El vestido chino

Una fiesta de temática oriental

Color vino con pequeños estampados de flores, botones cruzados, cuello elevado y de largo justo por encima de la rodilla.

Un ajuste perfecto que marca sus curvas y sus nalgas a la perfección.

Un marcaje de culo que me erizaba el vello, un pedir a gritos "tócamelo" que es una delicia.

Un vestido perfecto para una mujer con curvas y de estatura alta.

Clara estaba guapísima, literalmente para follársela, ella lo sabía, y los demás también.

La fiesta a la que acudimos era de temática oriental y con máscara.  Cubrirse el rostro da intimidad y anonimato, y a mí mujer Clara, sobre todo, le da soltura a la hora de hacer lo que quiera.

Al entrar nos ofrecieron unas copas frías de un Champán que surcada nuestras gargantas con una facilidad asombrosa.

Un bebida espumosa es un acierto en estos eventos de parejas liberales, las burbujas suben rápido al cerebro, desinhibiendo al personal que es al fin y al cabo lo que se pretende.

En cuanto vi las miradas hacía Clara tuve una erección. Si hay algo que me guste es observar el efecto que produce Clara sobre otras pollas.

Es una "encantadora" de rabos.

Con su sola presencia y el cantoneo de sus caderas las pollas se ponen firmes, duras, tensas y armadas hasta los dientes,  y ya se sabe que en caso de guerra, todo agujero es trinchera.

Al instante de acercarnos a la barra una pareja de mediana edad se nos acercó y nos invito a tomar otra copa.

Apuramos el Champán y aceptamos la invitación al instante.

El tipo era alto y con las sienes nevadas,  un cuerpo atlético trabajado en el mar, un tipo que le gustaba disfrutar de un velero ganado en un timba de poker, como luego nos confensaría.

Ella era una rubia resuelta, con unos grandes pecho firmes y con pezones mirando al cielo...un repaso estético evidente pero que le quedaba de miedo.

Pechos semidescubiertos por un kimono japonés que se abría por dónde tocaba abrirse, es decir, por todas partes.

Agarramos las bebidas y nos fuimos a sentar. Clara quedó en el medio de ambos hombres, el "marinero" y yo. Flora, la mujer de Juan a mi lado.

Entre risas y copas la temperatura fue alcanzado el nivel esperado, al fin y al cabo estábamos donde estábamos.

Juan le dijo a Clara que iba estupenda, un vestido chino que le ajustaba un culo precioso. Al instante me puse cachondo.

Clara se dejó llevar y se subió el vestido hasta los muslos para decirle a Juan al oído que sus braguitas también era color vino.

Yo ya estaba que me explotaba la polla, y a Juan le salía un bulto de la entrepierna que pedía a gritos ser magreado.

Flora se había levantado a por copas hacía ya un buen rato, y todavía no había regresado.

Le pasé la mano por los muslos para subirle más el vestido y mostrarle a Juan que evidentemente las braguitas eran colo vino. Juan sonrió y le pasó también la mano por el muslo para con el dedo índice tocarle las braguitas, Clara sonrió y le tocó el bulto.

Empezamos a besarla el cuello y la boca como podíamos,  si yo la besaba los labios Juan el cuello, si yo le tocaba los muslos, Juan el pecho. Nos marcamos un turno de magreo sin necesidad de pedir la vez. Los resoplidos de Clara eran la muestra que lo estaba disfrutando.

Clara alcanza a tocar los bultos de las pollas haciendo incidencia en Juan, que ya era evidente que lo que escondía en los pantalones y va a sorprender a nuestra querida amiga.

Pasados unos minutos Juan nos propuso dar una vuelta, aceptamos y yo pregunté por Flora, sin más interés que saber donde estaba la bebida, porque mi atención está en Clara solamente en ella, y en verla disfrutar conmigo y con otro rabo cerca de ella.

Juan, soltó un "esa puta estará en su lugar favorito" y nos llevó allí con una sonrisa de oreja a oreja. Pasando por la barra cogimos más alcohol para que siguiera subiendo el ánimo.

Clara tenía el rostro rojo de calor, conociendo como la conozco ya debería tener el coño como el pantano de San Juan...un embalse en Madrid que es estupendo para pasar el día,  y que Clara, lo llevaba ese día entre las piernas.

Nos metimos en una habitación donde de varios orificios salían pollas de todos los tamaños a la que Flora estaba dando buena cuenta metiéndose en la boca todo lo que sobresalía de los agujeros.

Una escena que me dejo atónito, había varias mujeres restregándose y chupando todo el rabo que encontraban, y la que más destacaba era Flora, una auténtica deboradora de nabos que no dejaba prepucio por repasar.

Preferimos salir de ahí y entrar en una habitación donde había un sillón tranta de piel negra y brillante que invitaba a posarse en él.

