El Viaje a Holanda
Carmen y su marido deciden darse un viaje a Holanda.
Como mi hermano se había encaprichado un poco con Lola, ya que la mayoría de las noches se iba a su casa, a follarla ,además, por lo que veía Carmen mi mujer, parecía que querían ser vida de matrimonio, aunque no se casarán por el tema de la pensión de Lola ,aunque a Carmen la follaba también, es lo que decíamos los dos, él te folla a ti Carmen y yo también me follo a Lola, entonces Carmen mi dijo ,oye porque no nos damos un viaje, quisiera ir a Holanda, y nos pegamos un desmarque por ahí.
Mi mujer y yo nos fuimos de viaje por Europa y nos atraía la idea de ir a Ámsterdam por todo lo que se ha dicho de esa ciudad, así que decidimos ir y pasar unos días y así conocer la ciudad.
El día que llegamos lo dedicamos a pasear por los lugares más representativos y a hacer algunas compras. Nos alojamos en un hotel céntrico cerca de la zona “caliente”. El Barrio Rojo” en el que abundan las prostitutas y los locales de alterne en los cuales se exhiben mujeres en escaparates y hay sex-shops y bares de todo tipo.
Llegamos al medio día.
Por la noche después de cenar en el restaurante del hotel, decidimos salir a dar una vuelta por la zona a ver si encontrábamos diversión. Yo la esperé en la recepción del hotel ya que decidió cambiarse. Cuando bajo me empecé a entonar y sabía que la noche iba a ser movidita. Llevaba puesto un top blanco de tirantes que le tapaba lo justo por debajo de las tetas, de hecho según bajaba por las escaleras, sus tetas se balanceaban bajo el top y se veían por debajo. También llevaba una falda negra de látex brillante que había comprado a llegar en una de las tiendas del hotel y que se pegaba por completo a su trasero ya que las piernas ni las tapaba, de hecho me fije bien y vi que llevaba su coño al aire como acostumbra a hacer cuando salimos de juerga, según dice ella, por comodidad. En los pies tenía puestas unas sandalias de tacón alto y fino, una pequeña plataforma y una sola tira que abrazaba sus lindos deditos a la suela,”” Hay que ver Carmen, lo buena que estar, después de a ver parido cuatro hijo, se nota que a ti en follar te sienta bien, que gilipollas he sido ” nunca es tarde si la dicha es buena me dijo.
Dude entre salir y subirla a la habitación e hincharnos a follar pero estaba seguro que iba a ser más excitante salir, sobre todo para ella ya que es una gran exhibicionista que a tenor de su vestimenta quedaba bastante claro, que lo que quería era follar con el que pillara, y a mí me ponía cachonda verla follar.
Nos dimos un profundo beso y abrazado y nos fuimos a la calle. Había mucha animación y mucha gente, parecía como si fueran fiestas, con música en la calle, y atracciones. Mi mujer poco a poco se iba convirtiendo en una atracción más para los tíos que nos encontrábamos y alguna mujer, por qué no decirlo. Entramos en un disco bar que estaba lleno de gente y llegando a duras penas hasta la barra pedimos nuestra consumición y nos apartamos al fondo, junto una pared donde parecía que había algo más de sitio. Mi mujer besándome en la mejilla me confeso al oído que según íbamos hacia la barra, alguna mano le había sobado el culo, alguna incluso se había metido por debajo entre sus glúteos en su hermosísima raja.
Creo que tanto ella como yo estábamos calentitos con eso, y con el sobeteo que la estaba dando yo por debajo del top y que ella demostraba con sus pezones erectos y duros. Ella tocándome el paquete por encima del pantalón pudo comprobar que mi polla se despertaba cada vez más y no tardaría en pedir guerra.
En una mesa cercana estaban dos tíos sentados bebiendo unas jarras de cerveza que no quitaban el ojo de encima a Carmen, hablando entre ellos y riendo. Eran dos chicos de unos veinticinco o treinta años rubios y fuertes, parecían alemanes. Le dije a ella que estaba creando expectación y girándose y mirándolos me dijo que de eso se trataba. Ellos le dijeron algo que no entendimos y la guiñaron un ojo, diciendo que fuera. Mi mujer me miró y me dijo que qué pasaría si iba a verles, Yo le dije que era libre de hacer lo quisiera, pero que no me abandonase y me dijo que venía en un momento.
