El veterinario y Ringo
el descubrimiento del enorme placer que puede dar las lamidas y chupadas de un gran danés.
Hace unos meses bajando porno casero me descargue un video de unas mujeres follando con un perro, me pareció realmente asqueroso pero el día que conocí a mi nuevo amante un veterinario y me fije en su perro un gran danés, "Ringo", me imagine como disfrutarían esas mujeres de este magnifico ejemplar.
Hace unas semanas en la puerta de mi piso merodeaba un perro abandonado y volví a tener la misma idea, no se me iba de la cabeza y no lo entendía. Decidí buscar información, yo siempre he sido muy morbosa, pero nunca pensé que ese tipo de relaciones me llamaría la atención y menos ahora que estoy pasando una etapa muy fogosa con mi veterinario.
Visite unas cuentas páginas sin mucho éxito para bajarme videos gratis, vi unas cuantas fotos algo antinaturales pero me descubrí completamente mojada y con los pezones de punta y las tetas completamente duras.
Pensé que leer unos cuentos relatos y visitar unos cuantos foros me ayudarían a entender lo q me pasaba y lo que consiguieron fue excitarme más, no podía pensar en otra cosa y esta sorprendida de mi misma.
Por eso decidí probarlo solo una vez de forma secreta y busque al perro abandonado de mi barrio pero mi búsqueda no tuvo resultado, había desaparecido.
El fin de semana casi tenía olvidado el tema, pero después de dejar a mi amante exhausto de follar y de hacerle una mamada se quedo dormido. Yo no podía dormir y pensé en masturbarme, empecé la tarea y me resulto fácil, fui al cuarto de baño a orinar con una camiseta ancha y sin tanga y cuando me di cuenta tenía a Ringo mirándome de forma curiosa, ese perro siempre me dio un poco de miedo era tan grande y encima estaba en su territorio y quitándole la atención de su dueño, pensé que no le caía muy bien pero me equivocaba.
Fui a la habitación y vi a mi veterinario completamente dormido y roncando y pensé ahora si que no voy a poder conciliar el sueño y me fui a la cocina a beber algo, allí continuaba Ringo mirándome y empecé a tocarle la cabeza y el me dio un lametazo creo que fue un gesto amable que yo correspondí dándole un poco de lomo, el se puso como loco a jadear y moverse y sentí como me caían por las piernas los chorros de líquido, estaba excitadísima, empecé a tocarme y el animal se dio cuenta porque en cuanto deje de tocarme vino a mi y me lamió la mano con apetencia, me tumbe en el suelo con las piernas abiertas y Ringo no tardo ni un minuto en lamer primero muy despacio y luego muy fuerte, muy fuerte yo estaba sorprendida el perro no necesitaba ni azúcar, ni nada estaba disfrutando tragaba y tragaba sin parar y yo cada vez soltaba mas líquidos y sin tocarme. Estaba allí inmóvil mirando con mis fluidos no paran de salir y aquel animal chupando y chupando y note lo más placentero, me metió la lengua en el culo, fue increíble, no paraba de moverla, nunca lo había sentido, me puse a cuatro patas, el entendió lo que tenía que hacer y continuo lamiendo y chupando notaba que me pegaba pequeños mordisquitos que me gustaban pero me apartaba para que notara que me hacia daño y el continuaba, decidí masturbarme me puse boca arriba y el se tumbo a chuparme frenéticamente y me corrí creo que de la emoción me salio un chorrito de orina que el lamió gustosamente, fue fantástico, ya había pasado una hora decidí irme a la cama.
En la cama no paraba de pensar en lo sucedido y cada vez me mojaba más, sentía curiosidad por ver el tamaño de su miembro y me fui a cocina, y como sabía que no era el lugar adecuado, decidí irme con el al garaje, me vestí, le puse la correa y fuimos al garaje es una cochera amplia y estábamos solos sin miedo a que nos vieran pensé en decirle a mi amante que fui a buscar tampones a una farmacia como estaba a punto que me viniera la menstruación, sabía que con tanto sexo me bajaría pronto y me lleve al perro para darle un paseo.
