El Viaje (1)

Me acerque a un camionero que paro a repostar y pregunte si me hacia el favor de viajar con el. Se mostró amable y se ofreció a acercarme lo más posible.

EL VIAJE – Capitulo I

Era mediodía y me encontraba en una gasolinera dispuesto a viajar hacia mi tierra, esperaba que alguien se mostrara generoso y me ofreciera a viajar con el. Hacia un rato que deje atrás el cuartel donde hacia meses que el ejercito requería mis servicios.

Me acerque a un camionero que paro a repostar y pregunte si me hacia el favor de viajar con el. Se mostró amable y se ofreció a acercarme lo más posible.

Dejamos la gasolinera y emprendimos viaje, yo estaba muy ilusionado en volver a estar con mi gente y sobre todo por ver a mi novia que hacia varios meses que estuvimos juntos por última vez.

En el camino hablábamos de todo pero el tema estelar era el fútbol, con la charla los kilómetros se hacían más cortos y al cabo de varias horas teníamos recorrido bastante distancia.

Era media tarde y paramos para estirar las piernas y beber un refresco en un bar de carretera. El camionero amablemente pago las bebidas suponiendo que como todo soldado estaba sin blanca.

Volvimos a ponernos en marcha, mis deseos de ver a mi novia iban en aumento, al menos habíamos recorrido un tercio del trayecto y todo suponía que aunque tarde, a la noche podría estar en casa.

La tarde estaba dando paso a la noche, cuando el conductor se dirige a mí,

Tengo que desviarme unos kilómetros, para dejar parte de la mercancía, será cosa de media hora.- dijo.

De acuerdo, por mi no hay problema, prefiero continuar con usted el viaje después de la parada.

El camión tomo una carretera secundaria y tras varios kilómetros divisamos a la lejos unas naves donde debíamos parar.

Ahí, tenemos el lugar, aprovecharemos la descarga para descansar y comer algo.- dijo.

Estupendo, necesito comer algo y estirar las piernas.

Paramos frente a una nave y al sonido del claxon se habría la puerta de la misma, el camión se introdujo y el camionero entablo una conversación con una persona que salio a recibirle.

Un joven se acerco a mí y me invito a pasar a unas dependencias para que descansara mientras bajaban la carga pertinente.

Te apetece un café y algo de comer, te vendrá bien. – dijo.

Gracias, acepto tu invitación, pues además de cansancio el hambre esta haciendo mella en mi estomago. – conteste.

El chico desapareció por otra puerta y a los pocos minutos aparecía con una bandeja donde además de café le acompañaba un delicioso bocadillo.

Dando las gracias, devore los alimentos seguido del café. El cansancio y la televisión sirvieron para que mis ojos se cerrasen cada vez más.

Me notaba muy cansado y a la vez relajado, me costaba abrir los ojos y cuando al fin vi la luz, me sentí extraño. No podía ser cierto lo que veían mis pupilas.

¡Desnudo!, estaba sin ropa alguna, encima de una inmensa cama de sabe que habitación.

Soñar, no soñaba, yo estaba allí y no sabía a que era debido, pero lo cierto era que alguien había sido, y ahora necesitaba saberlo y por supuesto salir de ese lugar como fuese. Observaba a mí alrededor y excepto las puertas de dos armarios y dos más de paso, en la habitación, no había nada más.

Me dirigí a una de las supuestas salidas y no abría acerque mi mano a la otra y el pomo comenzó a girar.

Que desengaño, era el baño que parecía esperar la visita de un huésped.

¿Acaso, era yo el destinado a utilizarlo?, para despejar dudas me arrime al lavabo y refresque mi cara.

Mis dudas y la curiosidad me llevaban a los armarios cuando de pronto se abrió la puerta y junto a ella, el joven del café.

No me culpes de nada, yo solo soy un siervo y hago lo que se me ordena. Lamento verte así. – dijo

Debes asearte, para cuando venga el amo a conocerte. –

Sin darme tiempo a responderle, desapareció al igual que vino. Cada vez estaba mas confuso, intente recordar hasta ese mismo instante y no llegaba a entender absolutamente nada. Quien era el interesado que deseaba tenerme allí secuestrado y para que. Me acordaba de las palabras del joven, "siervo, amo y que lo lamentaba." Pensaba en ello y a la vez caminaba hacia uno de los armarios. Muy despacio abrí sus puertas, ropas de cuero colgaban de las perchas, las había de todo tipo pero un solo color, el negro.