Se acercó a ellos y ellos sin levantarse la dijeron algo y le dieron dos besos cada uno a modo de presentación. Uno de ellos la agarró por la cintura y Carmen se sentó en su pierna a lo que los dos mirándose respondieron con cara de satisfacción. Ella de vez en cuando me miraba con cara sonriente y traviesa y yo estaba medio empalmado, medio nervioso, sobre todo cuando vi que el que tenía sobre su pierna no se cortaba un pelo en sobarle el culo por encima de la brillante minifalda de látex. Ella tampoco se cortaba y le puso el pie encima de la pierna del de enfrente pisándole con la sandalia, mientras apoyándose sobre el chico sobre el que estaba sentada, puso su mano encima de su paquete.
Estos hablaban entre ellos y se reían, seguro que estaban planeando algo, sobre todo cuando chico que servía de asiento a Carmen subió su mano hasta la cintura y subiendo algo más metió su mano debajo del top y le agarro una teta. Ella no se apartó y mirándome, me lanzo un beso. El tío sin sacar la mano de debajo la subió algo más y saco la teta de mi mujer por debajo del top subiéndolo y mostrando su pezón duro que él pellizcaba con los dedos y que a ella le empezaba a hacer efecto.
El pie que tenía sobre la pierna del otro chico, se fue entre sus piernas y jugando con la suela y el tacón de su sandalia, sobaba arriba y abajo el paquete que empezaba a agrandarse. La mano que tenía sobre la entrepierna del chico sobre el que se sentaba se coló por la bragueta del chico y al agarrar la polla del chico, me miro con cara de susto y mostrándome claramente que estaba a cien me di cuenta de que quería algo más que estar allí en ese bar sin hacer nada.
Ella le susurro algo al oído haciéndole señas hacia mí y entonces los dos me miraron sonrientes. Ella se acercó a mí y me dijo que le apetecía jugar un rato con ellos y que seguro que no les importaba. Yo le dije que haríamos los que quisiera y haciéndole gestos a los chicos se levantaron y se acercaron. Nos dijeron con gestos y medio en ingles que les acompañásemos y salimos del bar.
A pocos metros del bar giramos en una esquina y entramos en un callejón al final del cual había un garaje que uno de ellos abrió. Debía de ser su casa pero al abrir y ver instrumentos musicales comprendí que se trataba de un local de ensayo de algún grupo musical, seguramente al que ellos pertenecían. Entramos dentro y cerraron la puerta tras nosotros. Mientras uno de ellos ponía algo de música y sacaba algo de bebida el otro se acercó a mi mujer y agarrándola por detrás le metió las manos por debajo del top y estuvo acariciándole los pechos un poco mientras le mordía y besaba el cuello. Acabo por quitarle el top y dejarla con las tetas al aire. Ella estaba muy cachonda también le sobaba el paquete a él.
El otro me invitó a sentarme con él en un sofá y tomando algo contemplamos como mi mujer era un juguete en manos de aquel tipo. Él le sobaba las tetas y el culo y ella le acariciaba el paquete. Él le dio la vuelta y agarrándola de la cabeza la agacho hasta dejar su cara frente a su bragueta quedando Carmen en cuclillas. Al ponerse en esta postura la minifalda se subió y dejó su culo al aire por completo mientras el chico se sacaba la polla que por cierto era grandísima. Él le pasaba la polla por la cara y los labios sin soltarla la cabeza y se la acabo metiendo en la boca. En vez de chuparle mi mujer, él se la follaba y ella con una mano agarrada a su pierna y la otra acariciándose la pipa, estaba metida en faena.
El chico que estaba sentado junto a mí se había sacado la polla, que era tan grande o más que la de su amigo y estaba pajeándose lentamente y diciéndole cosas al otro. Yo también me saque la polla ya que no podía más y comencé a pajearme.
El que se estaba follando a mi mujer por la boca la levantó y la acercó a nosotros, haciéndola agacharse y tragándose la polla del que estaba pajeandose a mi lado. Mientras tanto él se agacho y metió su cara entre sus nalgas chupándole el culo y el coño a mi mujer que me agarro la polla y me masturbaba con su mano mientras se comía la polla del que estaba sentado a mi lado.
