El Vestuario de la piscina y una mujer fatal
En la vida nos suceden cosas que nos pillan casi de sorpresa, y esta sorpresa ocurre en un vestuario de una piscina y una mujer que no tiene prejuicios
La verdad es que no sabemos nunca lo que nos puede ocurrir en la vida, pensamos que todos los días al levantarnos son exactamente el mismo, pero un día te ocurre algo que no esperas, y son precisamente esos días los que merecen la pena vivirlos.
Antes de comenzar a relataros lo que me ocurrió un día cuando yo era más joven me gustaría que pensarais si sois muy jóvenes la de oportunidades que dejáis escapar por culpa del miedo, la incertidumbre o el que dirán, y para los que sois más mayores cuantas veces habréis pensado que si hubierais tomado esa decisión que una vez tuviste la oportunidad de coger y la dejaste escapar por culpa de muchas cosas y que en verdad ahora la veis insignificante. Pues una vez a mí una gran persona me dio un consejo, me dijo una frase que todavía hoy recuerdo, decía algo como "da igual en la situación en la que te encuentres, si es buena o mala, solo intenta que todas las situaciones que te pasen en la vida sean buenas, si es una situación buena disfrútala al tope, y si es mala sácale la positividad al asusto y veras como algo aprendes de ella y se convertirá en una situación buena" y eso es lo que siempre hago cuando tengo una duda, sopesar la situación y convertirla.
Pues mi relato tiene mucho que ver con esto que os he escrito dado que me ocurrió cuando yo era muy joven y todavía no había empezado a vivir la vida, ya tenía muy claro algunas cosas pero a la edad de 19 años faltan cosas por experimentar.
Como cualquier joven de esa edad empezaba la universidad, yo seguía viviendo con mis padres y lógicamente el sustento monetario que ellos me podían ofrecer no era demasiado, a si que como muchos han hecho empecé a buscar un trabajo, bueno más que buscarlo la suerte me vino del cielo.
Tenía un amigo que era el dueño de una piscina de entrenamiento y me contrato por media jornada como mantenimiento, nada en especial claro está, pero era muy manitas para la electricidad dado a un cursillo que había dado anteriormente y también sabia arreglar muebles y un poco de bricolaje, vamos un manitas, y también me encargaba de decorar el local.
Mi amigo era una persona muy amable y casi nunca se enfadaba y el confiaba plenamente en mi dado que yo le había sacado de algún que otro apuro con sus "amiguitas" como él llamaba a las relaciones que el tenia con varias chicas, vamos que era el típico mujeriego que le decía a una que era su novia y a los dos días ya le estaba engañando con otra, y yo le sacaba las castañas del fuego cuando alguna de ellas descubría el pastel, dado que yo soy una persona que aparenta la típica persona tranquila y calmada con la que se puede hablar y como tengo algo afeminado el habla por culpa de una enfermedad que pase de niño que mis cuerdas vocales no pueden ser tan grabes como las de un hombre normal, y que en más de una ocasión me han confundido con lo que no soy.
Pero hay una razón muy especial por la cual yo también estaba tan a gusto de trabajar en un sitio como ese y es que podía entrar en el vestuario femenino ¡NO PENSEIS MAL! No era por espiar a las chicas, sería incapaz de hacer una cosa semejante, dado que yo amo con locura a las mujeres y las respeto muchísimo, es lo que se denomina en psicología un Eonista o Feminofilico, y es que soy así, me encanta todo lo femenino a pesar de no ser gay, y como me gusta todo lo femenino lo que más me gusta es su ropa tanto para verla, como para ponérmela.
Entonces os podéis imaginar amigos y amigas míos que estar en un sitio como ese para una persona como yo era como estar en el paraíso, todos los días entraba a "arreglar" algo y como no había cámaras yo podía tocar la ropa que las chicas usaban y en ocasiones también ponérmelas cuando en la piscina había pocas chicas y se podía controlar la hora en la que volvían a los vestuarios.
Era todo una maravilla, desde faldas tipo colegiada con sus tablillas hasta jerséis muy provocativos, pasando como no por un sinfín de lencería femenina de muchísimos tipos y formas, para mí era como estar en el cielo, y como también mi amigo no podía separarse del mostrador pues yo a mis anchas.
Los vestuarios eran como los típicos de las piscinas, eran cuadrados con unos azulejos de color verde claro, en las paredes laterales se encontraban las taquillas (que la verdad es que era muy fácil abrir el cerrojo ya que eran muy falsos) y las luces eran fluorescentes pegados al techo del mismo, el vestuario solo tenía dos puertas, una la de entrada que era para ir del vestíbulo al vestuario y viceversa y otra que estaba dentro del vestuario que daba a un cuarto con una pequeña ducha para poder lavarte e ir a la piscina o quitarte el cloro e ir al vestuario, también en el vestuario había cuatro banquitos de madera para poder sentarse. Este era mi paraíso en la tierra, en donde yo podía vestirme y estar cerca de la ropa que tanto me gustaba pero que por miedo debido a la edad no me compraba para mí en ninguna tienda, pero claro este sitio tan sagrado para mí se convirtió en un sitio en el cual una "perversa" mujer (y ya entenderéis más adelante porque va entre comillas) supo sacar de mi lo que yo nunca pensé que pudiera sacar una persona, y me hizo sentirme más seguro en la vida.
