El viaje a Qeretaro
Lo que me paso en un viaje inolvidable...
EL VIAJE A QUERÉTARO
Cuando estábamos por terminar la prepa, Daniel, un compañero nos invitó a la fiesta de una prima suya, iba a ser en Querétaro, así que nos estábamos organizando para irnos todos juntos. Salimos un sábado por la mañana para llegar allá antes del medio día, el viaje no se hizo pesado, ya que, íbamos todos en el mismo autobús. Al llegar nos estaba esperando sus primos para llevarnos a la casa en donde nos íbamos a quedar, era una casa con 4 recámaras, lo que estaba perfecto para nosotros 9.
Al empezar a caer la noche, ya nos encontrábamos listos para irnos a la fiesta, cuando llegó una camioneta suburban por nosotros, era manejada por una señora como de 37 o 40 años, bastante guapa y con un cuerpo de concurso, era la tía de Daniel, nos dijo que nos apuráramos porque quería que estuviéramos antes de que su hija llegara, subimos todos a la camioneta y ella nos empezó a preguntar nuestros nombres, todos contestamos aún asombrados por la belleza de la señora y ella nos dijo sonriendo: - mi nombre no me gusta así que prefiero que me digan "Nena", no lo olviden - terminó la presentación y nos preguntó que cómo íbamos en la escuela, por supuesto que contestamos que muy bien, no queríamos que nos tomara por malos estudiantes o cosa parecida. Poco tiempo después llegamos a su casa, una hermosa residencia casi a las afueras de la ciudad, bajamos de la camioneta y pasamos a la sala, había adornos por todas partes así como abundante comida y bebida.
Nos preparamos para recibir a la festejada, era algo así como fiesta sorpresa, por lo que apagamos las luces y nos quedamos en completo silencio, cuando llegó la hora todos gritamos "¡sorpresa!", Rocío, que así se llama su hija, saltó por la impresión y luego con una sonrisa en su cara, empezó a agradecer el detalle a todos y cada uno de los asistentes. En cuanto comenzó la música le dije a Rocío que si quería bailar conmigo, aceptó de buena gana, pasados algunos minutos la música cambió a romántica y ella acercó su cuerpo al mío, tenía un cuerpo muy parecido al de su mamá, solo que más delgada, le pregunté lo de costumbre: "¿cómo te llamas?", "¿Qué estudias?", "¿Qué signo eres?", etc., ella me contestaba todas las preguntas con buenas maneras, así como sonrisas, al preguntarle si tenía novio, su cara se volvió triste y dijo: - acabo de terminar con él, íbamos a cumplir 2 años, pero ya se acabó todo -, no quise hacerla recordar cosas tristes y le propuse salir a platicar de otro tema, salimos a la calle y me dijo: - les agradezco que hayan venido, no sabes lo bien que me hacen sentir con su presencia, porque de lo contrario esta fiesta no se hubiera llevado a cabo - como no supe que decir, ella continuó - mi primo es una persona excelente y supongo que ustedes también - ahora si pude decir: - nosotros somos los que estamos agradecidos con toda tu familia, ya que gracias a la invitación pudimos conocerlos, ¿cuantos años cumples? - terminé preguntando, contestó casi inmediatamente - apenas cumplo 17, tengo un año menos que Daniel - no parecía de esa edad, aparentaba 2 o 3 años más por la estatura, que era casi como la mía (1.73 mts.)
