El viaje de mi vida 8
Desesperada.
Primeramente, pedir disculpas por la tardanza en escribir la continuación de la historia de Ana, pero han sido varios los problemas que me han surgido en estas semanas, entre ellos, el quedarme sin ordenador, hace unos días que e podido comprarme uno nuevo. Dar las gracias por su apoyo y comentarios.
Al llegar a comisaria, pregunte por el inspector que llevaba el caso, y en seguida se presento un chico joven:
-buenos días, ¿la señorita Suarez, supongo? –mirándome con una amplia sonrisa, le respondí afirmativamente y entramos en el despacho.
Empezó a preguntarme la relación que tenia con Luz, le explique que era mi ex pareja y que desde hacía un par de meses, yo me encontraba en Paris viviendo y tenía poca relación con ella.
-¿Usted sabría de alguien que quisiera hacerle daño a la señorita Ravelo?
-sinceramente, creo que no, pero sí que el accidente fue provocado. –entonces me miro con cara de adelante, cuéntame. – vera, yo me entere del accidente por Claudia, que me llamo rápidamente, yo llegué en la misma tarde, y al momento de estar en el hospital me llego por mensajero una caja de bombones y una tarjeta.
-¿Y que ponía en esa tarjeta que le hace pensar que fue provocado? –ahora aun mas extrañado que yo.
--bienvenida de nuevo Ana, espero que la sorpresa te haya gustado, pues te dije, que me las pagarían. –no aguante más y empecé a llorar.- yo nunca he querido hacerle daño a nadien, y muchos menos a Claudia y Luz, ellas son personas muy importantes para mí, son mi familia. –enseguida me dio un clínex para secarme las lagrimas.
-vera esa nota, (no sabía cómo decírmelo) no demuestra nada, si es cierto que es raro, que nada más llegar, le llegue esa nota y en esta situación. Verá la policía seguirá investigando todo lo que se pueda, pero todo hace pensar que fue un lamentable accidente. Estamos esperando los análisis de la señorita para comprobar si tenía algo de alcohol en su organismo, u otras sustancias. De todas formas, me gustaría que estuviera disponible para cualquier otra posible pregunta.
-Primero, si me permite, Luz no bebe alcohol, y si otras sustancias se refiere drogas, mucho menos. Sus padres, murieron siendo pequeña por culpa del alcohol y drogas. Y segundo, por supuesto que estaré a disposición de la policía para lo que haga falta. Y si ahora no me necesita para más me gustaría regresar al hospital. –levantándonos y saliendo por la puerta. Entre al coche, y cuando me quise dar cuenta, estaba sentada en una silla, atada de pies y manos, con los ojos tapados, no entendía.
-Al fin te despiertas, bella durmiente. –esa voz, era de una mujer estaba claro, pero de quien.
-¿Quién eres? ¿Y qué quieres de mi?- escuchando una risa muy fuerte de esa mujer.
-la verdad que me sorprende, que te olvidaras tan rápido de mi, te dije que me las ibas a pagar todas juntas, y poco a poco así será. Primero Luz, después… -entonces escuche otra voz, detrás de mí.
-Ni te molestes en explicarle tu plan, pues no tendrá mucho tiempo, el siguiente paso, ya lo sabrá cuando llegue, jajajaja. Espero que te gusten las sorpresas Ana, pues vas a tener muchas. –justo en ese momento note como me tapaban la boca y me quede dormida nuevamente.
Al despertar estaba en el asiento del coche nuevamente, hubiera jurado que había sido un sueño, si no fuera por donde estaba aparcado el coche. Me extraño pero me dirigí a casa a ver a mi madre, pues tenía una sensación muy rara. Al llegar cual fue mi sorpresa, que me encontré los bomberos y la policía justo delante de casa de mi madre, me baje rápidamente del coche y pregunte que había pasado, me comento el bombero, que una señora estaba cocinando y perdió el conocimiento, provocando así un incendio. Le pregunte en que piso fue eso, pues mi madre vivía en ese edificio, y estaba enferma, entonces me pregunto la vivienda donde vivía mi madre al decirle, se quedo blanco.
Llamo rápidamente al policía a cargo y le explico la situación, me hizo señales para que me acercara y me dejo con el policía.
-Buenas señorita, ya me comento el compañero la situación, vera su madre, aparentemente le ha dado un infarto y como estaba cocinando, pues se le ha prendido la cocina, pero, por supuesto esto es la vista inicial. Deberemos realizar un informe más completo cuando los bomberos puedan acceder sin problemas a la vivienda.
