El viaje a NY

un avios con destino a NY, pocos pasajeros, mi pareje y yo...

EL VIAJE A NY

-"Corre o perderemos el avión". Carlos me gritaba mientras veías como se iba alejando cada vez más, yo intentaba alcanzarlo pero me resultaba imposible, el aire prácticamente no me llegaba a los pulmones. Paré en seco y apoyé las manos en mis costados, intentaba recuperarme mientras por megafonía seguían sonando nuestros nombres:

-"Último aviso para los pasajeros Carlos ….. y Lucia…. , embarquen de forma inmediata por la puerta 12".

No podía creer que fuéramos a perder el avión, tres meses organizando el viaje a Nueva York y ahora todo perdido por una tontería, nos habíamos parado a tomar un café y no nos habíamos dado cuenta de la hora que era. De repente noté una mano sobre la mía.

-"Vamos nena sólo un poco más". Carlos tiraba de mí y yo, sin saber como, lo seguía, parecía que mis pies ni siquiera rozaban en suelo, mis ojos divisaron la puerta doce, faltaban a pena 50m, lo íbamos a conseguir.

-"Ya estamos aquí, esperen". Carlos no paraba de gritar, la auxiliar de vuelo nos miró y sonrió.

-"Vaya casi no llegáis, ¿me podéis enseñar los DNI?". Con el corazón saliéndose del pecho conseguí darle las buenas noches y enseñarle el carné, nos dio nuestras tarjetas de embarque y entramos en el finger. No pude pronunciar palabra hasta que no estuvimos en nuestros asientos.

-"Joder cariño, que poco ha faltado"

-"Ya ves… Oye te aviso de una cosa, en cuanto volvamos de NY te apunto al gimnasio conmigo, a ver si te pones en forma, pensé que te me quedabas muerta en medio del aeropuerto"

-"Venga ya, después de correr como una loca durante cinco minutos tu dirás"

-"Nena no tienes aguante"

-"Pues en la cama no me dices lo mismo, jajajaja"

-"Jajajaj en la cama eres un fierecilla". Me guiño un ojo se acercó y me dio un beso de lo más cariñoso en la frente, después apoyo su cabeza en el respaldo, cerró los ojos y dejó caer el asiento hacia atrás. Yo permanecí mirándolo, en ese momento me pareció realmente guapo, creo que era porque no se había afeitado para celebrar que era el primer día de vacaciones, lo cual le daba un aspecto de chico malo que me encantaba, es mas, más de una vez le había dicho que se dejara barba de dos o tres días pero por motivos de trabajo debía cuidar su aspecto especialmente.

Dejé que descansara y miré al frente, estábamos sentados en la parte posterior del avión, tras nosotros sólo quedaban tres filas de asientos, las cuales estaban vacías, en realidad el avión estaba prácticamente vacío, no creo que hubiera más de veinte pasajeros, lo cual para un vuelo transoceánico era raro.

Llevábamos algo más de una hora de viaje, y como es costumbre cada vez que vuelo, comencé a sentir algo de frío, así que pedí una mantita a la azafata, guardé mi novela y me apoyé sobre Cristian para intentar dormir un poco. Al notar como me apoyaba levantó su brazo y lo pasó por encima de mis hombros, por lo cual quedé apoyada sobre su pecho y protegida por su brazo, cerré los ojos y al cabo de diez minutos estábamos los dos dormidos.

No sé cuanto tiempo habría pasado cuando un fuerte movimiento nos despertó:

-"¿Carlos que pasa?

-"Tranquila sólo han sido unas turbulencias, no pasa nada"

-"Estas cosas me dan mal rollo"

-"Bueno…. Hablemos un rato, así te calmarás, ¿vale?"

-"OK, has visto que poca gente"

-"La verdad es que sí, mejor… así el vuelo es más tranquilo"

-"Si eso sí, anda dame un besín". Se acercó y me dio un beso suave en los labios.

-"Mira que eres friolera, no me había dado cuenta de que estabas con la mantita, ¿No me vas a dejar un huequito?

-"Por supuesto que sí". Levante la mantita y lo tape con ella, pegándome todo lo que pude a él.

-"Me encanta tu boca". Y comenzó a besarme, primero los labios, dando pequeños besos, en el labio superior, en el inferior, en las comisuras… después dejó que su lengua me rozara suavemente, noté como me humedecía los labios…, a continuación sujetó con sus labios mi labio superior y tiró algo de el…, y finalmente dejó que su lengua entrase en mi boca y se enredó con la mía.

Comenzamos a besarnos apasionadamente, no parábamos de notar nuestras lenguas rozándose, de vez en cuando me miraba y me sonreía y otra vez volvía al ataque, me encantaban esos momentos de besos apasionados, me hacían recordar a los primeros encuentros amorosos que tenemos de niños.