Mis manos abrían el primero de los cajones,

¡Cielo Santo!, no podía creer lo que veían mis ojos, allí dentro se encontraba el mas grande surtido de objetos sexuales que jamás había visto.

Consoladores de todo tipo, anales, vaginales, dobles, de varios colores y del tamaño que se quisiera, desde diminutos hasta descomunales tanto en el largo como de grosor.

Abrí el segundo cajón y más de lo mismo, esta vez los objetos eran dedicados al sado. Mascaras, látigos, pinzas, esposas y demás artículos necesarios para sodomizar. El tercero seguro ya no me sorprendería visto lo anterior, me equivoque.

Ante mi apareció la mas sexy y hermosa lenceria que una mujer quisiera lucir. Junto a las prendas, perfumes, cremas y todos los enseres para lucir hermosa una mujer. Absorto estaba mirando esas cosas cuando de nuevo se abrió la puerta y bajo ella la silueta de un hombre enorme.

¡ No has entendido bien lo que tenias que hacer ¡ – dijo

El que gritaba era una masa de músculo de alrededor de dos metros, que vestía solo pantalón de cuero negro el cual dejaba ver toda su anatomía sexual.

Quiero marcharme de este lugar inmediatamente. – dije

Te iras de aquí, solo cuando yo lo decida y eso será siempre que hallas superado tu tiempo de aprendizaje, por el cual estas aquí. – contesto.

Diciendo esto se acerco a mí, puso su mano sobre mi cuello y nos dirigimos al baño, no sin ningún forcejeo por mi parte.

Entra y aséate que tenemos cosas que hacer. – volvió a gritar.

Resignado ante la fuerza de dicho animal, me dispuse a ducharme. Nada mas terminar, me asió del brazo y me tiro sobre la cama.

No quiero repetirte lo que voy a decir:

"Te encuentras en mi casa, para saciar mi apetito y de paso enseñarte los placeres que el sexo oculta a la mayoría de los mortales."

Si colaboras, todo te ira mejor y a la vez disfrutaras como jamás lo hayas hecho, si no es así lo único que conseguirás es enfadarme y yo me veré en la obligación de castigarte, castigos que irán en aumento a medida que no vea sumisión por tu parte. – dijo

Mis lágrimas bajaban por las mejillas presa de la impotencia y la humillación a que me estaba sometiendo dicho animal.

Por favor déjeme ir, suplique con la tristeza reflejada en mis ojos, - no contare nada de esto a nadie, solo quiero irme para ver a mi familia. Debo estar de vuelta al cuartel en dos semanas.

Veo que no has entendido nada, de lo que te he dicho. – grito

Su mano golpeo de forma brutal mi rostro y quede tendido sobre la cama.

  • Yo soy el amo, y tu desde este momento mi esclavo, y lo único que debes hacer es obedecer sin rechistar y cuando te dirijas a mi lo harás con la frase, "sí, mi amo. " – dijo

¡Lo has entendido! – volvió a gritar.

Si,…….. mi amo. – conteste con resignación.

Lo que estaba ocurriendo no pasaba en la vida normal, esto eran cosas del género literario o el cine, jamás oí que nadie hubiera pasado por algo así. Pensaba esto cuando de repente el "amo", lejos de volver a golpearme, comenzaba a acariciar todo mi cuerpo a la vez que su boca recorría los poros de mi piel.

Cierra los ojos y déjate llevar, conocerás los placeres que están ocultos en nuestra piel. – decía al oído.

Su lengua recorría mi cuerpo de arriba abajo y volvía a subir para deleitarse en rincones erógenos que el conocía a la perfección. Mi cuerpo sentía rechazo y asco a sus caricias, pero eso no amilanaba su ansia hacia mí. Yo seguía acostado con la mirada perdida en el techo de la habitación, y el sobre mi, pero sin dejar posar su inmenso cuerpo sobre el mió. El tenia el mando y la iniciativa de la situación y viendo que yo había dejado de oponer resistencia sus caricias iban en aumento y al final se detuvo sobre mi pubis.

Yo cerré mis ojos para no ver nada de lo que me hacia, de pronto note su lengua posarse sobre mi glande y comenzar a rodearlo. Ya mi respiración no era la misma, pero me negaba a ceder.

