El viaje en tren

Como un viaje en tren se convirtio en la primera infelidad a mi marido con un chico mucho mas joven que yo. Primera pero no ultima... ¿seras tu el siguiente?

El viaje en tren

Parecía que hoy iba a salir a mi hora. ¡Menos mal! Últimamente no había tenido mucha suerte con los horarios, aunque hoy la cosa era diferente. A lo lejos el tren se acercaba poco a poco a la estación y allí me encontraba yo, con mi billete en la mano para no equivocarme de asiento (siempre he sido un poco despistada) viendo como iban pasando uno a uno los vagones del tren que me iba a llevar a Madrid. Una vez parado el tren tuve que darme un poquito de prisa para llegar a mi asiento antes de que volviera a emprender la marcha (¡es lo que tienen las ciudades pequeñas, entre otras cosas las paradas del tren son MUY cortas!) y sinceramente, los tacones de los zapatos que llevaba puestos para ese día no ayudaban demasiado a andar deprisa! Algunos pensareis que hacia con zapatos de tacón para viajar en tren, cuando se viaja mucho mas cómoda con una calzado un poco mas deportivo. Tenéis razón, pero es que ese día mi viaje a Madrid era, en cierta manera, un viaje de negocios por lo que decidí ir lo mas arreglada posible. Me consideraba una chica hasta cierto punto atractiva, soy rubia, ojos azules (quizás algo pequeños), metro sesenta de estatura (por eso lo de los tacones altos, jeje) y, gracias a las múltiples horas de gimnasio, un cuerpo bastante curioso o al menos eso dice mi marido! Bueno, a lo que iba, como ese día quería causar buena impresión (os habéis fijado alguna vez que contra mas "arreglada" vas a un sitio mas caso te hacen y mejor te tratan?) había decidido ponerme un vestido gris de manga larga, bastante ajustado al cuerpo, de una sola pieza, donde la falda me llegaba un poco por encima de la rodilla. Como era otoño llevaba puestas unas medias también grises bastante tupidas de las que llegan hasta la mitad del muslo (me encanta ese tipo de medias, me hacen sentir muy femenina) y por ultimo unos zapatos rosa pálido que, como he dicho antes, tenían su buen tacón, cosa que estiliza muchísimo las piernas y las caderas (¡malditas caderas! Jeje)

Bueno, pues ahí estaba yo, en mi asiento 13 B, al lado del pasillo, con el asiento de mi lado vacío. Prefería viajar sola, pero cuando saque el billete ya no quedaban asientos individuales, por lo que tenía que compartir asiento con un desconocido.

Me acomode en mi sitio y saque mi revista del corazón para enterarme un poco del cotilleo que hacia tiempo que no tenía noticias frescas. Así estaba cuando el tren volvió a ponerse en marcha y note como una mano me tocaba el hombro.

-¿Me permites? Creo que voy allí-. Me dijo un chico señalando el asiento de mi lado.

Me levante casi sin prestarle atención y con mi revista todavía abierta (estaba absorta en un reportaje sobre los retoques quirúrgicos de las estrellas!). El chico acomodo su mochila en la parte de arriba de los asientos y pasando por mi lado ocupo su lugar mientras yo volvía a sentarme en mi sitio.

-¿Han pasado ya con los periódicos?

-¿Cómo dices?- dije yo levantando los ojos de mi revista.

-¿Si han pasado ya repartiendo los periódicos?- me repitió el chico.

  • Ah!- dije yo,- no, no, todavía no han pasado, o al menos yo no me he dado cuenta.

-Si, je je, ya te veo enfrascada en tu interesante lectura-. En ese momento fije mi atención en el chico que estaba sentado a mi lado y que me estaba "vacilando". Era un chico joven, no creo que superara los 20 años (yo hacia poco que había cumplido los 30 aunque negare haber revelado mi edad!). Era alto, corpulento, pelo corto, moreno de piel y ojos oscuros. Vestía unos pantalones tejanos rotos por diferentes sitios y una sudadera azul y naranja con capucha. Me lo quede mirando unos instantes y volví a bajar mi vista a la revista que tenia en mis manos sin decir una palabra.

-Ups, espero no haberte molestado, no quería ser grosero. Me llamo Pablo- dijo mientras me ofrecía su mano.

-Ester- dije yo apretándola.