Mi turno de trabajo era de 5 a 10 de la noche, hora en la que mi amigo cerraba la piscina, excepto los viernes que cierra a las 11 porque se queda a ver un partido de futbol ¡AH! Mi amigo se llama Ángel y justamente con él fue cuando vi por primera vez a la mujer más increíble que mis ojos han podido ver. Resulta que me encontraba en el vestíbulo del local poniendo unos carteles de un campeonato de natación para chiquillos que se celebraba el fin de semana y en ese momento vi que en la puerta de la entrada se reflejaba una silueta , cuando abrió la puerta y entro al recinto no podía creer lo que mis ojos veían, una mujer extremadamente bella entraba al vestíbulo, era alta de más o menos 1,79 su pelo era de color rubio como el sol que le llegaba hasta la cintura, era liso y en su frente había dos mechones que le caían a los lados de la cara. Sus ojos eran de un azul intenso como el del mar y parecían que podías ver en ellos el más claro cielo azul, sus labios eran bien formados y carnosos y un lápiz labial de color rosado pálido le daban esa majestuosidad que solo ella sabia darle. Su cuerpo era delgado, con unos brazos largos y finos, sus pechos eran firmes y de una talla 95 como mínimo de sujetador y estaban bien redondeados, su vientre era plano y atlético y sus piernas bien torneadas con unos muslos bien marcados y una pantorrilla bien torneada de hacer ejercicio, y su trasero era muy firme y abultado, si la diosa afrodita tenía que reencarnarse en una mujer mortal, estaba seguro que hubiera elegido ser ella. Vestía con una camisa blanca de encajes en el pecho y una falda negra de licra ajustada que era toda una preciosidad.
Ella paso justamente por mi lado y se fijo en que yo la miraba seguramente con cara de bobo, y ella en vez de molestarse me soltó una maravillosa sonrisa angelical. Vi como se acercaba al mostrador para dar el carnet que da la piscina como de haber pagado un mes y seguidamente me dirigí a Ángel para que me dijera algo de ella.
- YO: ¡ANGEL POR DIOS! ¿Quién es esa mujer? Es increíble.
- Ángel: Te gusto la chica ¡eeehhh! Salidin.
- Yo: Tío déjate de pamplinas, es una maravilla
- Ángel: Ya la he visto, a demás no es la primera vez, tu llevas trabajando aquí poco más de un mes, pero ella viene muy a menudo, lo que pasa es que este último mes ha estado fuera por negocios según me conto ella, y pago este mes por adelantado para que en cuanto viniera pudiera nadar otra vez
- Yo: SI vale lo que tú quieras, pero dime por lo que más quieras que días viene y algo sobre ella
- Ángel: Si que te ha dado fuerte tío, pero olvídala es mucha mujer para un renacuajo como tú.
- Yo: ¡TENGO DERECHO A INTENTARLO NO! Es guapísima y me encantaría conocerla
- Ángel: Vale vale no te enfades, te puedo decir sus datos más o menos pero yo que tú me andaría con ojo
- YO: Déjate de tonterías y dime
- Ángel: Según esto (mirando su ficha) se llama Beatriz y tiene 28 años, según tengo entendido era una futura estrella de la natación pero por unos motivos desconocidos lo dejo, pero todavía le gusta meterse en la piscina. Viene siempre a las 9 de la noche los Lunes, Jueves y Viernes, que es cuando la piscina esta más vacía como tú mismo sabes, y muchas veces esta ella sola.
- YO: Entonces no pienso faltar ninguno de esos días
- Ángel: Pero hay una cosa más, esta chica a salido con varios chicos de esta piscina, y todos ellos no han querido saber más de esta mujer, es mas algunos de ellos dicen que han acabado muy mal psicológicamente, por lo visto es una mujer de armas tomar y que se toma las relaciones amorosas muy fuertemente, a si que yo me andaría con ojo amigo mío
- YO: Ángel por dios eso me lo hace más interesante.
- Ángel: Bueno, tú no eres ningún musculitos como los que ella ha salido, a lo mejor a ti te tiene más compasión, con lo esmirriadito que eres, ¿Por qué no te apuntas a un gimnasio a ganar músculos?
- YO: ¡puff! Paso, a mí los músculos no me van.
Eso es cierto, pero claro, es que me gustaba vestir de mujer, y seguía una dieta muy estricta para no coger peso, y que mi cuerpo fuera delgado y fino a sí que todo lo relacionado con ser muy varonil como que no me atraía demasiado.
Esa tarde decidí no hacer nada, dado que tenía algo de trabajo y también estaba muy nervioso por lo que había descubierto así que decidí espiarlas los días siguientes para controlar la hora de la piscina y para ver también su ropa en el vestuario.
