El viaje de mi esposa

Aproveché un viaje de mi esposa para coger con su riquísima amiga.

La confiada de mi esposa

Mi esposa Auri trabaja en una empresa importante del ramo del papel y ahí la mayoría de sus compañeros son del sexo femenino, y lleva una muy buena amistad con 4 de ellas, por lo que en ocasiones nos reunimos o asistimos a fiestas cada quien con su pareja. Mi esposa es una mujer atractiva, de muy buen cuerpo, aunque es un poco reprimida cuando de sexo se trata. Yamili, una de sus amigas también es una mujer de muy buen cuerpo y en especial con un trasero de campeonato, es simpática y muy alegre, además, es soltera y aunque tiene novio, es súper coqueta con los demás, aunque conmigo siempre había guardado su distancia me imagino yo por mi esposa, pues sus otras tres compañeras también son solteras.

Después de varias reuniones nuestra amistad y sobre todo la confianza del grupo ya era bastante fuerte, en una ocasión que fuimos a antrear con sus compañeras de trabajo mi esposa tenía luxado un tobillo, de modo que no podía bailar mucho, y como a mi me gusta mucho bailar, ella misma le pedía a sus amigas, que bailaran conmigo y principalmente baile con Yamili, pues cosa extraña, ese día llegó sola pues acababa de tronar con su novio.

Ese día me la estaba pasando muy bien, sobre todo de bailar con ella pues les comento que tiene un gran cuerpo, ya al calor de los tequilas, bailando ella me empezó a contar del rompimiento con su novio, diciéndome que aunque era bastante coqueta y sensual, no había querido tener relaciones con él y por eso se dejaron, a lo que le pregunté que si era virgen y con una carcajada me dijo que por supuesto que no, y que solo era que no le atraía sexualmente como algunas otras personas.

Cuando dijo esto me miró fijamente a los ojos, por lo que entendí el comentario y le dije: -ah si, ¿cómo que tipo de personas? A lo que ella contestó describiéndome y diciéndome: -lástima que seas casado, y lo peor, con mi amiga-

Justo en ese momento acabo la canción y nos fuimos a sentar, al poco rato de eso, mi esposa y sus amigas fueron al tocador, preparándose para retirarnos del lugar, pero ella se quedó conmigo, por lo que le pregunté: -es en serio lo que me dijiste hace un rato-. –Por supuesto- me contestó, -¿yo no te atraigo?- volvió a preguntar

Crees que soy de madera, le contesté, por supuesto que me atraes, eres toda una mujer, contesté.

Auri dice que haces maravillas y que eres todo un tigre, y siempre que platicamos de nuestras experiencias te me has antojado por los comentarios que ella hace de ti, me gustaría averiguar si eso es cierto.

¿Y Auri?, que pasa si se entera?

Pues yo no le diría nada, no sé tu?, además, ella tiene la culpa por platicar así de ti, no eres a la única que te me has antojado. Después de esto, con unos ojos de lujuria me dijo: - Yo viajo a la convención hasta el viernes, Auri se va el jueves verdad?, Y es que anualmente en su trabajo realizan una convención fuera de la ciudad y todos viajan en diferentes días entre el miércoles y el viernes.

Así es, afirmé. Que te gustaría hacer ese jueves por la noche, le pregunté

Pues no sé, tal vez podríamos salir y ver que pasa no crees, contestó, apuntando al mismo tiempo en una servilleta su celular y al entregármela me dijo: yo estoy dispuesta a todo, si te animas, aquí me puedes encontrar para ponernos de acuerdo.

Después llegaron ya mi esposa y sus demás amigas y nos retiramos del lugar.

Desde ese día (sábado) y hasta el jueves que se iba mi esposa solo pensaba en Yamili y de las cosas que también a mi me había platicado mi esposa de ella, pues me contaba que había varios pretendientes que la buscaban de su misma oficina y algunas otras cosas que la verdad siempre me habían echado a volar la imaginación y de repente fantasear con ella, pues por los comentarios de mi esposa, al parecer Yamili llevaba una vida muy intensa.

Llegó por fin ese jueves en que fui a dejar a mi esposa al aeropuerto y en cuanto se metió a la sala de abordar, inmediatamente le llamé por teléfono a Yamili, quien al contestar me dijo que pensó que ya no le iba a llamar, para no hacer el cuento largo, le dije que pasaría por ella a la salida del trabajo y que la esperaba a unas cuadras de su oficina para que nadie nos viera. Cuando llegué allá, ella llevaba puesta una falda negra muy entallada, una blusa blanca semitransparente y cuando se subió al auto logré ver sus medias y el liguero que las sostenía, en fin, se veía súper bien y sobre todo, muy sensual.