-Encantado Ester. Ya que vamos a pasar un par de horas juntos ¿mejor llevarnos bien no?- me dijo mientras me sonreía. En ese momento recordé porque me gustaba coger asientos individuales cuando viajaba, tenia el presentimiento que si tenía pensado hacer un viaje tranquila leyendo lo llevaba claro.

El chico empezó a hablar por los codos, cosa que hizo que yo cerrara mi revista y le prestara más atención. Que si era de Madrid pero había pasado el fin de semana fuera y ahora estaba de vuelta, que si tenia 23 años (cosa que confirmo que como mucho tendría 20,¡ ayyy como son los hombres!) que si había pasado un finde "de puta madre", que había salido mucho, que había mucha fiesta en esa ciudad… bueno, no paro de explicarme cosas que había echo, hasta que de golpe cambio y empezó a preguntar por mi, que si que edad tenia, que si llevaba mucho tiempo viviendo allí, que para que iba a Madrid, si era la primera vez que iba… lo dicho, que al garete mi viaje de tranquilidad.

-Cuantos días vas a estar por Madrid, si te apetece podría enseñarte un poco la ciudad…- ¿me estaba tirando los tejos el chaval?

-No, hoy mismo me vuelvo, hago un par de cosillas y vuelvo para casa.

-¿Vienes a Madrid solo para un par de horas? No sabes lo que te pierdes… pero bueno, si quieres podemos comer juntos y te enseño un par de sit

-Oye mira- le corte yo- no se que es lo que quieres. Te agradezco mucho tu interés por "enseñarme" Madrid, pero estoy casada, tengo una niña y la verdad es que de momento no me apetece que nadie "me enseñe" nada. No te molestes, pero te lo digo para que no pierdas el tiempo si es eso lo que buscas…-Se que puede parecer que fui un poco brusca, pero la verdad en ese momento (eran las 10:45 de la mañana mas o menos, habíamos salido a las 10) no tenia el cuerpo para tonterías.

-OK, lo siento, no era mi intención molestarte, solo quería ser un poco simpático contigo.- y acto seguido se puso recto en su asiento y dirigió su atención a los monitores que habían en el techo y que daban una película.

Ahora me sabía mal mi contestación anterior a este chico, pero al menos ahora tendría tiempo de centrarme en mi lectura. Cogi otra revista de mi bolso (en este caso el Cosmopolitan y empecé a ojearlo). Pasando páginas llegue a un reportaje sobre zonas erógenas femeninas y en como conseguir una mayor estimulación. Eso llamo mi atención. ¡No penséis que porque hubiera cortado de esa manera a ese chaval era una reprimida! Ni mucho menos. En casa con mi marido siempre habíamos sido una pareja muy abierta en el sexo, veíamos películas X juntos, utilizábamos consoladores, bolas chinas, fantaseábamos con hacer el amor con otras personas e incluso yo había estado con otra chica una vez y fue genial. Así que estaba leyendo leyendo y la verdad es que mi temperatura corporal subía a la par que leía mas articulo. Bufff, que si para hacer un buen sexo oral hay que estimular con la lengua toda la zona de alrededor de la vagina, que si el clítoris hay que acariciarlo muy suavemente… ¡madre mía con la cosmopolitan!

En eso estaba cuando parece ser que en un cruce de mis piernas se me subió un poco la falda y se me bajo un poco la media, con lo que entre una cosa y la otra aparecía un poco de la piel de mis piernas. Yo no me había dado cuenta hasta que note como un dedo de Pablo tocaba mi pierna

-Oye, no es por nada, pero será mejor que te bajes la falda o te subas un poco las medias porque los del asiento de atrás no paran de levantarse para mirarte las piernas, cosa que no me sorprende la verdad.- Me ruborice totalmente viendo como, efectivamente, quedaban descubiertas parte de mis piernas por encima de las medias. Rápidamente me baje la falda y me subí la media hasta el máximo. ¡Dios que vergüenza!

-Muchas gracias por avisarme- le dije todavía sin mirarle a los ojos de la vergüenza que sentía- y perdona por lo de antes, creo que fui un poco brusca… lo siento.

-No hay de que, no te preocupes, además, llevaba un rato mirando tus piernas, y si no hubiera sido por que los de atrás se habían dado cuenta y empezaban a alborotarse ¡no te habría avisado! ¡Menudas piernas que tienes rubia!- Levante mis ojos y le mire a su cara. Estaba riendo mientras me miraba y por primera vez me fije en el como en un hombre y no como en un chico. Era mucho mas atractivo de lo que en principio me había percatado. Tenía un aire de rebelde que me empezaba a atraer.

