El viaje
Un viaje extraordinario lleno de juegos y erotismo
Hola me llamo Maria, soy una mujer madura y atractiva, de espíritu joven. Estoy felizmente casada desde hace 10 años, me gusta sentirme sexy y deseada, digamos que me saco bastante partido, no pasan desapercibidos mis escotes, tengo un par de tetas importantes y me gusta lucirlas, sobre todo en verano cuando están morenitas del sol.
A pesar de todo, en el sexo soy bastante tradicional, aunque a veces jugamos, mi marido y yo, a que somos dos desconocidos, cada uno con su papel y eso nos pone como motos, otras veces vemos alguna película porno, cosa que también nos hace subir la temperatura...
Cuando montamos algún numerito me suelo poner como una perra en celo, es cuando estoy así que pienso en tener alguna polla más para mí y eso me pone aun más, desde hace años cuando hemos salido alguna vez a cenar y entre juegos, estando ya bien caliente, he comentado "mira cariño aquel de aquella mesa me mira, con deseo de follarme", eso me ha hecho imaginar y ponerme húmeda perdida, otras veces mientras follamos yo le comento lo que me gustaría tener otra polla en mi coño mientras me meto la suya en la boca, o en la boca mientras él me folla, a veces es él quien me dice lo puta que soy y me pregunta si quiero otra polla, eso me excita muchísimo, a veces cuando vemos alguna película halago las pollas que veo y digo lo que me gustaría chupársela o metérmela en mi coñito.
A mi marido también le gusta escribirme relatos que me pongan caliente y en alguno de ellos ha incluido a otros hombres para mí , la verdad es que son los que más me han gustado y más cachonda me han puesto, hasta el punto de tocarme pensando en la situación y correrme un par de veces seguidas
El caso es que en condiciones normales nunca hemos comentado nada de eso. No obstante yo si que he pensado en ello y cada vez que lo he hecho mi entrepierna se ha humedecido y he sentido la necesidad de tocarme.
Hace poco, nos regalaron dos noches de hotel y pensé que estaría bien ir solos mi marido y yo, una pequeña luna de miel, a él le pareció una idea genial, los dos solos, abandonados a la lujuria, ummmmm..
Pues nada, colocamos al crío y rumbo a nuestro fin de semana...
Durante el camino la conversación era monotematica, puro sexo, a veces recordábamos algún episodio pasado y otras adelantábamos acontecimientos de lo que queríamos para aquel fin de semana, saber lo que nos esperaba, me estaba poniendo muy caliente..
Una vez llegamos y nos inscribimos en el hotel, subimos a la habitación y deshicimos las maletas, nos dispusimos a tomar una ducha juntos. Mi marido pasó su mano por mi entrepierna, que estaba bastante receptiva y mojo sus dedos con mis fluidos.
Llevando sus dedos a la altura de su nariz, inspiró y comentó :ummmm, lo tienes como me vuelve loco, el fin de semana promete, y me besó en los labios
Yo respondí, metiéndome en mi papel: bien sabes que soy tu puta y me tienes para todo el fin de semana, no en vano has pagado por ello.
Una ducha calentita sin tocamientos para estar aseados y permanecer calientes y a cenar, dijo él .
Ok, le contesté yo.
Nos metimos en la ducha, el muy gentilmente me enjabonó, empezó por la espalda, mientras me besaba el cuello, siguió recorriendo mis nalgas y mis muslos, cada vez que podía rozaba mi bollito, que a esas alturas y después del viaje estaba empapado y latiendo, deseando que un rabo duro y caliente me penetrase...
Después me dio la vuelta y dio buena cuenta de mis pechos, mi vientre y se agacho para llegar a mis pies, mientras los frotaba y con su cabeza a la altura exacta, no paraba de desear que su lengua me hiciera un trabajito de los que tanto me gustan...
Pero no fue así, él quería mantenerme caliente y así iba a ser, me ofreció la toalla y salí de la ducha dispuesta a vestirme mientras él se duchaba...
Para la ocasión elegí, como ropa interior, un conjunto que me había regalado compuesto de liguero, sujetador de media copa y tanga, sobre esto un vestido negro escotado y medianamente corto, medias negras a medio muslo y tacón alto.
Cuando acabó de ducharse y me vio, sonrío, como dando su aprobación...
Te gusta? pregunté.