Los días pasaban, y rara vez podía estar el vestuario solo, a si que solo podía mirarla en la piscina haciendo yo como el que limpiaba las gradas, pero el ansiado día llego. Era viernes y como siempre a las 8:50 llego ella, y a las 9:00 de la noche ya estaba metida en la piscina y esa noche solo estaba ella.
Me fui a el vestuario diciendo que se había roto uno de los bancos (bien lo sabía yo porque yo mismo lo había roto, o más bien le había quitado un tornillo) y mi amigo Ángel que estaba viendo un partido de futbol por la tele pequeña que tenía en el mostrador como que paso de mí, me dijo que fuera arreglarlo y que le dejara en paz ver el partido, así que me dispuse a entrar. Cuando entre vi su maravillosa ropa, su perfume aun se notaba en el ambiente y todo era de una sensación mágica. Había una camiseta ajustada de color blanco con el dibujo de un beso, unos pantalones elásticos súper cortitos y ajustados de color negro, un sujetador blanco con relleno y unas braguitas con encajes de flores de color blanco con rayitas rosas, la tentación era muy fuerte y lógicamente no me pude resistir a ponerme toda su ropa. La sensación que sentí era increíble me encantaba tener puesta la ropa de la mujer que más admiraba en el mundo y sentir la ropa que ella había llevado puesta. El tiempo paso sin darme cuenta estaba disfrutando tanto que cuando mire el reloj ya eran las 9:50, ella siempre entra a menos cinco y en ese momento escuche que alguien entraba en las duchas que hay antes de entrar en el vestuario, aprisa me quite todo y lo deje en el banco, escuche que el grifo se cerraba así que salí con mi ropa en la mano, pase en calzoncillos al pasillo principal y me metí en el vestuario de al lado donde me vestí, mi corazón estaba a punto de salirme por la boca a sí que me intente tranquilizar lo mejor que pude, espere que saliera la chica del vestuario y escuchar alejarse de el para yo salir más tranquilamente e irme a mi casa.
Los días siguientes que ella venia no me atrevía a volver a hacer lo mismo que había hecho el día en el que casi me pilla, pero una noche no pude resistirme a lo que llevaba puesto, entro en la sala principal con un vestido negro de licra brillante que se le ajustaba al cuerpo, con una bonita lazada en el cuello y que era una joya visto en ella, y no me puede resistir. Cogí la escoba y el recogedor para que pareciera que me disponía a barrer el sitio de los vestuarios diciendo que como solo estaba ella (y es que los viernes a las 9 de la noche no había un alma casi nunca) era un buen momento, pero en realidad lo que hice fue ir a sus vestuario, espere en la puerta que se cerrara la de la piscina para yo entrar y a si lo hice, encontré el vestido y un bonito culot negro de encaje y no puede resistirlo más, me puse todo acepto los tacones que eran de una talla 42 y yo uso la 39 y me quedaban grandes y también para no hacer ruido, en eso momento era la persona más feliz del mundo, a pesar que me quedaba grande el vestido dado que era una talla L y yo a lo mucho lleno una M para mí era fantástico, se me pegaba al cuerpo, me llegaba casi a las rodillas (cosa que a ella le llegaba al muslo haciendo parecer un vestido corto) y su tacto era suave y fino, no paraba de fantasear y poner posturitas, ERA UNA .
- ?: Te faltan un buen par de tetas para rellenar ese vestido, pequeña
Me quede de piedra cuando escuche la voz que me decía eso, me gire lentamente asustado y temblando y en el portal de la puerta que daba al vestuario por la parte de la ducha apoyada en el marco de la puerta se encontraba Beatriz, llevaba un bañador deportivo marca NIKE de color azul con los laterales de color amarillo, estaba totalmente empapada y me miraba con una sonrisa sarcástica que se dibujaba en sus labios. Yo me quede de piedra sin poder articular palabra alguna, tenía que estar blanco como el papel y mis piernas no respondían, eso sí en medio de tanto pánico su figura era increíble, era alta como ya dije y de muy buena forma física, su melena que le llegaba hasta más de la cintura estaba totalmente mojada y dejaba ver su magnífico rostro y sus piernas largas y bien torneadas terminaban en unos pies perfectos y con las uñas pintadas de rojo. Intente dar unos pasos hacia atrás hasta que mi espalda choco con la pared, y ella lentamente se empezó a acercar a mí.
- Beatriz: ¡Con que tu eres la que el otro día se puso mi ropa!,¡ ya me parecía a mí que el chulito del mostrador no podía ser!, además te he visto que no parabas de mirarme, pero no como lo hace un hombre normal si no de otra forma, manuda niña mala estas echa, y ¿sabes que es lo que se les hace a las niñas malas?
Mi cuerpo no reaccionaba y ella estaba ya a unos dos pasos de mí, era imponente para mí, yo con mi 1,60 cm me veía como un enano a la vera de esa mujer. Ya la tenía totalmente encima y puso suavemente sus manos en la pared al lado de mi cara para que no pudiera escapar y acercando su cara a la mía me dijo.