-Pero… ¿y mi madre? –no entendía nada, solo pude escuchar decir al policía.
-Lamentablemente, su madre ha fallecido. –en ese momento, caí inconsciente al suelo, me había desmayado.
Poco a poco fui recobrando el sentido, y vi a varios enfermeros/as, a mí alrededor, mirándome las constantes. Por lo que escuchaba, al caer me di un fuerte golpe en la cabeza y debían trasládame al hospital para hacerme pruebas.
Al llegar al hospital me hicieron rápidamente todas las pruebas, comprobaron que fue solo un susto y que lo que tenía era simplemente un poco de infección por la falta de alimento, y me dieron el alta rápidamente. Estaba en el mismo hospital que Luz, así que subí a la habitación y allí estaba Claudia. Al verme se levanto en seguida.
-¿Qué te paso Ana, tienes muy mala cara? – en ese momento, me abrase a ella y no paraba de llorar. Cuando Claudia se dio cuenta que estaba un poco más tranquila me volvió a preguntar, que pasaba, esta vez ya pude pronunciar alguna palabra.
-Mi madre. –solo podía decir esas palabras, Claudia, me sentó en el sillón del pasillo, y fue a una enfermera y le explico que me pasaba algo pero no sabía bien el que, entonces le pregunto mi nombre y apellidos para mirar si era alérgica a algo para poder darme un tranquilizante. Cuál fue su sorpresa, al ver mi historial reciente, llamo a la doctora que me había tratado y le consulto si podía darme algo, esta le comento que si, pues era una situación muy difícil.
Una vez que me dieron el tranquilizante, me recostaron en el sillón de la habitación de Luz, en el cual me quede finalmente dormida. De repente, me desperté al escuchar mi móvil sonar, pero rápidamente Claudia, descolgó y contesto.
-¿Diga?, Si este es su teléfono, lo que ella ahora mismo no se encuentra en condiciones para contestar. Si por supuesto ¿de parte de quien? A vale Ivonne, si Ana me ha hablado de ti, soy Claudia su amiga, veras, ella ahora mismo está durmiendo pues le tuvieron que dar un tranquilizante pues le dio un ataque de ansiedad. –Entonces miro para donde yo estaba y vio que estaba despierta.- mira Ivonne, ella se acaba de despertar, habla con ella, un gusto conocerte, y un saludo. –pasándome el móvil para hablar yo.
-Ana cariño, ¿qué te paso?- me preguntaba Ivonne, con un tono de preocupación e intriga. – lo último que supe de ti que ibas a ir a comisaría a declarar y han pasado horas sin saber de ti.
-veras, mi madre… -no podía decirlo, aun no lo había aceptado.- esta…
-Ana, por favor, me tienes preocupada, ¿Qué le ha pasado a tu madre? –Rompiendo a llorar nuevamente, le conteste- a muerto.
Ya ninguna de las dos decíamos nada, solo estábamos en silencio, yo no paraba de llorar, entonces, Claudia agarro el teléfono y se lo puso en el oído.
-Hola Ivonne, soy Claudia de nuevo, mira yo sé que no nos conocemos, pero estoy segura que a Ana, le vendría muy bien toda la compañía posible. Y sé que te has convertido en una persona muy importante para ella, si pudieras… -no pudo decir nada, pues por lo que imagine, Ivonne le estaba hablando- ok te envió ahora mi teléfono para lo que necesites, y muchas gracias. Un saludo. –colgó y se puso a trastear el mi teléfono, después me comento que le había mandado su teléfono a Ivonne, pues seguramente lo iba a necesitar. No dije nada y me dispuse a intentar descansar pues aun notaba un poco el efecto del tranquilizante.
Cuando volví a despertar ya era de día, Claudia estaba dormida en una silla plástica al lado de Luz, la cual se veía incomoda y le agarraba la mano a esta. Me levante despacio para intentar no hacer ruido pero fue imposible pues aun estaba aun media mareada del medicamento, y le di un golpe a la mesa. Claudia se despertó rápidamente, y viéndome se levanto a ayudarme, me volvió a sentar.
-Ana, donde vas, aun estas bajo los efectos del medicamentos, estate sentada y voy a buscar a la enfermera y algo de comer, que seguro no has comido nada en horas. –así era, pues bajo todo lo sucedido ni ganas ni tiempo.
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