-Mira- me dijo- te voy a ser sincero. Me pareces una mujer súper atractiva y se que seguramente hoy será la primera y la ultima vez que nos veamos. Cuando llegue a casa seguro que me tirare de los pelos por al menos no haberlo intentado, o sea que tu misma. Quiero que sepas que me encantaría enrollarme contigo –"enrollarme" ¿Cuánto tiempo hacia que alguien no me decía algo así como que quería enrollarse conmigo? (En ese momento su edad bajo hasta los 18 añitos)- pero tampoco quiero ponerte en ningún compromiso, o sea que tu decides

Me quede muda mirándolo, pero al final me venció mi timidez y baje la vista. El se percato de su "derrota" y también aparto su vista de mí y volvió a concentrarse en el monitor. Yo por dentro estaba echa un lío. Sinceramente me apetecía muchísimo estar con ese yogurin, pero… ¿y mi marido? Nunca le había engañado y no me veía con el corazón de hacerlo, aunque el muchas veces me había invitado a que si quería irme con algún otro hombre me fuera, siempre y cuando se lo dijera a el antes… ¿Qué podía hacer? Cogi el móvil y le deje un mensaje "llámame cuando puedas" y lo envié… MIERDA (si a veces soy un poco mal hablada) no había cobertura (los que hayáis viajado de Valencia a Madrid sabréis de lo que hablo con la cobertura), lo volví a enviar… sin cobertura. En esas Pablo se levanta para salir y cuando pasa me deja caer un papel que acaba de escribir y dice "mira no quiero ser mas pesado, voy al lavabo, te espero allí 3 minutos, si vienes genial, sino buscare otro asiento y no te molestare más. Igualmente ha sido un placer conocerte. Te mando un beso enorme que espero darte en persona en esos preciosos labios que tienes en menos de tres minutos". Ya esta, solo eso. Corto y claro. Acabe de leerlo y lo vi desaparecer en uno de los dos lavabos que había al final del vagón. Volví a coger el móvil y esta vez llame a mi marido, quería hablar con el antes… pero no, imposible no había cobertura. Volví a intentarlo, tampoco. No sabia que hacer, quería ir con ese chico, pero no quería engañar a mi marido, pero las dos cosas no podían ser. El tiempo pasaba y al final me decidí. Me puse en pie, me arregle el vestido lo mejor que pude y me dirige al baño del tren. El corazón me latía a mil mientras me acercaba al lavabo. Parecía un tambor dentro de mi pecho, incluso las manos empezaron a sudarme. Ni yo misma me creía lo que estaba haciendo, pero la verdad es que estaba súper excitada por hacerlo

Me plante delante de la puerta de la izquierda (en la que el se había metido) y llame con los nudillos… Pablo abrió y mirando por si alguien nos veía me hizo entrar

-Ya pensaba que no venias- me dijo. Entre en el lavabo en el que apenas cabíamos los dos.

-Yo tampoco lo tenia muy claro- dije yo clavando la mirada en el suelo- no sabia si… - pero Pablo no me dejo acabar la frase, me cogió la cabeza me la levanto y me beso apasionadamente. Note como su lengua violaba mi boca alocadamente y sin control, buscaba constantemente el contacto con mi lengua y no dejaba lugar alguno sin explorar. Era todo ímpetu. Sus manos empezaron a acariciar mi cuerpo por encima de mi ropa. Como he dicho antes mi traje gris era muy ajustado, por lo que notaba todas y cada una de las caricias de Pablo en mi piel. Primero sobando mis tetas, luego mi culo, mis piernas

-Tranquilo chico- dije yo- déjame a mi que te voy a enseñar un par de cosas...- ya había superado mi nerviosismo inicial y había decidido tomar la iniciativa. Lo senté en la taza del water y como pude me puse de rodillas en el suelo (menos mal que estábamos en preferente y los lavabos estaban limpísimos) mientras le desabrochaba los pantalones y le bajaba el calzoncillo. Pablo me miraba desde arriba como si estuviera en un sueño. Tenia arrodillada ante el a una madre de 30 años que le estaba desnudando en los lavabos de un tren, creo que un sueño para cualquier hombre. Aunque he de reconocer que para una mujer como yo sentirse tan "sucia" con un chavalin de esa edad también tenia su morbo.