- Beatriz: se les castiga para que aprendan a ser buenas niñas.
En ese momento me dio un beso, pero no un beso normal, si no con fuerza me puso sus labios contra los míos metiéndome su lengua hasta el fondo de mi boca que seguidamente la movía rápidamente de un lado a otro, a si se llevo durante unos 20 segundos, 20 segundos en los que yo los 10 primeros no podía creer lo que estaba pasando y tenía mis ojos abiertos de par en par, pero que seguidamente los cerré y empecé a disfrutar y a excitarme de cómo lo hacia esa diosa. Después de separarse sus labios de los míos y un hilito de babas saliese de entre las dos lenguas yo adelante la cabeza haciendo acopio a que no quería que acabase con los ojos entrecerrados.
- Beatriz: ¡Mira la pequeñaja esta como me busca! ¿parece que te ha gustado ese beso EEEHHH? Bueno pues te daré un regalito mas por hoy, pero si de verdad quieres disfrutar de mi el próximo viernes te espero aquí y vas a ver lo que es disfrutar como una niña, eso sí, vas a probar algo que seguro no has probado en tu vida.
Diciendo esto me volvió a besar tan apasionadamente como antes, y esta vez una de sus manos empezó a recorrer mi cuerpo, su mano se deslizaba por su vestido de licra suavemente hasta que llego a mi entrepierna, me bajo el culot negro de encaje un poco y me metió su mano en mi entrepierna y empezó a masturbarme, ella seguía besándome y seguidamente chupándome por el cuello, yo no podía aguantar más y eyacule muy fuerte, mis ajos permanecían cerrados y la única cosa que salió de mi boca fue un pequeño gemido cuando eyacule para que después seguidamente acabase recostado en la pared, mientras ella me miraba con su sonrisa.
- Beatriz: Ya sabía yo que no me durarías mucho hoy jajaja, pero tranquila pequeñaja que el próximo viernes va a ser mucho más largo e intenso, si tienes el valor de venir claro está, ahora si me puedes hacer el favor de quitarte el vestido te lo agradecería, el culot puedes quedártelo si tanto te gusta tengo más en casa, y total voy en mi coche y no me importa irme sin nada debajo de la ropa, ¡por cierto! ¿te molesta que te diga pequeñaja?
- YO: ¡NO! Es más . Me gusta (poniéndome más rojo que un tomate)
- Beatriz: JAJA ¡encima tímida la nena!, a si me gustan más las chicas
Termine de desnudarme y darle el vestido.
- YO: gracias por lo de hoy
- Beatriz: ¡que educada! De nada pequeñaja, pero si me das las gracias por esto, el viernes con lo que te tengo preparado me vas a poner un altar en tu casa JAJAJA, bueno que lo pases bien.
Diciendo esto salió por la puerta con el vestido para cambiarse en otro vestuario y yo me quede sentado en unos de los bancos sin poder todavía ser consciente de lo que me había pasado, estaba como en una nube hasta que reaccione y muy torpemente me empecé a poner mi ropa para disponerme a salir del local. Cuando pase por el mostrador y mire el reloj de pared me di cuenta que ya eran más de las 10:20 de la noche.
- Ángel: por fin, pensaba que te había pasado algo, el partido esta apunto de acabar, y tu normalmente a las 10:05 estas saliendo de aquí, ¿ha pasado algo?
- YO: NO, es que tenía que arreglar unas cosas de los vestuarios y se me a echo tarde, y bien sabes que me gusta limpiarlo todo antes de irme y la ultima chica que ha salido estaba un poco mojada y a mojado el suelo del vestuario, lo he recogido y por eso se me a echo un pelín mas tarde eso es todo.
- Ángel: la última chica es ese bombón que tanto te gusta, ¿o es que espera hasta que se valla de aquí para estar observándola? ¿EEHH salidillo?
- YO: Hombre sí que me gusta, pero no me he atrevido nunca a hablarle, Y NO, ¡NO LA ESPIO EN EL VESTUARIO! La miro cuando entra en la piscina y cuando llega al local, pero sigo diciendo que es una mujer preciosa.
- Ángel: ¡pues lánzate hombre! Total ¿Qué vas a perder? Ella es mucho mayor que tu, y seguro que se toma las cosas de distinta manera que un pimpollo como tú, a lo mejor hasta ganas algo jejeje
- Yo: ¿te imaginas? Jajaja
Si Ángel supiera lo que había pasado en el vestuario abría flipado, pero claro gracias a dios en el vestuario no había cámaras y era imposible que él se enterase, a si que estaba a salvo y con esa idea me fui para casa, con una alegría en el cuerpo y también con unos nervios locos por que llegase el viernes ¿Qué sería capaz de hacerme esa diosa que tanto lo iba a disfrutar? No sé qué seria que seguro que si venía de ella tenía que ser algo increíble.
