ya lo considero parte de mi estilo narrativo. Lo seguiré haciendo porque me gusta mucho. Además me permite darle un mejor trasfondo a los personajes o contar cosas de su pasado.

Ahora, estoy escribiendo la reedición de

Strip Póker

y mi principal intención (más allá de corregir los errores) es darle más vida a los personajes, que vivan nuevas experiencias y que tengan algunas aventuras incluso fuera de su entorno familiar.

Otro elemento que ya forma parte de mi estilo personal es la

tensión sexual sostenida

. Es decir, no permitir que los personajes alcancen sus objetivos sexuales de forma demasiado sencilla. Las pocas veces que dejé que esto ocurriera, no me quedé conforme con el resultado final. En cambio cuando veo que esa tensión sexual se extiende a lo largo de varios capítulos, considero que mi objetivo fue cumplido. En otro texto analizaré este punto más a fondo.

Muchas veces, cuando estoy escribiendo, comienzan a surgir ideas nuevas sobre la marcha, algunas de estas ideas llevarán al personaje por otro rumbo y ya no estará tan atado a la línea argumental principal. Vivirá una pequeña aventura secundaria y luego retomará el argumento que sirve como eje para el relato. Me gusta que los personajes se sientan libres de explorar nuevos horizontes y yo misma sorprenderme por el nuevo rumbo que está tomando su vida. Es esa sensación de libertad la que hace que me mantenga interesada en continuar con un relato. Suelo

perder el interés

cuando me siento atrapada en una línea argumental muy definida y no puedo alejar demasiado a los personajes de este rumbo.

Esto es algo que me pasó al escribir “

La MILF más Deseada

”. La historia me gusta y tiene cosas que me entusiasman; pero siento que la trama gira demasiado en torno a un mismo eje, y para colmo, cada vez que alejo un poquito a la protagonista de ese eje, empiezan a llover quejas de personas que se desconciertan porque la trama se complejiza un poco. Me di cuenta de que hay “lectores” que se marean cada vez que aparece un personaje nuevo. Han llegado a comentarme que un relato no les gusta porque prefieren algo que solo cuente con dos o tres personajes.

En el caso particular de

La MILF más Deseada

, estas personas alegan que solo quieren leer lo que ocurre entre Diana y Julián, y no les interesa absolutamente más nada. Pero si quiero hacer una serie en la que los personajes evolucionen, vivan aventuras y que además se mantenga una tensión sexual que crece de a poco, necesito escribir muchos capítulos. Una historia larga que tiene pura y exclusivamente dos personajes corre el riesgo de volverse tediosa y repetitiva. Por ese motivo empecé a darle a Diana pequeñas aventuras, y considero que tendría que haberlo hecho antes, en los primeros capítulos, y no centrarme tanto en dos personajes, ni dejarme influenciar por las viscerales quejas de algunos lectores que solo quieren “

algo simple y rápido, que no los haga pensar mucho

”. Decidí que no quiero escribir para esta gente.

No disfruto escribiendo una historia que esté arraigada a una sola línea argumental o que tenga pocos personajes. Por eso de ahora en adelante me tomaré más libertades en los relatos y permitiré que los personajes se desarrollen más, así cuando lleguen a las escenas sexuales, éstas se disfrutarán más. Porque a veces lo más atractivo de una escena sexual no es el acto en sí, sino los personajes que se involucran en ella, y cómo llegaron hasta ese punto. El acto sexual es mecánico y repetitivo, el relato erótico nunca debería basarse exclusivamente en narrar escenas sexuales, porque a la larga sería todo lo mismo. El desarrollo de personajes es sumamente importante y quiero darle más énfasis a eso.

Tengo en mente nuevos relatos, algunos ya comencé a publicarlos, otros verán la luz más adelante, y en todos ellos estoy intentando ser lo más fiel posible a mi propio

estilo narrativo

. Si una idea me gusta, entonces la incluyo en el relato y disfruto mucho al narrarla, y ese es el principal requisito:

que yo esté conforme con el resultado final

. Porque si siguiera las opiniones individuales de gente que no conozco, perdería mi propio estilo y los relatos ya no me dejarían conforme. Escribir dejaría de tener sentido.