Debajo del calzoncillo ya aparecía un bulto bastante grande que rápidamente libere de su prisión y salio como un resorte hacia mi cara.

-¿Quieres que te le chupe?- le dije a Pablo mientras le miraba a los ojos.

-Si… si, por favor

-¿Seguro?- y mientras le decía eso le daba un lametón con mi lengua por todo su tronco mientras volvía a separar mi boca. A veces me encantaba llevar yo la iniciativa, ser un poco ama de la situación y este era un momento propicio

-Si, por favor… cómemela- Pablo estaba como ido mirándome

-Pues ahí voy…- y empecé a meterme toda esa polla en mi boca. Mientras lo hacia escuche los gemidos de Pablo. Mmmmm que placer tener la polla de un desconocido a tu entera disposición. A mi boca le acompañaba mi mano izquierda acariciándole los testículos como me había enseñado mi marido y que tanto gusto le daba. Me estaba encantando chuparle la polla a ese chaval, pero tampoco quería pasarme y hacer que se corriera muy rápido sin habérmelo follado antes, así que después de unos minutos chapándosela me levante del suelo y le pregunte si tenía condones.

El saco uno de su cartera y hizo el gesto de abrirlo… -déjame a mi- le dije. Le cogí el condón de sus dedos y lo abrí. Menos mal, era preservativo de los finos (porque aunque los tíos digáis que los preservativos os cortan el rollo y no sentís lo mismo, nosotras tampoco sentimos igual y contra mas fino es el preservativo mas sentimos también nosotras…) Lo coloque en la punta de su miembro y poco a poco fui deslizándolo hacia abajo hasta que lo cubrió entero… Como pude (que pequeño era el jodido lavabo) volví a chuparle un poco la polla para poder lubricarlo un poco mientras que con mi otra mano, (después de chuparla un poco también con mi boca) me tocaba el coño para mojarlo todavía más y favorecer la penetración… Estaba totalmente mojada de la excitación y entre eso y que hacia pocos días me había depilado totalmente el sexo estaba segura que no habría problemas para que resbalara bien el preservativo cuando me lo follara.

Sentado como estaba en el lavabo me subí un poco el vestido por encima de la cintura apareciendo un tanga negra que tanto me gusta y con la que voy comodísima. Pase mi pierna derecha por encima de sus piernas (apenas me cabía la pierna del poco espacio que había entre el water y la pared) y me senté como pude frente a el. Su cara quedaba a la altura de mi cuello, muy cercana a mis pechos los cuales empezó a chupar. Eso me gustaba, pero necesitaba algo mas, quería fallármelo. Así que baje mi mano a mi sexo, separe un poco a un lado mi tanga y agarrando su miembro lo acerqué a la entrada de mi vagina… Pablo miro hipnotizado mi sexo depilado (me encanta llevarlo así) y veía como yo con su polla en mi mano le pasaba la punta por la entrada de mi coño para lubricarla todavía un poco mas. Cuando creí que ya estaba a punto la coloque en posición y empecé a empujar hacia abajo… mmmmm, Pablo empezaba a gemir notando el calorcito y la presión de mis paredes vaginales y yo empezaba a notar ese pedazo de carne llenándome por dentro. La estrechez del lugar no dejaba sitio a desbocarse, por lo que opte por un suave balanceo intentando introducir al máximo su polla en mi interior. Ya la tenía toda dentro de mí. Que placer. Me encantaba tener a ese niño dentro de mí, fallándomelo en un lavabo, viendo como cerraba sus ojos y disfrutaba al máximo de cada uno de mis achuchones. Yo estaba agarrada con mi mano derecha a uno de los barrotes verticales que había al lado del lavabo con lo que me ayudaba en mi sube y baja. Pablo pasaba sus manos de entre mis tetas a mi culo y vuelta a empezar. La verdad es que aunque no tenia mucha experiencia con sus manos o su boca si que tenia un buen miembro que me hacia disfrutar. Dios, nunca olvidare esos momentos… que placer.