La semana transcurría normalmente, eso sí, con los nervios de que llegase el viernes para ver que tenía preparado para mi Beatriz. El lunes nos encontramos en uno de los pasillos como yo hacía de costumbre cada vez que quería verla y esa vez me guiñó su ojo derecho, cosa que me emociono muchísimo. Los días pasaban lentamente y en mi cabeza solo existía el maravilloso viernes, poco a poco se acercaba y cuando fue jueves me encontré con Beatriz en el pasillo principal y en ese instante que nos cruzábamos (dodo que nunca nos hablábamos en público) me dijo una frase que me dejo muy perplejo,
- Beatriz: Mañana ven afeitado y sin ningún pelito en el cuerpo
Me quede atónito cuando escuche esas palabras ¿Qué estaba planeando? Lo de afeitado estaba en la lógica pero ¿para qué quería que me depilase? Pero claro, eso le daba más morbo al asunto y cuando llegue a mi casa cogí las cremas depilatorias que yo me compraba de vez en cuando y me depile todo el cuerpo, me fui a la cama a intentar dormir, pero no pude pegar ojo en toda la noche.
Al llegar el día siguiente en mi cabeza solo estaba el pensamiento de que llegase la hora bendita, la hora en la cual yo me encontraría con Beatriz, y esa hora era las 9:00 de la noche. El día se me hacia eterno, los minutos parecían horas y en clase no podía estar concentrado en nada, en el trabajo fue más o menos lo mismo, toda la tarde me la lleve cegándola en varias cosas, hasta me cargue un enchufe al intentar arreglarlo y por culpa de los malditos nervios rompí 2 bombillas, pero me daba igual, yo solo quería que llegase la hora.
Eran ya las ocho de la noche y no cabía en mí, me puse a limpiar y arreglar el vestuario mientras no había ninguna chica en el, yo quería que todo saliese perfecto a si que me esmeraba todo lo que podía y más.
A esos de las 8:25 de la tarde escucho que me llama Ángel para decirme unas cosas.
- Ángel: Tío, avisa a todas las chicas de la piscina que las que tengan algo en el vestuario numero 2 recojan todo y se lo lleven a otro, ese vestuario esta tarde no se puede usar.
- Yo: Pero si ese vestuario esta perfecto ¿Por qué no se puede usar?
- Ángel: Porque lo necesito para meter unas cosas y no tengo sitio, a si que ya te puedes ir dando prisita que en menos de 5 minutos lo quiero vacio.
- Yo: vale, lo que tu digas
Lógicamente me fui muy enfadado, MALDITA SEA MI SUERTE ese era el vestuario en donde yo tenía que esperar a Beatriz, y de chicas solo hay 2 vestuarios a sí que ahora no podría hacer nada de nada, mi cara paso de un enfado total a una de desconsuelo, el ánimo se me vino al suelo y ya no tenía ganas de trabajar. En menos de 5 minutos el vestuario se quedo vacio del todo de mochilas y demás cosas y fui al mostrador.
- Yo: Ángel, ya lo tienes todo libre, cuando quieras lo puedes usar (con voz decaída)
- Ángel: Gracias, pero ¿Qué te pasa?
- Yo: Nada, es que hoy no e dormido muy bien y estoy cansado
- Ángel: Pues espabila que todavía te queda un buen ratito, por cierto vete al vestuario numero 2 y me esperas en el, enseguida voy y te digo lo que tienes que hacer y a donde tienes que ir a recoger las cosas que quiero meter en ese vestuario.
- Yo: Vale
Me fui al vestuario a esperarle, y el reloj ya marcaba las 8:35, me senté en uno de los banquitos con la cabeza agachada y en ese momento escuche que se abría la puerta
- Yo: Que es lo que teng ..
Cuando levante la vista para mirar a la puerta me quede atónito, era Beatriz la que estaba entrando en el vestuario ¿Pero cómo? No eran las 9:00 de la noche, ella vestía el mismo vestido negro que tanto me gusto ponerme la semana pasada, también llevaba unas medias de rejilla que le llegaban hasta medio muslo, y unos zapatos de tacón de aguja de 13 centímetros de color negro.
- Beatriz: Que callado te has quedado, ¿estoy buscando a una pequeñaja? ¿la has visto tu? (sonriéndome con su sonrisa de picara)
- Yo: Hola. (se quedo mirándome)
- Beatriz: El cuerpo no es el de mi pequeñaja pero la voz si, a si que tendremos que hacer que salga ¿no? (y cerrando los ojos y esbozando una gran sonrisa se giro a la puerta)
Cerró la puerta, y de una bolsa que llevaba saco unas llaves, y cerro el vestuario, después se fue caminando hasta la puerta que daba a la ducha y también la cerro a cal y canto, y en ese momento reaccione.
- Yo: perdona, ¿pero cómo es que tú tienes esas llaves? Solo yo y el dueño tenemos unas.
- Beatriz: Estas son las del dueño, el otro día hablamos los dos, y le dije que quería este vestuario para mi solita hoy, y que en él te quería a ti dentro, presupuesto me dirigí a ti como chico, no como chica, si no hoy a lo mejor no estarías aquí jejeje, si quieres mas detalles pregúntale a tu amiguito. Bueno ahora que empiece la fiesta, creo que con lo timidita que eres y lo que te voy a poner me lo voy a pasar en grande.