Nos abalanzamos sobre Clara, nos pusimos cada uno en un lugar, yo delante y Juan detrás. Así, le subimos el vestido y comenzamos un auténtico festival de sobadas y lametones. Juan le pasaba la polla por sus nalgas a la vez que le tocaba las tetas y ella giraba el rostro para besarle, yo de rodillas le comía el coño haciendo incapié con mi lengua en el interior de su coño y en el clítoris.

De vez en cuando aparecía una enorme polla entre su nalgas que me hacía retroceder para que no me alcanzara semejante pollón.

Junto al sillón tantra había dos sillones (normales) más que estaban colocados estratégicamente para no perder detalle en lo que sucedía en el sillón tantra.

Me alcé esquivando de nuevo el pollón de Juan que desde atrás se frotaba con el coño de Clara sobresaliendo entre sus piernas como un ariete.

Les hice venir a los sillones mientras me quitaba los pantalones. Me acomodé y le dije a Clara que le comiera la polla como ella sabe. Juan, se quita los pantalones y se sienta, Clara, cogiendo una almohada del sillón se arrodilla poniendo la almohada en el suelo. El espectáculo era abrumador.

Clara agarra la polla de Juan de unos 20 cm y comienza a hacerle una paja lentamente a dos manos. Con las bragas colgándole de un tobillo y todo el culo y el coño al aire se acomoda mejor para comenzar lentamente apasarle la lengua por el prepucio,  Juan comienza a acariciarle el pelo, ésta comienza a saborear tremendo nabo, dulcemente poco a poco se va tragando el mastil. Saboreando cada centímetro de polla me mira fijamente a los ojos...sabe como ponerme cachondo.

Sube y baja su cabeza haciendo círculos con la boca sobre un pollón caliente que se alza atrevsado por una gruesa vena que palpita a cada embestida de sus labios. Clara disfruta, mientras chupa comienza a masajearle los huevos, Juan rebufa, y yo a medio metro escaso me mastubo plácidamente.

En ese momento apunto de correrse  Clara se levanta y me pide que me tumbe en el sillón tantra...obedeciendo a mi dama, me tumbo sobre el sillón apuntando con mi polla al cielo.

Poco a poco se acerca Clara mientras una gota de líquido brota de su coño para estrellarse contra el suelo. Está completamente cachonda y su coño húmedo lo atestigua.

Alzando una pierna coge mi polla y poco a poco se la va metiendo en el coño...así lentamente su vulva disfruta cada centímetro de mi rabo...y comienza el baile...hacía delante...hacía atrás...en cada embestida su hermoso trasero se levanta hacia las estrellas.

Juan alucinando con el panorama y dejando de hacerse la paja se levanta.

Se acerca a nosotros y le espeta a Clara; "te voy a dar por el culo".

El corazón me da un vuelco, tengo que contenerme para no explotar en un orgasmo inundando el coño de Clara.

Clara le dice que "nunca me han fallado dos pollas a la vez" a lo que Juan le replica que "siempre hay una primera vez para todo".

A Clara se le abre los ojos y un líquido viscoso sale por su coño impregnando más si cabe mi polla. Está desenfrenada y en trance por la excitación que la está abordando como un tsunami de lujuria.

Juan cogiendo lubricante estratégicamente puesto por los dueños del local comienza a embadunarse su tremenda polla...poco a poco extiende el líquido hasta quedar totalmente impregnado de líquido resbalante.

Clara deja de moverse cuando nota la mano de Juan cogiendo su cadera. Alza el culo y Juan le acerca el prepucio a la entrada en su culo...lentamente la polla enorme se abre camino en el interior del culo de Clara mientras sus nalgas abrazan tremenda polla...un gemido gutural mezcla de dolor y placer salta de la garganta de ella, mientras yo noto los huevos de Juan tocando los míos.

Con medio cipote dentro y agarrando las hermosas nalgas de Clara comienza a mover sus caderas...sus movimientos obligan a Clara a moverse ya que tiene otra polla metida en el coño...y así, empieza a gemir...."mmm me encanta, dos pollas a la vez"...."seguid seguid follarme"....dicho y hecho...empezamos a movernos los tres al unísono como de un baile perfectamente coreografiado se tratara, los gemidos de los tres comienzan a inundar la sala.

Los golpes de Juan ya son embestidas,  y los gemidos de Clara se han vueltos gritos de placer....nota las ingles de Juan golpear su culo mientras dos pollas le empalan sus entrañas...tal es el placer que Clara estalla en un orgasmo brutal que le hace temblar las piernas para que Juan del movimiento saque la polla y se corra en sus nalgas...mientras me incorporo para dejar a Clara tendida en el sillón jadeando...expulso de mi polla toda mi leche sobre la blancas nalgas de mi amada logrando una mezcla de espermas que hace resaltar su impresionante culo.

Continuará...