El Vicio de Escribir [01].

Introducción.

Esta es una

sección bonus

que ofrezco mensualmente a las personas que me apoyan en

Patreon

, llevo escribiéndola desde Enero de 2020. Ahora decidí comenzar a publicarla, para que más gente pueda leerla. Mi intención es que sean

textos breves

que se puedan leer en pocos minutos.

Decidí escribir esto porque desde que empecé a publicar mis relatos, mucha gente me pidió algún consejo sobre el proceso de creación de los mismos. Desafortunadamente muchos lo hicieron con la clara intención de meterse en asuntos muy personales; a esos simplemente los ignoré, o los mandé a la mierda. Sin embargo hubo otras personas que lo preguntaron con genuino interés, centrándose más en los procesos que lleva escribir un relato erótico, y no en mi vida personal.

Por eso en este texto voy a explicar cómo funciona

para mí

el proceso creativo al momento de escribir. La finalidad es que estas palabras puedan servirle a los que están dando sus primeros pasos en la escritura, o a los que simplemente les intriga saber más sobre el proceso de escribir.

Por supuesto, estas serán

reflexiones personales

, basadas en mi propia experiencia. Mucha gente que escribe ya dedicó un tiempo a explicar cómo funciona este proceso. Leí varios de esos textos, pero ninguno encajaba exactamente con la forma que yo tengo de escribir. Eso se debe a que cada persona es distinta, por ende, cada escritor es diferente, utiliza distintos métodos y tiene diferentes enfoques. Cada quien tiene su propia forma de ordenar sus pensamientos y sacar de allí alguna obra. Así que esto no es para decirles cómo se debe escribir o cómo debe organizarse al hacerlo, ya que cada quien lo hará a su manera. Ustedes mismos podrán decidir cuáles de los métodos que describo encajan mejor con su forma de ser y pensar, y cuáles prefieren evitar.

Quienes no pretendan dedicarse a la escritura, creo que igual podrán disfrutar de estos textos. Puede que en alguno de ellos responda a las preguntas que tienen en mente sobre mi proceso de trabajo.

¿Para quién escribo?

Esta es una pregunta que me hice muchas veces, y la respuesta siempre es la misma:

Escribo para mí

.

¿Qué quiero decir con esto?

Cuando me embarco en la tarea de escribir un relato erótico, muchas veces tengo presente que habrá algún lector anónimo siguiendo esa historia. Pero veo al lector como un ente distante, al que no conozco. No sé qué gustos puede tener una persona que no conozco, ni mucho menos un grupo de lectores. Por eso mismo no puedo ponerme a escribir para satisfacer los deseos de ese individuo, o de ese colectivo de gente. La única alternativa que me queda es

escribir para mí

.

Lo que busco es

quedar conforme con mis propios relatos

. Esa es mi gran “vara de medir”. Si a mí me gusta mucho el rumbo que toma una historia, entonces voy a estar feliz. Lo voy a disfrutar, voy a seguir escribiéndola y me voy a quedar conforme.

Lamentablemente esto irrita mucho a ciertos lectores que piensan que escribo pensando íntegramente en ellos y en sus gustos personales. Han llegado a insultarme de muy mala manera porque en un relato no ocurrió lo que ellos querían que ocurra. O bien me han pedido que narre una historia alternativa, donde sí ocurrieran esos sucesos que

ellos

querían leer. Como si fueran mis jefes y tuvieran derecho a exigirme en qué debo invertir mi tiempo.

Si me pusiera a armar historias alternativas por cada persona que esperaba algo diferente de uno de mis relatos, estaría escribiendo eternamente la misma historia, con miles de líneas argumentales diferentes. Obviamente no puedo hacer esto, porque quedaría atrapada en un bucle interminable, sin poder salir nunca de una historia.

Una vez que ya conté todo lo que quería contar, es necesario “dejar ir” las historias, para poder centrarme en nuevos proyectos.

Tal vez algún día estos lectores comprendan que yo tengo mis gustos y criterios personales, y que al escribir, tengo que seguir eso. Yo les presento una historia, que escribí para mí, porque tenía ganas de hacerlo. Si a otra persona le gusta lo que escribí, perfecto, eso me alegra mucho. Pero si no les gusta, no me importa, porque yo no obligo a nadie a leer mis relatos.

Con el tiempo descubrí que algunos lectores se aferran tanto a una historia, que prácticamente se la apropian, como si fuera de ellos, como si ellos tuvieran el poder de decidir qué puede ocurrir y qué no. Bueno, a esta gente le digo que ellos mismos podrían escribir sus propios relatos eróticos, y hacerlos de la forma en que les guste. Este fue uno de los motivos que me llevó a embarcarme en estos proyectos. Al leer relatos eróticos en internet, nunca encontraba

lo que yo buscaba

. La mejor solución fue escribir mis propias historias.

Por otro lado, hay otra clase de lectores. Aquellos que disfrutan con la historia que yo planteo y no intentan modificarla a su gusto. Se embarcan en los sucesos que yo decidí escribir, a veces les gustarán más, otras veces menos; pero buscan quedarse con las cosas que más les agradaron y me lo hacen saber.

A estos lectores, que se tomaron el tiempo de dejar algún lindo comentario, quiero decirles que muchas veces ayudaron a que yo siga publicando. A veces las personas en internet pueden ser sumamente tóxicas, especialmente si se ocultan tras el anonimato. Es increíble lo insistentes que pueden ser algunos de estos sujetos tóxicos; pero eso lo dejaré para otro momento.

Lo bueno es que existen otras personas que

sí saben apreciar el esfuerzo

, y que me brindan palabras de aliento para que yo siga subiendo mis relatos a internet. Nunca pensé en dejar de escribirlos, porque me encanta hacerlo; pero en más de una ocasión estuve a punto de dejar de publicarlos, solo para no tener que estar tolerando las miles de personas tóxicas que hay, con un teclado y mucho tiempo libre.

Pero bueno, sé que hay gente que disfruta de mis relatos, porque me lo han hecho saber, y es por estas personas por las que sigo

publicando

.

Muchas gracias

por el apoyo que brindan en

Patreon

, esto renovó mis ganas de escribir.  También agradezco todos los mensajes positivos que me hacen llegar, muchas veces eso es más que suficiente para que decida sentarme frente a la computadora, para escribir durante algunas horas.