La verdad es que no sabría decir cuanto tiempo estuvimos en esa posición (seguro que tampoco fue demasiado) pero hubo un momento en que la postura ya me estaba agarrotando las piernas y los brazos y decidí cambiar de postura. Como pude me incorpore, me di la vuelta y apoyándome de espaldas a Pablo en el lavamanos le dije:

-Venga, ahora te toca a ti trabajar un poco- y me puse (como pude) con el culo en pompa. Siendo tan pequeño el lavabo, para esas posturas, no era demasiado incómodo, incluso al contrario, porque en frente mía estaba uno de los dos espejos que había dentro del cuarto, por el que pude ver como Pablo se levantaba de su "asiento" y se me ponía detrás… Volví a retirar mi tanga hacia un lado y a colocar su polla en la entrada de mi vagina, pero ahora fue él el que empezó a empujar hacia adentro… bufffff, que gusto, me encantaba mirarme en el espejo y ver como un tío me daba por detrás. Me tocaba las tetas por encima del vestido, notando los pezones duros como piedras pellizcándomelos como podía, con la mano que tenia en el tanga me acariciaba suavemente mi clítoris, primero haciendo circulito, y luego directamente dándome palmaditas en el… Joder, como estaba disfrutando

Pablo seguía empujando, se le notaba que no quería correrse todavía porque sus envestidas se veían controladas, cosa que a mi me encantaba, no quería que eso terminara… mejor aun, todavía quería mas. Así que deje de acariciar mis tetas y me lleve mi dedo índice a mi boca… lo lamí, lo moje bien y empecé a dirigirlo a mi culo. Empecé a masajearlo por fuera, mojándolo bien, luego lo volvía a llevar a mi boca y lo volvía a lamer para volver a llevarlo a mi culo… mmmm que gusto… cuando vi que ya estaba suficientemente mojada empecé a introducir poco a poco un dedito dentro de el. Primero solo la primera falange, para que mi ano se fuera dilatando, aunque comprobé que de lo excitada que estaba no había ningún problema en introducir todo mi dedito. Así que volví a lamer mis dedos y esta vez introduje dos… JODERRRRR… que gusto sentirme follada por el coño y con algo dentro del culo (¿algún día tendría que probar con dos pollas a la vez, algún voluntario? mmmm). Mire al espejo y vi como Pablo no perdía detalle de cómo me masturbaba el culo, porque mientras el empujaba con su pene yo empujaba con mis dedos

-Que guarra eres rubia y eso que dices que estas casada.

-¿Guarra? No lo sabes bien…- le dije yo mientras seguía masturbándome- Y ahora chaval, quiero que me des por el culo hasta que te corras… - con lo que saque su polla de mi coño y la dirigí a la entrada posterior.

-Poco a poco ¿eh chaval? ¡Que no quiero que me rompas!

-Tu mandas jefa…- mira el chaval como se estaba espabilando

Empecé a notar su miembro como entraba en mi culo poco a poco. JODER, aunque me había masturbado no es lo mismo un par de dedos que una buena polla y notaba como mientras se introducía en mi al principio me quemaba… Tarde un poco en adaptarme, pero una vez acostumbrada, ese quemor dejo paso a un gusto terrible… ahora si que estaba a tope. Empecé a empujar fuertemente mi culo contra el, por el espejo veía como se ponía rojo y apretaba los dientes. Mmmmmm me iba a correr. Nos íbamos a correr… y mientras tenia uno de los orgasmos anales más fuertes que he tenido, notaba como el chico eyaculaba dentro de mi culo…. Bufffff que placer… Los dos estábamos agotados… poco a poco me fui apartando de el y saque su polla de mi interior agarrando el borde del preservativo para que no se saliera y nos pusiera perdidos. Tampoco era plan de pasarme por el banco con el vestido "manchado"

Lo demás no tiene trascendencia, nos despedimos sin darnos los teléfonos ni nada (aunque el insistió) y cada uno siguió su camino. Mi marido me llamo al poco de llegar a la estación y me pregunto que que quería… "nada, nada, era una cosa de una revista…" mentí yo, seguramente mas adelante le cantaría lo que me había pasado, pero por ahora me daba miedo su reacción y quería disfrutar del momento

Desde ese día cuando viajo a Madrid siempre suelo ir lo mas guapa posible, nunca sabes lo que te puedes encontrar… ¿quizás a ti?

Un besito enorme y siento haber alargado tanto la historia con quizás demasiada paja, pero para mi lo que paso fue tan importante en su desarrollo como en su momento de acción