En ese momento se acerco a su bolsa y de ella empezó a sacar un vestido tipo fantasía, era azul clarito, casi celeste, de hombreras redondeadas y manguitas cortas, terminaba en una falda corta que no llegaría ni a medio muslo, también saco un delantal blanco y un lacito de color blanco también, era muy parecido al de Alicia en el país de las maravillas. Saco también unos calcetines blancos con lazadas de color negro y que en la tobillera de los mismo terminaban en un bordado de florecitas también saco un sujetador rosa clarito, unas prótesis de silicona para hacer un pecho femenino y unos zapatitos negros como los que usan las chicas colegialas.
- Beatriz: Bueno vamos a sacar a la pequeñaja y transformémosla en una dulce niña ¿no?
Yo solo pude decir que si con la cabeza, y ella se acerco a mi muy dulcemente y empezó a desnudarme, para seguidamente empezar a vestirme. Empezó poniéndome el sujetador y las prótesis, eran geniales, nunca me había sentido a si y me hacían un busto muy bonito, no eran muy grandes, una talla 85, pero yo estaba encantado. Después me puso el vestido y después los calcetines y los zapatos. Seguidamente saco de su bolsa una peluca rubia de media melena y me la puso en la cabeza y seguidamente me puso el lazo haciéndome que la melenita quedase con un flequillito muy mono y dos mechones a los lados de mis mejillas. Seguidamente saco un estuche pequeño de maquillaje y empezó a maquillarme, primero los labios con un rosa pálido, después unos coloretes en las mejillas y pintarme un poco los ojos con rime, antes de hacerme todo esto también me puso una base blanca para blanquear mi rostro.
- Beatriz: Mira qué guapa (me miraba en el espejo y me veía estupenda, toda una señorita) Ahora ya va siendo hora que la niña se convierta en mujer, hoy yo llevo el vestido negro que tanto te gusta, a si que hoy tu vas a ser mi niña y yo tu madrastra malvada, ¿Cómo quieres que te llame?
- Yo: Laura.
- Beatriz: Pues ven aquí Laurita que vas a disfrutar de lo lindo.
Seguidamente me llevo a sentarme en un banco que había pegado a la pared, y ella se sentó al lado mía y me empezó a besar la cara para que después seguidamente me diera un gran beso en mi boca como el de la semana pasada. Ahora yo también le respondía al beso, usando mi lengua como lo hacia ella recorriendo el interior de mi boca, su mano izquierda empezó a deslizarse por mi cuerpo hasta llegar a uno de mis pechos y empezó a tocarlo como si fueran de verdad, yo cada vez me excitaba mas, y notaba que la tenia apunto de estallar pero quería seguir disfrutando del momento, yo tenía ganas de que ella me tocase mi miembro, pero no lo hacía a sí que unas de mis manos empezó a tocarla a ella, primero su cara mientras nos besábamos una y otra vez, después le toque uno de sus pechos y cuando me disponía a ir más abajo ella me paro la mano.
- Beatriz: ¿A dónde vas tan rápido niña? SOY YO LA QUE TE MANDA, NO TU, (se puso de pie) AHORA PONTE DE RODILLAS NIÑA MALA.
- YO: si
Cuando me puse de rodillas delante de ella yo pensaba que era el momento de empezar a relamerme, ya que sabía que lo que quería era que le lamiese su maravillosa vagina, hasta que me sorprendió. Se subió el vestido negro y cuando se quito las bragas de encaje que tenia del mismo color de entre sus piernas saco un pene de unos 17 cm, que yo no esperaba encontrar.
- Beatriz: Te has quedado blanca Laurita, ya te dije que yo te dominaría hoy, y que tu serias una mujer, ¿tienes miedo a esta cosa que tengo entre las piernas?
La mire hacia arriba y vi a la maravillosa mujer que había visto y idolatrado durante todas estas semanas y la verdad me daba igual si tenía un gran pene o una gran vagina. Le dije que no con la cabeza y ella me sonrió.
- Beatriz: Pues ahora a ver como lo haces.
Agarre con mis dos manos su gran miembro, la sensación era extrañísima, desde que tenía 14 años me masturbaba, tendría que estar acostumbrado a tener un pene entre mis manos, pero esto era diferente, notaba como palpitaba y lo caliente que estaba. Empecé a subir y bajar el prepucio muy lentamente para que seguidamente mi lengua empezara a relamer todo su contorno, la sensación era increíble, el saborear ese pene y sentir sus venas en mi lengua hacia que me excitara mucho mas, estaba completamente seguro que es la sensación que siente una chica de verdad, después de relamerlo bien y embadurnarlo completamente con mi saliva me propuse empezar a metérmelo en mi boca, mientras tanto Beatriz miraba con cara de estar disfrutándolo mucho y se mordía su labio inferior mientras me acariciaba la peluca.