Sin darme cuenta una de mis manos se perdió por debajo de la camiseta de Carlos, empecé a rozar su pecho y su vientre, el respondió con el mismo gesto y colocó una de sus manos sobre mi pecho, notaba como lo presionaba, como buscaba el pezón para pellizcármelo, nos estábamos empezando a calentar sin darnos cuenta.

-"Niño mejor parar que al final nos vamos a calentar". Sujeto mi mano y la llevó hasta su entrepierna, noté como estaba excitado, como su polla estaba dura bajo su vaquero.

-"Yo ya lo estoy, ¿Tú no?"

-"Un poco sí"

-"Pues sigamos"

-"Nos pueden ver"

-"Shissss, no lo pienses si esta todo el mundo dormido, y estamos aquí atrás solos, juguemos un rato, nada fuerte, sigamos besándonos y tocándonos". Lo miré y no pude negarme, así que volví a besarlo locamente.

Llevábamos más de diez minutos con nuestras bocas unidas, sin parar de besarnos y tocarnos, sus manos en mi cuerpo y las mías en el suyo. Carlos paró un segundo y me miro, separó sus manos de mi cuerpo y las llevó hasta su pantalón, desabrochó el botón y se bajo la cremallera, a continuación volvió a besarme cogió una de mis manos y las llevó hasta su entrepierna.

Noté por primera vez, en ese día, su polla en contacto con mi mano, cálida, dura, húmeda en la punta… no pude evitar morderme sugerentemente el labio inferior en un gesto de deseo. Comencé a acariciarla, suavemente notando todos sus detalles con mis dedos y haciendo especial hincapié en el capullo, usando sus propios jugos para humedecerlo. Mi mano se deslizaba y Carlos cada vez se excitaba más, sus besos empezaban a ser más húmedos y se comenzaba a reclinar sobre mí.

Ahora eran mis pantalones los que estaban siendo desabrochados, una de sus manos se coló y comenzó a rozarme por encima de las bragas, las cuales no tardaron mucho tiempo en humedecerse. Con un gesto rápido llevó mis bragas hacia un lado y noté su mano tocándome, primero el exterior, con suma delicadeza, y después el interior de mi raja, de abajo hacia arriba, cuando se acercaba a mi clítoris no lo tocaba, sino que lo rodeaba… pasaba su dedo alrededor, haciéndome desearlo cada vez más. Permaneció durante un rato con ese juego y después bajó nuevamente mi raja hasta penetrarme con uno de sus dedos, momento en el que no pude dejar escapar un suspiro de placer, notaba como se movía en mi interior, como me estaba haciendo un dedo realmente delicioso, no paró hasta hacerme llegar al orgasmo.

-"Me encanta verte la cara cuando llegas al final, pones una cara viciosilla"

-"Dios que a gusto me he quedado, y tú que, ¿te vas a quedar así?"

-"No pasa nada, no siempre se puede"

-"Yo tengo una idea, tú miras que no venga nadie y yo me agacho y ya sabes…"

-"Estás loca, no me la puedes comer aquí en medio"

-"Como has dicho antes, shissss, no lo pienses si esta todo el mundo dormido, y estamos aquí atrás solos, juguemos un rato". Me agache, aparté la mantita y dejé que su polla entrara en mi boca, comencé a chupársela lentamente de arriba abajo, con verdadera dedicación, haciéndole virguerías con mi lengua, dándole golpecitos, lametones, pequeños mordiscos… notaba su excitación cada vez superior, como empezaba a estirar su cuello, por el placer que sentía.

Su mano se posó sobre mi cabeza, y comenzó a ejercer presión sobre ella, notaba como su polla entraba más en mi boca y golpeaba mi garganta, con ese sabor característico… sabía que estaba a punto de correrse, pero quería que fuera la mejor comida que le habían hecho en la vida, llevé mis manos hasta su testículos y comencé a masajeárselos, mientras su polla seguía entrando y saliendo de mi boca. De repente noté algo caliente y como su mano empujaba con fuerza mi cabeza, pensaba que me iba a ahogar tenía su polla alojada en mi garganta y además estaba soltando verdaderos chorros de leche. Tragué como pude, aunque algo se derramó por la comisura de mis labios, al acabar saque su polla de mi boca y me incorporé, el me miró y me dijo:

-"Deja q te limpie". Y pasó su lengua por mis labios retirando cualquier resto de leche que pudiera quedar, después bajo sus manos y se abrochó el pantalón, yo hice lo propio con el mío y nos volvimos a apoyar el uno en el otro hasta quedarnos dormidos. Lo siguiente que recuerdo es que nos despertaba un aviso por megafonía, el avión estaba a punto de pisar tierra.