El que le chupaba el coño, se levantó y agarrando su polla se la metió por detrás en el coño y comenzó a follarla agarrándola de las caderas. Eso hizo que sus tetas empezasen a bailar adelante y atrás mientras chupaba a la vez que masturbaba la polla del otro alemán y alternaba con la mía que al sentir sus labios y viendo la escena de porno que estábamos haciendo, casi hace que me corra.
Después de un rato así, la dieron la vuelta y la sentaron sobre el que estaba a mi lado metiéndole la polla en el culo poco a poco hasta que cayó sobre sus huevos. El otro se agacho y poniendo sus piernas sobre los hombros le metió la polla por el coño y así la follaron entre los dos, empezó a darle unos azotes en las nalgas a ella mientras seguía bombeando cada vez más rápido, cada vez más fuerte. Con la otra mano le agarró el pelo y tiró hacia atrás. A Carmen eso le encantaba. El ritmo se fue acelerando, los gemidos fueron en aumento. Carmen estaba tan excitada, tan ansiosa, que empezó a correrse, un orgasmo, otro y otro y otro. Al menos seis veces se corrió seguidas
Mientras Alfred que así se llamaba el que la estaba follando el coño, bombeaba ahora con la máxima fuerza y velocidad que podía para terminar el también. Los gemidos se convirtieron en gritos cuando Alfred se corrió dentro de Carmen y ella tuvo su último orgasmo.
Alfred fue frenando el ritmo mientras recuperaban el aliento. Había sido fantástico. Casi no podía respirar. Carmen tampoco pero aun así no quiso dejar la tarea a medias, se retiró de Alfred, a mí me dijo Te quiero mi amor. Te quiero mi amor Yo también mi vida – Respondí.
Durante largo rato mientras yo de pie en el sofá tenía mi polla dentro de la boca de mi mujer que al cabo de un rato llene de leche caliente y espesa que le escurrió por el cuello y las tetas.
Luego los dos restantes Stephan y Pal se liaron con ella los dos tíos no dejaban de follarla por el culo y coño y ella debió de tener varios orgasmos y estaba fuera de sí. El que estaba follándola por el coño saco su polla y masturbándose se corrió sobre su cara y sus tetas y el otro agarrándola de la cintura la subía y bajaba con tanta fuerza que pensé que iba a atravesar con esa gran polla. Ella dejo de gemir y casi gritaba de placer hasta que el paro de zarandearla y mi mujer se dejó caer a un lado del sofá.
El tío que estaba sentado, le había llenado el culo de leche ya que salía de su culo escurriendo por la pierna. Así estuvimos un poco recuperándose de la orgía que habíamos montado y finalmente nos vestimos y nos fuimos.
Íbamos paseando y ella me decía, Cari, me está chorreando la leche por la piernas abajo, compramos una toallitas de bebé, perfumadas y nos paramos en un Pub a refrescarnos un poco, sin darnos cuenta que era un Pub de intercambios, en el cual había muchas parejas, y muchos tíos negros muy cachas, ella dijo al entrar” joder como está el patio”, ella se fue directa para el baño a limpiarse el culo y el coño de la leche, y yo me fui para la barra ,a pedir un par de cervezas frías.
Estando en la barra se me acerca un negro de casi dos metros y me dice” You want me to funk your wife”, yo le dije en castellano “depende si ella quiere te la puedes follar”, y entonces me contestó en castellano, el negro era de Guinea Ecuatorial, y hablaba nuestro idioma, me dijo que estaba trabajando de gigoló, y que follaba a las mujeres por 200€ noche, que podía hacernos un servicio ya que estaba libre, se llamaba Roger, me dijo que tenía una polla de 23cm, que sus clientas disfrutan mucho, estando diciendo esto apareció Carmen y se lo presenté, y le conté lo que habíamos hablado, ella ni corta ni perezosa le echó mano al paquete y dijo no está mal, pero por hoy ya tengo mi ración, si quieres mañana sobre las 10 de la mañana te pasas por este hotel, habitación 356, y te esperamos, !!Vale! tomamos nuestras cervezas y nos fuimos para el hotel a descansar, yo le dije a Carmen que cuando llegara Roger mañana me iría a la sauna del hotel, para que disfrutara ella de su negrito.
Esto será otra historia.