- Beatriz: Vamos pequeña, demuestra lo que sabes hacer, que por ahora estas estupenda.
Después de decirme esto no lo dude mas y me introduje su gran pene en mi boca, al principio empecé a chuparlo poco a poco, para luego ir aumentando, era maravilloso, notaba como me lo introducía entero en mi boca, al principio me dio unas arqueadas pero al poco rato me acostumbre, sentía sus venas cada vez mas hinchadas en mi bocas y en mi lengua y contra más deprisa lo hacía más notaba que se calentaba y que palpitaba con más fuerza.
- Beatriz: ¡SSSIIIIIIII! ¡UUUUHHHHH! Dios mío Laura como lo haces, sigue pequeña que ya falta poco para recibir tu primer regalito.
Me agarro por la cabeza y empezó a empujármela para ella para que lo hiciera más rápido hasta que se corrió en mi boca.
- Beatriz: ¡AAAAAHHHHHHHH¡ Madre mía Laura eres maravillosa, dios mío y eso que es la primera vez que lo haces, pero ahora me toca a mi hacerte disfrutar.
Yo todavía estaba sentada en el suelo con el sabor amargo y fuerte del semen de Beatriz, pero me gustaba, estaba loquita por ella y me daba igual lo que me hiciera, ya no podía hablar ni sentirme como un hombre, era todo una mujer haciendo el amor con otra mujer pero que esta "tenía algo mas" de especial que cualquier otra. Beatriz se sentó en un banquito y vi que su miembro otra vez estaba erecto, y empezó y como a decirme con el dedo índice que fuera hacia ella.
- Beatriz: Vamos ven, ahora volvamos a ponerte igual de cachonda que antes para poder seguir disfrutando de la velada, siéntate abierta de patas en mis rodillas para que pueda sentirte bien.
Me senté como ella me ordeno, y nuestras caras se volvieron a encontrar, seguidamente ella empezó a besarme como ella sabía hacerlo, para que después empezara a agarrarme los pecho que aunque fueran postizos yo los sentía ya como los míos propios, empezó a relamérmelos y a jugar con ellos, yo estaba excitadísimo y notaba como mi pene empezaba a brotar liquido pre seminal mientras Beatriz seguía besándome y estrujando mis pecho contra su cara. Al poco rato me puso de espaldas a ella y empezó a lamer mi ano, la sensación era increíble notaba como su lengua se introducía en mi agujero y ya no podía aguantar más.
- Beatriz: Laura ahora quiero que te pongas a cuatro patas apoyada en ese banco, tal vez te duela un poco al principio pequeña, pero veras como al poco rato te gusta.
Obedecí sus órdenes y ella empezó a poner la punta de su pene en mi orificio, y poco a poco fue introduciéndolo.
- YO: ¡AAAHHH! ¡FUUUUU! (Me mordía en labio inferior y unas pequeñas lagrimas salían de mis ojos
- Beatriz: Tranquila pequeña que ya verás como disfrutas.
Al principio parecía como si me fuera a romper en dos, pero pasados los minutos y Beatriz que no lo hacía muy fuerte para que no me doliera tanto empecé a disfrutarlo.
- Beatriz: Ya te estás acostumbrando, vamos a darle más caña ahora que ya le has cogido el gustillo (reía con una sonrisa picarona)
Empezó a hacerlo más fuerte y yo cada vez gemía mas como una chica, notaba como su miembro se clavaba dentro de mí y lo caliente que estaba, notaba su fuerza y que cada vez era más grande o eso me lo parecía a mí, durante 10 minutos no parábamos y ya Beatriz que estaba a punto de correrse dentro de mí, con su mano derecha empezó a masturbarme fuertemente y yo ya no podía aguantar mas, me corrí con muchísima fuerza y al poco rato lo hizo Beatriz dentro de mi ano.
Saco poco a poco su pene de mi interior mientras yo notaba como su semen se me escurría por mi orificio, mientras que ella me abrazaba por la cintura y se apoyaba en mí, seguidamente las dos nos sentamos en el banco en donde yo había estado apoyada y tuvimos una pequeña conversación.
- Beatriz: ¿te ha gustado tu primera vez como mujer?
- YO: Si mucho. Y creo que estoy enamorada de ti
- Beatriz: JEJEJE, eso ya lo sé, pero olvídalo eso es imposible, la diferencia de edad es muy grande, y no creo que puedas llevar mi ritmo de vida.
- YO: Creo que tienes razón, pero eres maravillosa, y seguramente esto tarde en olvidarlo.
- Beatriz: De eso estoy segura, y déjame decirte una cosita, seguramente habrás escuchado que algunos del gimnasio han estado conmigo, pues ninguno es tan bueno como tú, mucho de ellos no paraban de piropearme y tirarme los tejos, y una vez que les permitía estar conmigo y veían la sorpresa salían corriendo, pero tú no lo has hecho, y te has portado perfectamente, eso sí, tu si que eres especial guapa, por cierto ¿eres Gay? ¿o quieres cambiar de sexo?