Cuando llegamos al garaje, saque los tampones del maletero y me desnude completamente y Ringo empezó a lamerme, chuparme el coño y el culo estuvimos así casi 30 minutos y me corrí dos veces pero no tan intensamente como la primera.
Empecé a masturbarle despacio, se quedo quieto y dejo de lamer y empezó a crecer algo grande, me arrepentí un poco pero ya era tarde, tenía una enorme polla en mis manos, me quede asombrada y el continuaba queriendo lamerme, me puse a cuatro patas pero el sólo me lamía el culo, volví a masturbarle y nada que me montaba, no sabia que hacer.
Decidí masturbarle hasta el final y así fue, le salio muy poco líquido me quede algo decepcionada, había leído que la cantidad es enorme, pero me sorprendió cuando el perro volvió a lamerme, le encantaba, casi mas que a su dueño que siempre para pronto para metérmela. Ringo era generoso y notaba que le gustaba muchísimo por la fuerza y rapidez de las chupadas. Vi que tenía todo su miembro fuera y lo cogi con mis manos lo masturbe mientras me lamía y decidí metérmelo al estilo misionero, en cuanto entraba la punta note que no quería y se aparto rápidamente, me sentí algo rara como si le obligara a algo que no quería pero a los segundos allí estaba el chupándome nuevamente. Me relaje y decidí masturbarme y marcharnos pero tenía ganas de sentirlo dentro nuevamente aunque fuera un ratín.
Me puse boca arriba con las piernas abiertas me masturbe y le deje comerme un minuto y cerré las piernas, volví abrirlas y el venía rápidamente le deje lamerme mientras le acariciaba su pene pero se apartaba, deje de tocarle y volví a cerrar las piernas durante 15 minutos se acercaba, intentaba abrirlas, me lamía los muslos, las nalgas, las tetas y no podía, se impacientaba y empezó a gruñir y abrí las piernas y mi coño estaba encharcado y empezó a chupar con fuerza y vi como salía su miembro, lo agarre con fuerza y metí la punta en mi coño, la notaba por el calor, estaba ardiendo. El se quedo quieto sobre mi sin moverse, le acaricie la cabeza tiernamente y el me daba lametazos y a los cinco minutos se movió un poquito y sentí como salía algo de liquido de mi coño se salio y lo chupo fuertemente y a los segundos se volvió a subir y empezó a moverse fuertemente como loco y no veas que placer, una cosa caliente, grande y dura dentro de mi y sentí su bola fue un poco molesto al principio pero enormemente placentero y me corrí de gozo, mientras disfrutaba del placer, sentí el líquido de mi Ringo salir con gran fuerza , nos quedamos quietos 5 minutos y salio de mi rápidamente para volver a chuparme, le encanta comerme y a mi que lo hiciera.
Me di cuenta que había pasado dos horas y me vestí y nos marchamos de allí después de dejarlo todo limpio.
Al llegar al piso, mi veterinario continuaba roncando, me di una ducha relajante de media hora con cara de absoluta felicidad y me fui a la cama desperté a mi veterinario con una nueva mamada de agradecimiento por los orgasmos de su Ringo y me follo sin dudarlo.
Por la mañana nos levantamos desnudos a desayunar, estaba preparando las tostadas y sentí un lametazo de Ringo en la nalga, le reñí muy ofendida y mi encantador veterinario se acerco y me dijo: te da las gracias por los polvos que tienes con su dueño, se le puso durísima su polla y empezó a tocarme y me puso a cuatro patas mientras Ringo nos observaba inmóvil, yo estaba asustada, imaginaba a Ringo saltando sobre él para chupar lo que tanto le gustaba, pero entendía que era el momento de su dueño y le deje follarme como a una perra. Mientras yo imaginaba que sería follar con los dos a la vez.
Vaya pasión, inimaginable. Estoy deseando volver a repetirlo.