El continuaba pasando su lengua desde la base hasta el glande, cuando de repente notaba como mi pene se perdía en el interior de su garganta. La flacidez de mi miembro hizo fácil la penetración pero al continuar con los movimientos verticales sin dejar de sacarla, la sangre se agolpó de lleno en mi verga y no pude remediar la tremenda erección que estaba teniendo lugar.

Ves, como es más fácil dejarse llevar y disfrutar a la vez. – dijo

Dicho eso, volvió a engullir mi pene en su boca. A partir de ese momento hasta mi explosión fue cosa de minutos.

Mi espalda se arqueo debido a la tensión de todos los músculos de mi cuerpo, que a su vez dio paso a un orgasmo bestial acompañado de violentas descargas de semen en el interior de su garganta. No pensaba en nada ni nadie, solo deseaba escupir cuanta mas leche mejor y que durase tiempo, mucho tiempo en terminar ese orgasmo al que me llevo mi "amo".

Una vez finalizado, no dije nada, tome postura fetal y callé.

No digas nada, no hace falta, tu rostro delata la felicidad. – dijo

Acto seguido se levanto de la cama y dijo.-

Ahora soy yo, quien necesita gozar de tus favores.-

Levante mi cabeza y pude apreciar además de su tremendo cuerpo, el enorme miembro que exhibía una monumental erección. Jamás había visto nada parecido, 25, 30, que se yo cuanto media el mástil que proyectaba su cabeza hacia mi.

Viendo que no me decidía, acerco su pene cerca de mi cara y cojio mis dos manos para depositarlas sobre su miembro.

Eso sabrás hacerlo, o te tengo que enseñar. – dijo

Analizando las bofetadas que recibió mi cara, el tamaño de su musculado cuerpo y el gran orgasmo al que me había conducido, cerré de nuevo los ojos y me dispuse a acariciar esa masa de carne de la que sobresalían enormes venas dispuestas a estallar.

Abre los ojos y disfruta del espectáculo, no seas niña. – comentó

De mala gana acepte abrirlos, y observe como necesitaba de las dos manos para llegar a rodear tremendo falo. El dejaba caer gotas de saliva sobre mis manos para hacer las veces de lubricante, y bien que lo hacia porque mis manos resbalaban sobre su pene de forma armoniosa y delicada.

Pensar que yo estaría masturbando otro pene que no fuera el mió, era cosa de locos, y sin embargo asi era, la vida te depara cosas tan extrañas como lo que me estaba sucediendo en esos momentos.

Empezaba a notar que mi trabajo estaba dando sus frutos, al margen de su enorme tamaño la hinchazón de sus venas hacia que mis manos se separasen unos milímetros hacia fuera.

Bésalo, rápido, pósalo sobre tus labios. – decía

¡Vamos entupido, no me obligues a repetírtelo! –

Aceptando su autoridad y mi sumisión a la vez, acerque mis labios. Un fuerte olor a sexo me invadió, pero asumí mi rol de debilidad y comencé a besar su miembro.

El, habido de deseo no perdió el tiempo y con su poderosa mano en mi nuca aplasto mi rostro contra su falo. Abrí lo que pude mis labios y lo demás lo hacia el.

Restregaba su miembro por toda mi cara hasta que decidió que debía de ser introducido en mi garganta y sin más dilaciones consiguió que mi boca aun con dolor, recibiera el bautizo de engullir en sus adentros la primera polla.

Arcadas y fatiga eran mi penitencia, pero eso solo seria el principio de lo que estaba a punto de llegar.

Ahhhhhhhhhhh, estallo de repente.

No sabia que hacer con tanto liquido en mi boca, el no separaba mi cabeza o con lo que yo continuaba recibiendo enormes chorros de semen que ya bajaban por debajo de mi cuello, el que no había tenido la suerte de entrar en el interior de mi garganta.

Bien hecho, balbuceo. –

Acto seguido, me cojio del brazo y me llevo al baño, abrió la ducha y se dedico a enjabonarme, me ofreció el jabón y sin mediar palabra entendí que debía de hacer lo mismo. Esto dio paso a un masaje entre los dos ayudados por la suavidad que ofrecía nuestra piel. Una vez terminado la ducha acerco mi boca a la suya y me dio un apasionado beso que duro varios segundos.