- Yo: Pues no, la verdad es que me encantan las mujeres, y tú en especial me da igual lo que tengas entre las piernas, pero desde que tengo 12 años me encanta vestirme de mujer, y referente los que salieron corriendo menudos idiotas son, LO QUE SE PIERDEN
- Beatriz: JEJE, pues si, y lo que te pasa es que eres Travesti, y en cierta medida no es malo, puedes entender las dos partes, tanto la masculina como la femenina, y creo que a partir de hoy has entendido muchísimo mas jajaja.
- YO: SIIII jajaja, una cosa sí que me extraño cuando te descubrí el secreto, y es que me contaron que podías haber sido una estrella de la natación, ¿por qué lo dejaste?
- Beatriz: Veras pequeña, en esta vida hay que saber elegir u saber llevar las cosas por el camino que tú quieras y disfrutarlas al máximo, cuando yo era un chico y tenía 16 años mi carrera deportiva era estupenda, tenia patrocinadores, me querían llevar a competir profesionalmente con los más grandes e incluso se llego a hablar de las olimpiadas, pero yo solo quería nadar, nadar y ser una mujer. Se lo conté a mis padres y no se lo tomaron muy bien, pero después de habar mas con mi madre me entendió y me dejo que empezara con mi tratamiento para convertirme en mujer, mi padre tardo en reaccionar y aceptarlo, pero al final acepto, pero mis patrocinadores me dieron la espalda y me dejaron tirada, no querían a un maricon como ellos decían en su marca y poco a poco no pude seguir compitiendo, pero eso sí, yo seguía nadando, nadando y convirtiéndome en mujer, que es si eran las dos cosas que más me gustaban, y como ves lo sigo haciendo.
- YO: Eres increíble de verdad
- Beatriz: No es para tanto, lo que tienes que hacer en la vida es tomar la decisión que te haga feliz a ti, y que no te importen los demás dado que si haces lo que todos quieren tomaras decisiones que otros quieren y todos lo bueno y malo que te pase solo lo sentirás como malo, dado que tú no eres quien decide.
- Yo: Tienes razón, y seguiré tu consejo, pensaba que eras una mujer fatal pero veo que eres una persona muy buena.
- Beatriz: Gracias pequeña, pero esto ya no se volverá a repetir.
- YO: Jo que pena (con catita triste)
- Beatriz: JAJA. Es que dentro de 10 días me operan, y seré una mujer completa, por eso no se podrá repetir.
- Yo: Pues felicidades guapa, vas a ser la mujer más guapa del mundo.
- Beatriz: PELOTA, bueno tal vez no tengamos sexo, pero si podemos ser buenas amigas ¿no?
- YO: Claro eso me haría muy feliz.
- Beatriz: Pues nada, una amiga más que tengo (miro el reloj) Bueno me tengo que ir que es tarde (ya pasaban de las 10:20) puedes quedarte el modelito si quieres, era mío de cuando era más joven, ya no me queda, y a ti te sienta como un guante, estas preciosa con el, a si que adiós, toma dale las llaves al idiota de tu colega.
- Yo: Adiós.
Abrió la puerta y me tiro la llaves y salió del vestuario, yo rápidamente cerré la puerta por dentro por que todavía estaba vestido de chica y maquillado y empecé a desnudarme y desmaquillarme todo lo rápido que podía, a los 10 minutos ya estaba todo listo y me dispuse a marcharme.
Pase por el mostrador y le di las llaves a Ángel.
- Ángel: Por fin ¡eh! Que si no te doy yo el empujoncito, y ya veo que te lo has pasado bien con ella, ¿Cómo es la tía?, porque gemía que no veas algunas veces (en verdad era yo la que gemía) menos mal que esto estaba solo que si noooo.
- Yo: jeje, Gracias Ángel por hacerme el favor, y es vedad lo que me decías de ella.
- Ángel: ¿El qué?
- Yo: Que era mucha mujer para mí, pero es maravillosa, pero ha sido muy gratificante.
- Ángel: Ya te lo decía yo pimpollo, búscate una de tu edad, pero mira por lo menos ya puedes fardar que te has tirado a una mazizorra como esa, tómalo como mi regalo de cumpleaños.
- YO: Si, jeje, bueno Ángel hasta el Lunes.
Salí de la piscina esa noche sabiendo que esta experiencia me habría dado mucho más de lo que yo podía imaginar, porque no solo me había dado la oportunidad de estar con la mujer que durante días me había vuelto loco, si no que ahora había aprendido más de la vida, y solo por no tener prejuicios ni juzgar a las personas, sabía que gracias a esa experiencia ahora soy más humano.
Beatriz y yo seguíamos viéndonos, ella se opero y al cabo de los dos meses que se había recuperado del todo hicimos una fiesta para celebrarlo, no tuvimos más relaciones sexuales, y ella encontró a un buen hombre que la quiere, en la fiesta Beatriz me presento a alguien que también me ayudo en mi vida, pero eso ya es otra historia