No sé cuanto tiempo más continuamos platicando, pero de pronto llegó su mamá para pedirle que entrara a partir el pastel, así que la seguimos hasta el comedor y ahí ya no pude acercarme para continuar platicando, al terminar de repartir las rebanadas, su mamá (Nena) me pidió que la ayudara a traer vasos de la cocina, entré y le dije a Nena - ¿dónde están los vasos? - ella se acercó y me dijo señalando hacia una pequeña alacena en la esquina - allá abajo, pero no los alcanzo, están hasta adentro - me agaché para sacarlos y de pronto sentí que me pellizcaban la nalga, volteé rápidamente y vi a Nena sonriendo - no pude aguantarme las ganas, tienes buenas pompas - sentí que mi cara se enrojecía y ella dijo - no tengas miedo, esto no te va a matar, al contrario, te va a gustar - cuando terminó de hablar me dio un beso rico y apasionado, no sabía que hacer, ¡estabamos a solo unos pasos de todos los invitados y cualquiera nos podía ver! - que rico besas, espero que seas igual para todo - dijo con la voz entrecortada, mi pene empezaba a crecer y no había forma de ocultarlo, tomé algunos vasos y salí para dejarlos en la mesa, regresé para que nadie se diera cuenta del bulto en mi pantalón, ¡grave error! - regresaste mi niño, eres algo rico que no pienso dejar ir - dicho esto me abrazó y volvió a besarme, solo que con mucha más pasión - hoy en la noche te voy a quitar esa calentura que se te nota - me dijo con voz que no admitía réplica - al rato voy a dejar a mi sobrino y tus amigos a la casa, tu te vas a quedar a ayudar a levantar todo, ¿de acuerdo? - como no podía contradecirla y además se veía muy apetecible contesté débilmente - de acuerdo.
Dentro de mi mente pasaban miles de cosas, que si hacía el amor con ella, que si no, que si me descubrían, que si tenía marido, etc., estas dudas me dejaron con una confusión que no pude asimilar, sin darme cuenta la reunión llegaba a su fin, ahora no había forma de posponer las cosas, debía afrontar mi destino, que por cierto, me excitaba el solo pensar que podría hacerlo con alguien de mucha experiencia como ella.
Sentí que mi excitación llegaba al máximo cuando la escuché decirle a Daniel, que si les daba un aventón a los que no traían carro, él dijo que sí, porque de ese modo podrían llevar a las chicas y tener unos momentos a solas, respiré aliviado porque nadie noto mi ausencia y me podía quedar con Nena.
Cuando escuché que la camioneta se alejaba, sentí que unos brazos me rodeaban de la cintura y me acercabas a su cuerpo, luego sus manos bajaron hasta el cierre de mi pantalón y comenzaron a bajarlo para liberar mi miembro, que para ese momento ya estaba tieso, lo sacó con delicadeza y dando la vuelta al frente de mí, lo comenzó a mamar en una forma deliciosa, me hizo sentir algo increíble, lo chupaba y movía al mismo tiempo su lengua, logrando con esto que mi placer fuera intenso, como nunca lo había sentido, me agaché para poder alcanzar sus tetas, cuyos pezones libraban una batalla para liberarse de la prisión de su brassiere, ya que estaban totalmente parados y se le notaban gigantes a través de su blusa, metí mis manos bajo su ropa y alcancé sus tetas, eran suaves al tacto pero firmes bajo la piel, en cuanto pude cambiamos de posición y ahora me tocó a mí mamar esos melones que se balanceaban ante mis ojos, los chupé y les di de mordidas suavemente para ver el efecto que causaban en Nena, ella solo mostraba señas de placer en su rostro, ojos cerrados, leves gemidos, su pelvis pegada a mi, con voz entrecortada por el placer, me dijo - Ya métemela, estoy a punto de venirme - inmediatamente levanté su falda y le quité sus minúscula tanga, ella se subió a la mesa de la cocina y abrió las piernas, puso sus piernas en mis hombros y con las manos abrió su peludo osito, se la clavé hasta el fondo. En cuanto la sintió dentro empezó a hacer un movimiento rotatorio con las caderas que me hacía sentir un placer inmenso, yo empecé a bombearla y al mismo tiempo chupaba esas deliciosas tetas, como no daba muestras de querer cambiarse de posición, continuamos así hasta que tuvimos un orgasmo simultáneo.
Al pasar la oleada de placer, continué abrazado a ella hasta que escuchamos un ruido, era su hija que regresaba a casa, como pude me vestí, me despedí de ella con un apurado beso y salí corriendo por la puerta de la cocina, ya en la calle consideré muy seriamente llamar a Nena al día siguiente para ver si podíamos repetir el encuentro, pero eso se los voy a platicar después.
Don Pato
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