Soy tu amo y tú mi esclavo, sírveme como es debido y gozaras de placer, por el contrario recibirás castigos con una aptitud negativa. – dijo

Calle, no sabia que decir ni hacer, estaba confuso por todo lo que hasta el momento me había ocurrido.

Una vez solo, intente abrir de nuevo la puerta, era inútil seguía cerrada. Me senté en la cama a reflexionar y poner orden en mi cabeza, pero me costaba creer lo que me pasaba, yo un simple recluta camino de casa, secuestrado y obligado a tener sexo con un hombre, no tenia sentido pero esa era la situación.

La puerta volvió a abrirse y de nuevo aparecía el joven.

Tienes que acompañarme, ordenes del amo. – dijo

Antes de seguirte quiero saber donde estoy y porque. –

Siento no poder aclarar tus dudas, me limito a obedecer y yo que tu haría lo mismo, para sobrellevarlo mejor. – contesto.

Por favor, sígueme o habrá castigo para los dos. –

Pero estoy desnudo, dame al menos algo para taparme. – conteste

Tendrás que seguirme tal como estas, de momento el amo quiere que sigas desnudo. –

De mala gana pero opte por hacerle caso y seguí al joven por el pasillo, se detuvo ante una puerta y aprecie claridad, salíamos a una zona ajardinada donde se encontraban varios hombres alrededor de una piscina tomando el sol, algunos disfrutaban del agua. Las miradas hacia mi eran de lo mas lascivas, no podía controlar el pudor y mis manos intentaron tapar mis genitales como si de un niño se tratase.

Cruzamos toda la zona y pasamos por unos cobertizos donde se hallaban animales, gallinas, conejos, perros, incluso caballos de raza pony.

Antes de llevarte a tu lugar debo dar de comer a estas criaturas, anda ayúdame. – dijo

Le dio de comer a las gallinas y conejos, pero al llegar al corral de los perros, -dogos por cierto-, me pidió que lo hiciera yo mientras el entraba con los caballos. Acepté y entre a dar de comer a la pareja de perros, al estar depositando el pienso en los cuencos el macho acercó su hocico a mi trasero y comenzó a lamerlo, asustado grité y el amigo se asomo riendo.

Le gustas, y además como esta en celo le da lo mismo donde meterla, tranquilo que ahora te ayudo. – dijo

Me acerqué a la verja y al darle la espalda, apoyó sus enormes patas sobre mis hombros y pude notar como su miembro intentaba colarse entre mis mulos, la fuerza del animal era enorme y costo abrir la cancela.

¡Maldito perro, lo tiene que hacer es tirarse a la que tiene dentro! – grite

Ja,ja,ja,ja…. has estado a punto de que te la clave Odin. –

No me hace ni pizca de gracia, tus sabias que esto podría pasar. – dije furioso

Tranquilo, solo ha sido una broma, por cierto mi nombre es Miguel. – y tendió su mano, acepte la broma y nuestras manos se unieron.

Carlos, es el mió. – contesté

Pues bien Carlos, espero que seamos amigos y nos llevemos bien, –

y ahora vamos a donde debo llevarte. – dijo

Unos metros mas adelante nos paramos frente a una bañera, que contenía un líquido espeso de color verdoso, detrás de ella una zona destinada a duchas.

Introdúcete en la bañera, y tranquilo que solo es barro para suavizar la piel. –

De acuerdo, espero que no sea otra broma más. –

No te preocupes, cuando salgas me lo agradecerás, y al amo también. –

Lo de agradecérselo al amo me intrigo, pero ya estaba dentro y todo parecía que iba bien. Estaba todo cubierto de barro a excepción de la cabeza, la temperatura era muy agradable y para ser sincero me estaba sintiendo muy a gusto dentro.

¿Que estas haciendo aquí Miguel? –

Servir al amo. –

No te entiendo bien, explícate mejor. – dije

Yo llegue igual que lo has hecho tú, ajeno a mi voluntad, pero después de lo vivido, pensé que no estaba tan mal eso de ser esclavo. Aquí tengo todo lo que puedo desear, comida, alojamiento, conozco a gente y también cuando el amo lo desea, sexo. – contesto.

¿Cuánto tiempo llevas? – pregunté.