Ya arriba del auto nos saludamos y le pregunté que quería hacer, a lo que me respondió que le gustaría ir a un buen restaurante a cenar para platicar un rato y luego pues a ver a dónde se nos ocurría ir. Fuimos a cenar y ahí platicamos de mil cosas, de su novio y de lo que pensaría mi esposa si se enterara, pero esa conversación poco a poco se volvió más intensa y excitante de modo que los dos ya estábamos muy calientes para ese entonces, por lo que nos apuramos a cenar, yo a pedir y pagar la cuenta y salimos de aquel lugar en el que habíamos estado cachondeando, yo ya no le pregunté que más quería hacer, durante la platica me lo dijo todo, así que me dirigí hacia un motel que está muy "acogedor", en el camino tanto ella como yo nos empezamos a acariciar las piernas para poco a poco empezar a subir las manos a la zona prometida, afortunadamente mi auto es automático y a los 5 minutos ambos ya estábamos súper prendidos, ella ya súper húmeda y yo súper firmes. Ella bajó el cierre de mi pantalón y sacó mi verga y sin pensarlo dos veces la empezó a chupar con muchas ganas, yo estaba ya que no me aguantaba las ganas de llegar al motel. Esos 10 minutos más que tardamos en llegar al motel se me hicieron una eternidad y un deleite, pues durante todo el camino Yamili seguía dándome un extraordinario sexo oral, cuando se dio cuenta que estábamos entrando al motel, solo me dijo: -con yacuzi por favor- por lo que la complací y pronto entramos a nuestra habitación.

Ya arriba no volvimos a cruzar palabra alguna, pues todo fue pasión y deseo ardiente, nos fuimos quitando la ropa y cuando ella quedó únicamente con su ropa interior, realmente se veía súper sexy, traía una diminuta tanguita negra, un sostén también negro y sus medias con liguero que la hacían ver como toda una mujer. Empezó a hacerme un streap tease que me prendió muchísimo más, pues fue quitándose la poca ropa que le quedaba al mismo tiempo de irme desvistiendo también a mi, pronto estuvimos ambos totalmente desnudos y aún bailándome me acostó boca arriba y se acomodó para un exquisito 69 que a ambos nos hizo vibrar, así ella consiguió su orgasmo pues lo pude sentir en mi boca, además de que en nada lo disimuló pues sus gritos y gemidos la delataron en todo el motel, y ese tipo de gritos y gemidos, como ustedes comprenderán, te hacen sentir muy poderoso y te dan más vigor para seguir con el acto.

Después de este 69 nos acomodamos de a misionero y sin pensarlo dos veces se la metí completa, sacándole otro estremecedor grito de placer, así duramos un rato, con el empuje y saque por momento rápido y luego lento para evitar la eyaculación, ella me tenía bien sujeto de las nalgas y me apretaba contra ella cada que sentía que empujaba mi pene.

Nos volvimos a acomodar para que ella me montara de frente a mi y vaya espectáculo que me dio, se movía como nadie, gemía y gritaba de placer, su cabellera, sus movimientos, sus gestos, sus gemidos, todo era perfecto y yo, cumpliendo al 100%, ahí afortunadamente tuvo su segundo orgasmo justo antes de que yo empezaba a sentir venir el mío, lo bueno fue que ella lo sintió primero y bajo el ritmo en señal de satisfacción y goce del momento, lo que a mi me sirvió para detener mi eyaculación, de modo que ahora yo la cambié de posición poniéndola en 4 patitas, pues así es como yo quería terminar, les recuerdo que esta amiguita tiene un culito de campeonato y todas mis fantasías hasta ese momento con ella habían sido cogiéndola por detrás, incluso cuando con mi esposa terminaba de esta manera, lo hacía siempre pensando en ella. Así que nuevamente empecé a empujar duro y a un gran ritmo.

Aunque también con mi mujer he tenido sesiones intensas de muy buen sexo, no puedo negar que el nerviosismo y excitación de estar con alguien más cuando eres casado (pues esta fue mi primera infidelidad de casado) y sobre todo, de estar con una amiga muy cercana de mi esposa me hizo disfrutar esta experiencia a tope y considero que ha sido una de mis mejores cogidas.

Hoy en día ya no se ha vuelto a repetir nuestra aventura y aunque por e-mail seguimos fantaseando con un nuevo encuentro, la oportunidad no se ha presentado y la verdad ya tengo muchas ganas de volver a estar con esta exquisita mujer.