Como no me va a gustar?...respondió el, acercándose a mí y palpando mi coño por encima de la ropa.
Vístete, que me maquillo y marchamos, le dije.
Ok, pero recuerda que tu eres mi puta y el que paga manda, respondió sonriendo.
Una vez habíamos acabado nos dirigimos a la calle.
Has cogido las llaves del coche? Le pregunté .
No hace falta, iremos en taxi, está cerca y eso me permitirá dos cosas, una tomar alguna copa y dos meterte mano por el camino.
Ummmm, aquellas palabras se clavaron en lo mas interno de mí , mi temperatura subió de golpe y mis fluidos empapaban ya mi tanga por completo, mi corazón se había instalado en mi clitoris y latía como nunca, él estaba dispuesto a jugar y yo no se lo iba a impedir.
Ya montados en el taxi, dejo caer su mano entre mis piernas, subiendo un poco el vestido y acariciándome, por encima del tanga, suavemente, mientras el taxista no paraba de mirar de reojo por el espejo retrovisor, estaba superexcitada, pero no podía hacer nada, nada más que recibir aquellas caricias que me elevaban la temperatura al limite, ya hacia rato que necesitaba correrme y no veía el momento de tener un orgasmo interminable.
Llegamos a la puerta del restaurante y nos apeamos del taxi, antes de entrar le dije: No cenemos, llévame de vuelta al hotel y follame, no tengo hambre, lo que necesito es sexo!!!
Tranquila, lo vas a tener y del bueno, pero ahora tenemos que cenar, cenar y jugar, recuerda que eres mi puta...
Aquellas palabras aún me encendían más y más y más , empezaba a notar como mi tanga no podía contener mi humedad y esta empezaba a mojar mis muslos...
Pasamos dentro del local y el camarero nos sentó, no estaba muy concurrido pero tampoco vacío, la luz era intima y agradable, un sitio perfecto para jugar, aunque yo más que jugar quería follar...
Que van a tomar los señores, dijo el camarero.
Que te apetece cariño?, pregunto él.
Que que me apetece???!!! Aun no lo sabes??? Jajajajaja, pensé yo, creo que burbujas, contesté.
Traiga una botella de Moet Chandon, por favor, pidió al camarero, que ya había reparado en mi escote...
Una vez se retiro el camarero, me dijo: creo que al camarero no le importaría perderse en tus tetas...
Yo tampoco lo creo, aunque preferiría que se metiese debajo de la mesa y apagase el fuego que tengo en mis entrañas, respondí yo, siguiendo el juego.
Me encanta lo zorras que te pones, cuando piensas con tu coño en lugar de pensar con tu cabeza, Jajajajaj
Ahora no puedo pensar con otra cosa, jjajaja
No te preocupes, tendrás tu recompensa, dijo él, y metiendo su mano en su chaqueta, saco algo que deposito en mi bajoplato.
Cuando retiró su mano miré y vi que eran unas bolas chinas, viendo que el camarero se acercaba, las tomé en mi mano y las lleve a mi regazo para ocultarlas.
Quiere probar el champan?, preguntó el camarero a mi marido.
Lo probara la señora, contestó.
De este modo el camarero me sirvió un poco en la copa y haciendo un movimiento rápido, cambie las bolas de mano para poder coger la copa y lo probé, puede servirlo, contesté.
Les dejo la carta, gracias contestamos ambos.
Levantando su copa mi marido propuso un brindis, Por mi puta!!! Juntamos nuestras copas y bebimos.
Sabes para que son esas bolas? Me preguntó
Pues claro! Respondí yo.
Y a que esperas? Póntelas ahora
Aquí? Le pregunte.
Si, me dijo. Tienes un bonito mantel de complice, aparta tu vestido y tu tanga y...no creo que te cueste mucho trabajo que se pierdan dentro de ti.
Así lo hice, me introduje una y luego la otra, las puntas de mis dedos quedaron impregnados de mi deseo.
Pedimos de comer y después de apurar la copa, el siguió con el juego...tengo otra idea, dijo,y haciendo una pausa, continuó diciendo: ve al aseo y quítate el tanga, de este modo te das un paseo con tus amigas.
Donde está el aseo?