Aproximadamente año y medio. –

¿Si quisieras marcharte, podrías? –

Claro, yo terminé mi aprendizaje y soy libre, pero deseo quedarme y no hay ningún problema. – dijo

¿Entonces yo tengo que estar aquí y aprender al igual que tú? –

Asi es, y como veras, estoy bien y si sigo aquí es porque estoy a gusto. –

¿Cuánto tiempo me retendrá aquí el amo? –

El aprendizaje dura noventa días pero depende de cómo te comportes, pienso que lo harás bien pues el amo, salía muy contento del encuentro contigo. – dijo

Yo no puedo estar esos días sin aparecer por el cuartel, tendría problemas con los militares y la justicia, el debe comprenderlo. – dije

El lo sabe, pero tiene sus contactos y es una persona influyente de donde tu venias, el se encargara de que cuando termines tu adiestramiento puedas seguir tu mili o no tengas que volver mas, eso ya dependerá solo de ti. – contestó

Bueno, ya esta bien de charla, llegó la hora de la ducha. –

Salí de la bañera y me coloque bajo la ducha, mientras Miguel abría el grifo. La fuerza del agua hacia desprender el barro con facilidad y al par de minutos estaba limpio de todo.

¿Qué me ha pasado, el baño era para? –

Si para depilarte, al amo le gustan sus esclavos depilados. – dijo sin dejarme terminar mi frase

Y ahora para terminar, nos daremos un remojon en la piscina, sígueme. –

Allí iba yo, tras el y limpio de vello como un recién nacido. Me introduje rápidamente en el agua para permanecer lejos de las miradas de los hombres que seguían allí. Algunos hablaban entre si, seguramente de sobre mi persona, ya que yo era un nuevo huésped en aquel lugar.

No le des importancia, dijo Miguel, eres nuevo y es normal que hablen, ya los conocerás mas adelante. –

Me percaté, de que absolutamente todos los que allí estábamos, íbamos completamente depilados. Nadamos un rato y acto seguido salimos a recibir el sol en nuestra piel, observé que Miguel tenia un pene bastante grande para su cuerpo y también que comenzaba a crecer por momentos.

Siempre que tomo el sol me ocurre lo mismo. – dijo al observarme.

A mi me pasa a veces, cuando estoy en la playa con mi novia. – contesté

En esos momentos uno de los hombres que estaba sobre una tumbona, comenzó a masturbarse a la par que dirigía su mirada hacia nosotros, estaba colocado de forma que podíamos observar en toda su plenitud la enorme polla que ya lucia una gran erección.

Todo parecía que iba acabar en una paja, cuando veo levantarse al que estaba junto a el y cogiendo un tubo de crema, comienza a embadurnarse la zona anal y a introducirse varios dedos, tras varios movimientos con los dedos en su ano, cruza una de sus piernas hacia el otro lado de la tumbona y dirigiendo su mirada a nosotros se agacha despacio hasta encontrarse con la cabeza del mástil que lo estaba esperando.

La distancia no me impidió que pudiera ver como desaparecía ese enorme falo en las entrañas del jinete. Los movimientos se hacían acompasados pero firmes, y por momentos, el dueño de la situación era el poseedor del mástil.

Mis ojos no apartaban la mirada de aquel espectáculo y lo que no quería que ocurriera acabo pasando, estaba teniendo una erección y no tenia visos de parar hasta llegar al final.

Joder, menuda polla tienes. – comento Miguel

Noto mi pudor he intentó remediarlo.

No te apures, excitarse por algo asi es más corriente de lo que piensas. –

Lo entendí perfectamente, porque a los pocos segundos, el estaba igual que yo, y los demás acompañantes de la pareja ya tenían montada una bacanal. Uno de ellos aprovecho la situación del jinete empalado para darse un banquete con su polla, cosa que agradecía su receptor por los jadeos y movimientos hacia delante que ejercía.

Estaba claro cual seria el final de toda aquella vorágine, y entre jadeos y gritos de lujuria, comenzamos a ver pollas escupiendo semen a las gargantas y cuerpos de los protagonistas.

Increíble era la escena que estaba presenciando y sin poder remediarlo y lejos de avergonzarme por ello, comencé a masturbarme como un poseso.

¡Para estás loco! – grito Miguel, no podemos darnos placer sin consentimiento del amo. – dijo

Pare el movimiento de mi mano, y le dirigí una miraba de desconsuelo.

Le pertenecemos en cuerpo y alma y solo el decide cuando podemos gozar. –

A regañadientes, separé mi mano y empecé a entender el papel de esclavo en aquella situación, de total locura que acababa de comenzar.