Que más da, pregunta en la barra, así te luces y el paseo es mas largo, jejejeje
Me levanté y me encaminé a la barra, por el camino note alguna mirada furtiva y por supuesto sentía a mis amigas moverse en mi vagina, después de preguntar fui al aseo y me quite el tanga, mi chocho emanaba fluidos como una fuente y estaba ardiendo, pensé en masturbarme, pero no lo hice, me gustaba estar así. A la vuelta, más roce y más miradas, ummmm como me estaba gustando aquel juego!, me costaba evitar que las bolas se cayeran estando tan lubricada.
Cuando me senté de nuevo a la mesa entreabrí mis piernas para que pudiera ver la ausencia de ropa interior, te gusta? Pregunté .
Bien sabes que no me gusta, me encanta, respondió él , y ese brillito delata tu excitación...
Y tú,estas excitado?
Excitado? No, estoy empalmado como un burro, hasta me duele!
De veras?
Lo dudas? Tocala!
Y dicho y hecho...pase mi mano por debajo del mantel hasta alcanzar su polla, que estaba dura y grande, como a mi me gusta, es verdad, dije, sabes que me gustaría?
Dime.
Saborearla un poco.
Pero...
Pero nada, recuerda tengo un complice, el mantel, sacatela.
El bajó sus manos y cuando las subió entendí que su polla estaba libre bajo el mantel, entonces simulé que se me caía la servilleta y la saboree un segundo, suficiente para desearla dentro de mí más que antes.
Está en su punto...
Fue justo ahí cuando me percate que en una mesa cercana un hombre nos observaba, no sabia si era mi escote o es que se estaba dando cuenta de nuestro juego, de cualquier modo eso era un motivo más para excitarme, no me preocupaba. Cuando me pongo caliente tengo un punto de exhibicionista.
Durante la comida, la conversación fue subiendo de tono, él me decía lo que tenia ganas de hacerme y yo también, en fin que no podíamos aguantar más , así que pedimos la cuenta...
Cuando el camarero se hubo cobrado, nos preguntó que si queríamos una copa.
Cortesía de la casa? Preguntó mi marido.
No, les invita aquel señor, dijo, señalando al hombre que nos había estado observando.
Pues, no diría yo que no, me adelante, un gin tonic para mí , por favor.
Ya estaba un poco desinhibida, después de las burbujas y el vino...no tenia nada de malo aceptar aquella invitación, pensé. Ya estaba picarona.
Yo tomaré otro, dijo mi marido.
Mientras nos traían la copa le conté a mi marido que había notado como aquel hombre nos había estado observando durante la cena, él me dijo que también se había percatado.
Que te parece si le invitamos a sentarse con nosotros mientras nos tomamos la copa, por cortesía, ya sabes...me preguntó ?
Sabes que soy una zorra, pero educada, jajajaja
Mi marido le hizo una seña y el desconocido no dudó en acercarse, mientras se acercaba lo observé y no estaba nada mal, ademas de portar un buen paquete o al menos eso parecía.
Te apetece tomar la copa con nosotros?
Si no es molestia...contestó el hombre.
Que menos, ya que has sido tan gentil como para invitarnos, dije yo.
Y se sentó con nosotros.
Me llamo Jose, dijo a modo de presentación.
Ella es mi mujer, Maria y yo soy Curro, encantado.
Que te ha impulsado a invitarnos, pregunté.
Bueno...pues...no os ofendáis, pero os he visto jugueteando y he pensado...
Qué has pensado? Pregunté.
Que quizás pudiese seros útil.
Util? Masculló mi marido.
Que quizá os gustaría ser observados o...algún tipo de ayuda, ya me entendéis.
Se hizo el silencio por un corto momento,pero en ese espacio de tiempo pude pensar en la fantasía de tener dos pollas para mi...un desconocido, teníamos un sitio adecuado y un calentón espectacular...no sé si pensaba yo o eran las burbujas.
Explícanos un poco más , Le dije empezando a interesarme el tema.
Bueno, pues eso, no se si os pudiese gustar tener un juguete más, una ayudita, como las bolas chinas pero en carne y hueso, vosotros decidís el uso que le queréis dar, no? Pues esto es igual...
Se ve que tienes experiencia en estas cosas...dijo mi marido
Pues si, la tengo.
Vamos a tomar la copa y después decidimos, dije yo, pero la idea no me desagrada, de todos modos deberías explicar un poco más...
No hay mucho mas que explicar, seré vuestro juguete, llegaré hasta donde me pidáis y me iré cuando queráis, vosotros mandáis.
continuará...